sábado, 29 de diciembre de 2012

"SOMOS EL TIEMPO QUE NOS QUEDA"

Es un verso de José Manuel Caballero Bonald, y me ha golpeado el corazón, impecablemente verdadero. Somos el tiempo que nos queda... No lo que ya pasó, tampoco el presente, que se nos escapa entre los dedos. Solo el tiempo que hay por delante. Que es tan incierto como denso.

"No te preocupes no me he ido,
¿cómo iba a irme sin saber?
Somos el tiempo que nos queda.

¿Cómo evitar el simulacro,
cómo vivir sin desvivirnos?
Surcan los días por tu vientre.
Somos el tiempo que nos queda."


Pasó 2012. Y hubo de todo. Mi agenda lo canta: trabajos, celebraciones, exámenes, risas, descanso, campo, despacho, leer.
Y personas. Muchas personas, rostros con lágrimas, con dureza, vencidos por el dolor, esculpidos de incertidumbre, rostros de niños, de ancianos, recorridos por lágrimas, rostros de amigos, rostros adornados o erosionados por la vida.

Todo, todos, están en mí. Pero solo soy el camino que me aguarda bajo el horizonte. Una pura tensión, un balbuceo de futuro siempre. La poetisa Marisa Peña lo expresa bellamente:

Eso somos: el tiempo que nos queda,
el último latido detenido,
la palabra no dicha,
el desierto cruzado,
y la senda sin nombre
que dejamos atrás.

Somos el abandono, la intemperie,
las luces apagadas,
y las puertas, cerradas para siempre,
tras un adiós forjado en la costumbre.

Pero somos el tiempo que nos queda,
la voz que no se apaga,
la azada que aún golpea, sin rendirse,
el poema no escrito,
la ópera inacabada de Puccini,
la derrota asumida, masticada,
y aquello que nos queda por vivir

Marisa Peña (http://sonetosdelamoroscuro.blogspot.com.es)


84 entradas después, os deseo feliz 2013 a los que seguís este blog. Gracias. Va a ser un año importante en mi vida. Intentaremos compartir un poco del tiempo que nos queda, para que sea más pleno y luminoso.

domingo, 23 de diciembre de 2012

EXTRAS DE NAVIDAD

Acabo de llegar reventao del belén viviente de Santa Ana. Qué bonita es la Navidad, qué entrañable, qué familiar... y qué palizas te pegas con los "extras" propios del tiempo. Ya te coge un poco "pasado de rosca" al final de trimestre, y no falla, la Navidad te da la puntilla. Ay.

La cosa empieza con la colocación del belén en la iglesia. Sigue con las cenas en cada parroquia, continúa con las confesiones a niños, adolescentes y mayores. Luego están los ensayos del belén viviente que, aunque no he podido ir a muchos, lo he intentado. Sin olvidar, el viernes pasado, los villancicos en los pisos tutelados y luego por la calle, por las casas de la gente mayor. Algunos directamente nos dicen que no quieren que les cantemos, y otros escuchan las coplas con una expresión entre resignada ("no queda más remedio que aguantar este chaparrón"), triste y perpleja. Por Los Barrios íbamos empapados porque nibleaba, y cuando ya parecía que habíamos terminado fuimos a Las Cruces, luego a casa de Justo a por una copita de María Brizar que nos entonó; menos mal, porque aún subí de nuevo a los Salgueros a acompañar a Lucía, María Rafael y a la Bicha, que se escondía en la puerta de su casa esperando a que me fuese.

Ayer sábado teníamos en el programa dos campañas del kilo dos, una en cada Valle. Por la mañana me tocó recorrerme parte del pueblo con Ana y Esperanza, que tocaban en las puertas y recogían las bolsas. Comida rápida y a las 4 menos cuarto ya estaba en el otro lado; el coche se transformó en un microbús lleno de zagales, y no se nos dio mal. Llegué justo a tiempo para ver el pasacalles de nuestra banda santanera. Y a misa. Y al centro sociocultural con los muchachos. Y a las 10 a casa agotao.

Hoy domingo he amanecido a las 7:30, porque a las 8 habíamos quedado para tomar un café antes de empezar a montar el estaribé del belén viviente en la plaza. Ha quedado muy gracioso el decorado, la puerta de la iglesia era el castillo de Herodes (nos ha hecho gracia la casualidad... ¿o no tanta?). He hecho lo que he podido hasta las 10:30, hora de ducharme y marcharme a celebrar dos misas. Y luego a echar un cable con los niños y el ensayo general.


El castillo de Herodes. ¿Os acordáis de la explosión de la caja de registro? Todavía está la pared churruscaíta...
Todo ha resultado bien, había una pelota de gente, los niños estaban para comérselos y los padres así de gordos, de repente me he visto llevando al coro de los ángeles hasta el portal, a Iker en brazos, pero lo hemos pasado muy bien y creo que ha merecido la pena.

¿Que por qué me meto en tantos berenjenales?

Porque me llaman y cuentan conmigo, y de eso me siento orgulloso. Porque creo que el cura tiene que estar apoyando las iniciativas que contribuyen a que el pueblo tenga más vida, y con más razón si tienen que ver con algo religioso como la Navidad. Porque solo echando una mano en lo que dinamiza y construye el pueblo nos ganamos el derecho a proponer, a participar y a pedir ayuda cuando la parroquia lo necesita. Porque creo que es esencial que el cura se mezcle con la gente como uno más, sin estar tan "en su papel", y se deje la piel el primero para que todo sea más humano. Porque es fenomemal que te acepten y tu presencia no repela, sino que anime y aporte. No vaya a ser que quedemos nada más que para el castillo de Herodes del belén... o para el tío cagando.

miércoles, 19 de diciembre de 2012

EL PUEBLO MENUDO


Estos son los personajes que me dejaron tirado hace cuatro o cinco entradas
Primer curso de Confirmación en el Valle de Matamoros, 1º de ESO: hacía años que no tenía yo un grupo tan pequeño, muchachos de 12 años. Y oyes, aunque según sus propias madres "tienen una lidia", la verdad es que la experiencia me está sirviendo y ayudando. Me hace acordarme de épocas de catequista de primera comunión (por cierto, a esta gente le dí la comunión el primer año en los Valles), de profesor de religión en 5º y 6º...

Tratar con estos especímenes me hace recordar cada día que no podemos dar nada por supuesto en los procesos de fe. Manejar conceptos como oración, evangelio, creer, eucaristía... no significa que el personal tenga la más mínima idea de qué se trata. Ellos han nacido en un país post-cristiano, donde ser católico no es evidente, y en el que lo que aprendes sin darte cuenta no es precisamente la fe.

Más que un problema de "ortodoxia" ("transmitir con fidelidad las verdades"), es un problema de acertar con el lenguaje: vigilar cómo hablas, tener cuidado con lo que van a entender. Cuando nos sentamos pongo el brasero, pero no puedo dejar el piloto automático, tengo que encender la habilidad de adaptarme a los niños, extremar los equilibrios por usar palabras comprensibles... Y no es fácil. A los curas muchas veces no se nos entiende ni jota.

Por eso me viene bien este zurriburri, para que no se me atrofie la zona del cerebro encargada de hablar de manera que se entere un zagal de tres años. O que comprendan los enanos de 3º en Santa Ana, en la catequesis quincenal, qué es el adviento, en qué consiste la Navidad (Papá Noel noooooooooooooo) o cómo puede ser que Jesús es un pan que está metido en esa caja.

Y luego están las cosas propias de los chiquillos. Hoy llegan saltando y bailando, me saludan en francés, y luego no hay quien los apareje, qué pesados, no se logra un rato charlando tranquilamente: se pegan, gritan, hay que reñir... Y siempre ese sabor "escolar": "¿Lo copio en el cuaderno?", "¡maestro, yo quiero leer!"... Con esa simplicidad que te desarma y desdramatiza las historias con las que vamos cargando "los mayores".

Son "el pueblo menudo", expresión que me encanta y que San Ignacio utiliza a partir del número 362 de los Ejercicios. El estrato de población que Jesús eligió y a quienes procuró transmitir su mensaje con palabras, ejemplos e imágenes sencillas. Con su propia forma de ser, su carácter, su manera de tratar a la gente, Jesús podía ser comprendido por cualquiera. Sin demasiadas formaciones ni másteres del universo.

sábado, 15 de diciembre de 2012

SER RESILIENTES Y COOPERACTIVOS

Vemos en el hoy del 2 de diciembre (aquí) la siguiente noticia:

"La cooperativa Nuestro Señor del Gran Poder, de Valencia del Ventoso, dedicada al sector del textil y a los servicios sociosanitarios vinculados con la ley de dependencia, y el empresario del transporte Rafael Rodríguez han sido reconocidos hoy con los premiados 'Cooperactiva'.

Los premios se entregaron ayer en Mérida en el marco de la I Feria de Muestras del Cooperativismo, organizada por la Confederación de Entidades para la Economía Social (CEPES).

La cooperativa galardonada, que hoy está formada por diez socias y cuenta con casi 30 empleadas, se constituyó en los años 70 del pasado siglo dedicándose exclusivamente a la confección de prendas de ropa para importantes firmas del país. Hacia los años 90, con la llegada de textiles de otros países y el abaratamiento de su precio, diversificaron su negocio y empezaron a trabajar también los servicios sociosanitarios vinculados con la ley de dependencia. «Había que aguantar como fuera», ha señalado su presidenta, Carmen Márquez".

El diccionario de la RAE dice que la resiliencia es:

1. f. Psicol. Capacidad humana de asumir con flexibilidad situaciones límite y sobreponerse a ellas.

2. f. Mec. Capacidad de un material elástico para absorber y almacenar energía de deformación.

¡Vaaaaaaaaaya! Así que:
-por un lado, asumir, es decir, aceptar la situación, encajar la contrariedad, hacerse cargo de lo que está pasando, tomar para sí... Incluso "absorber" lo que me sobreviene sin descomponerme, almacenando energía para enfrentarme a ello y a lo que sea, "sacando fuerzas de donde no hay"; resistir pero de manera activa, sin derrotismos, con deportividad y realismo, hasta con buen humor.

- y además, con flexibilidad: con capacidad de cambiar, de reinventarme según las circunstancias o necesidades, con creatividad, tomando riesgos, ensayando, sin estar atados a inercias o a costumbres, "esto siempre se ha hecho así"... En medio de los cascotes del derrumbe, tener el coraje de secarnos las lágrimas y ponernos a construir algo nuevo.

Estar en pie, con perseverancia, con tenacidad. Actitud positiva para que la derrota o la desgracia nos hagan mejores, más fuertes, más resistentes, menos vulverables, más seguros y más humildes.

Enhorabuena a las mujeres valientes de la cooperativa de Valencia, ¡ole ahí las tías! Sois un buen ejemplo de resiliencia. Aunque Carmen nunca me quiere hacer una chaqueta, porque dice que no me pega.

martes, 11 de diciembre de 2012

EL SÍNDROME DEL PIN-BALL


Hay días, como éste, que me los paso de un sitio para otro sin parar, como las bolas del antiguo pin-ball, ¿os acordáis los de la EGB? Y, oyes, es un poco agotador. Para que luego me digan algunos listillos que no saben a qué nos dedicamos los curas de pueblos chicos.

A las cuatro en un lao, a montar el estalache del belén de la parroquia, ¡poiiiinng!; a las cinco al otro lao, a catequesis de confirmación, ¡poinnnnng! Que por cierto, como me han vuelto a dejar medio solo, en vez de poing suena aquel "brrrrrrr". Así que he llegado tarde de nuevo a Santa Ana a las seis, donde tenía que darle a dos lucecitas: el equipo de Cáritas (poing, poing, de esos sitios donde la bola se ponía a rebotar, poing, poing, poing, poing) y el ensayo del belén viviente. Y ahí... ¡1000 puntos, POING! Porque al abrir la puerta del salón parroquial me encuentro con esta estampa:





Maaaadre, ¡más de 70 niños en la parroquia!, y yo con estos pelos.

Claro, me he puesto a hacer fotos y he escuchado a mi espalda a una madre graciosilla: "aprovecha, que a ver cuándo te ves en otra igual". ¡Jejejeje!


Yo me quería quedar en vez de rebotar a la reunión de Cáritas, pero ya me han dicho que era yo peor que los niños de lo revuelto que estaba... Con los niños se te quita tó
Como lo de Cáritas era muy serio y daban las siete, me tocaba irme de nueeevo al otro lado, a oootra reunión esta vez del Consejo de Pastoral vallero. Al principio, arropados hasta las orejas, no podíamos empezar porque no estábamos ni la mitad del grupo; hay golpes de la bola que desgastan tela, y a veces que incluso te precipitan en el agujero y pierdes la partida.

Pero aún quedaba el último viaje patrás (los franceses llaman a esto "faire la navette"). Con pocas luces ya, y algo aturdido, me ha tocado ir a cerrar la parroquia, porque la llave ha caído en acto de servicio durante esta tarde trepidante. Y allí estaban esperándome tres supervivientes de la útima reunión de hoy, que era de la hermandad de la Virgen de los Dolores. Nos hemos estado riendo un ratillo antes de dar por concluida la partida de hoy. Mañana será otro día. Excepto para nuestro compañero Poli, voluntario de Cáritas, que ya disfruta de los colores del cielo. Sé que eso me pesaba hoy cuando hacía de bola loca y me aplasta ahora.

domingo, 9 de diciembre de 2012

YO FUI A EGB

Ceci Corbacho me ha mandado un enlace que me ha encantado: http://www.yofuiaegb.com/.

Los que sean carrozas y cuarentones como yo van a flipar con cantidad de cosas de "aquellos maravillosos años": los cliks de Famobil, los bolis bic, Mazinger Z, las pelis, las series, Mortadelo, los gremlins, saltar a la comba, el scalextrix, los Pecos, el cubo de Rubik, el cole, los juegos reunidos Geyper... y las 100 pesetas, que en aquella época daban de sí tela marinera.

Javier Ikaz y Jorge Díaz han creado un fenómeno social: recuerdos emotivos de los 70, 80 y 90 que han conseguido que nos sintamos orgullosos de haber pertenecido a una generación extraordinaria: la de una educación que ha resultado no ser tan básica.

Os recomiendo esta deliciosa página... Y creo que la voy a poner en mis blogs favoritos.

jueves, 6 de diciembre de 2012

DÍAS DE ENCENDIDO

Al llegar y saludarnos, las caras son conocidas. Vemos algunas gafas cambiadas, algunos kilos de más o de menos, calvas o blancuras ampliadas… pero básicamente somos los mismos, con nombre y oficio, que nos juntamos cada año en el encuentro nacional de consiliarios y curas del Movimiento Rural Cristiano. Y en la casa de las Cruzadas de Carabanchel, también habitual.

Es un día y medio para encendernos y conectarnos. Cuando escuchas a Pedro José Gómez Serrano hablar de la nueva evangelización, se encienden un montón de bombillas en tu cerebro: “la fe no puede transmitirse porque no es una propiedad, es una experiencia interpersonal de amor. Solo podemos ser organizadores de citas”. Genial. Se trata de generar interrogantes, de que “nos salga” de manera transparente lo que vivimos. Así que, ¿cómo tener una vida (una fe) intensa alegre, racional (no infantil) y humanizadora?

Las charlas las vamos condimentando con diálogos, preguntas, interrogantes y dificultades que brotan de la experiencia de cada día, dura y hermosa como la siembra en otoño. Hay compañeros que llevan 19 pueblos, algunos están un poco solos, casi todos desbordados por lo árido de la tarea y al mismo tiempo felices de ser curas rurales. Todo sale a borbotones en cada momento.

Con José Manuel Vidal, el director de Religión Digital, charlamos por la noche de la importancia de los medios, de lo crucial que es hoy contar las cosas de manera ágil y sencilla, porque lo que no aparece en los medios no existe. Y él nos contó desde luego muchas cosas como buen conocedor de entresijos y trastiendas de nuestra Iglesia, y nos animó a “conectarse entre sí todos esos curas (que siguen siendo miles) que apuestan por el modelo de Iglesia del Pueblo de Dios (pero de verdad y con todas las consecuencias) (…), luchar por defender lo que, en conciencia, creen que debe ser el Reino de Dios. Tendrían que unirse en Red”.

Las luces de colores brillan en el corazón escuchando a un teólogo como Jesús Espeja, hombre anciano y sabio, curtido en mil batallas, experto del Concilio y con un entusiasmo intacto por la evangelización y por el Reino: “es necesario que el sacerdote sea un místico enamorado del Evangelio, de que lo de Jesús es para humanizar la vida”. Nos invito a ser testigos de aquello que somos y pensamos con toda humildad y sin miedo a perder poderes.

“Necesitaba escuchar esto”, me dice Fermín antes de despedirnos. Y yo también, y todos. Algo fresco y en otra onda que nos encienda por dentro y nos recargue de esperanza, para seguir en la brecha. Y salir a sembrar despiertos, y en pie, con el corazón iluminado para descubrir al Reino que nace.

domingo, 2 de diciembre de 2012

UN CABALLERO SIEMPRE SABE CUÁNDO IRSE

El otro día he estado poniendo en orden una carpeta donde guardo papeles varios, y me he tropezado con el acta de mi "toma de posesión" como párroco de Valencia del Ventoso, redactada por el arcipreste Joaquín Obando. Esta tarde, durante el entierro de Joaquín, me he acordado de aquel día: con qué sonrisa paciente me explicó las ceremonias propias del momento. Y al despedirnos, un socarrón "ánimo, tú ya eres mayorcito".

No sé si por compasión de este "fraile novato", por fidelidad a su cargo o por temor de que me cargara mis parroquias, creo que desde el principio Joaquín me cogió cariño. Pero casi lo mismo me han comentado hoy otras personas: Lolo, Paqui Pinilla, José Mª Hernández... Y eso significa que tenía la rara cualidad de que cada cual se sintiera un poco "preferido"; como les pasaba a los muchachos de Don Bosco. Corazón grande y habilidoso para querer.

Los dos primeros años que pasé en la diócesis me explicó muchas cosas que yo desconocía casi por completo: cuándo hay que mandar al obispado los expedientes y los avisos de matrimonio, qué se hace cuando no aparece una partida de bautismo... Pero eran conversaciones de ida y vuelta, comiendo en el Elías o tomando algo en el Taxi: Joaquín compartía conmigo cosas que le iban pasando y a menudo me preguntaba qué me parecía tal o cual cuestión. Yo flipaba: a un hombre como él, con una experiencia sacerdotal tan rica y profunda, le interesaba cómo organizaba yo la catequesis o cómo me iba en mi vida de oración. La ilusión por el ministerio estaba en él intacta y macerada por el tiempo.

Eran estratagemas para cuidarme. Muy delicadas pero no improvisadas, y efectivas. Me acompañó en mis primeros pasos como cura diocesano mostrándome su confianza, y así, como experto pedagogo, me hizo crecer. Por eso me invitó muchas veces a Zafra, incluso a dar las charlas cuaresmales (nada menos), y por eso se confesaba conmigo, y yo me asombraba menos de su valentía que de su generosidad. Y cuando se jubiló y a mí me trasladaron a su parroquia junto con Manolo Cobo, me dijo que comprendía el disgusto, pero que egoístamente se quedaba tranquilo de dejar la Candelaria en buenas manos. Educación exquisita, inteligencia pastoral.

Hoy Pedro Mancha ha dicho que ha sido Joaquín "un gran sacerdote", y Don Santiago lo ha llamado "padre en el Espíritu". A mí siempre me ha parecido también un sabio, de ideas muy avanzadas a pesar de su edad, siempre a la última en lecturas, en formación. Varias veces, después de charlar un rato en su despacho, ha insistido en que me llevara libros o folletos, "que tú los aprovecharás más". Les tengo mucho cariño a los tochos de Hans Küng, en la edición antigua, que él me regaló, con su firma. Cuando los veo me hacen sentir un poco heredero indigno de un compañero excepcional, de la estirpe de los que tuvieron que materializar el Concilio en medio de las mareas de aquellos años.

Ha sido un honor llevar tu cuerpo, querido Joaquín, como cura de tu presbiterio diocesano. Estoy orgulloso de ser compañero tuyo y ten por seguro que nunca te olvidaré. Tú tienes "tus cosas", como todo el mundo, pero eres un caballero, y, como dicen de la señora Ruth en "Tomates verdes fritos", un caballero siempre sabe cuándo irse: ¿es que sabías que el obispo tenía que estar esta misma tarde en Zafra para confirmar y has querido ahorrarle un viaje? No. Seguramente has elegido este primer domingo de Adviento para que recordemos que al Señor hay que esperarlo de pie y espabilados, como tú caminaste siempre.