sábado, 5 de noviembre de 2011

ASESINADO EN MÉRIDA UN CRISTIANO ANÓNIMO

La vida de Juan Antonio Montero se truncó cuando se agachaba al borde del camino a atender a uno de esos inmigrantes, perdedores de nuestro mundo, que en él encontraban acogida y el aliento sanador de la solidaridad. Fue en mi ciudad el jueves pasado, 3 de noviembre.

Juan Antonio era maestro, compañero de trabajo de mi madre y amigo de mi familia. Hombre bueno y discreto, de esas personas que hablan con el tono bajo y que intentan siempre no molestar. Un hombre culto, educado y humilde, con un rico mundo interior, excelentes cualidades artísticas y una vocación de educador a la que se entregó por completo.

Cuando se jubiló encauzó su tiempo entre la pintura y su labor de voluntariado en la Oficina Municipal de Atención al Inmigrante. Allí conoció a muchos susaharianos, magrebíes, rumanos, etc.; les daba clases de español y luego les ayudaba de otras maneras más silenciosas: mi madre dice que a menudo le preguntaba dónde encontrar muebles de segunda mano, o alquileres baratos, ella le aconsejaba y luego él le contaba los resultados. Paciencia pero sin pausa.

"Don Juan Antonio" (que así le llamamos en casa porque dio clase a mis hermanas) es para mi el ejemplo perfecto de esos cristianos anónimos de los que habla Karl Rahner. Nunca fue muy "católico" y probablemente su posición intelecual fue muy escéptica hacia la religión institucionalizada; pero cumplió el Evangelio porque sencillamente vendó las heridas que encontró en las vidas de los inmigrantes. Juan Antonio tenía el Reino dentro de sí y lo sembró sin saberlo, sin ponerle nombre y sin estridencias, una mano siempre ocupada con el pincel sin saber qué hace la otra...

Mi madre, "Doña Elena", también directora jubilada del colegio Trajano, dice a menudo que “la vida es un tango mal bailao”; no mamá, la vida es una pintura, como esa que Don Juan Antonio te regaló y que tienes en el salón de casa, colores surcados de soledad y de esperanza, un bodegón que él que concluyó con su firma, que parece un garabato - como lo que el otro día le ocurrió - pero que es nada menos que su propio nombre. Hasta la vista, maestro.

PS: La crónica en el periódico "Hoy" de Extremadura:
http://www.hoy.es/v/20111105/regional/fallece-tras-apunalado-casa-20111105.html

2 comentarios:

Lucia dijo...

Lo siento,me supongo que habra sido un palo.Que pena despues de lo que haria el pobre para sacar adelante a tantas gente y asi se lo han pagado.

Morke dijo...

Un fuerte abrazo, amigo.