Son cerca de las 7 de la tarde y casi no puedo abrir los ojos del sueño que tengo... es que estoy reventado. Porque 9 días de campamento suponen un desgaste físico y una quemaera... directamente proporcional a la "recarga" de energía, de ganas de vivir y de ilusión por los jóvenes que he sentido en ese paraje precioso de Perales del Puerto.
Es fascinante lo que se aprende en un campamento. Todo el día con los muchachos, a tope con la formación, el baño, la marcha, las actividades, las tareas de limpieza, las veladas, las conversaciones... Se ve a los chavales en su salsa, se les conoce bien, y también se aprenden cosas de uno mismo bajo los pinos. Conozco mi timidez y mis limitaciones para conectar con la gente de forma espontánea; sé que, al lado de personalidades más extrovertidas, me retraigo más; observo lo que me cuesta ser protagonista. Y todo lo acepto con paz, con sentido del humor, sin tensión, aunque salga a hacer la vaca lechera. En todos los momentos de este campamento he sabido lo que tenía que hacer. Y me he sentido orgulloso al ver a los muchachos, lo tengo que confesar; a "mis zagales" de Santa Ana (vale, sé que no son míos, son de sus padres y casi ni eso) crecer, integrarse, participar como todos; a los otros muchachos, un año después, más maduros, con sus procesos; a los nuevos de la Fuente con Javi (¡qué gran cura!) y a los de Miajadas, ese pueblo-símbolo para mí del buen trabajo del Movimiento Rural.
¿Qué queréis que diga? Que ha sido un privilegio generar con ellos algo tan hermoso y tan auténtico como este campamento. Ciertamente es para mí una suertaza haberme encontrado con la JEC y sentirme, después de algunos años, parte de la familia como cualquiera. Compartir la pasión por los jóvenes y desvelarnos (literalmente, hasta las cuatro de la mañana algunos días) para que su protagonismo se salve de las dinámicas y de las fotocopias enlatadas, para que sean ellos los que lleven adelante su movimiento, sus procesos y sus vidas. Me ofrezco, Pepe, para ser en esto "la mano que mece la cuna", como tú dices, ja, ja, ja, ja!!!! En la sombra pero con efectividad... jejejejeje.
Resulta que, tanto tiempo de formación en una congregación especialista en los jóvenes y al final Dios me lleva, por otros caminos insospechados, a darme lo que siempre quiso de mi. La JEC es como corroborar tantas cosas, el campamento es una experiencia de encuentro con la autenticidad de mi vocación, un coincidir conmigo mismo desde siempre. Toma castaña. ¿Es que puede haber algo más enriquecedor?
¡¡¡¡Gracias, pajos de la JEC!!!!
3 comentarios:
¡¡¡Ezequiel!!!
Bonita entrada y real cómo la vida misma. Han sido un lujazo estos días...
Me reafirmo, como tú, pensando que los jóvenes de hoy son increíbles y que merece la pena apostar decididamente por ellos y desgastarse lo que haga falta...
Han sido días intensos, emocionantes, alegres, ilusionantes... Y ahora el Tuenti, corroborá nuestra revisión y nuestra alegría por lo disfrutado estos días.
Añado a lo que dices el buen trabajo de los animadores (veteranos y nuevos), un trabajo en equipo que es creencia en los jóvenes, es pasión, es apuesta por una herramienta (la JEC) que hoy, más que nunca, merece la pena aunque "quepamos en un 600". Y es un equipo de animadores que han disfrutado con todo lo trabajado, con todo lo vivido y orado. ¡Qué mejor regalo!
Gracias por todo lo que has aportado estos días.
Juntos, ¡¡¡Podemos!!! jajaja
(Vaya chapa)
Besotes
Sonia
yo ya me lo esperaba así... ( Ver:
http://blogs.21rs.es/losada/2010/07/20/jovenes-disenando-cultura/
Os doy las gracias por el equipo de curas y de animadores que nos hemos encontrado. Es un lujazo vivir en una Iglesia así. ¡Gracias Padre por todos, en especial por César¡
Pues sí, pues sí, todo un regalo. Se me pone una sonrisa amplia al recordar escenas de matrimonio, que casi que es lo nuestro con esto de la JEC... Qué buen mundo tendríamos (a lo mejor sería ese otro mundo posible) si las relaciones funcionaran de esta forma siempre, si la fe nos llevara siempre a actitudes de este tipo, si el descentramiento fuera el motivo de brindis permanente, si la gratuidad fuera la única moneda de cambio... 10 días, y 500 noches del resto del día a día, eso casi ocurre en este PErales del Puerto, imperfecto, eso sí, como somos todos...
Entre nosotros, doy gracias por testimonios y experiencias tan auténticas... por procesos tan sencillos, por apuestas tan ciegas y gratuitas en que sólo el Padre hace, y nos pone donde quiere...siempre, eso sí, aunque no siempre queramos!!! César, el google ya es tuyo ;-DD
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