viernes, 28 de febrero de 2014

ESTOS AFANES

Aquí va la prodigiosa poesía de Eugenio Campanario, junto con la imagen exquisita de Lolo Matos, titulada "Afanes senegaleses". ¡Gracias, compañeros!
 

Estos afanes urgentes de cada día:
tener la palabra dulce
que descubre los rincones del alma;
sonreír con quien estrena años
como una sorpresa gozosa;
poner la mano en el hombro
del hombre que llora,
de la desolada mujer,
del anciano que la mentira manipula.
Los afanes del verbo
que se agita por verse escrito,
parido y  sangrante
en medio de la vida.
Los afanes por dejarse empapar
de alma, de luz, de sonidos amables.
Afanes que cansan,
que te desorientan en las plazas públicas
y te ayudan a saberte habitado
en las horas tristes o solitarias.
Afanes que te visten y desvisten,
te regalan y te despojan,
te enamoran
y te hacen llorar en las esquinas
de las noticias oscuras.
Afanes que sustentan tu vida
y le dan sentido.
Afanes perseguidos y amados.
A veces, encontrados, en plenitud.
Benditos.

lunes, 24 de febrero de 2014

UNA IGLESIA EN SALIDA


Eso es lo que nos pide el Papa, que salgamos. Concretamente en Evangelii Gaudim 20-24: "Fiel al modelo del Maestro, es vital que hoy la Iglesia salga a anunciar en Evangelio a todos, en todos los lugares, en todas las ocasiones, sin demoras, sin asco y sin miedo. La alegría del Evangelio es para todo el pueblo, no puede excluir a nadie" (EG 23)

Salir...

Pues eso es lo que llevamos haciendo un par de domingos en Santa Ana: salir a celebrar la misa de 12:30 a la plaza. Jejejeje! No es que lo tuviéramos programado ni nada; simplemente aquel día, a la hora de comenzar, hacía un sol más rico... Y se le echaba tanto de menos después de tanta agua... Así que, ya revestido y todo, en vez de "El Señor esté con vosotros" dije: "¿Y si nos vamos afuera?". Y comencé a andar hacia la puerta. Por el camino escuché: "¿Pero es en serio?"...

Y oyes, corchete hervete. Cada uno cogió una silla, en un pis pas se trajo una mesita de altar, el pan y el vino, el leccionario... y listo. Los viejos arcos de la parroquia fueron sustituidos por el cielo azul. Rayos de suave calorcito rodeaban a la asamblea redonda, pequeña y relajada, alguno más que adormecido. La Mugrosa tenía que gritar cuando salió a hacer la lectura, y un aire algo impertinente arrambló con varias hojas de canto.


Así, viéndonos las caras, unos divertidos y otros descolocados, y todos sorprendidos, comentamos lo de poner la otra mejilla, comulgamos bajo las dos especies y sentimos que la iglesia es la comunidad, las personas, ni los edificios ni las normas ni los capisallos, y eso que yo llevaba puesta casulla, ¿eh? Y que la Eucaristía es algo muy sencillo y vivo, que no podemos dejar que se acartone.

Esto es todo por hoy. Nada importante ni serio, pero lo pasamos muy bien. Y ayer, nada más llegar a la sacristía, ya estaba La Elementa con las escopeta cargá: "¿Nos vamos a la plaza?". Jaja.

"La comunidad evangelizadora experimenta que el Señor tomó la iniciativa, la ha primereado en el amor (cf. 1 Jn 4, 10); y, por eso, ella sabe adelantarse, tomar la iniciativa sin miedo, salir al encuentro, buscar a los lejanos y llegar a los cruces de los caminos para invitar a los excluidos" (EG 24). Es que me encanta.

miércoles, 19 de febrero de 2014

ALCALDE TODOTERRENO

- ¿Quién es ese hombre que está ayudando a Piocho a quitar las hierbas de la puerta de la iglesia?
- El alcalde.
- ...

Al rato entró a saludar en medio de una reunión del equipo de Liturgia. Que cuando les toca trabajar a estos zagales le cuesta horas extras, que vino para por lo menos enseñarle a coger el cepillo, que desde luego qué se podría hacer para eliminar las palomas, que se cargan los tejados, y está recién puesto, y si llamando Mª Jesús a Medio Ambiente, lo mismo dan permiso, como cuando retiran los nidos de las cigüeñas, etc. etc. etc.

Y es que Manolo Machuca, nuestro alcalde, tiene una facilidad pasmosa para enrollarse. Es famoso porque habla un montón, lo explica todo con pelos y señales, le gusta conversar. Yo creo que muchas veces necesita que alguien le comprenda y le escuche, y aprovecha alguna oreja que él ve atenta para desahogarse, dar salida a las quejas que todos tenemos y que en él son muy especiales.

Porque es un auténtico todoterreno, un hombre que está volcado con su pueblo, que está a todo, para todo, las 24 horas del día, los 365 días del año y muchas veces solo. ¿Se rompe el grifo de beber en el parque? Lo llamas y él se encarga. ¿Hay un tormentón y se inunda el Abanico? Ahí está el primero con las botas achicando agua. Nos ayuda a montar el escenario de la velá de la parroquia, conduce el camión municipal para transportar las luces de Navidad, echa media mañana con los albañiles que están haciendo aceras nuevas, convence a su vecina para que se vaya a una residencia, y si hay una avería eléctrica o se funde la TDT, el teléfono se le colapsa.

No es nuevo: lleva muchos años por su pueblo, metido en los nudos de la política local, tan desagradecida y en ocasiones tan mezquina. Su madera es de viejo sindicalista de fundición, curtido en las mil batallas perdidas de los trabajadores rurales. Es un hombre de abajo que ahora tiene un sillón que no le da tiempo a utilizar porque te lo encuentras constantemente por la calle. Alcalde de pueblo chico, sacrificado, sin aureola, con el peso de deudas, mantenimientos y economías cogidas con alfileres.

Un servidor público sin más pretensiones, honesto y trabajador. Auténtico como antes lo fue Isabel (ver "Elogio suculento" de 17 de junio de 2011), dispuesto siempre a colaborar, a apoyar toda iniciativa que construya el bien común y dé vida a Santa Ana. Hombre humilde al que le gusta estar con todos, ser de todos, ayudar a todos. Y que sabe ocupar su lugar; y si tiene dudas, se le puede aconsejar. Nos hace falta gente como Manolo, políticos cuyo mejor curriculum sea la pasión por su pueblo. Gente que aparque intereses personales, que cuando duerma sueñe con su pueblo y, al levantarse, coja el sacho.

sábado, 15 de febrero de 2014

UNA EXPERIENCIA NUEVA


Hacía calor y por tanto yo sudaba (como siempre), pero no porque estuviera especialmente incómodo. Total, no era más que una entrevista para una página de internet que recibe más de tres millones de visitas al mes...

No, en serio, no fue difícil. Primero porque el lugar es chiquitito, la redacción de Periodista Digital es una pequeña caja de Pandora capaz de generar un alud de contenidos desde un puñado de máquinas. Pero además es que te lo ponen fácil. José Manuel Vidal y Jesús Bastante nos estaban esperando con la sonrisa de guardia. En un tono muy desenfadado y relajado, nos pusieron un café en el office y rápidamente mi amigo Miguel Ángel Moreno y yo nos sentimos como en casa.

De alguna manera la entrevista empieza ahí, con esas confidencias ligeras, que se sueltan entre risas y tanto gustan a los periodistas, pero que hay que cuidar que no se te desmadren... Así ellos toman el puso a la vida de esa iglesia cotidiana, que no sale en primera plana, construida con sudores de esfuerzo y no de calefacción. Se empapan de las cosas menudas "de abajo", y en ese elemento noté que maniobran cómodos.

Retiramos las tazas y subimos apenas dos escalones al plató. Una cámara también talla S apunta a las dos sillas ante los micrófonos. La conversación acude fácil con la inercia que traemos del cafelito; no conozco las preguntas pero todo va saliendo como tirando del hilo, con naturalidad, sin mucho artificio. Me interesa contar lo de Pistas para el Diálogo (le dedicaré otra entrada) y lo recalco; no me intimido cuando saca el tema de mi librito; y se me llena la boca cuando se trata de hablar del Papa. Y el corazón.

Ni siquiera las fotos ante la estantería circular son pesadas. Bajamos y seguimos charlando un ratillo, contando cosas más personales, siempre muy a gusto. Llega el gran José Luis Cortés y tengo la oportunidad de estrechar la mano que logra dibujar la frescura de la fe. Vidal nos regala varios libros y al ratillo nos vemos entrando de nuevo en el Metro contentos como truchos.

Ya saben los que me conocen que no es lo mío ser muy protagonista, pero esta vez era por una buena razón y entre gente salá y de confianza. Recuerdo haber ido un par de veces a la tele en Mérida o en Sevilla, y siempre salía diciendo que "en la tele todo es mentira". Pues en Religión Digital la cosa fue muy espontánea y sencilla. No todos los días le hacen a uno una entrevista tan chula y tenía que contarlo. ¡Espero que os guste!

martes, 11 de febrero de 2014

ENSAYAR ES GRATIS

En este frágil esquife* siempre a punto de naufragar que es la catequesis, ya comentamos aquí que se impone probar cosas nuevas, distintas, innovar, ensayar, "a ver qué pasa"; puesto que los métodos de siempre conducen habitualmente a los acostumbrados fracasos (29 de abril de 2013).

Los estamos intentando en el Valle de Matamoros ese curso, con un mini-grupo de dos muchachos de segundo de Confirmación, Nerea y Raúl. Se trata básicamente de que ellos hacen cada semana un ejercicio sencillo de contemplación de escenas del Evangelio. Aprendimos el primer mes, con un esquema ignaciano clásico pero simple, adaptado a su edad:

1. Busco mi momento, mi espacio y mi postura adecuados.
2. Me relajo y me concentro con alguna técnica fácil: centrarse en la respiración, recorrer y "soltar" las partes del cuerpo, fijarse en los sonidos exteriores y dejar la mente en blanco, etc.
3. Caigo en la cuenta de que estoy en la presencia del Señor, en su compañía.

4. Leo el texto del Evangelio que voy a contemplar.
5. Me imagino el lugar físico de la escena.
6. Contemplo a Jesús y a las demás personas como si yo estuviera allí presente: veo sus rostros, sus ropas, oigo lo que dicen, miro lo que hacen...
...y anoto en mi cuaderno lo que siento, lo que me sugiere.

7. Dialogo con Jesús "como un amigo habla con su amigo". Le cuento lo que me pasa, le doy gracias, le pido lo que necesito...

Durante la semana ellos trabajan el texto correspondiente. La reunión del martes empieza revisando cómo les ha ido, la experiencia que han tenido, qué sentimientos despertó el ejercicio en ellos, cómo ha sido el encuentro con Jesús, ¿han podido hablar con Él?, etc. A continuación, ese pasaje lo "enganchamos" con el contenido que estamos tratando, siempre dentro del esquema ver-juzgar-actuar, conectando con la vida y abriendo al compromiso. Nos valemos del material de Galicia tuneado por Nacho Pérez y la gente de Olivenza.

Así que los  "temas" comienzan con el encuentro personal con Jesús a través de la contemplación evangélica. El trabajo de grupo es más corto, menos escolar, y depende más de lo que ellos traen visto, oído y sentido; y además aprenden sin darse cuenta a orar, pueden ir adquiriendo hábitos y dinamismos de relación cotidiana con el Señor.

¿Que qué tal por ahora? Pues creo que bastante bien. Noto que vienen con el texto trabajado; a su modo, pero se ve que lo conocen. Dicen que sí, que le cuentan cosas a Jesús en el punto 7, y que Él les habla también. Y cuando en alguna ocasión hemos hecho la contemplación juntos, estábamos los tres en total silencio, relajados, orando... Os aseguro que es una gozada que no tenía en mi largo registro de catequista repetitivo y previsible. ¡Lo recomiendo!

No creo que sea la panacea. Pero es algo que se mueve y "se sale". Si nos estrellamos, pues cambiamos de nuevo. Se admiten más ideas.

* Ver "Astérix en Bretaña"

miércoles, 5 de febrero de 2014

UN DOCUMENTO PAPAL QUE ME HACE REÍR


¡Qué gozada! ¡Cuánto he disfrutado en la primera lectura de la exhortación apostólica del Papa La Alegría del Evangelio! Confieso que nunca antes un escrito vaticano había despertado en mí tanto interés. Confieso que la mayoría de los anteriores que he leído me han aburrido soberanamente. Pero éste me ha hecho sentarme al borde de la silla, me ha arrancado sonrisas y algunas carcajadas, increíble pero cierto. Lo he utilizado hasta en homilías... El Papa Francisco es un mago.

Así que me lo he comprado (también la primera vez que lo hago). Y ahora voy a releer la exhortación con detenimiento, voy a analizarla, a subrayarla, reflexionarla, a dejarme interpelar por ella para ir haciéndola vida.

Mi compañero Antonio Sáenz, el párroco de Celendín (Perú), me envió hace algunas semanas una especie de radiografía del escrito. Ahí va:

En clave dialéctica, destaco algunos acentos que me parecen significativos y que indudablemente señalan una ruta y apuestan por un estilo.

· Lenguaje accesible, sencillo, popular, antes que técnico.
· Los demás por encima de los propios intereses.
· La vida se acrecienta dándola, no encerrándose en el aislamiento y la comodidad.
· Mejor sumar que restar.
· Misericordia y amor  por encima del juicio.
· Más reino que iglesia.
· Más Jesús que Papa.
· Más fuera que dentro.
· Mejor una iglesia accidentada que enferma.
· Más teología y menos moralismo.
· Más evangelio que catecismo.
· Más pascua que cuaresma.
· La gracia es más fuerte que el pecado.
· De una pastoral de mantenimiento a situarse en clave de misión.
· Olor a oveja y no a perfume de despacho.
· Optimismo mejor que pesimismo paralizante.
· Arriesgarse desde la dimensión social del evangelio en lugar de privacidad cómoda.
· Mayor atención a responder a la sed de Dios que al ateísmo.
· Compromisos fraternos antes que experiencias subjetivas sin rostro.
· Facilitar el acceso a la gracia por encima de controles.
· Iglesia casa, no aduana.
· Iglesia: Antes pueblo que institución orgánica y jerárquica.
· Alegrarse con los frutos ajenos para combatir la envidia.
· Sí a la unidad; no a celos, divisiones e imposición de las propias ideas.
· Sí al diálogo; no a la imposición.
· Antes la persona que el dinero.
· Los pobres antes que los ricos.
· No a un sistema económico que en lugar de dar vida, mata.
· No al sistema globalizado del descarte y el derrame; sí a la inclusión y a la equidad.
· Pasar de la dictadura de la economía consumista a una economía con orientación antropológica.
· El dinero es para servir, no para gobernar.
· Las periferias antes que el centro.
· Más acento en la  justicia y la caridad  que en la templanza.
· Más preocupación por  la situación de los pobres que por la de la bolsa.
· La sinodalidad antes que lo individual.
· Los pastores, que son minoría, al servicio de los laicos, la gran mayoría.
· La promoción social y la formación de los fieles antes que cierto cristianismo de devociones.
· Conectar e integrar antes que aislar y proteger.
· Conversión pastoral y misionera para desterrar el “siempre se ha hecho así”.
· Entusiasmo misionero y no realización de tareas forzadas.
· Pocos preceptos, para que la religión sea un ejercicio de libertad y no una esclavitud.
· Dar la vida por los demás es preferible a aferrarse a seguridades económicas, o a espacios de poder y de gloria humana.
· En la pastoral más atención a las personas que a la organización.
· Fervor espiritual sí; fanatismo no.
· Audacia por encima de dudas y temores.
· Toda palabra en la Escritura es  don antes que exigencia.
· Dejarse penetrar por la Palabra antes de transmitirla.
· Que el anuncio del kerigma  exprese el amor salvífico de Dios previo a la obligación moral y religiosa.
· Respetar la libertad antes que imponer la verdad.
· Ser alegres mensajeros de propuestas superadoras, custodios del bien y la belleza antes que expertos en diagnósticos apocalípticos u oscuros jueces que se ufanan en detectar todo peligro o desviación.
· Peregrinos sí, errantes no.
· Dejarse evangelizar antes de evangelizar.
· Renovación, no mantenimiento.
· Aprender de los pobres antes que enseñarles.
· Privilegiar los tiempos de los procesos a los espacios de poder.
· Unidad por encima del conflicto.
· La realidad es más importante que la idea.
· El todo es superior a la parte.
· La fe no debe temer a la razón, sino buscarla y confiar en ella.
· Confianza en el compañero de camino en lugar de recelos.
· No es lo mismo tratar de construir el mundo con el Evangelio que hacerlo sólo con la propia razón.
· Dar razón de nuestra esperanza con dulzura y respeto, no señalando y condenando.
· Ser hombres y mujeres de pueblo y no príncipes que miran despectivamente.
· La fecundidad prevalece por encima de la cuenta de resultados.
· El Espíritu escapa a cálculos y controles.

Y, como colofón, llamadas a la ternura, a abrazar la cruz e invitaciones a la alegría por todo lo alto. ¿Hay quien dé más? Léanla. Nadie va a quedar indiferente. La mayoría va a disfrutar.

Antonio Sáenz Blanco

domingo, 2 de febrero de 2014

COMO EL TÍO DE "BAILANDO CON LOBOS"

- "Dónde estás?" - me pregunta al teléfono el otro día un compañero a las 11:30 de la mañana.
- "En el Valle de Matamoros" - contesto yo.
- "¿Y qué haces ahí?" - sigue él.
- ...

Buena pregunta. ¿Qué hago yo un martes a media mañana en un pueblo extremeño de 400 habitantes literalmente desierto, paseando por las calles semicongeladas, sumergido la niebla, sin casi ver un alma y con el silencio atascándome los oídos?

Pues nada. Así como suena. Llego, entro en la tienda de Encarna, saludo a quien haya, bromeo, comento, compro el pan, escucho, sonrío (o lo intento). Luego trato de ver a algún anciano y/o enfermo, toco con los nudillos en la puerta, no se siente nada, demasiado temprano, de vuelta a los corrales, casi me resbalo por la cuesta de la calle Laguna, olvidé el paraguas, vayapordios...

Nada. En la tarde es aún más árido y vacío el panorama. Te pones al lado del pilar del Paseo o del Coso y solo aprecias el murmullo del chorrito de agua confundido con alguna protestona ráfaga de viento. Es un clima durísimo, áspero, como la misión.

Pero tengo que ir. Es mi pueblo, me lo han encomendado. Tengo que ir aunque sea para saludar. Aunque a veces me siento como el teniente John Dunbar, enviado a un puesto en la frontera del territorio indio sin ningún tipo de compañía. El relevo no llegaba, Kevin Costner se afeitaba y, aunque estaba tan atacado de soledad que se puso a hablar con el lobo Calcetines, el tipo no cejaba, él ahí, firme en su posición, cumpliendo con su deber.

Esa perseverancia, que por momentos linda con lo grotesco, le lleva a hacerse amigo de Pájaro Guía y conocer así la cultura de los sioux, ser aceptado entre ellos y poder trabajar para eliminar la enemistad con los rostros pálidos. Y además se echa una novia, En Pie con el Puño en Alto. En el lejano oeste como aquí, el que no corre vuela.

Voy porque hay que estar, hay que patear el pueblo. Gratuitamente. Quizá para mostrar que eso es lo que hace Dios, recorrer humildemente nuestros caminos a ver si nos dejamos encontrar, para querernos, sin pretender "sacar nada" de nosotros, sin que haga falta que creamos en Él o nos apuntemos a nada.

Eso es lo que hago ahí. Nada. Y encima, en vez de En Pie con el Puño en Alto, aparece Gabina y me invita a galletas de vainilla. Ay madre.