viernes, 24 de diciembre de 2010

FELIZ NAVIDAD

Estas son mis palabras para la homilía de este día de Navidad. Os deseo a todos uan experiencia de Dios-Niño que os ayude a caminar como personas felices.

¿CÓMO ES DIOS? ¿CÓMO TRATARLE? COMO A UN NIÑO

Pobre Dios… Es alguien manoseado, maltratado… Le tememos y le culpamos de todo lo malo que nos ocurre, nos cagamos en Él, o normalmente pasamos de Él, le ignoramos y sólo acudimos, con algo de miedo, cuando nos vemos con el agua al cuello. Pobre Dios; se pasa la vida esperándonos y no le conocemos.
Y el caso es que Él, que sabe que somos duros de mollera y de corazón, nos ha explicado muy bien cómo es y cómo hay que tratarle; para ello, Dios discurrió hacer de sí mismo lo contrario de Dios; hacerse un ser humano…

• Pero no un rey, un príncipe, un sabio o un multimillonario… un ser humano corriente, no grande sino pequeño… no todopoderoso sino débil… ¡como un bebé! Un bebé dependiente y necesitado…. Un niño que inspira ternura, que te derrite las entrañas con esas manitas, hacia el que se siente amor, un bebé-Dios para que los hombres comprendan que Dios es todo amor, que Dios no castiga, no es “una energía” o un “algo tiene que haber”, Dios es una persona humilde, Dios es inofensivo, bueno de verdad. Dios es como un bebé recién nacido.

• Y claro, hay que tratarlo como a un niño chiquito, que ha nacido pequeñito, sin amparo, que llora sin consuelo. A Dios no hay que tenerle miedo sino quererlo con ternura, a un bebé estamos deseando achucharlo, nos lo queremos comer y lo adoramos de bonito que es; Dios es como un niño pequeñito, indefenso, al que se protege, se le encuentra en los más pequeños y débiles. A Dios hay que tratarlo con toda confianza… como a un bebé.

Un bebé despierta en nosotros lo mejor de nuestra humanidad, los sentimientos más nobles y generosos, nuestra capacidad de ternura. Después de más de 2010 años de su llegada, y a pesar de las cataratas de nuestra sociedad incapaz de ver a Dios, viviendo como vivió y diciendo lo que dijo, nadie como Jesús ha sabido mostrar qué significa ser humano. Esto es lo grande: Dios se hecho “nadie”, se hecho bebé para enseñarnos a vivir como auténticos seres humanos, llenos de humanidad.

martes, 21 de diciembre de 2010

QUIERO A MONESTERIO

A ver si se va a pensar alguien que no, eeehhh? Es verdad que me fui de allí por mi propio pie, pero fue a causa de una situación muy particular que entendí que solamente podía empeorar... Y estoy muy contento de la decisión que tomé porque ahora me encuentro muy bien (¡qué diferencia!).
Eso no es óbice para que yo reconozca que en Monesterio, el pueblo donde vive mi hermana Mª Elena y su familia, mis sobrinos Luis, Carlos y Manuel, hay mucha gente que me quiere. Una demostración la tuve anteayer: la Asociación de Mujeres Rurales me había invitado a su cena de Navidad y me sentí muy bienvenido, muy querido y muy arropado por más de cien mujeres a las que dediqué unas palabras. De ellas pongo algunas escritas con todo el cariño para las mujeres rurales, especialmente para las de mi Monesterio.

No sé si sabré estar entre tantas mujeres… aunque pensándolo bien vivo entre mujeres; es verdad. En mi casa somos dos hombres contra cuatro mujeres. En mi calle, curiosamente, predominan las mujeres. Y en mi parroquia… el 90% son mujeres, mujeres rurales, en los grupos y en la Eucaristía. Así que mi vida no sería posible sin las mujeres, son ellas las que sostienen todo, las que animan, empujan y se responsabilizan. Y es así en general en mi pueblo: las mujeres son la fuerza de la vida, son el motor que hace que todo ruede y que lo cotidiano se mantenga en pie.
Esto hace mucho que lo pienso y que lo veo; he estudiado que el sexo es algo culturalmente construido, es una representación mental que se cuela en nuestras cabezas y que a poco que observemos la realidad, salta por los aires.

Muchas mañanas salgo a andar con un grupo de mujeres; quedamos en la puerta del colegio y emprendemos el camino. Ellas, antes de eso, han iniciado la lucha diaria con los niños: levantarse, vestirse, el desayuno, el bocadillo del recreo, la mochila… Son ellas las educadoras de sus hijos, las que los llevan por la tarde a las extraescolares, las que se ponen con ellos a hacer los deberes a la hora de la siesta, las que hablan con los maestros o van al instituto a una reunión.

Son a la vez las trabajadoras del hogar. Después del paseo vienen las camas, la limpieza, la comida, la compra… Tareas interminables, recurrentes, cada día vuelven, agotadoras… Trabajo que, como no es remunerado, no valoramos; es algo a lo que los demás tenemos “derecho”, pero que los maridos y los hijos no comparten; si acaso “ayudan” (“mi marido me ayuda mucho”).

Las horas del día transcurren y mis compañeras de caminata mañanera no logran sentarse cinco minutos: pasan de una tarea a otra corre que te corre, como si la jornada fuera una gymkana. No importa que la noche haya sido “toledana”: son ellas las que velan cuando los niños están malos; las que se quedan en el hospital cuando hace falta; da igual el cansancio, el resfriado o la depre, las mujeres son las cuidadoras de todos, son el fuego del hogar. Cuidan a la familia, a los vecinos y por supuesto a los mayores; cuando un hombre anciano ya no puede valerse, lo cuida su mujer; cuando es la mujer la que no se tiene en pie, la casa se desbarajusta y a menudo la solución es una residencia. A mí también me cuidan; mi vecina Josefita me trae cañonazos de potaje cuando me ve flojucho; y los viernes por la noche, después de mil reuniones, me encuentro un trozo de tortilla y las camisas planchadas.

Son las trabajadoras, las educadoras y las cuidadoras. Me hace gracia cuando a las mujeres las llaman “el sexo débil”. Después del maratón de trabajos, tienen tiempo para coger las aceitunas, hacer la matanza, la limpieza del verano, pintar, las hay albañilas, barrenderas de las calles… Fuertes, son muy fuertes. Mujeres tremendas, imparables, las veo patearse el pueblo con las bolsas, multiplican las horas, pueden con todo… Les da tiempo a ser además profesora, médica y ATS, alcaldesa de mi pueblo, fisioterapeuta, estanquera, trabajadora social… y catequista, voluntaria de Cáritas, jefa de una hermandad, lectora… y en los ratos libres a limpiar la Iglesia. Ay, “el sexo débil”. Las mujeres son, sin quejarse demasiado, el centro de todo, quienes posibilitan la vida y hacen que en el fluir de las cosas todo encaje y funcione. ¿Cuándo daremos a las mujeres el puesto que le corresponde en la Iglesia? Y no sólo para fregar o limpiar (como las monjas en la Sagrada Familia), sino para decidir…

viernes, 17 de diciembre de 2010

CONFESIONES 2.0

Esta semana, entre el miércoles por la tarde y esta tarde, he confesado prácticamente a TODOS los niños y jóvenes que están en los grupos de catequesis y pastoral juvenil de la parroquia, desde postcomunión hasta los de la JEC (habrán faltado 3)... ¡qué gozada! Y a las chicas del Valle también, toma ya.
Y sin obligar; motivando, explicando la celebración comunitaria, con un gesto dinñamico, y, por supuesto, siendo asequible, cercano y buena gente con los muchachos dentro y sobre todo fuera de la iglesia (por la calle, en un encuentro, en la fiesta, etc)... claro. Maravilla.
- "¿Cómo tú, siendo de los progres, te das tales tragantás de confesar zagales?". Imaginaria pregunta legítima de posible observador.
Es que la confesión, en los mayores y en los pequeños, y especialmente en los jóvenes, es una herramienta pedagógica de primer orden. Resulta sanísimo pararse a revisar qué tiene que cambiar para que mi vida se parezca más a la de Jesús; es muy bueno escribirlo, escuchar la Palabra, pedir juntos perdón por las cotidianas hangás que todos preparamos. Reconocer que nos equivocamos, ¡qué importante y qué pasado de moda! Es el primer paso para cambiar.
Y luego, el diálogo personal... ¡qué virguería! ¡Qué suertaza para este cura de jóvenes! Me siento fenomenal cuando ellos, a su manera, se acercan sin miedo, con confianza, se abren... Soy un padre, un hermano, es estupendo, es... Me emociono con el candor de los niños y su inocencia transparente; tiemblo al tocar el sufrimiento, los problemas en casa, la erosión que produce la pubertad; acojo la confusión adolescente, sopeso los atisbos de madurez a los 17, es hermoso, grande, un privilegio inmerecido.
Al terminar lo que me brota es: ¡qué grandes personas son! ¡Cuánta calidad humana despegando! ¡Qué montón de posibilidades, qué caudal de bondad, de autenticidad! Vida amaneciente, plena de futuro, colmada de camino, iluminada de esperanza. Me paso la vida entre personas mucho mejores que yo, y la confesión me lo recuerda, no me vaya a subir a la parra...
Progre o no, me apunto a este estilo de confesar y a esta experiencia en la que aprendo tanto. Que no me vengan los supertacañones de turno con eso de que "los jóvenes no quieren hacer nada"; a menudo nos dan cien mil vueltas. Basta con que creamos en ellos; lo demás viene por añadidura.

martes, 14 de diciembre de 2010

LA ILUSIÓN DEL MISIONERO

Acabo de hablar con mi amigo y compañero Antonio Herrera, salesiano destinado en Ouagadougou (Burkina Faso). Está recién llegado con la tarea de comenzar una misión nueva en un barrio marginal, después de bastantes años de director de escuelas en Benin y Malí. Hay en sus palabras una emoción, una frescura... que me llegan; y desde mi estrés me siento más pequeño, más inútil y absurdo... Transcribo su EMail, os lo recomiendo.


César, estoy contentísimo. Mira, tras los primeros meses:
- nos quedamos con el terreno que la archidiócesis nos ha dado, en el barrio "non lotis" (marginal, sin reconocimiento del ayuntamiento...) de Belleville, adonde de hecho ya estamos llevando algunas actividades con la gente, sobre todo los niños y jóvenes; son las fotos que te he enviado, si quieres más, tengo;

- no haremos una parroquia, empezaremos por un trabajo con los niños y jóvenes pobres: yo flipo!
- probablemente y de manera progresiva: 1) un Oratorio-centro juvenil bien montado; 2) un centro de aprendizaje dual (oficio-alfabetización), sin diplomas ni historias, atacar el paro; 3) un centro de acogida para niños de la calle... estoy que exploto de alegría; aunque la idea de una escuela primaria planea en la cabeza de mi hermano y de algunos consejeros... aun asi sería muy popular y subvencionada;

¿NO ESTA MAL EEEEEEH?

Bueno, pues ya sabes por qué estoy contento. Vemos las cosas más claras. Me siento verdaderamente en mi salsa. Espero verdaderamente dedicar tiempo cuando vaya a España para presentar a mucha gente el proyecto. Si te parece paso por esos pueblos solidarios en los que tú estás. Ya llevamos actividades con la ayuda de amigos como vosotros y de nuestros familias:
- el Oratorio con más de 150 niños de esos barrios: materiales, actividades....
- ayuda a niños que no se pueden pagar la escuela, ni siquiera la pública, los cuadernos...;
- ayuda a aprendices que no pueden pagar el contrato (ya sabes, como en Kara...);
- entrevistas sistemáticas con servicios de atención al menor y a la juventud: ONGs, asociaciones públicas y privadas... con desplazamientos frecuentes a lugares de la región;

Os agradezco mucho que hayáis pensado en nosotros para enviarnos dineros. Infinitamente. te aseguro César que estamos como en los primeros tiempos de Don Bosco: aparte de nuestra casita de alquiler, la comida... no tenemos nada. No lo digas por ahí porque vamos a pedir una segunda moto: mi madre me ha enviado dinero para comprar la moto que tenemos. Te puedo mandar fotos. El coche es el de Adolphe, el vicario inspectorial que se lo ha reventado bien yendo por toda la región. Queremos venderlo y comprar uno de segunda mano... Vamos a instalarnos poco a poco en el terreno de la diócesis (te mandé fotos?), que no tiene ni agua ni luz. Necesitaríamos un grupo electrógeno.

Ahora vas y lo cascas. No hay estrés ni ná... ¡está efervescente!

domingo, 12 de diciembre de 2010

FLOJO COMO PAJA AVENA

Así es como me encuentro desde hace varios días; cada mañana me levanto como si hubiera estado descargando sacos de cemento el día anterior: agotado, me pesan las piernas, me duele la espalda, me voy arrastrando por ahí con cara de sepia a la plancha.
El viernes era más preocupante, vino el médico, me tomó la tensión, la glucosa, ambas están bajas, me recetó vitamina B y descanso, "tómate las cosas con calma", la vecindad se alborotó, María Dolores me trajo un queso, Miguel fue raudo a la farmacia a por las pastillas y Josefita me ha puesto a dieta de cañonazos de patatas hervidas con bacalao. Auténtica vitamina B de bondad, cercanía y cariño.
Aquí en Los Valles también existe el estrés; es algo que depende más de uno mismo que del volumen de trabajo en realidad. Ir a tope y descuidar el equilibrio entre trabajo-descanso-ejercicio-alimentación-familia-lectura-amigos al final me pasa factura, no es nuevo; cuando fuerzo la máquina mi cuerpo no me sigue, salta de alguna manera y esta vez es un bajón físico. Menos mal que la cancamurria no ha pasado a mayores.
Y mira que lo veo venir hace semanas; y mira que el texto de Mc 4, 26-29 que Dolores Aleixandre nos comentó aquel día me tiene muy pensativo (el hombre siembra la semilla y luego duerme y se levanta, duerme-se levanta sin preocuparse más). Pero nada; no aprendo. Aquí estoy más flojo que la paja avena.

martes, 7 de diciembre de 2010

EL NO-TEMA DE LOS PRESERVATIVOS

¿Qué qué pienso yo de eso que ha dicho el Papa sobre los preservativos? Pues lo primero que pienso es que antes de opinar hay que leerlo (por ejemplo en http://www.aceprensa.com/articulos/2010/nov/22/que-ha-dicho-el-papa-sobre-el-preservativo/).
Segundo: en la vida real, en mi pueblo, no hay debate; la gente joven ni se plantea la posibilidad de no utilizar el preservativo en las relaciones sexuales. Es un no-tema. Se da por supuesto que se usa, de la misma forma que, si te invitan al Bernabéu a ver al Madrid, ese fin de semana dejas plantado lo que tengas que dejar (compromisos, reuniones, actividades…) y ni te planteas lo contrario; ¿cómo no vas a ir al fútbol? ¿cómo no vas a utilizar el condón? 
No tiene nada que ver con la entrada, pero es muy gracioso
Tercero: la pregunta en realidad no es esta última, sino “¿cómo no vas a aprovechar para dar un revolcón o pegar un "estiramiento"?” Porque el asunto a mi juicio es la redefinición de las relaciones sexuales, de su significado en la vida de la gente, y concretamente hablo de los jóvenes.
A este respecto, y haciendo un análisis antropológico de andar por casa, creo que el valor simbólico y humanizador del sexo se va diluyendo en el frenesí de la evasión y de lo lúdico; el sexo cada vez es más practicado por los jóvenes para jugar, para divertirse, y está sufriendo un proceso casi paralelo al del alcohol: prácticamente está asimilado divertirse con beber, y es casi impensable salir con los amigos y no pillar botellón cuando los bolsillos lo permiten.
Pues algo así pero con el sexo: se impone “el aquí te pillo aquí te mato”, y si hay madres leyendo que apaguen el ordenador. La cuestión no es “preservativo sí o no”, ni siquiera “sexo sí o no”; la realidad es que entre los jóvenes sexo haberlo haylo, y la cuestión es ¿de qué tipo, de qué calidad? ¿Cómo educar para que el sexo sea una experiencia enriquecedora, constructora de personalidades maduras? ¿Cómo enseñar a no desperdiciar lo más hermoso que tenemos, nuestra capacidad de amar y de expresar la ternura en la comunicación sexual?
La disertación sobre la conveniencia o no de utilizar los preservativos está bien para las clases de teología, pero no resiste una mínima confrontación con la realidad: la gente está en otras cosas; en cambio, el sexo dentro o fuera del matrimonio, la paternidad, las dinámicas en las relaciones de pareja, la vida en familia, las edades de la vida y su impacto en la sexualidad, la educación sexual… son cuestiones mucho más serias, más urgentes y más realistas. De las que por cierto los curas, monjas y obispos, célibes, quizá tenemos poca idea y ninguna experiencia. Quizá por eso hablamos del sexo de los ángeles (usar o no el preservativo) y la gente nos escucha en un idioma ininteligible, como quien se acerca extrañado a un antiguo papiro expuesto en la vitrina de un museo. La vida va a la velocidad de la luz, la iglesia a paso de tortuga; parece que el animalito ha dado un paso.

jueves, 2 de diciembre de 2010

FATIGA EMOCIONAL

Ayer fue uno de esos días que, a la mitad, te gustaría detener y formatear. Porque tengo que reconocer que, cuando me enfrento con el lado oscuro de la vida, su crudeza me golpea. Me ha pasado muchas veces, y aunque he aprendido a darme cuenta de lo que estoy sintiendo, lo cierto es que hay cosas que me alcanzan y me hieren; problemas familiares, a veces muy graves, situaciones límite, dolorosos fracasos, traiciones, maltratos, enfermedades, engaños, crueldades, desgracias y maldades de todo género y pelaje en que me veo envuelto por ser cura de pueblo, porque pasaba por allí o porque directamente me piden ayuda.
Vaya si me afectan; se me caen encima y somatizo el disgusto de formas variadas. El peor efecto es dormir mal, pero ha habido otros: dolor y bloqueo en las piernas, cuello tenso, granos en la piel y recuerdo hasta vómitos. Y eso que se que no puedo ir por ahí solucionándole la vida a la gente, pero lo dice mi cabeza, no mis tripas... va a ser verdad que soy un 2 con alas de 1 en el eneagrama y no al revés, como dice Jose Rubio.
La vida es muy bonita, pero en el mundo hay mucha mierda (con perdón), que a menudo está oculta, pero que cuando se te presenta te abofetea. El ser humano es capaz al mismo tiempo de lo más sublime y de lo más rastrero, todo se puede pervertir en instantes, y la vida es muy dificultosa, durísima y con episodios terribles. Esta mañana me ha costado un triunfo levantarme, me sentía agotado, lento, lastrado... Leí la lectura del domingo próximo: habitará el lobo con el cordero... no apagar la llamita vacilante... siempre podemos, siempre hay esperanza, aunque sea pequeña, no hay que dar nada ni a nadie por perdido, hay que intentar una y otra vez, de mil maneras, con la creatividad valiente de la bondad, que es capaz de mantenerse de pie mientras el sufrimiento arrecia.
Cuánto cuesta creer esto en días que te muestran sin paliativos la fealdad de las cosas; qué duro es ser creyente con los ojos abiertos. Menos mal que mi sobrina Pilar me da dado un beso y me ha acariciado la barba con sus manitas. Eso lo cura todo, hasta los moratones interiores y la fatiga emocional.