La semana pasada en una reunión de curas hablamos largamente sobre la necesidad de construir un residencia sacerdotal en nuestra diócesis, cosa con la que estoy muy de acuerdo y creo además que se está enfocando de manera acertada.
En medio del debate alguien preguntó si hay algún estudio sobre los "usuarios potenciales" de la residencia, a lo que otro compañero conocedor de las estadísticas contestó que en ello andan, pero que él estaba en condiciones de avanzar algunos datos: con el nomenclator (otro palabro, es la lista de los sacerdotes con sus datos) en la mano, resulta que los 252 curas "en activo" que somos hoy pasaremos a ser aproximadamente 150 en 2030; en 19 años habrá 111 jubilados, y si a eso le restamos los que se puedan ir ordenando (hace cuatro años que no entra ningún joven en el seminario mayor...), total, que habrá que afrontar la tarea pastoral y evangelizadora de hoy... pero siendo 100 presbíteros menos.
Este dato me dejó pensativo; por la tarde, jugando al fútbol con mis sobrinos, me rondaba la cabeza y casi me cansaba antes de tiempo. Pero volvamos a la reunión. El caso es que esta prospección estadística, por otro lado ya conocida o al menos intuida, no suscitó comentario alguno. Pero a mi me plantea muchas preguntas: ¿qué quiere decir el Señor con todo esto? ¿Que lo estamos haciendo todo mal? ¿Que la Iglesia tiene que ser cada vez más más cosa de los laicos? ¿Que el trabajo por las vocaciones debería implicarnos más a todos? ¿Que no acompañamos suficiente y adecuadamente a los jóvenes?
¿Cuál es el plan para encarar esta nueva situación de reducción de curas que se avecina? ¿Hay plan? No estoy muy seguro, la verdad; pero me parece imprescindible pararnos a pensar. El dato es contundente, y a mi me tiene perplejo nuestra falta de reacción. Y lo que ocurrió después es sintomático: nos invitan desde Viajes Halcón a animar a la gente al viaje-peregrinación a Roma para participar en la beatificación de Juan Pablo II. Viaje de tres noches que cuesta mil euracos a pesar de crisis, japones, libias y gasoil a 1,30 (...).
Así acabó la cosa. Todavía estoy impactado por el contraste entre el dato y la propuesta, ese el regusto que tengo desde entonces.
5 comentarios:
"...habrá que afrontar la tarea pastoral y evangelizadora de hoy... pero siendo 100 presbíteros menos.". No creo que la labor pastoral (sacramentalización) sea del mismo calado, aunque sí será mayor el campo de la evangelización. De todas formas, mientras los presbíteros, además de eso sean albañiles, fontaneros, archiveros, secretarios de obispos, delegados de departamentos de la curia, profesores de religión, adminstradores de la economía parroquial, "Tours operators"... etc. Mientras esto sea así, que nadie se queje de que faltan vocaciones. En todo caso, faltan curas jóvenes.
A ver si hemos identificado enterga evángélica solo con ser sacerdote. A ver si el laicado solo es tropa, peor aún comparsa. A ver si no querer cuestionar nada, que nada se mueva, que todo siga igual, no nos deja ver lo que dice el Espíritu. ¿O es que el evangelio de Jesús no es atractivo? ¿O no es atractiva nuestra Iglesia? ¿O nuestra pastoral? ¿O nuestra manera de entender los ministerios en la Iglesia? ¿O acaso solo medimos que nuestra Iglesia va bien por el número de vocaciones sacerdotales y no por el servicio que presta al Reinado de Dios?
Y digo yo: y si lo que hay que revisar es un ministerio tal y como está en estos momentos en la Iglesia? No sería conveniente la ordenación responsable de aquellos laicos listos para presidir la asamblea cristiana? Vamos como se hacía en tiempos de San Pablo, con obispos de una sola mujer y no de ninguna (a lo mejor, esto no lo querría tampoco el apóstol, no sea que se diera por otros excesos ...)
Seamos sinceros, la culpa de que cada vez sean menos los curas que exitan, la tiene la poca fe que tenemos en la iglesia.Cada vez se casan y se bautizan menos gente.Esto quiere decir que la gente cada vez cree menos en la iglesia.Yo, sin ir mas lejos,no he bautizado a mis hijos,por tanto ellos nunca serán curas pues no conocen nada de la Iglesia ni de Dios porque entre otras cosas en casa no se habla de eso. UNICA SOLUCION.que los curas se casen y tengan hijos, de lo contrario en la Iglesia no quedará ni DIOS.
ESTO ES PREOCUPANTE,PERO Y SI LO QUE FALTA ES ESA MANO QUE TE GUIE Y TE ANIME A SEGUIR ESE CAMINO.Y MUCHAS VECES POR DESGRACIA CON REPROCHES Y MALAS CARAS,DUDO QUE NADIE TIRE POR ESE CAMINO.UN BESITO.
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