Que recuerden los más
antiguos del lugar, es la primera vez que se realiza en el Vicariato un
encuentro de este pelaje. Ante la expectativa de lo nuevo, nos
sentíamos emocionados, especialmente el baby equipo vicarial de Pastoral
Social, que tan solo tiene cuatro meses de vida y pocas reuniones.
En realidad, se trataba
de “sacar del arca lo nuevo y lo viejo” (Mt 13, 52), porque la acción social
está en el ADN del Vicariato desde sus orígenes, forma parte de su identidad.
En los años 40 y 50 del pasado siglo los pioneros canadienses construyeron
colegios, postas de salud y hospitales, internados, comedores, leprosorio… llegando
antes que el Estado peruano a esta región de la Amazonía profunda. Y eso
constituyó un 75% de su misión; al resto lo llamaban “ministerio”: sacramentos,
construcción de capillas… Se puede ver en este afiche anterior a 1955:
El Vicariato siempre
ha estado muy comprometido con las pobrezas de nuestra gente, especialmente en
el rubro de salud; pero en la última década creo que el interés y el
esfuerzo han ido virando hacia “lo específicamente evangelizador”:
catequesis, formación de animadores, preparación a los sacramentos. De hecho,
un vistazo a los POAs (Plan Operativo Anual) de los puestos de misión muestra
la clamorosa ausencia de acciones programadas en la dimensión social.
Asoma acá la patita
un equívoco que se ha filtrado en la mentalidad de más de un misionero y agente
de pastoral: involucrarnos decididamente en las luchas del pueblo,
especialmente de los más vulnerables, no es propiamente evangelizar, sino una
especie de yapa para los más “progresistas”. Tal vez por eso lo que
antaño fue opción clara y decidida, ahora no esté organizado ni conscientemente
potenciado.
Fue pues reconfortante
armar y estar en un encuentro dedicado exclusivamente a la Pastoral Social,
donde se habló todo el rato de derechos humanos, cuidado de la Casa Común,
trata de personas, educación de baja calidad, discapacitados, ancianos, acceso
a agua potable y saneamiento, abusos a menores, seguridad alimentaria, derrames
petrolíferos, violencia contra la mujer, servicios de salud, minería ilegal, narcotráfico…
Estos son nuestros temas porque son los que al pueblo menudo le
duelen. Y así nos lo corroboraron los agustinos Manolo Berjón y Miguel
Ángel Cadenas, obispo de Iquitos, con una amplia experiencia en este Campo.
Facilitadores del
CAAAP1 nos brindaron fabulosas lentes para reconocer esta realidad
sangrante y nos ayudaron a sentipensarla: a dejar brincar su poso en el
corazón y sintonizar con las llamadas apremiantes de Diosito vivo en los
pequeños. “Llorar limpia la mirada” y dispone el ingenio, porque la
sensibilidad da paso a los proyectos apasionados, los desafíos reclaman
conversión, cambiar, remover obstáculos y actuar.
Así hicimos. Los
expertos de CEAS2 llegados de Lima nos propusieron una reflexión
más sistemática contemplando primero a Jesús y su praxis liberadora, pasando
después a conceptos y enfoques clave en acción social, y finalmente, en un
esfuerzo de concreción, dando a luz algunas coordenadas orientadoras en esta
búsqueda de una pastoral social vicarial vigorosa y articulada.
Esa precisamente fue una idea-fuerza: articular. Pero
también crear sinergias, lograr incidencia para cambiar las
cosas, trabajar en red con otras instituciones y organismos. Soñamos
con una pastoral Social verdaderamente profética que permee toda la misión del Vicariato. Soñamos
con una “Oficina de defensa de la vida y de la cultura” en Punchana que funcione
como un corazón que bombee (animación, formación, asesoramiento a los puestos
de misión…) y que reciba casos, acompañe a los misioneros y agentes, y sea
“adónde llamar” en el día a día.
Dos días preciosos, repletos de risas, en los que hemos
vivido todos los fenómenos meteorológicos posibles en la selva: calor
sofocante, viento huracanado, bruta lluvia, rayos y truenos, sol
abrasador. Los refrigerios y desayunos estuvieron muy ricos, y hasta hubo torta
por el cumpleaños de Óscar de Mazan, ¿qué más podemos pedir? Los sueños se
construyen juntos; los de Dios son siempre como un collage o una sinfonía, en
la que has de ser valiente tanto para entonar como para dejarte llevar.
1 Centro Amazónico de Antropología y Aplicación
Práctica. Vinieron Manuel Cornejo, su director, y la abogada Verónica Shibuya.
2 Comisión Episcopal de acción Social. Estuvieron
con nosotros Silvia Alayo -secretaria ejecutiva- y Javier Jahnke.
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