Queridos compañeros sacerdotes del Instituto Español de
Misiones Extranjeras: esta entrada tiene la descarada intención de influir
en su importante elección acerca del lugar de la Amazonía donde van a iniciar
una nueva brecha misionera. A los miembros de la Dirección General y a los
directamente implicados les digo sin ambages ni rubor: ¡escojan San José del
Amazonas y no se arrepentirán!
Podría escribir cosas más “espiritualmente correctas” como:
“ojalá hagan un buen discernimiento”, “sopesen las alternativas basados en
buenos informes”, “tómense su tiempo”, “vean los pros y contras y lo que Dios
quiera”… y otros adagios similares aparentando una supuesta neutralidad, pero
no voy a caer en esa impostura porque ya somos grandes, nos conocemos bastante
y para mí está claro: su sitio está en el Putumayo peruano.
¿Y cómo así tengo esa seguridad? Porque el estilo del IEME
está en las raíces de mi identidad como misionero presbítero diocesano desde
hace veinte años. Varias veces participé en las convivencias de animación que
organizaba el EFAM, me empapé de su espiritualidad y de las intuiciones
centrales de la organización: trabajo en equipo, inculturación, respeto por
los procesos de las iglesias locales, apuesta por los laicos, cuidado del
carácter secular, conexión con las diócesis de origen.
Todo ello está en las líneas inspiradoras de mi proyecto de
vida. Y ahora Diosito regala al Vicariato San José la posibilidad de que un
equipo IEME se una a nuestro proyecto… ¡es una bendición! Necesitamos
misioneros capaces de descalzarse con humildad, suspender sus programaciones
previas, sumergirse en estas culturas y amar con ternura esta tierra y sus
pobladores. Ustedes son perfectamente capaces, y lo han demostrado en los días
que han compartido con nosotros en Estrecho.
Han soportado calor asfixiante, ataques de moscas y zancudos,
un internet chueco; han ido con los niños a ver el caballo y el toro,
han comprobado la precariedad de los medios sanitarios, se han ganado a los
alumnos del colegio en un rato; han escuchado atentamente al Consejo de
Pastoral haciendo preguntas certeras, han navegado a Marandúa y a Horizonte,
donde se dejaron impactar por la pobreza general, la debilidad de esta
iglesia y la acogida de la gente, que les invitó a masato.
Este puesto de misión lleva veinte años sin la presencia
estable de un sacerdote. El responsable es Félix, un laico de etnia murui.
No cualquiera está capacitado para entender el camino y la originalidad de la
comunidad cristiana de acá; como decía Ángel en la reunión, la iglesia es
laical, y un buen trecho de la navegación hacia la sinodalidad ya fue
recorrido. Tal vez más por necesidad que por convencimiento, y por supuesto
con todas las limitaciones, pero la realidad es que en este rincón fronterizo
hemos avanzado, esta gente lo ha hecho a su manera, pero lo ha hecho. Y
eso lo han de saber leer los que llegan, para impulsar, para acompañar, para
reforzar, pero nunca para truncar con el sutil pero destructivo virus del
clericalismo.
Ustedes son los indicados, todo el mundo lo ha visto. Por
favor, vengan a quedarse junto a nuestro pueblo lindo, ellos les necesitan y
les merecen. Les garantizo que los afortunados que acá aterricen se sentirán
felices y plenamente realizados como misioneros. Aprenderán, disfrutarán y
servirán, atendiendo al llamado del Papa a soltar amarras y adentrarse en la
Amazonía con el corazón abierto de par en par.
He de confesarles que, sin darse cuenta, han tomado agua del
Putumayo; así lo habíamos urdido con María la cocinera, y ya es irremediable.
Todo el IEME está seguramente enamorado. Ustedes son para nosotros, para el
Vicariato San José del Amazonas. Gracias por su generosidad. ¡Les esperamos!
4 comentarios:
Apoyo total!
Disfrutamos. Gracias por tu propuest
César. Eres un inspirado de Dios, ¡Birn ahí esa manera de animar a optar por VASJA!
DIOS OS APOYA EN TODO LO QUE HACEIS POR (EL) SEGUID EN LA BRECHA
ENSEÑANDO TODO LO QUE HABEIS RECIBIDO GRATIS ...... EL CIELO OS ESPERA JUNTO CON TODOS A LOS QUE VAIS EVANGELIZANDO. Animo.
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