Comenzó la Eucaristía de presentación, sencilla, con los cantos bien preparados y la presencia de los agentes de pastoral y de la gente de aquí de Mendoza. La iglesia casi llena, la lectura de mi nombramiento como vicario parroquial de las parroquias de San Nicolás, Huambo y Limabamba, la homilía de Ángel... y unas palabritas del nuevo sacerdote: "Muchas gracias por la acogida. Tendrán ustedes que ayudarme, sobre todo al principio, porque para mí todo es distinto y debo aprender de nuevo a vivir y a ser cura. Oren para que yo sea un buen pastor, con un corazón como el de Jesús".
Ahí me empecé a emocionar. No había Atlántico: estaban conmigo mis padres, mis hermanas y mis cuñados, mis sobrinos, toda mi familia; y también la gente de mis Valles, de Valencia, los talayeros, los valverdejos, los de la Lapa, los churretines, los monesterienses. Todos ahí apoyándome, como habéis hecho siempre, cerquita de mí. Y estaba el crucifijo, mi diócesis, mis compañeros. Y mis amigos, todos los que me queréis; una parte de vosotros está aquí en mí, en Rodríguez de Mendoza.
Me tocó dar la bendición y, por turno, comenzaron a salir para saludarme y darme la bienvenida: los agentes de pastoral de Huambo, de acá de Mendoza, de Limabamba, se ponían de pie, venían por el pasillo y me apretaban la mano, me abrazaban, me besaban. Luego los representantes de cada uno de los grupos de la parroquia: la catequesis familiar, los jóvenes de la JEC (que me regalaron una bolsa bandolera), los Amigos del Enfermo, el Consejo de Pastoral... Y finalmente todas las personas que lo desearon se acercaron a acogerme y felicitarme. Creo que saludé a toditos los que había en la iglesia.
Pasamos entonces al salón parroquial. Un gran corro de sillas y sobre el escenario, Jimy el presentador y Antonio el manijero de la música. Dieron paso primero a la actuación musical de hula-hula, jejeje. Después al grupo folclórico que interpretó un baile típico guayacho precioso (me acordaba de la Jota de Santa Ana). Y a continuación fueron subiendo todos los grupos de antes, tomaban el micro y decían unas palabras de bienvenida: "Gracias padrecito por haber venido... Le esperamos nuestro caserío-distrito-pueblo y le decimos que desde el primer día está usted en su casa... ¡Bienvenido!... Gracias por estar entre nosotros... Trabajaremos con usted para bien de la parroquia... Estamos seguros de que hará una gran labor acá... etc. etc.".
Doña Ladi con el grupo de Amigos del Enfermo |
Cuando concluía cada discurso, aplausos como cancha y ración de abrazos, besos y cariños. Y todo con un candor, una sencillez y una sinceridad que... Yo me sentía abrumado. No creo que nunca se hayan pronunciado las palabras "padre César" tantísimas veces en un rato. Se fue sirviendo el brindis: una pastita y un vasito de vino dulce tamaño chupito. El párroco hizo el correspondiente discurso y, después de más de una hora de fiesta, llegó el momento de la despedida... que fue personalizada: de nuevo abrazos, gracias y un "ya nos estamos viendo" a cada uno.
Así son acá, es el carácter de los guayachos, los habitantes del valle del Huayabamba. Aquí he caído. Es la tierra de la acogida y la amabilidad. Pobre y con muchos problemas, pero llena de gente cariñosa y agradecida; Antonio Léon, Fede, Lolo y Ángel siempre me lo han dicho. Pero vengo bien entrenado de mis pueblos, que han sido una magnífica escuela de calidez, de compartir, de querernos; allí he aprendido a ser cura por la calle, a buscar la cercanía con todos, a intentar tratar a cada persona con la delicadeza que merece, a acompañar con alegría, como uno más.
Gracias a los de acá por darme tanto sin conocerme; y gracias a los de allí por prepararme. Soy ya valenciano y santanero, y ahora quisiera algún día ser guayacho. Voy a poner todas mis fuerzas y mi corazón, como siempre. Eso sí, lo de bailar excede mis capacidades, que quede claro.
Los representantes de la JEC |
Las chicas del grupo folclórico bailaban descalzas y con el pelo muy largo |
2 comentarios:
¡Cuánto amor recibido,César!¡Qué gente tan agradecida!Nos alegramos muchísimo del gran recibimiento que te han hecho.Dios es justo y quien tanto da,siempre recibe.
Cuídate mucho.Se te ve más delgado en las fotos.
Un fuerte abrazo.
Feliz Navidad, para ti y toda tu familia .
Ascensión y Antonio.
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