sábado, 29 de diciembre de 2012

"SOMOS EL TIEMPO QUE NOS QUEDA"

Es un verso de José Manuel Caballero Bonald, y me ha golpeado el corazón, impecablemente verdadero. Somos el tiempo que nos queda... No lo que ya pasó, tampoco el presente, que se nos escapa entre los dedos. Solo el tiempo que hay por delante. Que es tan incierto como denso.

"No te preocupes no me he ido,
¿cómo iba a irme sin saber?
Somos el tiempo que nos queda.

¿Cómo evitar el simulacro,
cómo vivir sin desvivirnos?
Surcan los días por tu vientre.
Somos el tiempo que nos queda."


Pasó 2012. Y hubo de todo. Mi agenda lo canta: trabajos, celebraciones, exámenes, risas, descanso, campo, despacho, leer.
Y personas. Muchas personas, rostros con lágrimas, con dureza, vencidos por el dolor, esculpidos de incertidumbre, rostros de niños, de ancianos, recorridos por lágrimas, rostros de amigos, rostros adornados o erosionados por la vida.

Todo, todos, están en mí. Pero solo soy el camino que me aguarda bajo el horizonte. Una pura tensión, un balbuceo de futuro siempre. La poetisa Marisa Peña lo expresa bellamente:

Eso somos: el tiempo que nos queda,
el último latido detenido,
la palabra no dicha,
el desierto cruzado,
y la senda sin nombre
que dejamos atrás.

Somos el abandono, la intemperie,
las luces apagadas,
y las puertas, cerradas para siempre,
tras un adiós forjado en la costumbre.

Pero somos el tiempo que nos queda,
la voz que no se apaga,
la azada que aún golpea, sin rendirse,
el poema no escrito,
la ópera inacabada de Puccini,
la derrota asumida, masticada,
y aquello que nos queda por vivir

Marisa Peña (http://sonetosdelamoroscuro.blogspot.com.es)


84 entradas después, os deseo feliz 2013 a los que seguís este blog. Gracias. Va a ser un año importante en mi vida. Intentaremos compartir un poco del tiempo que nos queda, para que sea más pleno y luminoso.

domingo, 23 de diciembre de 2012

EXTRAS DE NAVIDAD

Acabo de llegar reventao del belén viviente de Santa Ana. Qué bonita es la Navidad, qué entrañable, qué familiar... y qué palizas te pegas con los "extras" propios del tiempo. Ya te coge un poco "pasado de rosca" al final de trimestre, y no falla, la Navidad te da la puntilla. Ay.

La cosa empieza con la colocación del belén en la iglesia. Sigue con las cenas en cada parroquia, continúa con las confesiones a niños, adolescentes y mayores. Luego están los ensayos del belén viviente que, aunque no he podido ir a muchos, lo he intentado. Sin olvidar, el viernes pasado, los villancicos en los pisos tutelados y luego por la calle, por las casas de la gente mayor. Algunos directamente nos dicen que no quieren que les cantemos, y otros escuchan las coplas con una expresión entre resignada ("no queda más remedio que aguantar este chaparrón"), triste y perpleja. Por Los Barrios íbamos empapados porque nibleaba, y cuando ya parecía que habíamos terminado fuimos a Las Cruces, luego a casa de Justo a por una copita de María Brizar que nos entonó; menos mal, porque aún subí de nuevo a los Salgueros a acompañar a Lucía, María Rafael y a la Bicha, que se escondía en la puerta de su casa esperando a que me fuese.

Ayer sábado teníamos en el programa dos campañas del kilo dos, una en cada Valle. Por la mañana me tocó recorrerme parte del pueblo con Ana y Esperanza, que tocaban en las puertas y recogían las bolsas. Comida rápida y a las 4 menos cuarto ya estaba en el otro lado; el coche se transformó en un microbús lleno de zagales, y no se nos dio mal. Llegué justo a tiempo para ver el pasacalles de nuestra banda santanera. Y a misa. Y al centro sociocultural con los muchachos. Y a las 10 a casa agotao.

Hoy domingo he amanecido a las 7:30, porque a las 8 habíamos quedado para tomar un café antes de empezar a montar el estaribé del belén viviente en la plaza. Ha quedado muy gracioso el decorado, la puerta de la iglesia era el castillo de Herodes (nos ha hecho gracia la casualidad... ¿o no tanta?). He hecho lo que he podido hasta las 10:30, hora de ducharme y marcharme a celebrar dos misas. Y luego a echar un cable con los niños y el ensayo general.


El castillo de Herodes. ¿Os acordáis de la explosión de la caja de registro? Todavía está la pared churruscaíta...
Todo ha resultado bien, había una pelota de gente, los niños estaban para comérselos y los padres así de gordos, de repente me he visto llevando al coro de los ángeles hasta el portal, a Iker en brazos, pero lo hemos pasado muy bien y creo que ha merecido la pena.

¿Que por qué me meto en tantos berenjenales?

Porque me llaman y cuentan conmigo, y de eso me siento orgulloso. Porque creo que el cura tiene que estar apoyando las iniciativas que contribuyen a que el pueblo tenga más vida, y con más razón si tienen que ver con algo religioso como la Navidad. Porque solo echando una mano en lo que dinamiza y construye el pueblo nos ganamos el derecho a proponer, a participar y a pedir ayuda cuando la parroquia lo necesita. Porque creo que es esencial que el cura se mezcle con la gente como uno más, sin estar tan "en su papel", y se deje la piel el primero para que todo sea más humano. Porque es fenomemal que te acepten y tu presencia no repela, sino que anime y aporte. No vaya a ser que quedemos nada más que para el castillo de Herodes del belén... o para el tío cagando.

miércoles, 19 de diciembre de 2012

EL PUEBLO MENUDO


Estos son los personajes que me dejaron tirado hace cuatro o cinco entradas
Primer curso de Confirmación en el Valle de Matamoros, 1º de ESO: hacía años que no tenía yo un grupo tan pequeño, muchachos de 12 años. Y oyes, aunque según sus propias madres "tienen una lidia", la verdad es que la experiencia me está sirviendo y ayudando. Me hace acordarme de épocas de catequista de primera comunión (por cierto, a esta gente le dí la comunión el primer año en los Valles), de profesor de religión en 5º y 6º...

Tratar con estos especímenes me hace recordar cada día que no podemos dar nada por supuesto en los procesos de fe. Manejar conceptos como oración, evangelio, creer, eucaristía... no significa que el personal tenga la más mínima idea de qué se trata. Ellos han nacido en un país post-cristiano, donde ser católico no es evidente, y en el que lo que aprendes sin darte cuenta no es precisamente la fe.

Más que un problema de "ortodoxia" ("transmitir con fidelidad las verdades"), es un problema de acertar con el lenguaje: vigilar cómo hablas, tener cuidado con lo que van a entender. Cuando nos sentamos pongo el brasero, pero no puedo dejar el piloto automático, tengo que encender la habilidad de adaptarme a los niños, extremar los equilibrios por usar palabras comprensibles... Y no es fácil. A los curas muchas veces no se nos entiende ni jota.

Por eso me viene bien este zurriburri, para que no se me atrofie la zona del cerebro encargada de hablar de manera que se entere un zagal de tres años. O que comprendan los enanos de 3º en Santa Ana, en la catequesis quincenal, qué es el adviento, en qué consiste la Navidad (Papá Noel noooooooooooooo) o cómo puede ser que Jesús es un pan que está metido en esa caja.

Y luego están las cosas propias de los chiquillos. Hoy llegan saltando y bailando, me saludan en francés, y luego no hay quien los apareje, qué pesados, no se logra un rato charlando tranquilamente: se pegan, gritan, hay que reñir... Y siempre ese sabor "escolar": "¿Lo copio en el cuaderno?", "¡maestro, yo quiero leer!"... Con esa simplicidad que te desarma y desdramatiza las historias con las que vamos cargando "los mayores".

Son "el pueblo menudo", expresión que me encanta y que San Ignacio utiliza a partir del número 362 de los Ejercicios. El estrato de población que Jesús eligió y a quienes procuró transmitir su mensaje con palabras, ejemplos e imágenes sencillas. Con su propia forma de ser, su carácter, su manera de tratar a la gente, Jesús podía ser comprendido por cualquiera. Sin demasiadas formaciones ni másteres del universo.

sábado, 15 de diciembre de 2012

SER RESILIENTES Y COOPERACTIVOS

Vemos en el hoy del 2 de diciembre (aquí) la siguiente noticia:

"La cooperativa Nuestro Señor del Gran Poder, de Valencia del Ventoso, dedicada al sector del textil y a los servicios sociosanitarios vinculados con la ley de dependencia, y el empresario del transporte Rafael Rodríguez han sido reconocidos hoy con los premiados 'Cooperactiva'.

Los premios se entregaron ayer en Mérida en el marco de la I Feria de Muestras del Cooperativismo, organizada por la Confederación de Entidades para la Economía Social (CEPES).

La cooperativa galardonada, que hoy está formada por diez socias y cuenta con casi 30 empleadas, se constituyó en los años 70 del pasado siglo dedicándose exclusivamente a la confección de prendas de ropa para importantes firmas del país. Hacia los años 90, con la llegada de textiles de otros países y el abaratamiento de su precio, diversificaron su negocio y empezaron a trabajar también los servicios sociosanitarios vinculados con la ley de dependencia. «Había que aguantar como fuera», ha señalado su presidenta, Carmen Márquez".

El diccionario de la RAE dice que la resiliencia es:

1. f. Psicol. Capacidad humana de asumir con flexibilidad situaciones límite y sobreponerse a ellas.

2. f. Mec. Capacidad de un material elástico para absorber y almacenar energía de deformación.

¡Vaaaaaaaaaya! Así que:
-por un lado, asumir, es decir, aceptar la situación, encajar la contrariedad, hacerse cargo de lo que está pasando, tomar para sí... Incluso "absorber" lo que me sobreviene sin descomponerme, almacenando energía para enfrentarme a ello y a lo que sea, "sacando fuerzas de donde no hay"; resistir pero de manera activa, sin derrotismos, con deportividad y realismo, hasta con buen humor.

- y además, con flexibilidad: con capacidad de cambiar, de reinventarme según las circunstancias o necesidades, con creatividad, tomando riesgos, ensayando, sin estar atados a inercias o a costumbres, "esto siempre se ha hecho así"... En medio de los cascotes del derrumbe, tener el coraje de secarnos las lágrimas y ponernos a construir algo nuevo.

Estar en pie, con perseverancia, con tenacidad. Actitud positiva para que la derrota o la desgracia nos hagan mejores, más fuertes, más resistentes, menos vulverables, más seguros y más humildes.

Enhorabuena a las mujeres valientes de la cooperativa de Valencia, ¡ole ahí las tías! Sois un buen ejemplo de resiliencia. Aunque Carmen nunca me quiere hacer una chaqueta, porque dice que no me pega.

martes, 11 de diciembre de 2012

EL SÍNDROME DEL PIN-BALL


Hay días, como éste, que me los paso de un sitio para otro sin parar, como las bolas del antiguo pin-ball, ¿os acordáis los de la EGB? Y, oyes, es un poco agotador. Para que luego me digan algunos listillos que no saben a qué nos dedicamos los curas de pueblos chicos.

A las cuatro en un lao, a montar el estalache del belén de la parroquia, ¡poiiiinng!; a las cinco al otro lao, a catequesis de confirmación, ¡poinnnnng! Que por cierto, como me han vuelto a dejar medio solo, en vez de poing suena aquel "brrrrrrr". Así que he llegado tarde de nuevo a Santa Ana a las seis, donde tenía que darle a dos lucecitas: el equipo de Cáritas (poing, poing, de esos sitios donde la bola se ponía a rebotar, poing, poing, poing, poing) y el ensayo del belén viviente. Y ahí... ¡1000 puntos, POING! Porque al abrir la puerta del salón parroquial me encuentro con esta estampa:





Maaaadre, ¡más de 70 niños en la parroquia!, y yo con estos pelos.

Claro, me he puesto a hacer fotos y he escuchado a mi espalda a una madre graciosilla: "aprovecha, que a ver cuándo te ves en otra igual". ¡Jejejeje!


Yo me quería quedar en vez de rebotar a la reunión de Cáritas, pero ya me han dicho que era yo peor que los niños de lo revuelto que estaba... Con los niños se te quita tó
Como lo de Cáritas era muy serio y daban las siete, me tocaba irme de nueeevo al otro lado, a oootra reunión esta vez del Consejo de Pastoral vallero. Al principio, arropados hasta las orejas, no podíamos empezar porque no estábamos ni la mitad del grupo; hay golpes de la bola que desgastan tela, y a veces que incluso te precipitan en el agujero y pierdes la partida.

Pero aún quedaba el último viaje patrás (los franceses llaman a esto "faire la navette"). Con pocas luces ya, y algo aturdido, me ha tocado ir a cerrar la parroquia, porque la llave ha caído en acto de servicio durante esta tarde trepidante. Y allí estaban esperándome tres supervivientes de la útima reunión de hoy, que era de la hermandad de la Virgen de los Dolores. Nos hemos estado riendo un ratillo antes de dar por concluida la partida de hoy. Mañana será otro día. Excepto para nuestro compañero Poli, voluntario de Cáritas, que ya disfruta de los colores del cielo. Sé que eso me pesaba hoy cuando hacía de bola loca y me aplasta ahora.

domingo, 9 de diciembre de 2012

YO FUI A EGB

Ceci Corbacho me ha mandado un enlace que me ha encantado: http://www.yofuiaegb.com/.

Los que sean carrozas y cuarentones como yo van a flipar con cantidad de cosas de "aquellos maravillosos años": los cliks de Famobil, los bolis bic, Mazinger Z, las pelis, las series, Mortadelo, los gremlins, saltar a la comba, el scalextrix, los Pecos, el cubo de Rubik, el cole, los juegos reunidos Geyper... y las 100 pesetas, que en aquella época daban de sí tela marinera.

Javier Ikaz y Jorge Díaz han creado un fenómeno social: recuerdos emotivos de los 70, 80 y 90 que han conseguido que nos sintamos orgullosos de haber pertenecido a una generación extraordinaria: la de una educación que ha resultado no ser tan básica.

Os recomiendo esta deliciosa página... Y creo que la voy a poner en mis blogs favoritos.

jueves, 6 de diciembre de 2012

DÍAS DE ENCENDIDO

Al llegar y saludarnos, las caras son conocidas. Vemos algunas gafas cambiadas, algunos kilos de más o de menos, calvas o blancuras ampliadas… pero básicamente somos los mismos, con nombre y oficio, que nos juntamos cada año en el encuentro nacional de consiliarios y curas del Movimiento Rural Cristiano. Y en la casa de las Cruzadas de Carabanchel, también habitual.

Es un día y medio para encendernos y conectarnos. Cuando escuchas a Pedro José Gómez Serrano hablar de la nueva evangelización, se encienden un montón de bombillas en tu cerebro: “la fe no puede transmitirse porque no es una propiedad, es una experiencia interpersonal de amor. Solo podemos ser organizadores de citas”. Genial. Se trata de generar interrogantes, de que “nos salga” de manera transparente lo que vivimos. Así que, ¿cómo tener una vida (una fe) intensa alegre, racional (no infantil) y humanizadora?

Las charlas las vamos condimentando con diálogos, preguntas, interrogantes y dificultades que brotan de la experiencia de cada día, dura y hermosa como la siembra en otoño. Hay compañeros que llevan 19 pueblos, algunos están un poco solos, casi todos desbordados por lo árido de la tarea y al mismo tiempo felices de ser curas rurales. Todo sale a borbotones en cada momento.

Con José Manuel Vidal, el director de Religión Digital, charlamos por la noche de la importancia de los medios, de lo crucial que es hoy contar las cosas de manera ágil y sencilla, porque lo que no aparece en los medios no existe. Y él nos contó desde luego muchas cosas como buen conocedor de entresijos y trastiendas de nuestra Iglesia, y nos animó a “conectarse entre sí todos esos curas (que siguen siendo miles) que apuestan por el modelo de Iglesia del Pueblo de Dios (pero de verdad y con todas las consecuencias) (…), luchar por defender lo que, en conciencia, creen que debe ser el Reino de Dios. Tendrían que unirse en Red”.

Las luces de colores brillan en el corazón escuchando a un teólogo como Jesús Espeja, hombre anciano y sabio, curtido en mil batallas, experto del Concilio y con un entusiasmo intacto por la evangelización y por el Reino: “es necesario que el sacerdote sea un místico enamorado del Evangelio, de que lo de Jesús es para humanizar la vida”. Nos invito a ser testigos de aquello que somos y pensamos con toda humildad y sin miedo a perder poderes.

“Necesitaba escuchar esto”, me dice Fermín antes de despedirnos. Y yo también, y todos. Algo fresco y en otra onda que nos encienda por dentro y nos recargue de esperanza, para seguir en la brecha. Y salir a sembrar despiertos, y en pie, con el corazón iluminado para descubrir al Reino que nace.

domingo, 2 de diciembre de 2012

UN CABALLERO SIEMPRE SABE CUÁNDO IRSE

El otro día he estado poniendo en orden una carpeta donde guardo papeles varios, y me he tropezado con el acta de mi "toma de posesión" como párroco de Valencia del Ventoso, redactada por el arcipreste Joaquín Obando. Esta tarde, durante el entierro de Joaquín, me he acordado de aquel día: con qué sonrisa paciente me explicó las ceremonias propias del momento. Y al despedirnos, un socarrón "ánimo, tú ya eres mayorcito".

No sé si por compasión de este "fraile novato", por fidelidad a su cargo o por temor de que me cargara mis parroquias, creo que desde el principio Joaquín me cogió cariño. Pero casi lo mismo me han comentado hoy otras personas: Lolo, Paqui Pinilla, José Mª Hernández... Y eso significa que tenía la rara cualidad de que cada cual se sintiera un poco "preferido"; como les pasaba a los muchachos de Don Bosco. Corazón grande y habilidoso para querer.

Los dos primeros años que pasé en la diócesis me explicó muchas cosas que yo desconocía casi por completo: cuándo hay que mandar al obispado los expedientes y los avisos de matrimonio, qué se hace cuando no aparece una partida de bautismo... Pero eran conversaciones de ida y vuelta, comiendo en el Elías o tomando algo en el Taxi: Joaquín compartía conmigo cosas que le iban pasando y a menudo me preguntaba qué me parecía tal o cual cuestión. Yo flipaba: a un hombre como él, con una experiencia sacerdotal tan rica y profunda, le interesaba cómo organizaba yo la catequesis o cómo me iba en mi vida de oración. La ilusión por el ministerio estaba en él intacta y macerada por el tiempo.

Eran estratagemas para cuidarme. Muy delicadas pero no improvisadas, y efectivas. Me acompañó en mis primeros pasos como cura diocesano mostrándome su confianza, y así, como experto pedagogo, me hizo crecer. Por eso me invitó muchas veces a Zafra, incluso a dar las charlas cuaresmales (nada menos), y por eso se confesaba conmigo, y yo me asombraba menos de su valentía que de su generosidad. Y cuando se jubiló y a mí me trasladaron a su parroquia junto con Manolo Cobo, me dijo que comprendía el disgusto, pero que egoístamente se quedaba tranquilo de dejar la Candelaria en buenas manos. Educación exquisita, inteligencia pastoral.

Hoy Pedro Mancha ha dicho que ha sido Joaquín "un gran sacerdote", y Don Santiago lo ha llamado "padre en el Espíritu". A mí siempre me ha parecido también un sabio, de ideas muy avanzadas a pesar de su edad, siempre a la última en lecturas, en formación. Varias veces, después de charlar un rato en su despacho, ha insistido en que me llevara libros o folletos, "que tú los aprovecharás más". Les tengo mucho cariño a los tochos de Hans Küng, en la edición antigua, que él me regaló, con su firma. Cuando los veo me hacen sentir un poco heredero indigno de un compañero excepcional, de la estirpe de los que tuvieron que materializar el Concilio en medio de las mareas de aquellos años.

Ha sido un honor llevar tu cuerpo, querido Joaquín, como cura de tu presbiterio diocesano. Estoy orgulloso de ser compañero tuyo y ten por seguro que nunca te olvidaré. Tú tienes "tus cosas", como todo el mundo, pero eres un caballero, y, como dicen de la señora Ruth en "Tomates verdes fritos", un caballero siempre sabe cuándo irse: ¿es que sabías que el obispo tenía que estar esta misma tarde en Zafra para confirmar y has querido ahorrarle un viaje? No. Seguramente has elegido este primer domingo de Adviento para que recordemos que al Señor hay que esperarlo de pie y espabilados, como tú caminaste siempre.

martes, 27 de noviembre de 2012

LA LUCHA CONTRA EL FRÍO

Desde que suena el despertador comienza la lucha contra el frío, constante y sin cuartel durante los meses duros del invierno. Saco un dedo de debajo de las sábanas de pelos (me arropo la cabeza porque si no la nariz se pone azul) y la impresión glacial me espabila. Embutido en el chándal y envuelto en la bata, me lanzo sobre la estufa y el brasero aun antes de las aguas menores tempraneras.

El salón de mi casa se va ambientando. Las tres puertas deben estar cerradas para intentar mantener el calor, así que, cuando atravieso la del fondo para ir a la cocina y el baño, la bofetada de aire gélido me transporta al polo norte y temo toparme con algún pingüino por el pasillo.

La cafetera va silbando mientras me lavo la cara, y cuando me siento a la mesa me cubro con la enagua hasta el cuello, sacando el brazo solamente para coger la taza de café calentito. Una vez me puse gorro para rezar, cómo estaría el asunto de "candente".

A la parte delantera de mi casa le da el sol casi toda la mañana, así que te puedes poner en el despacho a trabajar con cierta comodidad. Pero el patio, que está en el lado contrario, permanece en la umbría todo el invierno, así que se vuelve del Betis porque le sale verdín por todas partes. No hay manera de que se seque nada, más bien tiene uno la sensación de cámara frigorífica industrial.

Cuando vuelvo a mediodía, la batalla recomienza, pero es menos cruenta; me siento a comer con todos los calentadores encendidos y para dar la cabezá apago la estufa y me tumbo en el sofá de forma que la falda de camilla me llega hasta las orejas, estoy literalmente metido debajo de la mesa recibiendo el calorcito del brasero, mmmm, como un momentáneo regreso al seno materno pero sin líquido. Si los del satélite me graban, que no se extrañen.

Y ahora, a las 9 de la noche, escribo con un radiador halógeno a 10 centímetros y aún así me quedo helao, los pies pierden sensibilidad por momentos. A las 11 otro radiador empezará a calentar el dormitorio, para que cuando me acueste, con camiseta y calcetines, no me vaya curando como los jamones cada noche un poquito.

¿Cómo van a quitar la mula y el buey del portal de belén, por Dios? Que nooooo, que el Papa no ha dicho eso, solamente que los bichos no aparecen en el Evangelio, y eso ya lo sabíamos, ¿no? No salen, pero se entiende que aquella familia necesitaba calefacción animal, porque era de noche y haría "fresquito", como aquí... Lo que nos faltaba, recortes en las figuras del belén, como si la "sensación térmica" no fuera más bien "escarcha en el ánimo" y "congelación de los bolsillos".

sábado, 24 de noviembre de 2012

LA ANTI-PIEDRA FILOSOFAL

Me pasma la facilidad que tiene el dinero para estropearlo todo, para corromper lo humano y hacernos tropezar. Cuando el dinero aparece preparémonos para discordias y zancadillas. Nos somete a una especie de hipnosis que hace creer que todo hay que dirimirlo aflojando la guita.

Ejemplos no faltan. El otro día, en mi grupo de estudio del Evangelio, veíamos cómo el dinero aparece justo al principio del capítulo 14 de Marcos, en la urdimbre del drama de la pasión de Jesús: el personal se indigna cuando la mujer despilfarra el frasco de perfume (versículo 4) y poco después a Judas “prometieron darle dinero” (v. 11). Vaya hombre.

Me pregunto por qué parece claro y distinto que el dinero ha de mediar en cualquier servicio que se preste. ¿Quién ha dicho que hay que pagar y cobrar por todo? En cuanto las relaciones degeneran en económicas, se pervierten; en cuanto la ayuda mutua se contagia del virus del interés crematístico, a la porra con todo. La gratuidad (yo te doy y tú me das libremente) suele ir acompañada de calma, pero el afán de lucro o el pasar siempre la gorra acarrea disputas, rupturas y malos rollos.

¿O es que acaso no hemos llegado a esta situación de quiebra económica y bancarrota moral a causa de la codicia, la especulación y el afán de ganar y acumular? Y cuanto más desplumados estemos, más tendremos que pagar y más aumentará nuestra irritación. El dinero es como el personaje del tebeo de Astérix titulado “La cizaña”, todo lo emmerde (verbo en francés pero que se entiende perfectamente).

A lo mejor por eso, cuando Jesús envía a sus compañeros a anunciar la Buena Noticia, le dice que vayan con medios pobres: “No llevéis bolsa, ni alforja, ni sandalias” (Lc 10, 4). El Reino, que “no vendrá espectacularmente” (Lc 17, 20), no se puede sembrar haciendo alarde de las tecnologías más sofisticadas ni manejando dinerales. Por muy plausible que sea la causa, queda traicionada si pretende realizarse con la lógica de los potentados.

Mucho dinero significa muchos problemas. Abundancia conlleva poder, y por tanto riesgo de abusos y consiguientes polémicas. Como si los alquimistas del siglo I, en lugar de la piedra filosofal que transmuta cualquier metal en oro, hubieran dado con la anti-piedra filosofal, el dinero, que degrada lo humano y lo transforma en virutas despreciables.

jueves, 22 de noviembre de 2012

ENTRE BATAS

Las paredes del hospital están tapizadas de carteles apócrifos, de fotocopias de todos los tamaños y tipos de letra, pegadas con fixo junto a las placas de los boxes o las consultas, arrojando un sinfín de informaciones e instrucciones a veces contradictorias o crípticas, una surte de batiburrillo de avisos superpuestos.

Pero no hacen falta en absoluto para combatir el tedio de la espera, puesto que el espectáculo de tanta gente deambulando por esos pasillos es suficientemente entretenido. Es curioso que, en un lugar tan enorme como el Perpetuo Socorro de Badajoz, la vista se posa siempre en personas que no conoces; como en Mérida. Una sorpresa, porque en el pueblo estamos viendo en todo momento caras conocidas (“en el pueblo nos conocemos tos”).

Son gentes algo postradas, porque el lugar es una especie de invernadero del dolor. Una señora con una muleta dando ostensibles cojetás, una joven en silla de ruedas con el pie como un bote, el ruido de la máquina de cortar las escayolas (estamos en trauma), varios ancianos llegan como sujetándose unos a otros, Josefita que teme que el médico le diga que se debería poner prótesis en las rodillas.

Batas blancas van y vienen. Son símbolo de estatus, confieren un extraño poder a sus poseedores, disparan el miedo que tenemos a los médicos. Me hacen recordar los tiempos de la facultad, cuando dejábamos un rato el laboratorio para ir a la cafetería sin quitarnos las batas, orgullosos aprendices de químicos… Jeje.

Entramos. El traumatólogo es simpático y serio a la vez, y la anima a la operación. La enfermera es de mediana edad, más simpática: “Haga caso a su hijo”. “No, no es mi hijo, es el cura de mi pueblo, que es vecino” (era inevitable). Y el doctor: “¿Conoces a Paco Sayago?”. Leñe - pienso -, Paco es como el Señor Parrilla.

Vamos con el volante a admisión para que pongan a Josefita en la lista de espera. Nos atiende una mujer más o menos de mi edad, muy agradable, como las otras dos funcionarias de la oficina. Teclea con las uñas pintadas de negro y nos dice que “esto va a tardar más o menos un año”. Nos miramos y sonreimos al recordar que anteayer vino el volante para la próxima cita con la neuróloga: 3 de febrero de… ¡2014! Madre mía, ¡2014! ¿Estaremos vivos? Quizá el sistema de salud quiebre antes.

domingo, 18 de noviembre de 2012

CUSCÚS

Hace ya tiempo que Zora, Mimoun y Bushara me habían invitado a comer. Fue un día en que se llevaron unas cajas de cuscús ya preparados al curry que mi compañero José Juan me había pasado en mi viaje veraniego a Pamplona, porque en su barrio los ecuatorianos y rumanos no los quieren. "Pero otro día vas a venir a casa, padre, y vamos a comer cuscús preparado como en Marruecos". Y fue anteayer.

Habían invitado también a sus vecinas Ana y Manoli, a Eva y a Mari Carmen... probablemente una especie de selección de quienes, según ellos más les ayudan. Y es verdad que en su barrio de los Salgueros se portan estupendamente con ellos; en general todo el pueblo, que para esto es realmente espléndido. Así que era una comida de agradecimiento.

¿Quién ayuda más a quién? - me pregunto. Con sus hijas saltando y jugando con Lucía y Aisane, vamos colocando, sobre las dos únicas mesas que hay, platos, cubiertos, vasos, servilletas (la mitad de las cosas hay que traerlas porque somos más de lo habitual, y porque esta familia vive con lo puesto). Tomamos asiento y comienza la conversación, las caras sonrientes, todos muy relajados. Seguramente porque el reconocimiento es mutuo: es muy duro pedir, y es difícil dar sin degradar al otro. Atenderlo sin sustituirlo. Socorrerlo sin salvarlo. Compartir desde su mismo "abajo". Recibir con generosidad, sin resentimiento.

Aparece la fuente de cuscús, enorme, con verduras y pollo, que acompañamos con una salsa deliciosa dispuesta en cuencos. Nos cuentan cosas de su país: cómo es la familia, el trabajo, las costumbres. Su vecina Sabina, la madre de Manoli, murió hace un año; y ayer enterramos al yerno de otra vecina. "¿Cómo es allí el duelo? ¿Y el matrimonio?"... Preguntamos y nos explican, descubrimos que Bushara es universitaria. Me llega de alguna manera su lucha y su esperanza, se me pega al corazón la crudeza de su caminar, la acumulación de amargura y al mismo tiempo su enorme fuerza como personas. Escucho y admiro.

El postre es el té. Té verde preparado a su estilo, que me encanta y me transporta a viajes por Tánger, por Malí, Senegal y Níger. A esta hora las sonrisas son más abiertas. Bromeamos acerca de los idiomas que Anuar, el bebé de Bushara, precioso y simpatiquísimo, dominará cuando crezca. "Mis hijas nunca volverán allí, ellas serán de aquí", y no se sabe bien si es deseo o fatalidad, proyecto o posibilidad.

Pero se me echa la hora encima y he de volver a la parroquia, a la catequesis de confirmación, mi tarea con los que sí son cristianos (jejeje). Aunque en el fondo somos todos iguales, hemos dicho antes de despedirnos. He quedado en que el domingo, o sea, dentro de un rato, pasaré a por un bizcocho para celebrar el cumple de mis sobrinos y una caja de té del suyo. Qué buen rato. Y además, aquella noche, en el funeral de su madre, Manoli tenía mejor cara.

miércoles, 14 de noviembre de 2012

EL PASEO MAÑANERO

Ser cura de pueblos chicos acarrea muchas cosas tan bonitas como raras en estos tiempos bárbaros; una de ellas es la oportunidad de andar por el campo casi sin querer. Sales de casa, te alejas unos metros, y de la quietud de la calle pasas al envolvente silencio de la dehesa. Es algo delicioso.

Después de varios días de cielo gris, los colores del campo te inundan los ojos en una sorpresa de belleza natural sin paliativos; es como ver la tele en alta definición, con una nitidez que te hace notar cómo fluye por tus venas la dicha de estar vivo. Qué lujo asiático.

Bajo por la carretera de Salvatierra hasta el Arroyal. Son las nueve de la mañana. El sol del otoño se echa sobre las encinas, ancianas y dignas; los rayos no golpean, arrullan con suavidad golosa y horizontal, componiendo una luz dulce, que recorre como acariciando las ondulaciones de las fincas. Los tonos verdes, ocres y pardos, qué maravilla; apenas el piar quedo de los pájaros, y, por ahí arriba, en aquel castañar, un tolón-tolón discreto, casi perdido... Un silencio habitado, una exaltación callada, sin alardes. Todo es humildemente hermoso.

El camino pica hacia arriba, hacia el Valle. Los pulmones perfumados del olor a tierra mojada; un par de vacas pastan poco más allá, con sus etiquetas en las orejas; veo luego unos caballos que parecen escuchar conmigo mi propia respiración, y detrás la belleza majestuosa de castaños y alcornoques. Esta mañana he visto incluso cabras y una piara de guarrinos chicos.

Durante el paseo, mi cabeza cavila; hago mis planes para las parroquias; maquino que "hoy tengo que hacer tal cosa, ver a tal persona"; pienso, comprendo y decido; camino y amo aun a distancia; reconsidero, reflexiono, recuerdo; ... y se me ocurren mil temas para escribir. Hasta que hay un momento en que solo miro y escucho. Y simplemente mi sonrisa se sacia de esta hermosura. Y me siento feliz y sereno.

domingo, 11 de noviembre de 2012

ORGULLO Y VANIDAD

Desde ¡agosto! lleva encima de mi mesa un artículo de Eugenio Fuentes http://es.wikipedia.org/wiki/Eugenio_Fuentes
que leí en el Hoy (12-8-12) y que me pareció genial. Casi tres meses después - y qué meses - todavía lo encuentro más certero. Os pongo unos párrafos. Como la vida misma.

"Con demasiada frecuencia ocurre que alguien, por azar o por méritos, consigue un pequeño triunfo y enseguida la vanidad saca la bomba de inflar y se pone manos a la obra hasta que el afortunado está orondo como un baúl.

(...) A otro, en fin, se le asigna un cargo en la política o en la administración o en una empresa y ya cree que todo le está permitido, ya se siente el centro del universo y la palabra YO comienza a ser su favorita. El sillón del despacho que ocupa le parece un trono, la mesa un pedestal y el diploma colgado en la pared un título nobiliario. Quien antes mantenía una actitud moderada ante la vida, ahora, subido en la tarima, se cree más alto, más fuerte, más listo. Son suficientes unos meses de mando para que en sus declaraciones públicas saque el mentón que antes sólo era barbilla, para que el tono de su voz se engole y contenga un matiz de desprecio o de amenaza hacia quien no esté de acuerdo con sus postulados. Cegado por la vanidad, llega a creer que su poder se extiende más allá de las estrictas competencias de su cargo, considera que puede mandar sobre otras parcelas ajenas a su ámbito, cuando no ampliar el dominio hasta la vida privada. La vanidad es ciega y provoca que se pierdan los referentes: de tanto observare uno a sí mismo deja de observar a los demás.

Ante tanto ostentación pública surge la duda de si en realidad no escondemos tras la vanidad nuestras limitaciones. La persona habitualmente incapaz de un aciertoque de pronto logra resolver un problema difícil tiende a vanagloriarse de su hazaña, a recordarla una y otra vez en voz alta para que todos se enteren. (...) Quienes están más seguros de sus méritos desdeñan la jactancia, sabedores de lo fatigoso que resulta alimentar sin tregua al insaciable ego (...). Por el contrario, procuran reconocer sus limitaciones de talento, de edad o de físico, puesto que así nadie les exigirá nada que esté más allá de sus fuerzas.

(...) Lo que en el orgullo es estimación propia, confianza en uno mismo y satisfacción privada por el trabajo bien hecho, al margen del eco que encuentre en los demás, en la vanidad es ostentación con que ocultar la fragilidad del acierto.

(...) Esa inconsistencia de la vanidad provoca que cualquier ataque contra ella sea considerado automáticamente como una ofensa personal, porque puede derrombar el frágil entramado sobre el que se sostiene, mientras que la fortaleza del orgullo soporta las heridas que se le infieren y tarde o temprano termina convirtiéndolas en cicatrices.

(...) Nos mostramos contentos de habernos conocido y de ser reconocidos por los otros. Fanfarrones de secano ante la travesía marítima que nunca emprenderemos, héroes en las batallas del pasado, siempre el pez que pescamos es el más grande y siempre es la escopeta, no nuestra puntería, la que falla en la caza."

martes, 6 de noviembre de 2012

TODO ESTÁ A PUNTO DE DESMORONARSE

Tranquilos que no pasa ná; pero, ¿a que hay ciertos momentos en los que uno siente que esto o lo otro está como cogido con alfileres y a punto de derrumbarse? Ocurre con muchas cosas en la parroquia y en la vida, cuya aparente estabilidad es apenas un espejismo que nos sirve de tranquilizante.

Hace un par de semanas, por ejemplo. Están los jóvenes del grupo de la JEC de Santa Ana; no hay forma de convencerlos de que vayan a la asamblea regional. El viernes me cuentan que en otro pueblo se han borrao quince o veinte de repente, ¡la misma mañana de la convivencia!... Por la tarde, a la hora habitual del grupo, nuestros chavales van a la parroquia y trabajan estupendamente. Ver para creer.

Por la noche tenemos grupo del Movimiento Rural. Solo estamos tres, luego cuatro; decidimos suspender la reunión. Me voy a casa cansado, con una pelota en la garganta a causa de la faringitis, con la sensación de estar caminando en el vacío, preguntándome si realmente tiene consistencia aquello por lo que intento dar la vida. Ayer solamente tres madres en la catequesis familiar; la semana anterior la mitad de las catequistas que faltan a la coordinación, la misa del domingo sin rastro de niños...

¿O es que quizá la entrega solo es auténtica si aquello por lo que te partes la cara no está asegurado? ¿Lo de "no tener dónde recinar la cabeza" quiere decir hacer todo lo que uno pueda sin dar un miligramo de "éxito" por supuesto? ¿O convencerme interiormente de que esta palabra, "éxito", solo se puede escribir entre comillas sin falsearla con el tufillo de la vanidad?

Mucho de la vida, de la tarea misionera, se comporta como un sistema caótico, autogestionado, que escapa a nuestro control... Como algo que esté en el aire, que no acaba nunca de ser sólido. Esta tarde voy al Valle al grupo nuevo de Confirmación; y me dejan tirado, no vienen y no avisan... una hora allí sentado con los cables pelados, esperando, sin poderme ir porque está el coche en el taller. Lo mismo la semana pasada, con el grupo viejo, ¿cuántas veces tengo que quedarme solo para comprender que la misión no depende de mi fuerza, mi entusiasmo, acierto o ilusión?

Que empieza anatomía de Grey. Hasta mañana.

domingo, 4 de noviembre de 2012

MI PUEBLO BAJO EL AGUA

¡Vaya día ayer! Qué manera de llover... Toda la noche anterior cayendo chuzos de punta, y todo el día, desde por la mañana, diluviando; el día de la Confirmación. El remate del tomate.

A las 9:30 habían quedado las madres para limpiar y preparar la iglesia (y vaya cómo se lo curraron), y llegaron luchando contra el chaparrón. Yo intentando coger un par de bombonas para los braseros de las salas de reuniones, pero el bombonero no llegaba y yo me estaba empapando: agua por los costados, por la espalda...

Me vine pa casa; tenía también que hacer limpieza, era urgente (...). Agua por todos lados: lloviendo por la ventana del dormitorio, el caño del patio a duras penas soportando semejante volumen en pocas horas;  y el cuarto de la lavadora, hecho un charco... ¡oh, nooo! Entra mi vecino Juan y nos preguntamos si será del desague, que no ha resistido tal cantidad de agua, o más bien que se filtra desde el cercao de atrás... Le ponemos un trapo al agujero de la pared y a vigilar...

Vuelvo a la parroquia a ver cómo van aquellas. Me cuentan que el Abanico está alagado, que varias casas están invadidas por el agua que baja tremenda de los barrios, que incluso un muro ha cedido ante su fuerza... Lo comentamos en la puerta de la iglesia pero no nos hace ni falta: notamos el agua entrando en nuestros zapatos, vemos cómo, desde la zona del recinto ferial, la calle es como una catarata, en la plaza podrían entrenar los palistas esos que ganan las medallas...

Como a las tres, Paco Pastelero me viene a buscar: que una caja de registro junto a la puerta de la iglesia está pegando chispazos. Se ha desprendido de la pared, es una caja vieja en la que termina una línea; echa humo. Llamamos al alcalde. Viene con un chubasquero como si fuera pescador, se ve que lleva un rato sacando agua aquí y allá. La cosa parece que se calma. Me vuelvo a casa. Leo y me entra un vilano... hasta que Josefina viene muy nerviosa, "¡corre!". Mientras me pongo los zapatos oigo una gran explosión, y desde la esquina, al ver las llamas, voy marcando ya el 112.

¡Vaya susto! El muro se queda chamuscado, pero aparentemente ha pasado el peligro. Una hora después llega el electricista y corta la corriente para que el cable no sea peligroso.

Son más de las cinco y media. Pronto vendrá Manolo Alegre a la Confirmación. Le pongo un mensaje y le digo que si no puede venir por el agua no pasa ná, que llamamos al obispo, delega en mí y los confirmo yo más bien que to las cosas. Pero no me hace caso y viene (vaya hombre). Y los confirma sin novedad. El día termina en la nave de Mc Gyver, disfrutando de una tortilla excelente, un barceló y una compañía única. Mari me sube en su carro nuevo a casa, siempre bajo el agua.; menos mal que es un Ford anfibio.

Ahora, a las 9:30 de la mañana, mientras escribo, me acompaña el rumor de la cortina de lluvia sobre mi pueblo. El truco del trapo aparentemente funciona. No sé si van a suspender la carrera popular, como en Nueva York; y voy preparando los salvavidas para ir luego a misa al Valle. Novayaaserque...

martes, 30 de octubre de 2012

DUELE PASAR DE LARGO


Unas pancartas te sorprenden pasando por un badén al cruzar Jerez de los Caballeros; frenas, miras a izquierda y derecha y comprendes: los trabajadores del Grupo Alfonso Gallardo en huelga indefinida, en pie de angustia, en estado de protesta un tanto agónica ante lo que se avecina, ante lo irremediable.

Me lo cuenta Isidro el otro día tomando una cerveza: "quieren despedir a setentaitantos trabajadores de los poco más de cien de la fábrica de corrugados". Con él siempre te ríes un montón, y realmente lo refiere con gracia, pero por momentos la voz se le agria: "llevo trabajando desde los doce años. He visto a mis compañeros heridos, con manos destrozadas, mutilados... Varios han muerto en el tajo, no sabes cómo me duelen los huesos... Nos hemos dejado las entrañas ahí... para esto".

Durante la época de la burbuja inmobiliaria, España se superpobló de pisos, que proliferaron como setas; hizo falta hierro a manta, y claro, la fundición de Gallardo se forró. La empresa creó mucho empleo, en gran medida tan ficticio como la solidez de las inversiones en construcción; se contrató a mucha gente, se pagaron muchos sueldos con dinero que venía de la Junta de Extremadura, que así se endeudaba salvajemente como el resto del país. Ahora no hay obras, apenas quedan tres o cuatro empresas de corrugados en España, los bancos no dan un euro, la refinería se fue al garete, la Junta cerró el grifo... al empresario no le salen las cuentas y decide cortar por la parte más débil.

Por si fuera poco, la reforma laboral abarata el despido: 20 días por año. A Isidro, que lleva más de 28 años currando, le corresponden 17.000 Euros, unos 10.000 menos que con la ley anterior. Una miseria, una vergüenza. Pero es que además, quieren pagárselos en 30 meses... y ellos temen que en ese tiempo la empresa quiebre del todo y sus indemnizaciones pasen al limbo, o al rescate... total, "que nos vamos a quedar sin ná".

Paso, voy a una misa, vuelvo, voy a una reunión, los veo... no son una masa, está Toni, está Piñuela... Paso y me siento como el sacerdote de la parábola del samaritano; paso de largo muy ocupado en "mis rezos"; y me siento fatal. Voy a Badajoz dos veces, quemo un montón de neuronas en reflexionar sobre la evangelización... y cuando paso junto a ellos, parados, reivindicando sus derechos, me doy de bruces con la realidad y su dolor me zarandea, me despierta. ¿Cómo estar, como Iglesia, ahí, en el ojo del huracán, donde se gestan las pequeñas y grandes tragedias humanas de todos los días? Y dejarnos de rollos y de divagar: ir sin paliativos junto al que sufre, salir de nuestro "sistema", de nuestras misas, grupos y estructuras, dejar nuestra seguridad y jugárnosla en medio del barro de la vida real.

Voy a ir. Aunque sea a echar un rato con ellos. No va a servir de nada, lo mismo trae problemas o acarrea sonrisas maliciosas. O anima un poco, yo qué sé. Pero al menos que me sienta como cura implicado con lo que a mi gente le quita el sueño; porque ese mogollón de repente al paro supone un golpe mortal para la comarca, para mi pueblo. Veremos cómo salimos de esta. Y yo no puedo pisar tranquilamente los pedales de mi coche mientras el personal está casi con los pies recolgando.

jueves, 25 de octubre de 2012

LA PATERNIDAD ESTÁ SOBREVALORADA


Morke lo dice con una media sonrisa que denota una especie de orgullo socarrón cuando nos cuenta las peripecias con su hijo Juan (que en la foto es el del chupe), realmente desternillantes.

Se queja de que "vaya verano, el niño no me deja vivir". Desde que se levanta, Juanillo persigue a su papá a todas partes: si se afeita se pone con él y se echa un pegote de crema en la cara; se lava los dientes con él y escupe la pasta (uno hace "pff"!; y el otro: "pfffff!") al lavabo igual que su padre (me imagino las caras de los dos).

El rato de la bici es un respiro, claro (no puede llevar a la criatura de "paquete") pero cuando Morke llega ya le está esperando Juan para ponerse el casco, las gafas y hasta los guantes de ciclista de su padre. Con el footing tres cuartos de lo mismo: "Cuando me pongo a estirar antes de ir a correr me apoyo en un mueble o hago flexiones en el suelo, me imita y hace uuuuuy!". Jejeje.

Dice que la noche que vinieron Luci y él a la feria de Santa Ana dejaron al muchacho en el chalet de los cuñados de Morke con sus suegros para pasar la noche. Se acostaron a las 3 de la madrugada y a las 5 les llaman diciendo que el niño no les deja pegar ojo, que está todo el rato llorando y no hay manera de consolarlo; todo el mundo levantado: los abuelos, los tíos, las primas, y el niño "mami, mami, mami"... ahí, implacable, como un martillo pilón en la noche profunda. "Total, que en estado catatónico nos levantamos, cogimos el coche e hicimos los 8 kilometros hasta el campo". "¿Y se durmió?" - pregunté yo. "¡Qué va! Se monta en el coche y empieza a llorar diciendo sin parar: abuelo, abuelo, abuelo... Vamos, ¡pa tirarlo!".

Geniaaaaal. Pequeño Juan es la sombra de su padre, que no tiene intimidad. Cuando va al servicio a hacer "aguas mayores", el niño llama a la puerta insistentemente, sin piedad, hasta que le abre, es insensible a los olores (...). Y a la hora de la ducha... directamente se ducha con él. Me gustaría escuchar lo que hablan; bueno, lo que Morke le cuenta y las cosas que suelta el crío con esa media lengua. Luci se lo tiene que estar pasando pipa...

lunes, 22 de octubre de 2012

"ANTES"

Madre mía, ¡qué bonita es esta canción de Jorge Drexler! Se puede escuchar en http://www.youtube.com/watch?v=zH2q1lR_5PU. Quien más y quien menos puede decir que tiene a alguna persona (o lugar, o experiencia, o momento...) con quien vive esto tan especial. Qué gran regalo... ¡Me encanta!
Antes de mí tú no eras tú,
antes de tí yo no era yo.
Antes de ser nosotros dos
no había ninguno de los dos (bis)

Antes de ser parte de mí,
antes de darte a conocer,
tú no eras tú y yo no era yo,
parece que fuera antes de ayer (bis)

Antes que nada
yo quiero aclarar
que no es que estuviera, tampoco pasándolo mal antes.

Pero algo de mí, yo no supe ver
hasta que no me lo mostró,
algo de tí, que quiero creer
que no vio nadie antes que yo,
que nadie vio antes que yo.

Después de todo
lo que quiero es decir
que no entiendo como podía vivir
antes,
no entiendo como podía vivir antes...

Antes de mí tú no eras tú...

Antes de irme
yo debo decir:
yo también pensaba que era feliz
antes
(pero)
No entiendo como podía vivir antes. 



jueves, 18 de octubre de 2012

UN GESTO QUE LO DICE TODO


En apenas dos o tres días Nemesio ya se volvía para Zimbabwe, y yo me marchaba rumbo a mis ejercicios, así que nos despedimos por teléfono. "Buen viaje", "cuídate", estamos en contacto", etc., vamos, las cosas que suelen decirse en momentos así.

Pero justo el rato antes de mi viaje (a Sevilla para coger allí el tren a Valencia), aquel viernes 29 de septiembre, por la tarde, un poco antes de la misa de las 8:30, se presentó sin avisar. Nos dimos un abrazo, nos revestimos y concelebramos la Eucaristía junto con cuatro mujeres que nos acompañaron; una de ellas nos echó esta foto al final (el bulto de abajo es su dedo).

En el silencio de la iglesia los días de diario, le presentamos al Señor nuestras manos abiertas... El deseo que tiene Nemesio, lo que a él le gustaría, y mi disponibilidad sincera a lo que Dios quiera ponerme por delante; y los dos, la aceptación alegre de las direcciones que puedan tomar nuestros caminos a corto o medio plazo. Con mucho cariño y con gran libertad: manos extendidas y vacías.

Así que nos pudimos decir "adiós" mirándonos a los ojos; o "hasta pronto"... Sin discursos, Nemesio me dijo mucho queriendo venir a verme precisamente a mí antes de volver a África. ¡Gracias, compañero, y buena misión!

lunes, 15 de octubre de 2012

"CUÁNTA PUTA COSA"


Se nos marchó Pruden como siempre fue él: discreto al máximo. Un hombre sencillo, sin artificios ni complicaciones, sin afán alguno de sobresalir o de aparentar; un cura de pueblo de esos "de abajo", pegado como por instinto a la realidad del día a día, caminante asiduo por la prosa de la vida, ajeno a poderes o notoriedades. Cuánta falta nos hacen este tipo de personas distinguidas con la humildad que da el sentido común.

Pruden me llamó una mañana, cuando yo estaba en Zafra; no recuerdo bien qué historia me contó sobre el coche... Total, que lo había tenido que dejar en el taller y que si lo podía acercar a Salvatierra. "Claro" - le dije yo. "Dime dónde te recojo y voy". Yo escuchaba sonriente las cosas que me decía mientras conducía, y luego tomando un café con el que me quiso agradecer el detalle.

Porque, eso sí, con Pruden te dabas las gordas de reír. En las reuniones arciprestales, jeje, cuando hablábamos de la cantidad de sobres, documentos, cartas, convocatorias... etc. que a los curas nos llegan del obispado, siempre decía: "¡cuánta puta cosa!". Y es una frase que utilizamos a menudo y nos partimos.

Me acuerdo sobre todo de una reunión: era después de Semana Santa, llegábamos todos un poco reventaos y sin muchas ganas de tratar un tema muy serio, fffff. Rezamos un rato y luego Pedro Maya, que era el arcipreste, dijo: "hoy la reunión consiste en charlar tranquilamente y compartir". Santo remedio; Pruden al principio estaba como remiso, pero Joaquín Macarro le pinchaba: "Pruden, cuenta lo de la Estrelli y el Cohete". Ellos habían escuchado las historias de Pruden mil veces, yo no, pero ya nos reíamos con sus propias carcajadas cuando apenas había iniciado la anécdota. Recuerdo que acabó llorando de risa... y nosotros también, como siempre.

Todavía no había llegado a los 70 años, pero se sentía cansado. Y el obispo lo liberó de la responsabilidad de párroco y lo nombró vicario de La Parra. Dio así con Fran, que ha sido un hermano para él: todos los días echaban un rato, siempre los veías juntos, lo atendió magníficamente. Por eso sé que, cuando aquella mañana de sábado llamaron a Fran, fue su corazón el que se rompió.

De esa manera regresó Pruden a su primer pueblo, donde pasó los 18 primeros años de su vida sacerdotal. Me lo imagino joven y vivaracho, con más pelo, trabajando a tope, batallando, echando un tinto y riendo a gusto con los hombres en el bar. Todo el pueblo pasó por delante de su cuerpo para rendirle homenaje; yo veía los rostros de personas a quienes él bautizó, a quienes repartió el Pan, a quienes bendijo con sus manos... Y ese silencio, esa emoción, me parecían el reverso del amor que él sintió por su pueblo, de la experiencia que Pruden vivió como misacantano.

Entonces, al concluir el pésame, varios curas revestidos cargamos el ataúd con los restos de nuestro compañero. Recordé cómo me hizo reir cuando lo llevé en mi coche y sentí una curiosa mezcla de orgullo y tristeza que me sirvió para despedirme de él. ¡Hasta la vista, hermano!

viernes, 12 de octubre de 2012

UN DÍA DIFERENTE

Cuando desde la cama ves a los borregos campar a sus anchas por el suelo del dormitorio, señal inequívoca de que hay que hacer un poco de limpieza. Y así me he pasado la mañana de este día del Pilar fresco, acariciado por este sol meloso de otoño: entre bayetas, escobón y fregona. Mi vecina Josefita protesta, que "ya lo hace ella", pero yo le digo que entonces me priva a mí de darle un meneo a mi casa; me gusta, me hace sentirme "normal", como todo el mundo, como las mujeres de mi pueblo y las madres que vienen a la catequesis familiar.

Llamo a mi sobrina por teléfono para felicitarla. Echo de menos a Pili y recuerdo a mi abuela sirviendo la comida en su casa tantas veces en este su día; nadie me ha hecho comer más que mi abuela Pilar... y mira que lo han intentado. Despierto y compruebo que hoy estoy solo y que el encuentro familiar lo hemos puesto mis hermanas y yo el domingo. Mientras se seca el salón me siento frente al ordenador un rato, tranquilo; escucho la voz de Jorge Drexler de fondo; trabajo la homilía de mañana, preparo una reunión de catequistas...

Me viene bien estar tanto rato callado, mi médica particular me dijo anteayer que me conviene "reposo de voz" para evitar que esta faringitis tan fastidiosa se me cronifique. Pero hablo con los pimientos, mientras los corto y los limpio; unos los congelo, con otros preparo un sofrito, los rojos y los verdes... No se puede evitar que seamos distintos, la clave está en saber mezclarnos, sin que nadie pretenda prevalecer... No es fácil. Los pimientos no me hablan y ahora es Luz Casal la que canta mientras recojo la ropa de invierno y mi armario se llena de jerseys y camisas de manga larga.

Como. Veo y contesto whatsapp. Duermo el telediario. Y por la tarde leo: una novela biográfica sobre San Juan de la Cruz, un folleto de Cristianismo y Justicia, un artículo sobre agroindustria, unos poemas de Khalil Gibrán... Felicito a algunas Pilis. Me emociono como un tonto viendo el final de "El Señor de los Anillos". Escribo un par de cosas. Pienso que cada vez me gusta más escribir, crear, decir; leo varios mensajes y a las ocho me voy a la parroquia.

Celebro la Eucaristía con un grupo apañao de gente. Quedo para comer mañana en la fiesta del Vadesa. Organizo un par de cosas cara a la semana que viene y me vuelvo a casa con la garganta picándome. Compruebo que tengo miel para tomar con la leche antes de acostarme y me coloco delante del ordenador para escribir esto.

lunes, 8 de octubre de 2012

INVENCIBLE MARIBEL



Ayer hemos perdido a mi amiga de la infancia Maribel Ugena, compañera de COU... Esta es la homilía que me ha salido para sus exequias.




Cuesta encontrar palabras en un momento como este. Quizá lo único que podemos hacer es estar en silencio junto al cuerpo de Maribel, cuerpo vencido por el cáncer. Casi no somos capaces de nombrarlo, y es la palabra que más se nos atraganta; nos da miedo esa cosa que ataca indiscriminada y cruelmente, que se ha llevado la vida de Maribel y que destruye familias con su zarpazo silencioso que nos deja helados los corazones.

No sé si el silencio nos ayudaría a no perder la esperanza; desde que hablé con mi madre antes de anoche, no dejo de pensar que Maribel nunca la perdió. Cuando la vine a ver la encontré muy mal, pero me dijo: “mira, el médico dice que hay una pequeña posibilidad; aunque nunca quedaría como antes, hay una posibilidad. Y yo me tengo que agarrar a ella”. Y luego me contó sus planes para cuando pudiera ya irse a casa, con su esposo y con sus niñas…

Estaba fatal pero era ella misma, hablando a toda velocidad, como siempre, como en el colegio, preocupada por lo cansado que estaba Carlos, pensando en cómo organizar la vida con ella en casa pero casi sin poder moverse. El último mensaje al móvil me lo mandó el viernes: “Estoy algo inquieta; estamos reconvirtiendo la casa en hospital”; me hizo gracia y me asombró… era ella misma.

Me veo explicándole química en los cambios de clase, sentados al sol con las mangas arremangadas en el patio de los salesianos; y luego bajo el sol de la playa en verano. Y no puedo comprender, ni quiero aceptar; no sé por qué la vida tiene que ser tan injusta y la muerte tan despiadada.

Maribel, cariño, el cáncer ha derrotado a tu cuerpo, pero no ha podido contigo. Porque no podremos dejar de quererte: tus padres, tu esposo, tus hijas, tus compañeros, tus amigos. Y es que el amor es más fuerte que todo, más que la muerte; porque el amor es Dios; y Dios está dentro de ti y ahora te da la Vida definitiva, sin dolor y sin lágrimas. Charla con Dios, por favor, y dile que necesitamos que nos ayude a vivir sin ti y nos sostenga de pie, con esperanza como tú.

jueves, 4 de octubre de 2012

UN GRAN PRIVILEGIO


Torres-Torres es un pequeño pueblo cercano a Sagunto, a treinta y tantos kilómetros de Valencia. Aquí me encuentro desde el día 29 haciendo ejercicios con un grupo de Obreras de la Cruz, todos dirigidos por Adolfo Chércoles. Una suertaza inmensa desde luego. Adolfo es quien me ha acompañado durante todo el proceso de los Ejercicios, que culmina ahora con las Reglas para el sentido verdadero que en la iglesia militante debemos tener (casi ná). Un instrumento genial en manos de un hombre único: Adolfo se merece una entrada aparte y un blog entero; de hecho, tiene una asociación con su página: http://www.acheesil.org/adolfo-chercoles/.
 
Disponer de ¡una semana! para dedicarla al encuentro con Dios, a la revisión y reflexión, es un enorme privilegio que debo a la amabilidad de mis compañeros de Jerez, que me lo hacen posible. Y en este monte, en este paraje de belleza luminosa en mitad del campo, con este silencio rodeado por el suave clima levantino, la experiencia se hace más especial.
 
Por si fuera poco, las Obreras han resultado ser gente majísima. Son un instituto secular, laicas consagradas, mujeres de lo más sencillas y normales, naturales, sin trampa ni cartón. Una de ellas, Lidia, se mete conmigo porque dice que estoy “mimado”, rodeado de mujeres que se deshacen en atenciones. Está celosa porque a las tres que viven aquí estables les celebro la Eucaristía todos los días a las 4:30 de la tarde (la hora de la misa del grupo es justo antes de la cena y, como son las cocineras, les viene mal) y dice que “están contigo…”. Es muy divertido.
 
Porque la casa es muy sencilla (hacía años que no me encontraba con baños y duchas comunes) pero la comida es magnífica, estas tres lo hacen de cine. Ponen una especie de ensalada de pimientos con bacalao que te dan ganas de pegar gritos cuando la pruebas; y como se lo digo y además les hago el servicio de la misa, pues ya no veas… están que se salen.
 
El lunes les dije: “no pongáis el bacalao para mañana noche que voy a salir a cenar fuera”. Y me dijeron: “vale; pero te vas a perder unas albóndigas que te chuparás los dedos: te las guardamos para el día siguiente”.  Jejeje… 
 
Y vino mi amigo y compañero del noviciado Fernando Miranda y me llevó a Sagunto a cenar. Hacía cuatro años que no nos veíamos, desde el Forum de PJ en Madrid, pero enseguida  nos sentimos como en casa. Entre cocochas, mejillones y pulpo nos pusimos al día y nos contamos nuestras cosas,  las luchas, las alegrías, las dificultades de la vida… Es increíble lo decisivo que es tener amigos para ser feliz; otro regalo…
 
A la vuelta, nos habíamos compinchado con Mª José y Ana para dejar la puerta abierta y una farola encendida sin que se enterasen “las argüiñanas”; así que anduve por la casa con la linterna del móvil, apagué y cerré sigilosamente… vaya show
 
Mis compañeras de ejercicios rezan lento, sin prisas, y es un gusto. Ellas no lo saben, pero me están aportando mucho. Me encanta cómo cantan los dolores de la Virgen a mediodía; sus oraciones autóctonas valencianas mencionan cada día a San Juan de Ribera, y eso me transporta a mi diócesis, que está resultando ser la clave de estos días de ejercicios: mi iglesia concreta, “militante”, a la que quiero. Y por ella dejo mi “propio querer e interés”, para servirla sin condiciones, libre de proyectos personales. Porque el servicio por amor es un gran privilegio; el mejor. Como el bacalao.

jueves, 27 de septiembre de 2012

PASIÓN Y CONOCIMIENTO








La imagen de la izquierda, 19 de septiembre, San Juan Bosco en Mérida. Cuando, en "El club de los poetas muertos", se acercan los alumnos a las fotos de sus antepasados en aquel colegio, creen escuchar susurros ("caaarpee... dieeemm..."). Me aproximo a la urna y Don Bosco me dice en un un murmullo quedo: "los jóvenes, los jóvenes... Ocúpate de ellos y de nada más... Ellos no son el campo de batalla donde dirimir vuestras inmadureces afectivas... con vuestros chiringos a modo de auto-monumentos de pacotilla... Quiérelos por encima de todo, por encima de pedagogías, movimientos, carguitos... Quiérelos más incluso que a los valores que deseas transmitirles... Recuerda tu vocación: ¡los jóvenes!". La pasión por los jóvenes, la mística, forma pate de lo propio mío, del ADN de mi vida, y es algo irrevocable, que resiste a los cambios.

A a derecha un par de días más tarde, el sábado 22, la ex-delegacion de Pastoral con Jóvenes comiendo en la plaza de los Alféreces justo después de concluir su servicio de seis años. Un trabajo excelente, original y auténtico, creador de comunión, de iglesia de todos en la que cabemos todos. Aunque falta Ale, en torno a esa mesa hay mucha pasión, muchas horas de vuelo, mucha calidad y gran sabiduría en la tarea de la pastoral juvenil. Gran conocimiento interno, vivido y compartido, de los jóvenes, de cómo tratarlos, con qué lenguaje dirigirse a ellos y con qué sintonía intentar quererlos.Todo ese bagaje, esa experiencia, esa competencia... no puede perderse, seguiremos ardiendo por los jóvenes, creyendo en ellos y encontrándonos con Dios, que nos espera en ellos. Que nadie lo dude.

"Da mihi animas, caetera tolle" es la leyenda de la urna de Don Bosco: "Dame las almas y quédate con lo demás"; dame a los jóvenes y solo a los jóvenes, porque en toda esta historia están y estarán en el centro, porque solo ellos importan. Nadie nos los podrá quitar.

domingo, 23 de septiembre de 2012

LA IGLESIA ESTÁ ATRASADA 200 AÑOS

Nacho Pérez García ha puesto en Facebook esta entrevista con el Cardenal Martini (recientemente fallecido) que aparece en Cristianismo y Justicia. Como él dice, no tiene desperdicio.

Hemos querido reproducir la última entrevista concedida por el Cardenal Martini antes de su muerte y publicada en Il Corriere della Sera. El Padre Georg Sporschill, el jesuita que lo entrevistó en “Coloquios nocturnos en Jerusalén”, y la periodista Federica Radice tuvieron con él una conversación el pasado 8 de agosto: «Una suerte de testamento espiritual. El Cardenal Martini leyó y aprobó el texto».

¿Cómo ve Usted la situación de la Iglesia?

«En la Europa del bienestar y en Norteamérica la Iglesia está cansada. Nuestra cultura ha envejecido, nuestras iglesias son grandes, nuestras casas religiosas están vacías y el aparato burocrático de la Iglesia aumenta, nuestros rituales y nuestros vestidos son pomposos. ¿Reflejan estas cosas lo que somos actualmente? (…) El bienestar pesa. Nos encontramos como el joven rico que se marchó triste cuando Jesús lo llamó para hacerlo discípulo suyo. Sé que no podemos desprendernos de todo con facilidad, pero al menos podríamos buscar hombres que sean libres y más cercanos al prójimo. Como lo fueron el obispo Romero y los mártires jesuitas de El Salvador. ¿Dónde están entre nosotros los héroes en los que inspirarnos? No podemos por ninguna razón limitarlos con los vínculos de la institución».

¿Qué puede ayudar a la Iglesia hoy?

«Al Padre Karl Rahner le gustaba usar la imagen de la brasa que se esconde bajo la ceniza. Yo veo en la Iglesia de hoy tanta ceniza sobre la brasa, que a veces me asalta una sensación de impotencia. ¿Qué hacer para librar la brasa de la ceniza, de modo que pueda revigorizar la llama del amor? Ante todo debemos buscar esa brasa, preguntarnos: ¿Dónde están aquellas personas llenas de generosidad como el buen samaritano, o con fe como el centurión romano, o entusiastas como Juan Bautista, o que se atreven a lo nuevo como Pablo, o son fieles como María Magdalena? Yo le aconsejo al Papa y a los obispos que busquen doce personas fuera de lo común para los puestos de dirección. Hombres que se muestren cercanos a los más pobres, que se rodeen de gente joven y experimenten cosas nuevas. Tenemos necesidad de confrontarnos con personas que ardan para que el espíritu pueda difundirse por todas partes».

¿Qué instrumentos aconseja contra el cansancio de la Iglesia?

«Sugiero tres muy importantes. El primero es la conversión: la Iglesia debe reconocer sus propios errores y recorrer un camino de cambio radical, comenzando por el Papa y por los obispos. Los escándalos de la pedofilia nos empujan a emprender un camino de conversión. Las preguntas sobre la sexualidad y sobre todos los asuntos que competen al cuerpo son un ejemplo. Son cuestiones importantes para todos y a veces incluso demasiado importantes. Debemos preguntarnos si todavía la gente escucha los consejos de la Iglesia en materia sexual. ¿La Iglesia es todavía en este campo una autoridad de referencia o sólo una caricatura en los medios?

El segundo instrumento es la Palabra de Dios. El Concilio Vaticano II ha restituido la Biblia a los católicos. (…) Sólo quien percibe en su corazón esta Palabra puede formar parte de aquellos que ayudarán a la renovación de la Iglesia y sabrán responder a las preguntas de la gente con opciones justas. La Palabra de Dios es sencilla y busca la compañía de un corazón que escuche (…). Ni el clero ni el Derecho Canónico pueden sustituir a la interioridad de la persona. Todas las reglas externas, las leyes, los dogmas nos son dadas para aclarar la voz interior y para el discernimiento.

¿Para quién son los sacramentos? Estos son el tercer instrumento de curación. Los sacramentos no son un instrumento para la disciplina, sino una ayuda para las personas en los distintos momentos del camino y en las debilidades de la vida. ¿Llevamos los sacramentos a los hombres que necesitan una nueva fuerza? Pienso en todos los divorciados y en las parejas vueltas a casar, en las familias ampliadas. Todos ellos tienen necesidad de una protección especial. La Iglesia sostiene la indisolubilidad del matrimonio. Es una gracia cuando un matrimonio y una familia se logran (…). La actitud que tengamos con relación a las familias ampliadas determinará la cercanía a la Iglesia de las generaciones de hijos. Una mujer ha sido abandonada por el marido y encuentra un nuevo compañero que se ocupa de ella y de sus tres hijos. El segundo amor se logra. Si esta familia es discriminada, se está echando fuera no sólo a la madre sino también a sus hijos. Si los padres se sienten alejados de la Iglesia o no sienten su apoyo, la Iglesia perderá a la generación futura. Antes de la comunión rezamos: “Señor, yo no soy digno…”. Sabemos que no somos dignos (…). El amor es gracia. El amor es un don. La pregunta de si los divorciados pueden comulgar debería plantearse al revés. ¿Cómo puede la Iglesia salir con la fuerza de los sacramentos en ayuda de quien vive una situación familiar compleja?»

¿Qué hace Usted personalmente?

«La Iglesia se ha quedado retrasada 200 años. ¿Cómo no se sacude? ¿Tenemos miedo? ¿Miedo en vez de coraje? Pero sabemos que la fe es el fundamento de la Iglesia. La fe, es decir, la confianza, el coraje. Yo estoy viejo y enfermo, dependo de la ayuda de los demás. Las personas buenas en torno a mí me hacen sentir el amor. Este amor es más fuerte que el sentimiento de desconfianza que a veces percibo respecto a la Iglesia en Europa. Solo el amor vence al cansancio. Dios es Amor. Y ahora yo tengo una pregunta para ti: ¿Qué cosa puedes hacer tú por la Iglesia?».

(Traducción al castellano del P. Carlos Cardó SJ. de la Parroquia de Fátima – Lima, Perú)



miércoles, 19 de septiembre de 2012

JUAN ROMÁN - JOHN ROMAN -JEAN ROMAIN - GIOVANNI ROMANI

Iván Romanov - Huan Huan - Jon Romanabeitia - Joao Romanao - Hans Romanagher

No se te va a olvidar, Juan, el día en que murió Carrillo; ni a tu equipo, ni a tus amigos. Carrillo tenía ya 97 años y hace tiempo que veníamos comentando que ffff, que tenía pinta de durar poco, pero nos ha pillado desprevenidos este 18-S. Aunque estamos algo aturdidos no tengo dudas de que sabrás conducirte bien en esta situación, porque un caballero sabe cómo gestionar las pérdidas.

Quiero decirte (y debería haberlo hecho cuando Carrillo mostró los primeros síntomas) GRACIAS. Me has ayudado mucho, y a lo mejor no te has dado cuenta. Desde aquella primera reunión de los responsables arciprestales de jóvenes en Mérida, ¿te acuerdas? "Juan, si esto va a ser lo que ha sido hasta ahora, no cuentes conmigo", jejeje. Qué claridad, pero qué orejas tan effetadas las tuyas para comprender, para reaprender, para poner en cuarentena tus esquemas de "la otra vez" y estar dispuesto a cambiar puesto que el momento era otro. Aquel día me hiciste sentirme importante (vaya palabro). Porque tú, Juan, eres un hombre humilde, logras que a tu lado el otro se sienta grande.

Luego vino aquella tarea tan concienzuda de reflexión: en todos mis años de trabajo con y por los jóvenes nunca creo haber participado en un proceso tan valioso. Siempre me sentí escuchado, mis criterios tenidos seriamente en cuenta; dejé de ser raro, era uno más de tu equipo, gente ardiendo de pasión por los jóvenes, de convencimiento y compromiso. Noté una sintonía refrescante, yo podía ser el de siempre, con todo mi bagaje, "en mi elemento"; y tú moderando, encauzando, pilotando aquel camino sabiamente, con gran talento, el que todos te reconocemos.

Y "parimos" el proyecto diocesano; y yo me marché aquel verano a Níger (perdiéndome lo de nivel 1 y nivel 2, luego hubo que explicármelo...). Y volví hecho polvo, sintiéndome fracasado, roto y humillado; fue probablemente el peor momento de mi vida. Me fui a Monesterio, ¿te acuerdas? Te llamé por teléfono, "¿podría todavía apuntarme al Forum de PcJ?" - "¡Claro que sí, tú te vienes con nosotros!". Fue como cuando Jesús toca el ataúd del chaval, aquello hizo sonreir a mi corazón, para mí el Forum es un símbolo de revivir... Y luego me llamaste tú, me dijiste que "sigo contando contigo para trabajar en la Delegación": me ayudaste más de lo que te imaginas y no sé cómo agradecértelo desde entonces.

Todo este tiempo, estos últimos años me he partido la cara por el trabajo en PJ, por la Delegación. Lo he hecho por los jóvenes, claro, pero también por afinidad contigo y con todo el equipo, por coincidir en planteamientos, luchas, ilusión... He disfrutado de esa preciosa complicidad pastoral. En todo momento lleno de agradecimiento a ti y admirado de tu categoría personal: ¡es un privilegio trabajar contigo! Me pareces un portento en inteligencia y cualidades.

Vale, ya me paro. Porque se que no te gustan los protagonismos y no hablas nunca mucho de ti. Pero quizá hoy es mejor momento que otros para decirte GRACIAS, no la espicha Carrillo todos los días.

PS: Huan Huan es en extremeño.