Es un
gusto visitar Tamshiyacu, uno de los dos únicos puestos de misión que
se encuentran Amazonas arriba desde Iquitos. Tras una leve travesía, se llega
temprano a la tierra del humarí, la piña y el cacao, una pequeña y coqueta
ciudad de gentes acogedoras y larga historia misionera. Su nombre está
compuesto por dos palabras: tamshi =
soga y yaku = agua.
La parroquia “Natividad de María” es una de las más extensas del
territorio vicarial y comprende más de 80 comunidades, ahí es nada. El nombre
propio del inicio de esta misión es el franciscano canadiense Raynaldo Comtois,
que llegó en 1947, recién creada la prefectura apostólica; construyó la
iglesia, la casa parroquial, y después
de 8 años de duro trabajo desapareció en el río en 1955. Sus restos,
encontrados cuando descendieron las aguas, fueron identificados gracias a su
reloj de pulsera. Desde entonces reposa bajo el piso del templo, y una sencilla
inscripción hace de memorial perpetuo.
Los sucesores de aquellos pioneros, el equipo misionero actual,
está formado por dos comunidades: las tres religiosas Misioneras Eucarísticas
de María Inmaculada (Ana María, Pina y Griselda), mexicanas, y los tres
hermanos de la Comunidad del Desierto (Yvan, Gábriel y Alain), canadienses. Sus
respectivas casas se encuentran dentro del recinto de la misión, muy cerquita,
y la proximidad espacial se traduce en buena onda, relación cordial, cariño y
apoyo mutuo.
De hecho,
aquí tenemos un auténtico equipo, capaz de enfocar un propósito
compartido, coordinarse, comunicarse, trabajar juntos… y festejar. Durante mi estancia dos almuerzos fueron en común, y realmente se esmeraron
para ofrecer sus mejores manjares. Especialmente Alain hizo un helado de
plátano cuyo recuerdo todavía me hace relamerme. Pero lo más agradable fueron
las bromas, el buen humor… se notaba que la cosa fluía.
La imagen corresponde a la
reunión que propongo a los misioneros cuando visito los diferentes puestos.
Este año trato de que reflexionemos juntos sobre, precisamente, el trabajo en
equipo, su necesidad e importancia hoy día, y qué claves pueden ayudarnos a
mejorar, porque es algo que no en todos los lugares se logra de manera
satisfactoria. Acá desde luego me pareció que están en una excelente dinámica,
el diálogo fue constructivo y creo que todos aprendimos, además de reírnos con
los vídeos.
Adita |
https://www.facebook.com/830763363627684/posts/4001416956562293/
https://www.facebook.com/watch/?v=127741675999339
https://www.facebook.com/830763363627684/posts/4000652819972040/
https://www.facebook.com/watch/?v=127741675999339
https://www.facebook.com/830763363627684/posts/4000652819972040/
Dos días dieron, pues, para mucho. Concelebrar la Eucaristía
con el p. Yvan, anterior vicario general y 35 años en el Vicariato; probar los
guisos de Gabriel, consumado chef; descansar en casa de las religiosas y
disfrutar de baño propio porque Ana María me cedió el suyo; fastidiar a Gris y
hacer planes para Cáritas vicarial… Gracias
por la acogida y todas las atenciones. Lo que más me gustó, aparte del sorbete
de plátano, fue este cartel:
Aunque faltó la tilde en la e 😉.
No hay comentarios:
Publicar un comentario