Vaya nochecita ayer... A las 3 de la mañana empezaron a desfilar las acelgas de la cena, la ensaladilla rusa de mediodía... Me levanto; me acuesto; las tripas rugiendo como Chiwaka; oootra vez arriba. Si los del satélite de vigilancia estaban atentos, se habrán quedado extrañados: "¿dónde va este ahora otra vez?". Ay. Es que estoy malito.
Quería ir hoy a la asamblea de Cáritas. Y lo intenté, oyes. Después de horas con los ojos emparempaítos me levanté, me senté en el sofá... y tuve que esprintar hacia el WC. No entremos en detalles de lo que ha salido por ahí. Flojo del tó me duché (estaba helado), me vestí (congelado) y me fui al Mercadona a comprar Aquarius. Pero no me sentí capaz de conducir hasta Almendralejo, así que me vine a casa a acostar.
Metido dentro de la falda de camilla, tapado hasta las orejas, sin lograr que las manos y los pies recuperasen la temperatura y bebiendo electrolitos a sorbitos he pasado la mañana entera. Como el Abanico (la parte baja del pueblo) está levantado por una obra gigante, la calle Coronel Jiménez está cortada y los coches no suben, así que no se oye ná, parece un pueblo fantasma.
Así me he tirao el día casi entero, eso es lo que puedo contar. Solo, en silencio casi sin poder abrir lo sojos. A mediodía me iba a explotar la cabeza, así que pasé a zampar paracetamoles, que me hacen sudar, sentirme mejor o pegar el bajón alternativamente. Me he levantado justo a la hora de la misa, y a pesar del frío glacial sentía el cuerpo empapado y cortado, el tarro zumbando y una debilidad que casi tiro el cáliz.
El virus asqueroso y maligno ataca y te trastoca todos los planes. Hay que aceptarlo y punto; aunque los veranos en África fueron un buen entrenamiento: cuando estás malo no hay más remedio que parar. Recuerdo aquel anuncio de Micebrina: "usted no puede detenerse por ese resfriado". Que no dice...
2 comentarios:
QUE LASTIMA TE HAS PERDIDO SAN BLAS.
Vaya, no sabia k estuviste tan jodidillo y todo por un bichito verde? Ja,ja pos ya te llamo a ver
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