¡Pero bien bien! Hacía muchos años que no me atrevía a disfrazarme por la calle (qué vergüenza), pero esta vez me han convencido con el rollo de vestirnos una buena panda. Que se encargaban ellas de elegir el traje y yo les dije: "mirad a ver, que como no me guste me quedo en casa". Pero oyes, no estaba mal (en concreto el de aquí a la derecha) y la compañía mejor. Es un milagro encontrar amigos allá por donde voy, un gustazo que casi no me lo creo.
Mi sobrino Manuel me había pegado una gastroenteritis que me acostó el sábado a mediodía, pero mi peña empezó a entonarse con la comida y así hacer acopio de ánimos para el pasacalles. Eso sí que es superior a mis fuerzas y lo vi como otros años desde la puerta de la iglesia, pero dicen que se lo pasaron tan bien que lo voy a reconsiderar. Lo malo es que me perderé los "homenajes" que me hace la gente al pasar: me saludan, me corean... y me riñen: "¿por qué no te has vestido?".
Me encanta ser una persona normal y corriente, como cualquier otro. Y de hecho a nadie le extrañó verme disfrazado. Me había apuntado a colaborar en la barra y despaché cubatas y montados como hago en la velá de la parroquia; sin problema. Estuve parriba y pabajo y hablé con un montón de personas; de hecho, me dijeron cosas muy bonitas (seguramente bajo los efectos del alcohol): "encantado de conocerte, me han habldo bien de ti", "ayuda que esté usté aquí", "haces lo propio pater, aquí es donde la iglesia tiene que venir". Y es cierto; seguramente en este rato saqué más que con un viaje de misas. Siendo el que soy, "uno de tantos", con el piloto de párroco desconectado, sanamente despojado de mi rol con su solemnidad.
Llegó la hora del bingo; lo habíamos organizado desde la parroquia y todo el mundo tenía a Burkina Faso en la boca; a mi venían a pedirme cartones en mitad de la pista, gente incluso de fuera... Se logró de manera muy sencilla que la solidaridad fuera también parte de la fiesta. ¿No es eso un mecanismo del Reino?
Le puse una copa a Ramón el del bar y nos reímos comentando que "se han cambiado los papeles"... En carnaval cada cual juega a ser quien no es; pero yo soy feliz de empezar a ser yo mismo para esta gente, para mi pueblo. Y no me refiero a ser solamente "el cura", porque eso es fácil y lo tienes el día que llegas. Lo grande, lo que me emociona, son estas palabras:
Uno: "- ¿Quién es tu amigo?"
Nicolás: "- ¿Este, el rey?"
Otro: "- Es el cura"
Nicolás: "- No es el cura, es César, coño".
3 comentarios:
PARA MI QUE ERES UN SANTANERO MÁS Y ESO LO VAS A SER SIEMPRE PORQUE TE QUEREMOS UN ABRAZOOOOOOO.
QUE RECUERDO DEL VIERNES DE CARNAVAL,CON LAS CATEQUISTAS Y NIÑOS,FUERON SOLO DOS AÑOS PERO NO ME DIGAS QUE NO LO PASAMOS BIEN,Y CON MENDIGAS PIDIENDO Y TODO,MENUDO VALOR.ME ALEGRO QUE LA GENTE TE QUIERA,Y ESO ES UN BUEN REGALO PARA EL DIA DE HOY, COMO DICE LA CANCION ES DIFICIL CONOCERTE Y NO QUERERTE UN POQUITO.UN ABRAZO.
Pero que bien la pasas César y me alegro que así sea.Por lo visto el cariño por tu comunidad te a llevado a esta hazaña de disfrazarte, que de seguro no te habrá resultado sencillo. En hora buena que lo pudiste hacer. Un abrazo querido amigo.
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