sábado, 3 de mayo de 2014
ALCALDES BAJO LA ENCINA
Cuánto nos duele en el Movimiento Rural Cristiano la pretensión de la nueva ley de reforma local de limitar competencias a los ayuntamientos, y especialmente a los de los pueblos pequeños. Llevamos todo este curso a vueltas con este problema, tan desconocido para la opinión pública y a la vez tan relevante para los vecinos de a pie. Y ese fue el tema que centró nuestro encuentro anual, el 1 de mayo, del Día del Mundo Rural de Extremadura en Almoharín.
Necesitábamos informarnos, comprender para concienciarnos, para poder tener una postura y explicarla; y por eso llamamos no a doctores ni a tertulianos, sino a un grupo de alcaldes de pueblos chicos y de Entidades Locales Menores, gente en su mayoría joven que, con generosidad, aceptó acompañarnos en una soleada mañana junto a la ermita de Sopetrán. Se dirigieron con frescura, buen humor, sencillez y claridad a un florido grupo de cristianos entre los que se encontraba el obispo de Coria-Cáceres, Don Francisco Cerro, que llegó, saludó sonriente, se sentó en su silla de playa y se puso a escuchar como uno más, con atención y agrado.
Fue un verdadero gustazo escuchar sus explicaciones y testimonios, pegados a la realidad de cada día. Sus temores de que esta "Ley de Racionalización y Sostenibilidad de la Administración Local" supone un notable recorte de la capacidad de gestión de los ayuntamientos más pequeños, la supresión de ciertos servicios, la privatización de muchos otros, y un retroceso de lo conseguido en derechos sociales y bienestar en las últimas décadas a través de la administración cercana.
Nos contaron multitud de anécdotas de la vida cotidiana, la aventura de cómo fueron capaces de organizarse desde el mismo momento de la publicación en el BOE del anteproyecto de ley, uniéndose hasta formar una federación, y superando colores e intereses partidistas cuando se trata de luchar por la gente de a pie y la democracia. Fue estimulante conocer a un grupo de hombres y mujeres que hacen pensar que la clase política no está perdida del todo, que hay políticos realmente comprometidos con sus pueblos, que buscan con sinceridad el bien común.
Además, nos agradecieron repetidamente que les hubiéramos invitado. Y vaya si les aplaudimos. Y tras sus intervenciones, allí mismo, las encinas hicieron de catedral, y las palabras derechos, organización, libertad, participación, servicio, resonaron con su registro evangélico, llenando una preciosa celebración de la Eucaristía. El obispo nos habló de encuentro con el Resucitado por los caminos de la vida, en medio de las frustraciones, sembrando esperanza, construyendo Reino. Fuimos formando una gran cadena multicolor, simbolizando que la unión hace la fuerza: militantes, vecinos, políticos, jerarquía... juntos para dar vida a nuestros pueblos.
La mesa del altar tuvo que alargarse para acoger tantísimos manjares, y al rato fuimos conquistados por el sabor de la tomatera y las carcajadas de las actuaciones que amenizaron una estupenda sobremesa. Así transcurrió un día magnífico, con naturalidad, alegría y un ambiente sano y optimista, la fiesta de este pedazo de Iglesia palpitante que es el Movimiento Rural. Tumbado una mijina en la siesta pensaba que Jesús el Señor hubiera disfrutado con nosotros; hasta que Ángela dijo: "¡César, que te duermes!".
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