Estos días de final de junio a caballo entre la primavera y el verano son peculiares. Han concluído muchas actividades parroquiales (catequesis, grupos, etc.), pero es hora de rematar con las revisiones; ya no hay "demasiadas cosas que hacer", el verano nos invade (mi ahijado Saleh ha limpiado el patio de hierbas, prontó lo arreglarán, podarán mi limonero), pero estamos ya montando fiestas e historias veraniegas, obras y campamento.
La tarde, larga y lenta, cae sobre mi pueblo, abrasando los rumores de los pájaros y esperando las notas esperanzadoras y erráticas de los aprendices de la nueva Banda municipal, que ensayan al atardecer, allí, en el recinto ferial. Me siento, en este final de curso, cansado y colmado casi a partes iguales. Cierro los postigos de mi despacho e imprimo el proyecto parroquial, que Gabriel Corbacho me ha enviado esta mañana en su maquetación final. Imprimo y estoy orgulloso de lo que hemos caminado, intuyo lo que podemos lograr. Estoy impresionado de la ilusión que me hace una cosa tan sencilla como permanecer: será mi tercer año en mis queridos Valles, para construir, para crecer y aprender, para que cuaje el esfuerzo.
Estamos siempre sembrando, y la siembra tiene su propia belleza y su genuina dureza, pero esta tarde noto la agitación interna de la cosecha. Doy forma a las revisiones que ya hemos realizado, preparo los papeles para las que quedan estos días, veo resúmenes de cuentas, archivo órdenes del día y actas... octubre... Navidad... excursión... las confirmaciones... el Movimiento Rural... el proceso de elaboración del proyecto... y me asalta un íntimo alborozo, una satisfacción silenciosa y serena. Como los hombres que regresan de la siega, de noche ya, rendidos pero contentos.
Un curso extraordinario. Una cosecha preciosa, sencilla y verdadera. Un cansancio dulce, rebosante pero tranquilo. "Está usté mejor que cuando vino" - me dijo el otro día una mujer. "¿Más gordo?"- pregunté alarmado. "No, más esclarecío" - respondió. No creo que haya piropo más acertado.
2 comentarios:
" Y si surge tanta vida,
ofrece tus manos,
y el Amor
encontrará en ellas
su descanso".
Un saludo, "esclarecío"...
LLegaste sembrando, construyendo, nos enseñas a Aprender (con mayuscula)preparas el terreno, abonas, siembras y ¿que se puede hacer mas que intentar germinar?
Ojalá podamos,algún dia ,caminar a tu lado ,aunque tus zancadas sean un poco grande y nos cueste
seguirte.
Con un buen pastor, no hay oveja que se pierda.
Gracias por guiarnos, contigo vamos seguros.
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