tag:blogger.com,1999:blog-24121146040333737072024-03-18T10:12:36.580-05:00KpayoMisionero en la Amazonía peruanaKpayohttp://www.blogger.com/profile/02035284847884213871noreply@blogger.comBlogger1001125tag:blogger.com,1999:blog-2412114604033373707.post-38344459965999087812024-03-16T04:27:00.001-05:002024-03-16T04:27:35.004-05:00UN REMANSO DE ALEGRÍA EN EL CORAZÓN DE LIMA<p></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhG9sAdeKHXOwAXXdwtNgxL0z1WQ7r14NeqBB-8N_hpLrbvJq7SWPgWBYeQGTae_318fotdmcCsGq9KAluLXTfaayqe9O8A2mMWRgQwj20SANiXy4Nz0lr5TWQFD3u_-OVLz-oxseg9KDvB5xuxNVtfzXab43DwuIcO1Sb-YZrhGA3rCs1M5iPJpHdsZTFa/s1750/Agustinas%201.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="1010" data-original-width="1750" height="276" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhG9sAdeKHXOwAXXdwtNgxL0z1WQ7r14NeqBB-8N_hpLrbvJq7SWPgWBYeQGTae_318fotdmcCsGq9KAluLXTfaayqe9O8A2mMWRgQwj20SANiXy4Nz0lr5TWQFD3u_-OVLz-oxseg9KDvB5xuxNVtfzXab43DwuIcO1Sb-YZrhGA3rCs1M5iPJpHdsZTFa/w479-h276/Agustinas%201.jpg" width="479" /></a></div> <div><i>¿Quiénes son estas chicas jóvenes, con ese hábito tan
original, que cantan increíblemente y que sonríen mientras cantan?</i> – me
pregunté al llegar a los ejercicios de la CONFER, de nuevo en Villa Marista.
Porque enseguida me llamaron la atención, <b>algo me transmitieron con su mera
presencia, en la densidad del silencio</b>.<div><div style="text-align: left;"><br /></div><div style="text-align: left;">Ellas viven en el silencio porque son monjas contemplativas,
pero <b>es una serenidad habitada, que desprende destellos humildes y limpios
del Dios cuyos pies caminan por el barro de nuestra humanidad</b>. Algo intuí
allí al pie del cerro, y pude apreciarlo más de cerca cuando fui a visitarlas
algunos días después.</div><div style="text-align: left;"><br /></div><div style="text-align: left;">Y es que quedaron palabras por decir. Cuando en la última
Eucaristía del retiro la hermana Bego hizo una petición en voz alta, detecté <i>al
toque</i> el acento y al final del almuerzo, antes de irnos todos, le pregunté:
<i>“¿de qué provincia del sur de España eres?”</i> – <i>“De Granada, pero mis
padres son de un pueblo de Badajoz que se llama Zahínos, ¿lo conoces?”.</i>
Clarooooooooo… He trabajado cerquita, en mis Valles lindos.</div><div style="text-align: left;"><br /></div><div style="text-align: left;">Cada charla del p. Simón Pedro comenzaba con un canto
meditativo, <b>melodías suaves que nos hacían respirar el perfume del Espíritu</b>;
así que ya había escuchado la excepcional voz de Bego antes. Me había cruzado
con las hermanas Gabi, Patricia y Rocío, que es limeña. <b>Y me había hecho
gracia ver correr en las mañanas a la hermana Diana, vestida con un buzo del
mismo color que su hábito</b>, <b>un polo blanco y una toca igualita que la de
diario, pero más cortita:</b> propiamente una monjita haciendo <i>footing</i>.</div><div style="text-align: left;"><i><br /></i></div><div style="text-align: left;"><i>“Somos agustinas y estamos en la avenida Brasil”</i>, y casi
no hubo tiempo para más datos. De regreso a Lima, una somera indagación (<a href="https://www.facebook.com/monasteriodelaencarnacionagustinas.lima">https://www.facebook.com/monasteriodelaencarnacionagustinas.lima</a>)
me fue ilustrando. Ellas proceden de España, de un grupo dentro de su orden que
decidió vivir su carisma con unos rasgos peculiares y ha fundado algunas
comunidades. <b>Recibieron a varias peruanas y, después de unos años,
atendieron el pedido del Monasterio de la Encarnación, donde las religiosas
eran muy pocas y mayores; y las peruanas regresaron a su país</b>.</div><div style="text-align: left;"><br /></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi3yzCiS1tCNqaMI2p-dyVjsBYlj7U45uZXYEleI1KviKUbBqbDkj8fjpjApzXBdCNQNZtuge8MCeZdfvpWIzjOnfMMVqTCh7BAzdUDB04fQuY5qqzn1jm4O3M__Yy7Q5nVwyxy7eobJmRTbmLAtIYmPi_4TpO5D6rayraaQBgJlv61b-bKRLLiSEYVu94j/s2048/Agustinas%202.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="1152" data-original-width="2048" height="248" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi3yzCiS1tCNqaMI2p-dyVjsBYlj7U45uZXYEleI1KviKUbBqbDkj8fjpjApzXBdCNQNZtuge8MCeZdfvpWIzjOnfMMVqTCh7BAzdUDB04fQuY5qqzn1jm4O3M__Yy7Q5nVwyxy7eobJmRTbmLAtIYmPi_4TpO5D6rayraaQBgJlv61b-bKRLLiSEYVu94j/w440-h248/Agustinas%202.jpg" width="440" /></a></div><br /><div style="text-align: left;">Escribo en su Messenger preguntando si puedo ir a visitar a
Bego y me contestan enviándome un número de whatsapp de la portería; tecleo ahí
y ella misma me responde, y quedamos para el día siguiente. Cuando voy a llamar
me abre Diana, y comienza <b>una tarde de encuentro y conversación. Muy
acogedoras</b>, me muestran el monasterio, su capilla, el claustro abierto al
público, la huerta (es ahí donde corren, jeje), la iglesia; y me invitan a un
refresco.</div><div style="text-align: left;"><br /></div><div style="text-align: left;">Tienen dos tortugas, pero las hermanas son resueltas,
despiertas, abiertas. <b>Dedican mucho tiempo diario a la oración, cuidan con
esmero la liturgia, trabajan la fraternidad… pero descubro que también aman al
Señor en la gente concreta</b>, dan catequesis, reciben jóvenes, organizan
jornadas y convivencias, aceptan peticiones de colegios y parroquias para
compartir experiencias de espiritualidad… Algunas de ellas recién llegan de la
Semana de la Catequesis de la Conferencia Episcopal, y a la vez un grupo de
otras religiosas se prepara a un retiro que la madre Carmen les va a dar. De
hecho, en su hospedería cualquier persona puede pasar unos días de
recogimiento, con invitación a compartir la liturgia de las horas con la comunidad.</div><div style="text-align: left;"><b><br /></b></div><div style="text-align: left;"><b>Me admiró especialmente su labor social</b>. Les llegan alimentos
a punto de caducar de supermercados cercanos y, con ayuda de amigos, los entregan
diariamente a los necesitados. <i>“Muchas personas tocan esa puerta cada día”</i>
– me dicen, y ellas responden con solidaridad y ternura. <b>Se les nota
sensibles a la situación del país, en sintonía con los más pobres…</b> No podía
ser de otra manera: profundas horas <i>expuestas</i> al Pan bendito, mucha intimidad
con el Amor, las lleva a conectar con los vulnerables donde Él espera. La
misión es esencialmente contemplativa, y ellas la viven.</div><div style="text-align: left;"><br /></div><div style="text-align: left;"><span style="font-family: inherit;">Debería contar muchas cosas más: que hacen hermosos iconos y
otros objetos artesanos, que se llevan <i>rebién</i> con los vecinos, que todas estudian Teología u otras carreras, que a
veces no hay recreo porque deben preparar los víveres, que acompañan el canto
de los salmos con <b>cítara</b> (primera vez en mi vida que rezo literalmente
como David)… pero <b>el más bello impacto que recibí fue su alegría. “Elige ser
feliz” se lee en un edificio contiguo, y siento que estas mujeres los son</b>.
Lo percibo en sus rostros, en sus gestos, en sus miradas, en el carácter de su
plegaria. Su casa es un remanso de alegría en este mundo convulso y violento.
Gracias hermanas agustinas por existir y por ser como son. Recuerden que están
invitadas al Vicariato, que acá necesitamos misioneras auténticas.</span></div><div style="text-align: left;"><br /></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi5fHmhCi_3IGOxFyzAXrBjvaUW2HNbznuraZgIA_fmFQSpt6rLhyphenhyphenQ87V2-m38sTWkoPJxasU9HlydR0aAYB3CHxAnwAcUfbKMwnOKDETpfqOc3JtsZLR4GUGgbCiBO0FDXZVhTcLcXUBOZkrc3xJX73HXpVctB0HYaoiGnr5eZvxlx5m8LXlqjMBxoG0TU/s2483/Agustinas%203.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="1152" data-original-width="2483" height="247" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi5fHmhCi_3IGOxFyzAXrBjvaUW2HNbznuraZgIA_fmFQSpt6rLhyphenhyphenQ87V2-m38sTWkoPJxasU9HlydR0aAYB3CHxAnwAcUfbKMwnOKDETpfqOc3JtsZLR4GUGgbCiBO0FDXZVhTcLcXUBOZkrc3xJX73HXpVctB0HYaoiGnr5eZvxlx5m8LXlqjMBxoG0TU/w533-h247/Agustinas%203.jpg" width="533" /></a></div><p class="MsoNormal"><o:p></o:p></p>
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gustas,</b></div></b><b style="text-indent: 35.4pt;"><div style="text-align: center;"><b style="text-indent: 35.4pt;">has de ir por donde no
gustas.</b></div></b><b style="text-indent: 35.4pt;"><div style="text-align: center;"><b style="text-indent: 35.4pt;">Para venir a lo que no
posees,</b></div></b><b style="text-indent: 35.4pt;"><div style="text-align: center;"><b style="text-indent: 35.4pt;">has de ir por donde no
posees.</b></div></b><b style="text-indent: 35.4pt;"><div style="text-align: center;"><b style="text-indent: 35.4pt;">Para venir a lo que no eres,</b></div></b><b style="text-indent: 35.4pt;"><div style="text-align: center;"><b style="text-indent: 35.4pt;">has de ir por donde no eres.”</b></div></b><div style="text-align: center; text-indent: 35.4pt;">(San Juan de
la Cruz)</div><div style="text-align: left; text-indent: 35.4pt;"><o:p> <br /></o:p><b>Para venir a lo que no sabes<br /></b></div><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px; text-align: left;"><span style="text-indent: 35.4pt;">No sabía que venía a la selva;
salí de mi tierra con un plan,<br /></span><span style="text-indent: 35.4pt;">pero llegué a lo que ni
imaginaba.<br /></span><span style="text-indent: 35.4pt;">Mi brújula se encantó,<br /></span><span style="mso-tab-count: 1; text-indent: 35.4pt;"> </span><span style="text-indent: 35.4pt;">esta
luz,<br /></span><span style="mso-tab-count: 1; text-indent: 35.4pt;"> </span><span style="text-indent: 35.4pt;">la
música de estas risas,<br /></span><span style="mso-tab-count: 1; text-indent: 35.4pt;"> </span><span style="text-indent: 35.4pt;">la
sencillez descalza</span> </blockquote><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px; text-align: left;"><span style="text-indent: 35.4pt;">atrajeron de forma dulce e
irrevocable las fibras de mi vocación.</span></blockquote><div style="text-align: left; text-indent: 35.4pt;"><o:p> <br /></o:p><b>has de ir por donde no sabes<br /></b></div><span style="mso-tab-count: 1; text-indent: 35.4pt;"> </span><span style="text-indent: 35.4pt;">El camino
fueron las vueltas del río,</span><br /><span style="mso-tab-count: 1; text-indent: 35.4pt;"> </span><span style="text-indent: 35.4pt;">la
sorpresa ante la inmensidad y la belleza sin rebozo,</span><br /><span style="mso-tab-count: 2; text-indent: 35.4pt;"> </span><span style="text-indent: 35.4pt;">comprender
que no comprendo</span><br /><span style="mso-tab-count: 2; text-indent: 35.4pt;"> </span><span style="text-indent: 35.4pt;">refundar
mi mente,</span><br /><span style="mso-tab-count: 2; text-indent: 35.4pt;"> </span><span style="text-indent: 35.4pt;">deponer
en un costado mi equipaje,</span><br /><span style="mso-tab-count: 2; text-indent: 35.4pt;"> </span><span style="text-indent: 35.4pt;">tunear
mi ingenio</span><br /><span style="mso-tab-count: 2; text-indent: 35.4pt;"> </span><span style="text-indent: 35.4pt;">en
lo posible…</span><br /><div style="text-align: left; text-indent: 35.4pt;">Y aun así
adentrarme.</div><div style="text-align: left; text-indent: 35.4pt;"><o:p> <br /></o:p><b>Para venir a lo que no gustas</b></div><div style="text-align: left; text-indent: 35.4pt;"><span style="text-indent: 35.4pt;">Me disgusta ser tan distinto de
la gente.</span></div><div style="text-align: left; text-indent: 35.4pt;"><span style="text-indent: 35.4pt;">Aborrezco el tacto erizado del
mal,</span></div><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px; text-align: left;"><div style="text-align: left; text-indent: 35.4pt;">que
no puedes esquivar</div></blockquote><div style="text-align: left; text-indent: 35.4pt;"><span style="text-indent: 35.4pt;">Los estragos de la corrupción y
el abuso,</span></div><span style="text-indent: 35.4pt;"><span> </span><span> </span><span> </span>la atroz impunidad,</span><br /><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px; text-align: left;"><div style="text-align: left; text-indent: 35.4pt;"><span style="mso-tab-count: 1;"> </span>el
pueblo menudo siempre padeciendo.</div></blockquote><div style="text-align: left; text-indent: 35.4pt;"> <o:p> <br /></o:p><b>has de ir por donde no gustas<br /></b></div><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px; text-align: left;"><span style="text-indent: 35.4pt;">por el claroscuro,<br /></span><span style="text-indent: 35.4pt;">el peritaje en paciencia,<br /></span><span style="text-indent: 35.4pt;">“noches
sin dormir y días sin comer” (2 Cor 6, 5).<br /></span><span style="text-indent: 35.4pt;">Por el desfiladero
de la disminución<br /></span><span style="text-indent: 35.4pt;">a la vez abrumado
por las responsabilidades</span> </blockquote><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px; text-align: left;"><span style="text-indent: 35.4pt;">y el
trabajo desbordante.</span></blockquote><div style="text-align: left; text-indent: 35.4pt;"><o:p> <br /></o:p><b>Para venir a lo que no posees<br /></b></div><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px; text-align: left;"><span style="text-indent: 35.4pt;">Esta claridad en la sonrisa.<br /></span><span style="text-indent: 35.4pt;">Esta aceptación del vaivén de la
vida, a veces cruel.<br /></span><span style="text-indent: 35.4pt;">Esta alegre provisionalidad.<br /></span><span style="text-indent: 35.4pt;">Esta pequeñez imbatible.<br /></span><span style="text-indent: 35.4pt;">Esta ausencia de solemnidad.</span> </blockquote><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px; text-align: left;"><span style="text-indent: 35.4pt;">No poseo, pero deseo.</span></blockquote><div style="text-align: left; text-indent: 35.4pt;"><o:p> <br /></o:p><b>has de ir por donde no posees<br /></b></div><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px; text-align: left;"><span style="text-indent: 35.4pt;">Ensayar,
tantear, experimentar, probar.<br /></span><span style="text-indent: 35.4pt;">Sin
seguridad,<br /></span><span style="text-indent: 35.4pt;">sin mapas certeros<br /></span><span style="text-indent: 35.4pt;">ni programas,<br /></span><span style="text-indent: 35.4pt;">sólo fluir. Salir.</span><div><span style="text-indent: 35.4pt;">Porque todo se transforma.</span></div></blockquote><div><div style="text-align: left; text-indent: 35.4pt;"><o:p> <br /></o:p><b>Para venir a lo que no eres</b></div><div style="text-align: left; text-indent: 35.4pt;"><span style="text-indent: 35.4pt;">Ser otro.</span></div><div style="text-align: left; text-indent: 35.4pt;">¿Se puede
cambiar?<br /><span style="mso-tab-count: 1;"> </span>No hay
alternativa, eso es ser misionero.<br /><span style="mso-tab-count: 1;"> </span>Esa
locura, ese atrevimiento,<br /><span style="mso-tab-count: 1;"> e</span>sa
deliciosa contradicción: evolucionar para ser auténticamente yo mismo<br /><span style="mso-tab-count: 2;"> </span>acá.<br /><o:p> <br /></o:p><b>has de ir por donde no eres<br /></b></div></div><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px; text-align: left;"><div><span style="text-indent: 35.4pt;">Deslizarme
por la aureola del deseo,</span></div><div><span style="text-indent: 35.4pt;">respirar los sueños amazónicos.</span></div><div><span style="text-indent: 35.4pt;">No hay garantías,</span></div><div><span style="text-indent: 35.4pt;">únicamente devoción, intuición,
pasión.</span></div><div><span style="text-indent: 35.4pt;">Marcho por el amor y sus razones,</span></div><div><div style="text-align: left; text-indent: 35.4pt;">ligero y feliz. </div></div></blockquote><div style="text-align: left;"><br /><i><br /></i></div><div style="text-align: left;"><i>Esta entrada hace la número 1000 de mi blog Kpayo. Empezó el 10 de septiembre de 2008 con un texto muy breve titulado "Encrucijada", escrito en un momento personal de gran incertidumbre y zozobra. Casi 16 años después, jamás podría haber ni imaginado todo lo que pasaría, las experiencias que viviría, los lugares donde llegaría, las personas lindas que conocería... Gracias Diosito por tantísimo; y gracias a los amigos que siguen leyendo estos retazos de vida a lo largo del tiempo. Lo he querido celebrar con esta especie de paráfrasis de un poema de san Juan de la Cruz.</i></div><div>
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<p class="MsoNormal" style="text-indent: 35.4pt;"><o:p></o:p></p></div>Kpayohttp://www.blogger.com/profile/02035284847884213871noreply@blogger.com4tag:blogger.com,1999:blog-2412114604033373707.post-38270156587341233812024-03-02T03:56:00.000-05:002024-03-02T03:56:04.860-05:00LLUVIA<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhPbsAhX_p0SpuOANwOfJGg1sqcM9c5gnWZAr6YfnOT6wydgLRwntTaQlR8vLw42REyU2aS1ePveHYpxFyEA_7Iy_lFjnT-8UkClpkT7ySn-mg8b97ZWmGOlhWEN7hPVa8LkIpSIBuLjHsEaKFatw4w1-ekSd5Yt6DiWg_r5bp5WVQmSeewNKC3lRo76N80/s2200/Lluvia.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="984" data-original-width="2200" height="245" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhPbsAhX_p0SpuOANwOfJGg1sqcM9c5gnWZAr6YfnOT6wydgLRwntTaQlR8vLw42REyU2aS1ePveHYpxFyEA_7Iy_lFjnT-8UkClpkT7ySn-mg8b97ZWmGOlhWEN7hPVa8LkIpSIBuLjHsEaKFatw4w1-ekSd5Yt6DiWg_r5bp5WVQmSeewNKC3lRo76N80/w550-h245/Lluvia.jpg" width="550" /></a></div><br /><div style="text-align: left;">Esta última semana llueve todos los días, vivimos dentro un
clima mojado, con cielos apaciblemente grises y temperaturas benévolas. <b>En
la selva la vida se transforma cuando la lluvia se establece, y es algo
delicioso y tristemente cada vez más esporádico</b>, porque el colapso
climático al que nos precipitamos se asoma en forma de sequías cada vez más
mortíferas.</div><div style="text-align: left;"><br /></div><div style="text-align: left;">En la madrugada, un golpe de viento fresco me despierta, e
inmediatamente el rumor, primero susurro y después repiqueteo sin ambages. Noto
cómo las pequeñas gotas atraviesan la ventana con su malla, y planean sobre mi cuerpo;
no habrá cosquillas más suaves. Nomás me volteo… <b>qué rico se duerme cuando
llueve</b>.</div><div style="text-align: left;"><b><br /></b></div><div style="text-align: left;"><b>La borrasca interrumpe muchas cosas, pero sin traumas ni
malos humores</b>. Se llega tarde al trabajo, no se puede seguir en la chacra,
imposible acudir a la reunión… porque llueve. <b>Está en el ADN de la gente que
hay que parar o ralentizarse</b>, y más de uno directamente se irá a su hamaca
a dormir sin complejos. Quizás la lluvia sea percibida desde tiempos remotos como
un momentáneo oasis primaveral en medio del tremendo calor que se soporta
siempre.</div><div style="text-align: left;"><br /></div><div style="text-align: left;">Es algo cotidiano que el higrómetro cante el 70% o más de
humedad a pesar de que el sol esté machacando sin clemencia; son los famosos
ríos aéreos amazónicos, tan invisibles como reales. Entonces en este tiempo de rotundos
chubascos, <b>toda esa agua que hay siempre en el aire se materializa y cae
dando vida</b>, limpiando y realmente alegrando.</div><div style="text-align: left;"><b><br /></b></div><div style="text-align: left;"><b>Me gusta creer que miles de litros cúbicos se precipitan
sobre el Amazonas y alivian toda esa porquería que baja hasta el mar</b>: residuos
de metales pesados (mercurio, cadmio…) por la extracción de oro en las dragas,
petróleo, plásticos. Ojalá una catarata de agua cristalina pudiera arrasar la
contaminación y restablecer la selva a su pureza original… Soñar es gratis.</div><div style="text-align: left;"><br /></div><div style="text-align: left;">Increíblemente Iquitos no está preparada para aguaceros
copiosos y sostenidos. Te vas al centro y encuentras <b>tremendos lagos que
anegan calles y veredas</b>, el sistema de alcantarillado no tiene capacidad para
asumir todo ese caudal y tus piececitos se mojan sin remedio. Algo parecido
ocurre con muchos edificios, por ejemplo, <b>colegios que son construidos con diseños
y estándares de la costa y no resisten estas violentas tempestades; prontito se
manchan de humedad y se malogran</b>. Dinerales botados al agua, nunca mejor
dicho.</div><div style="text-align: left;"><br /></div><div style="text-align: left;">Pero la gente linda, ellos tranquilos. <b>Los niños empapándose
jugando al fútbol bajo el chaparrón</b>, sus risotadas abriéndose paso entre el
fragor de la lluvia en los árboles. Unas mujeres en la orilla siguen lavando
como si tal cosa, más rápido se va a enjuagar la ropa. Pies calatos embarrados,
saltos sobre charcos, canalones transformados en duchas, resbalones en la
madera… <b>El agua aumenta la diversión y es siempre agradecida por los pobres</b>.</div><div style="text-align: left;"><br /></div><div style="text-align: left;">No se puede salir, ni siquiera lograré ir de mi cuarto a la
oficina sin quedar aguachinado; ah ya, entonces voy a agarrar una novela, voy a
ponerme ¡calcetines! y miraré la lluvia en las pausas de la lectura. <b>Recordando
cuando era niño y tardes así se colmaban de sosiego y hogar</b>. Felizmente
todavía quedan.</div><p class="MsoNormal"><o:p></o:p></p>
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<p class="MsoNormal"><o:p></o:p></p>Kpayohttp://www.blogger.com/profile/02035284847884213871noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-2412114604033373707.post-75658966621421938772024-02-24T04:50:00.001-05:002024-02-24T04:50:48.835-05:00ABRIENDO HORIZONTES<p></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi4BAxcFHoG6pstbBmMOZgWSUAaF0eUeht20TBB99Xeet7nZ0iafOqeR4XobtNJZnwLHSUQlvFUUPkIKdZJsQe8uc3LTQUSCb6-HUBGIJ-e5myCIa4J-7BIG2kMukIi2EdSWnkXakAh4a0VWj1KmihrE_1kDr6fY9prT7rzGghiire3KTq3lpugpVJEZ75Q/s3000/Niurka%20y%20Nikol.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="1430" data-original-width="3000" height="248" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi4BAxcFHoG6pstbBmMOZgWSUAaF0eUeht20TBB99Xeet7nZ0iafOqeR4XobtNJZnwLHSUQlvFUUPkIKdZJsQe8uc3LTQUSCb6-HUBGIJ-e5myCIa4J-7BIG2kMukIi2EdSWnkXakAh4a0VWj1KmihrE_1kDr6fY9prT7rzGghiire3KTq3lpugpVJEZ75Q/w519-h248/Niurka%20y%20Nikol.jpg" width="519" /></a></div><div><br /></div><div style="text-align: left;"><span style="font-family: inherit;">Son las 8:15 de la mañana. Paso junto a “mi” oficina de
Cáritas San José y las veo en la mesa ya estudiando. <i>“¡¿Quién me está
invadiendo?!”</i> – grito, y así <b>obtengo las primeras sonrisas del día, todo
un lujo</b>, ¿no? Que ya bastantes borrascas de amargura azotan esos mundos…<br /><o:p> <br /></o:p>Se llaman Niurka y Nikol, y son de Tamshiyacu, un puesto de
misión río Amazonas arriba, no muy lejos. Se están preparando para postular a
una plaza en la facultad de Educación de la UNAP (Universidad Nacional de la
Amazonía Peruana), <b>la única universidad estatal que hay en Iquitos y creo
que en todo el nor-oriente peruano. Pública y por tanto gratuita, detalle
fundamental</b>.<br /><o:p> <br /></o:p><b>Porque en Perú las universidades, igual que los colegios,
son un negocio como otros</b>. Hay un montón de universidades privadas y
también de institutos (centros que ofrecen estudios técnicos y profesionales)
donde se ingresa de frente, sin necesidad de examen, pero la mensualidad es de
300 soles como mínimo. Y esto, unido a los gastos de hospedaje, alimentación,
útiles, movilidad, ropa… hace que muy pocas familias de nuestro territorio, en
general pobres dedicados a la pesca y la agricultura de subsistencia, tengan alguna
expectativa de que sus hijos accedan a estudios superiores.<br /> <o:p> <br /></o:p>Dentro de un rato aparecerá Nilver, un chico del río
Putumayo que apunta a Antropología. Y tenemos a dos jóvenes más en la misma
faena: Lady, su hermana, que concurre en la modalidad de pueblos indígenas, y
Anita, que es de una comunidad llamada Cochiquinas, cerca de Pebas, en el
Amazonas, y también desea ser maestra. <b>A los que logren su cupo, el
Vicariato les concederá una beca que les permitirá avanzar en su proyecto</b>.<br /><o:p> <br /></o:p>Pero no es tan fácil. Si uno se presenta al examen, que es
el 3 de marzo, así nomás, tiene muy pocas posibilidades. Y no solo por el
obstáculo puramente numérico (estamos hablando de miles de alumnos de toda la
región Loreto para apenas unos cientos de plazas muy peleadas), sino por <b>la
brecha en los aprendizajes básicos que presentan los adolescentes de las
comunidades del río, que terminan su secundaria lastrados por graves
deficiencias en lectoescritura y matemáticas, y con un nivel académico real muy
inferior al que dicen sus calificaciones</b>.<br /><o:p> <br /></o:p>Por eso <b>es casi obligado, y especialmente para los de
fuera de la ciudad, apuntarse a una “Pre”, es decir, a una academia donde
preparan específicamente para la prueba</b>. Las <i>Pres</i> son otro <i>pelotazo</i>:
una marea de chicos y chicas desesperados por ingresar a la universidad,
lugares donde compruebas que es cierto que más de la mitad de la población del
Perú tiene menos de 18 años, ¡qué muchedumbres! Por supuesto les cobran hasta
por respirar: la matrícula, el libro (lo llaman “prospecto”), tasas de varios
pelajes y diez soles por cada <i>simulacro</i>. Lo explico.<br /><o:p> <br /></o:p>Nuestras <i>huambras</i> pasan la mañana en el Vicariato
estudiando, almuerzan acá y se marchan a sus clases en la <i>Pre</i>. Cuando
salen <b>van a casa de la tía de una de ellas, donde se alojan, pero allí no se
dan las condiciones para concentrarse en el estudio por el ruido y por el
hacinamiento</b>; por eso regresan a mi despacho al día siguiente. Los
profesores de la Pre se enfocan mucho en el examen: el estilo de las preguntas,
los contenidos que suelen caer… Cada sábado hay un ensayo (“simulacro”) con
modelos similares al de verdad o de otros años, se miden los puntajes y los
estudiantes pueden ir calibrando qué tan cerca estarían de lograr su objetivo.<br /><o:p> <br /></o:p>Les damos una mano para que puedan inscribirse en la <i>Pre</i> y
durante estas semanas dedicadas a estudiar <i>a full</i>, y rezamos para que se
les dé bien y tengan éxito<b>. Voces derrotistas dicen que las plazas están
todas vendidas… pero yo he visto ya ganar a algunos de nuestros muchachos, y
hay que creer</b>. Ese día buscaremos una torta “selva negra” para celebrarlo, recién
podrán obtener la beca y entonces comenzará una vida nueva para ellos, con un
bonito futuro si aprovechan su oportunidad.</span></div><div style="text-align: left;"><b><span style="font-family: inherit;"><br /></span></b></div><div style="text-align: left;"><span style="font-family: inherit;"><b>Y las ayudas para esas becas llegan de organizaciones
y personas generosas</b>. Mensajeros de la Paz lleva algunos años apoyando; las
comunidades parroquiales del arciprestazgo de Fregenal-Fuente de Cantos (Mérida-Badajoz)
están haciendo una campaña y nos enviaron 3000 € hace pocos días; las Cáritas
de mis queridos pueblos Valencia del Ventoso y Valle de Santa Ana compartieron
este año el resultado de su “Pincho solidario” y su gesto de Navidad
respectivamente; en Zafra la Junta Local de Hermandades y Cofradías se ha
comprometido y organizó un chocolate con churros el pasado sábado 17 de febrero.
También en Valle de Matamoros, en Mérida, La Lapa, Atalaya… Y mucha gente
aporta personalmente su <i>poquito</i>. <b>A todos les digo gracias, porque
realmente merece la pena el esfuerzo</b>. Es abrir horizontes para Nikol y
Niurka, y otros muchos. Ya les contaré cómo les va a estas mocitas.</span></div><p class="MsoNormal"><o:p></o:p></p>
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Kpayohttp://www.blogger.com/profile/02035284847884213871noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-2412114604033373707.post-74227943735976842222024-02-18T06:32:00.001-05:002024-02-18T06:32:30.874-05:00LA PEDAGOGÍA DE LA REPETICIÓN<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiyp0GXks12m2FmP5azzfN7pssMULzksVp0qEMX_UX_2dLWVXQajs224A1dyjS2nce3WcCrRzfhd4cuZds4_L_WHdBFo5smRztpqOq8OaJbJLgc4sjx7Qh1EKYOHPPR_B38Vvle39UX-Z2-c7ewA-phBCGK48_Bqq1cIlFFtRZJUdAOYBXk5WRFRFMfBMw0/s1280/EE%20Compa%C3%B1%C3%ADa%20Misionera.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="856" data-original-width="1280" height="307" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiyp0GXks12m2FmP5azzfN7pssMULzksVp0qEMX_UX_2dLWVXQajs224A1dyjS2nce3WcCrRzfhd4cuZds4_L_WHdBFo5smRztpqOq8OaJbJLgc4sjx7Qh1EKYOHPPR_B38Vvle39UX-Z2-c7ewA-phBCGK48_Bqq1cIlFFtRZJUdAOYBXk5WRFRFMfBMw0/w459-h307/EE%20Compa%C3%B1%C3%ADa%20Misionera.jpg" width="459" /></a></div><br /><div style="text-align: left;"><b>¿Cómo es posible que las religiosas de la Compañía
Misionera me volvieran a encargar darles ocho días de ejercicios espirituales?</b>
<i>“La gente dice que hay conexión”</i> – argumentó Gema cuando me resistí un
poco, aduciendo que <i>“tengo que preparar algo diferente, no les voy a dar lo
mismo que la otra vez; componer una tanda nueva, mucho trabajo…”</i>. Reclamé y,
claro está, acepté.</div><div style="text-align: left;"><br /></div><div style="text-align: left;">He elaborado cosas nuevas, <b>pero en el fondo es lo mismo</b>.
Lo estoy comprobando estos días en Villa Marista: mismo escenario, la mayoría
de participantes coinciden con<a href="https://kpayo.blogspot.com/2020/01/misioneras-de-pura-cepa.html?fbclid=IwAR2pT-XdfF1gKTyRAKh10giUlmtd8UFxwiVmdN4_WSMHVIdYVQDxqOVu_Hc" target="_blank"> la foto de 2020</a>… Los ejercicios de ocho días,
para quienes los hacen cada año con el método ignaciano, son siempre de
repetición. Y esta vez se podría considerar <b>una “repetición total” para
ellas… y para mí, el facilitador <i>caserito</i></b>.</div><div style="text-align: left;"><b><br /></b></div><div style="text-align: left;"><b>Y al mismo tiempo, por supuesto que la experiencia está
siendo muy distinta</b>. Porque “repetir para Ignacio no es volver a hacer lo
mismo. Es hacer “otra cosa”. Nueva. <b>Es ahondar lo vivido; pero no excavando,
sino dejándose anegar</b> (Rom 5,5). Continuar caminando un camino (…) iniciado,
pero en el que he percibido que hay más riqueza de paisaje divino que
contemplar y por el que dejarme “affectar”. Y en el que dejarme llevar más
allá. O más adentro”<i>. </i>No lo digo yo, lo dice el gran maestro Ignacio
Iglesias SJ, que una semana de agosto de 2005 me dio ejercicios a mí solito en
Valladolid (¡vaya suertaza que tuve!).</div><div style="text-align: left;"><br /></div><div style="text-align: left;">De modo que acá están estas misioneras de pura sangre y
largo recorrido. <b>Aunque varias de ellas ya rondan la edad de ser abuelas,
caminan con sus zapatillas de deporte, saltan al bote en Huampami, en Barrio
Florido o en Macaya y atesoran mil anécdotas por esos ríos amazónicos desde
hace décadas</b>. Las personas que conocemos, los escenarios, los valores, los
temas, los centros de interés, los estilos… mucho nos une, nos parecemos, y eso
hace que fluya entre nosotros; hasta las bromas son graciosas por acostumbradas
y familiares.</div><div style="text-align: left;"><b><br /></b></div><div style="text-align: left;"><b>Por la mañana nos reunimos ante el Santísimo</b>. Nada de
custodia: acomodan el Pancito en una gran hoja seca adornada con hojas, flores
y artesanías de la selva. Estar con Jesús <i>pide / llama / lleva a</i> estar
cerca de los pobres; <b><i>exponerme</i> a Jesús sacramentado solo es posible y
auténtico compartiendo la vida con la gente</b>. La misión es esencialmente
contemplativa, no intervencionista: escucha, cuidado, ternura, respeto, amor…
más que “´catequizar”.</div><div style="text-align: left;"><br /></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEigTxrj-lJikwU5ESv6zJ24ok_cqe8c7l-fwUZJkigaWdkGYg7PVevpymGPmcSNfQwWdCNcALhzLR-_29NeJrQsfbjLMoq4vXHsiOjp1w72rN7xLcXZiSvk2oJ7GptgAeNboepvoEENNSRJgu_RP88HcQSUBMBIO24VvXAEGUADOAEKFunHic9hcJuC1w0g/s3500/Ejercicios%20Compa%C3%B1%C3%ADa%20Misionera%202.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="1565" data-original-width="3500" height="218" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEigTxrj-lJikwU5ESv6zJ24ok_cqe8c7l-fwUZJkigaWdkGYg7PVevpymGPmcSNfQwWdCNcALhzLR-_29NeJrQsfbjLMoq4vXHsiOjp1w72rN7xLcXZiSvk2oJ7GptgAeNboepvoEENNSRJgu_RP88HcQSUBMBIO24VvXAEGUADOAEKFunHic9hcJuC1w0g/w487-h218/Ejercicios%20Compa%C3%B1%C3%ADa%20Misionera%202.jpg" width="487" /></a></div><br /><div style="text-align: left;"><b>A la hora de los acompañamientos, ya me sé los nombres y
las historias, y es una sensación desconocida y reconfortante</b>. Veo procesos
en estos años, traslados, enfermedades curadas, permutas de servicios… y
también debilidad, inquietudes, cambios que se vislumbran pero que cuesta
acometer. La erosión del tiempo y los desafíos de la misión; largo recorrido
acumulado y nuevas rutas por explorar.</div><div style="text-align: left;"><br /></div><div style="text-align: left;">Lo femenino está muy presente estos días. Las mujeres son
protagonistas de varios de los textos que consideramos. Hay un ejercicio que se
titula “Dios Madre”, y otro “la Ruah”; <b>es interesante descubrir que las
funciones de <i>la Espíritu</i> corresponden a actitudes y estilos
habitualmente propios de la maternidad y la feminidad</b>: inspirar, ayudar, sostener,
amparar, cuidar, hacer nacer… Pero cuando se hace el intento cambiar el género
de Dios en las oraciones litúrgicas, te encuentras con una especie de muro
semántico: ¡todo es masculino! Tenemos que remar mucho en la inclusión
espiritual y efectiva de la mujer en la Iglesia.</div><div style="text-align: left;"><br /></div><div style="text-align: left;">La Eucaristía de la tarde es el momento de las resonancias<b>.
No hay homilía, sino que se trata de compartir lo que se ha vivido en la
jornada</b>; es la oportunidad de romper el silencio y ofrecer el regalo de lo
que cada cual ha profundizado, el fruto del encuentro con Dios Madre.
Intervenciones íntimas, descubrimientos, pero también planteos, luces, o
simplemente el agradecimiento espontáneo o la intercesión sincera.</div><div style="text-align: left;"><br /></div><div style="text-align: left;">Y así he pasado estos días, tratando de <b>dejarme enseñar</b>,
–yo también, tan discípulo como cualquiera–, por Dios Madre. Como buena pedagoga,
utiliza la <i>insistencia</i> para señalarme la centralidad de la <b>misión
adorante</b>, del oficio sencillo pero sustancial de consolar, de acompañar, de
servir, de curvarme ante los pies más gastados, humildes y rotos. <b>Y de
entregar así la vida entera, a lo ancho y a lo largo, como hacen estas
misioneras con pedigrí</b>. Que tienen 80 años y solo piensan en seguir en la
brecha. Lindas y pistoleras.</div><p class="MsoNormal"><o:p></o:p></p>
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haciendo largas, porque <b>ya extraño la selva y cuento los días que faltan
para regresar</b>. Llegué muy cansado, con la resaca del dengue horadando mi
cuerpo, y me ha venido muy bien este tiempo; pero ni modo: el hechizo que hace nueve
años me tiene fascinado, me convoca de modo irresistible.</div><div style="text-align: left;"><b><br /></b></div><div style="text-align: left;"><b>Echo de menos la selva</b>. Su calor lento, sus lluvias
rotundas, la humedad que lo envuelve todo, como un aura de vida.</div><div style="text-align: left;"><b><br /></b></div><div style="text-align: left;"><b>Amo esa pobreza</b>, los pies en sandalias, los vendedores
ambulantes del puerto, los rabiosos colores de las frutas en el mercado, el crujido
de las maderas decadentes, el perfume de las flores abiertas, el desorden de
los botes en la orilla del río.</div><div style="text-align: left;"><b><br /></b></div><div style="text-align: left;"><b>Adoro que los niños están por todas partes</b>, sus risas
al viento mientras se bañan en la quebrada al atardecer, las vidas desprovistas
de gravedad, ligeras, avezadas en la diversión, con la carcajada generosa siempre
preparada.</div><div style="text-align: left;"><b><br /></b></div><div style="text-align: left;"><b>Sí, me gusta la gente</b>. Me gustan incluso físicamente,
sus facciones notoriamente amazónicas, los ojos rasgados, la suave redondez de
los rostros, el pelo oscuro y liso de las mujeres, su belleza agreste, las piernas
robustas, las manos ásperas habituadas al machete.</div><div style="text-align: left;"><b><br /></b></div><div style="text-align: left;"><b>Creo ir comprendiendo, y perdono,</b> las mezquindades de
la miseria, las componendas obligadas por la necesidad; el lenguaje genuinamente
amazónico del compartir, de la reciprocidad, de la tarea de la supervivencia,
allá donde los extranjeros blancos y con plata somos inoportunos y hasta
intrusos.</div><div style="text-align: left;"><b><br /></b></div><div style="text-align: left;"><b>Me deleito con las palabras</b>, ese tono de voz, la
jerga regional tan graciosa, y sobre todo con la música de las lenguas
indígenas, majestuosas, colmadas de sabiduría ancestral, diestras para dialogar
con los espíritus del bosque y del río.</div><div style="text-align: left;"><b><br /></b></div><div style="text-align: left;"><b>Amo la selva, donde todos estamos conectados</b>, entre nosotros
y con la naturaleza; amo cuando asoman las estrellas en el frescor de la noche,
el rumor del río en la madrugada profunda, la algarabía de los loros y las
sonrisas omnipresentes.</div><div style="text-align: left;"><br /></div><div style="text-align: left;">Irme a Lima, dar ejercicios, descansar, participar en un
encuentro, hacer un retiro, meditar, orar… <b>nomás para estar pensando en mi
selva</b>, en la misión, en mi vida de cada día, como el enamorado temporalmente
alejado que anhela el reencuentro con su amada. Miguel Hernández lo expresa con
primor:</div><div style="text-align: left;"><i><br /></i></div><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px; text-align: left;"><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px; text-align: left;"><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px; text-align: left;"><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px; text-align: left;"><div style="text-align: left;"><i>Una querencia tengo por tu acento,</i></div></blockquote></blockquote></blockquote><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px; text-align: left;"><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px; text-align: left;"><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px; text-align: left;"><div style="text-align: left;"><i>
una apetencia por tu compañía</i></div></blockquote></blockquote></blockquote><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px; text-align: left;"><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px; text-align: left;"><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px; text-align: left;"><div style="text-align: left;"><i>
y una dolencia de melancolía</i></div></blockquote></blockquote></blockquote><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px; text-align: left;"><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px; text-align: left;"><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px; text-align: left;"><div style="text-align: left;"><i>
por la ausencia del aire de tu viento.</i></div></blockquote></blockquote></blockquote></blockquote><div style="text-align: left;"><br /></div><div style="text-align: left;">Eso es lo que siento: <i>querencia, dolencia y apetencia</i>.
Mi única oración: <b>gracias Señor por la selva</b>.</div><p class="MsoNormal"><o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal"><o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal"><o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal"><o:p></o:p></p>
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<p class="MsoNormal"><o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal"><o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal"><o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal"><o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal"><i>
<!--[if !supportLineBreakNewLine]-->
<!--[endif]--><o:p></o:p></i></p>
<p class="MsoNormal"><o:p></o:p></p>Kpayohttp://www.blogger.com/profile/02035284847884213871noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-2412114604033373707.post-51634664995557319882024-02-06T06:30:00.001-05:002024-02-06T06:30:18.404-05:00BIENVENIDA VERÓNICA<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh1lAvp8dWnM-nPJJM6ASnFivF9y79SpgLxoV-wEVDzzl7PR_aVNaUM9J0XiRWuENP92wmso2nVA9jb8bI75C1Xh_sSPWRFOusRbrNz8K0EO3DiRg3H-zUAdStUD33YcxmsKEcEvwFlICkdJmRZFfOGfi-ii2E73AB1YnAt-ajPrv7sXUthGKJMRv5LhB6s/s1152/Bienvenida%20Vero%201.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="802" data-original-width="1152" height="325" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh1lAvp8dWnM-nPJJM6ASnFivF9y79SpgLxoV-wEVDzzl7PR_aVNaUM9J0XiRWuENP92wmso2nVA9jb8bI75C1Xh_sSPWRFOusRbrNz8K0EO3DiRg3H-zUAdStUD33YcxmsKEcEvwFlICkdJmRZFfOGfi-ii2E73AB1YnAt-ajPrv7sXUthGKJMRv5LhB6s/w466-h325/Bienvenida%20Vero%201.jpg" width="466" /></a></div><p>Estoy en Islandia, en uno de esos ratos de tranquilidad
cuando va bajando el sol en la tarde. En la retina de mi alma permanecen los
momentos vividos ayer, durante <b>la Eucaristía de Umariaçú</b>; cuánto me
impactó el ambiente, la lengua tikuna, las palmas, los cantos… pero más aún
verte emocionarte con <i>tu gente</i> al sentir cerca el momento de la
despedida.</p><p>Tal vez necesites distanciarte un poco, como el escalador de
su montaña, para que aprecies en su dimensión lo que juntos han conseguido este
pueblo y tú. <b>El Papa nos pidió a los misioneros en Puerto Maldonado
“hacernos uno” con los pueblos indígenas, y tú lo has logrado</b>. Has
recorrido la <i>“estrada santa”</i> de la inserción plena y amorosa, de la opción
por estar y compartir la vida, sin protagonismo, animando, pero rebosante de
delicadeza.</p><div style="text-align: left;">Ya conocías ese pueblito indígena cuando decidiste irte a
vivir allí, porque habías trabajado con ellos puntualmente; pienso que estabas
un poco herida y que, tal vez sin ser del todo consciente<b>, buscaste en
Umariaçú remedio, sosiego, el torrente de vida que precisabas como medicina
para tu corazón magullado. Y seguramente hallaste mucho más de lo que te
figurabas</b>. Fue más duro, pero también más luminoso. Querías aprender, y se
te abrieron horizontes nuevos e inmensos.</div><div style="text-align: left;"><br /></div><div style="text-align: left;">En la dinámica de la vida comunitaria, la participación, la
igualdad, la rotación en los servicios, la acogida, el peso de las mujeres… <b>en
todo intuyo tu mano, tus opciones innegociables, pero también la densidad de tu
paciencia, tu carácter y a la vez tu respeto</b>. Discurría la celebración y yo
solo contemplaba en silencio, como tú tantas veces. El ritmo, la alegría, las
manos, los niños que lanzan sus sandalias y corretean descalzos por la capilla,
y todo eso es Dios frente a mí, con nosotros.</div><div style="text-align: left;"><br /></div><div style="text-align: left;">Esa belleza se me presentó y dio a gustar como condensada,
bajo el cristal de tu inminente adiós. <b>Porque te quedan apenas dos semanas
de estar en esta aldea, te marchas y el siguiente escenario misionero para ti
será nuestro Vicariato</b>, Caballo Cocha, el Perú. Y yo soy un <i>padre</i>
que pertenece allá, al lugar adonde te vas, y claro, tenía que decir algo.</div><div style="text-align: left;"><br /></div><div style="text-align: left;">Conforme se acercaba el final de la Eucaristía iba
entendiendo que justo para eso estaba allí, para eso había venido. Por supuesto
que para conocer cómo expresan la fe estos tikunas, para apreciar la
originalidad y la fuerza de su liturgia… pero sobre todo <b>para ofrecer una
palabra de ¿explicación ¿consuelo? ¿disculpas? No; solo un agradecimiento</b>.</div><div style="text-align: left;"><br /></div><div style="text-align: left;"><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjTywhAWqKxhjOtQOnJmlF-YptXf0GFEeN6vAF2OCe9IAwRYJHSiAw16V5CWKSRO3DZvWIVQNIgsjWCHMogHzVOmOIoOJnViDYMWhv0pRVAmpX-TlgXBEk8dfTK6DmOMt5IiLWvQq9nY_fIZle_F4qBaAHeZKJ1Lav5aKijrXdt9cKecxc46990OC9r7m0X/s1115/Bienvenida%20Vero%202.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="893" data-original-width="1115" height="338" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjTywhAWqKxhjOtQOnJmlF-YptXf0GFEeN6vAF2OCe9IAwRYJHSiAw16V5CWKSRO3DZvWIVQNIgsjWCHMogHzVOmOIoOJnViDYMWhv0pRVAmpX-TlgXBEk8dfTK6DmOMt5IiLWvQq9nY_fIZle_F4qBaAHeZKJ1Lav5aKijrXdt9cKecxc46990OC9r7m0X/w422-h338/Bienvenida%20Vero%202.jpg" width="422" /></a></div><br />Necesitaba que Marcio me tradujese a su lengua, pero me
resultó muy fácil manifestar:</div><p class="MsoNormal"><o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal"><o:p></o:p></p>
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<p class="MsoNormal"><o:p> </o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-left: 35.4pt; mso-add-space: auto;"><i>Gracias
comunidad por haber preparado a Verónica.</i></p><p class="MsoNormal" style="margin-left: 35.4pt; mso-add-space: auto;"><i>Su corazón
está más sereno y alegre que cuando llegó a Umariaçú, y ella es más sabia.</i></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-left: 35.4pt; mso-add-space: auto;"><i>Ahora su
misión continúa en el lado de Perú.<o:p></o:p></i></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-left: 35.4pt; mso-add-space: auto;"><i>Ella ama a
los tikuna y seguirá estando con ellos allí; los vendrá a visitar acá y ustedes
siempre serán bienvenidos en Caballo Cocha.<o:p></o:p></i></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-left: 35.4pt; mso-add-space: auto;"><br /></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-left: 35.4pt; mso-add-space: auto;"><b><i>Solo les
pido un último servicio:<o:p></o:p></i></b></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-left: 35.4pt; mso-add-space: auto;"><b><i>Que le
den a Verónica permiso a para venir con nosotros,<o:p></o:p></i></b></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-left: 35.4pt; mso-add-space: auto;"><b><i>que la
bendigan<o:p></o:p></i></b></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-left: 35.4pt; mso-add-space: auto;"><b><i>y que la
envíen.<o:p></o:p></i></b></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-left: 35.4pt; mso-add-space: auto;"><o:p> </o:p></p>
<div style="text-align: left;">Hoy que esto sale publicado, tú estás en Argentina, de
vacaciones, y pronto regresarás a la misión, ahora ya en nuestro Vicariato. <b>Quiero
decirte que estaba orgulloso aquel día y también lo estoy ahora, porque es un
privilegio contar contigo</b>. Ojalá, cuando pasen unos años, puedas decir lo
mismo que decías de Umariaçú: <i><a href="https://kpayo.blogspot.com/2021/08/amigos-en-la-amazonia.html" target="_blank">“Es lindo formar parte de ellos”</a></i>.
¡Bienvenida Vero!</div><p class="MsoNormal"><o:p></o:p></p>Kpayohttp://www.blogger.com/profile/02035284847884213871noreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-2412114604033373707.post-46067428228934747762024-02-01T14:57:00.000-05:002024-02-01T14:57:00.516-05:00INCULTURACIÓN DE LA MINISTERIALIDAD EUCARÍSTICA PARA QUE EL PAN SEA CERCANO<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg4ouYmaCEjO9H2o9qKtOj0sNTJiuJFPLjjejPpUv9djZiwLM6XivwsroWo5ul8PmQQkUK2yL52VDTnjRJWMD3EH5Su7VvMaYRwfrlWJG5K2H7f6YpBvi0J0UHhGcRh0eKpWgRVLH57YuihJtJHKiDjXfxzvPobrQsEVbEWX1TqChjTClL22y9nDQF8BJ50/s1110/Sacramentos%20en%20Santa%20Rosa.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="576" data-original-width="1110" height="273" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg4ouYmaCEjO9H2o9qKtOj0sNTJiuJFPLjjejPpUv9djZiwLM6XivwsroWo5ul8PmQQkUK2yL52VDTnjRJWMD3EH5Su7VvMaYRwfrlWJG5K2H7f6YpBvi0J0UHhGcRh0eKpWgRVLH57YuihJtJHKiDjXfxzvPobrQsEVbEWX1TqChjTClL22y9nDQF8BJ50/w525-h273/Sacramentos%20en%20Santa%20Rosa.jpg" width="525" /></a></div><br /><div style="text-align: left;">¿Cómo hacer para que la Eucaristía sea algo más habitual,
cotidiano, no “raro”, y por tanto esté cercana a la situación humana de tanta
gente en la Amazonía? Es una cuestión compleja. <b>Porque la Eucaristía depende
de los sacerdotes; y hay muy pocos, mientras que comunidades hay muchísimas</b>.
Concretamente, en nuestro territorio más de 600.</div><div style="text-align: left;"><br /></div><div style="text-align: left;">Desde luego es preciso rezar para que haya más presbíteros,
y formar mejor a los candidatos (QA 86. 90), y ese es otro tema peliagudo en el
que no entro. Pero también <b>hay que preguntarse qué nos está diciendo Dios
con todo esto</b>. <b>Es decir, ¿qué tenemos que cambiar, dejar o crear para
responder a esta tesitura de necesidad y carencia a la vez?</b> ¿Qué hay que
desaprender, modificar y aprender?</div><div style="text-align: left;"><br /></div><div style="text-align: left;">Un <b>ramillete de iniciativas</b> creo que tendrían que ver
con lo que el Papa llama la <i>inculturación de la ministerialidad</i>, a lo
que dedica un epígrafe de Querida Amazonía (nn. 85-93). Él da por hecho que
todos entienden la Iglesia como un cuerpo ministerial, pero la realidad es que
el clericalismo de muchas cabezas sigue tragándose esa pretensión un poco por
todas partes. Lo sabemos y hay que remar con ese rumbo. ¿Cómo?</div><div style="text-align: left;"><br /></div><div style="text-align: left;">- los <b>diáconos permanentes</b> deberían ser muchos más en
la Amazonía; ellos,<b> las religiosas y los laicos están llamados a asumir responsabilidades
importantes</b> (QA 92) en las comunidades. Y también las que tienen que ver
con facilitar al pueblo <i>menudo</i> y alejado el acceso a los sacramentos.</div><div style="text-align: left;"><br /></div><div style="text-align: left;">- incluso el Papa dice que “los laicos podrán anunciar la
Palabra, enseñar, organizar sus comunidades, <b>celebrar algunos sacramentos</b>…”
(QA 89). No se refiere a presidir la Eucaristía, pero pueden ser el Bautismo,
el Matrimonio, la Unción… Hay maneras de celebrar la experiencia de la
reconciliación, aunque no pueda darse la absolución sacramental.</div><div style="text-align: left;"><br /></div><div style="text-align: left;">- pienso que <b>podría</b> <b>haber muchos más ministros de
la comunión y por tanto más sagrarios por esos ríos</b> y quebradas. Con la
mejora de la movilidad, sobre todo en algunas zonas, el <i>pancito</i>
seguramente llegaría a ser bastante más cotidiano y familiar para muchas
personas.</div><div style="text-align: left;"><br /></div><div style="text-align: left;">- eso por supuesto requiere “la presencia estable de líderes
laicos maduros y dotados de autoridad” (QA 94), <b>que no funjan como meros sustitutos
o trasuntos de los sacerdotes</b>, sino que sean ministros <i>a su manera</i>,
creadores de “una cultura eclesial propia, marcadamente laical<i>”</i> (QA
94). Palabras mayores.</div><div style="text-align: left;"><br /></div><div style="text-align: left;">Para ir progresando hacia ese horizonte, podríamos dar
algunos pasos concretos en la onda de <b>poner las cosas fáciles al pueblo de
Dios para que pueda disfrutar del Pan que da la vida eterna</b>.</div><div style="text-align: left;"><br /></div><div style="text-align: left;">- tal vez sería sensato <b>focalizar algunas comunidades</b>
en cada puesto de misión con las que hacer este proceso de promoción y
acercamiento de la Eucaristía a la dinámica celebrativa y a la vida ordinaria.
Si no podemos llegar a tantísimas, elijamos algunas y vayamos avanzando.</div><div style="text-align: left;"><br /></div><div style="text-align: left;">- estaría muy bien una <b>campaña de preparación a la
primera comunión de los adultos</b>, de suerte que en poco tiempo y de manera
sencilla, nuestra gente goce ahora de lo que no se pudo cuando niños.</div><div style="text-align: left;"><br /></div><div style="text-align: left;">- por otro lado, valorar el Pan por encima de todo y <b>enseñar
que la Eucaristía es lo más importante, y por tanto siempre que haya la
posibilidad, hay que comulgar</b>. No es nada excepcional ni esotérico; <span style="font-family: inherit;">de
hecho, Jesús eligió pan y vino, lo que se comía todos los días en su cultura, y su mandato fue “tomen y <b>coman</b>”, no “miren” ni “adoren”.</span></div><div style="text-align: left;"><br /></div><div style="text-align: left;">- y claro, no cargar las tintas con “estar debidamente
preparados” (¿alguien puede decir que lo está del todo?). A la vez favorecer
modos de vivir el perdón, e <b>ir acompañando a las parejas con prudencia
pastoral, estimulando el deseo de contraer matrimonio,</b> pero acomodándose a
cada caso particular (Amoris Laetitia 300) y aplicando las normas con epiqueya.</div><div style="text-align: left;"><br /></div><div style="text-align: left;">Todo esto no es factible sin<b> audacia, ensayando y
evaluando, y a la vez con paciencia y fidelidad a la aspiración de que la
Eucaristía sea de verdad significativa</b>. <b>Ojalá el Pan pueda iluminar cada
vez más todas las situaciones humanas y fortalecer el caminar de las
comunidades que desean seguir a Jesús</b> <b>en esta Iglesia amazónica</b>,
pequeña pero enorme en extensión, precaria en recursos humanos pero optimista
en sus sueños. </div><p class="MsoNormal"><o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal"><o:p></o:p></p>
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<p class="MsoNormal"><o:p></o:p></p>Kpayohttp://www.blogger.com/profile/02035284847884213871noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-2412114604033373707.post-6813808637903404452024-01-26T15:34:00.003-05:002024-01-28T08:27:58.348-05:00ADIÓS KATY, CARIÑO<p></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjihhvVHE8tD9n3HRjYLErww5E-3wfFFUWJvVwgQaFg85xZlj0xxGgKt9u_k9_5WEc5JZD5PXme5YMlRafTtvGfTzJ8g0JvF1a1AS3S8pambzVAPdATUyDbwa5z9EKHhEC2-LVoBFvtRt9G0bmXwxovxsiNcrvAss6LhjpsnX94baFHi5Ejn5zi3eGJ2aJ5/s612/Katy.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="414" data-original-width="612" height="293" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjihhvVHE8tD9n3HRjYLErww5E-3wfFFUWJvVwgQaFg85xZlj0xxGgKt9u_k9_5WEc5JZD5PXme5YMlRafTtvGfTzJ8g0JvF1a1AS3S8pambzVAPdATUyDbwa5z9EKHhEC2-LVoBFvtRt9G0bmXwxovxsiNcrvAss6LhjpsnX94baFHi5Ejn5zi3eGJ2aJ5/w434-h293/Katy.jpg" width="434" /></a></div> <div>A pesar de que llevamos unas semanas desolados, y los
últimos días con el alma en vilo pendientes del celular, <b>ni siquiera ahora
que te has ido me sale hablar de ti en pasado</b>, tal es el impacto que
causaste en mi vida desde que te conocí, gemelo de la conmoción que ahora
siento.</div><div><br /></div><div>Tú tienes que hacerlo todo muy rápido; igual que ibas a toda
pastilla por las calles de Chachapoyas, y saludabas a medio pueblo sin parar,
yendo de casa en casa a dar la comunión, de ahí al hospital, y luego al comedor
con tus niños, al mercado, de nuevo a la comunidad a recibir gente… <b>así te
has marchado, veloz como el vuelo de un cóndor perdiéndose hacia el horizonte</b>.<div><div style="text-align: left;"><br /></div><div style="text-align: left;">Mi vida contigo es mi vida en el Perú, que pronto va a
cumplir diez años. <b>Tú eres para mí el rostro de aquellos días primeros</b>,
la sonrisa que iluminaba mi sorpresa ante tanta novedad, el consejo y sobre
todo la acogida incondicional. Cada noche, cuando tus carreras habían cesado y
lograbas sentarte un rato, me servías mi gelatina y en aquel momento de
intimidad conversábamos tranquilos acerca de tantas cosas. Ahí nos dimos cuenta
de que los días de tu cumpleaños y de mi ordenación coinciden: 6 de mayo. Fuiste
lo más parecido a mi familia; <a href="https://kpayo.blogspot.com/2014/12/la-monja-de-las-zapatillas-de-deporte.html" target="_blank">ya lo conté entonces acá</a>.</div><div style="text-align: left;"><br /></div><div style="text-align: left;">Como no he vuelto a Chacha desde que me vine a la selva,
solo nos hemos visto un par de veces en estos últimos siete años, en Lima y una
mañana de enero en Badajoz. Aunque no eres de enviar muchos mensajes, siempre
hemos cuidado el contacto; por ejemplo: “<i>Mi querido y siempre recordado César,
hace tiempo que no nos comunicamos, pero el cariño y la amistad perduran en mi
corazón. Espero y deseo te encuentres bien, y <b>con muchas ganas de poderte
abrazar</b></i>”.</div><div style="text-align: left;"><br /></div><div style="text-align: left;">Esa eres tú: aprovechas el más mínimo resquicio para soltar
un <b>“te quiero”. Eres una de las personas que conozco que con más facilidad y
naturalidad envía ese regalo verbal, crucial para la vida</b>. Eso me ha dado
la oportunidad de responderte lo mismo a ti, como un eco, y de aprender a
expresar sin miedo el cariño. La última vez fue hace menos de una semana; Coro
te puso al teléfono, nos saludamos un segundo porque tenías que descansar, y
cuando ella y yo retomábamos la conversación, <b>escuché de fondo tu “te quiero
mucho”… Fueron tus últimas palabras para mí, y al recordarlo se me saltan las
lágrimas y a la vez me siento orgulloso y feliz por ello</b>.</div><div style="text-align: left;"><br /></div><div style="text-align: left;">Recuerdo cuánto sufriste por la enfermedad repentina
de tu gran amiga Doris, que lamentablemente te precedió. Igual que tú hacías, <b>he
orado mucho al Señor de Burgos por ti, como me pediste</b>. Es tu advocación favorita,
a diario pasabas por la plaza y le saludabas con fervor, como una Chachapoyana
más que eres. En la angustia y el desconcierto imploramos a Diosito lindo que
haga un milagro, aunque sabemos que a menudo no puede…</div><div style="text-align: left;"><br /></div><div style="text-align: left;">Ya estás con Él y con ella en la plenitud de la vida,
seguro que ya gozas y descansas, pero nosotros acá no entendemos nada. <b>No
puedo creerlo todavía y no sé cómo vamos a hacer ahora sin ti</b>… Sí, me dirás
que hay que seguir caminando, que la misión tiene que continuar, pero duele
mucho y percibo que toda esta tristeza te llega, así que por favor ayúdanos un
poquito.</div><div style="text-align: left;"><br /></div><div style="text-align: left;">Está amaneciendo en Lima. Pronto los pájaros adornarán el
rumor de la vida que se reanuda, pero ya nada será igual. <b>Te quiero Katy; me
alegro de habértelo dicho en vida y pienso continuar diciéndotelo muchas veces
más, porque no te voy a olvidar nunca</b>. Gracias, cariño.</div><div style="text-align: left;"><br /></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhZvjZkGWJmcZlUnTyQto3cgfBk_TlNi69wc27Rtt2n1SuYHJqQ2haR25RnDYtTzgNb4sWPOsHGCf40jk9yPlT6ancnhlDtebLpxK7sI-2BQagNVvjh4aFdWe2gPfxQqZJn8DWg5JkylP0IdDMXqtk9tqY8WQLajKCyL4vDVJRmmi68yBhoR-hQ7oOSdf_1/s1500/Se%C3%B1or%20de%20Burgos%20Chachapoyas.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="1001" data-original-width="1500" height="272" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhZvjZkGWJmcZlUnTyQto3cgfBk_TlNi69wc27Rtt2n1SuYHJqQ2haR25RnDYtTzgNb4sWPOsHGCf40jk9yPlT6ancnhlDtebLpxK7sI-2BQagNVvjh4aFdWe2gPfxQqZJn8DWg5JkylP0IdDMXqtk9tqY8WQLajKCyL4vDVJRmmi68yBhoR-hQ7oOSdf_1/w407-h272/Se%C3%B1or%20de%20Burgos%20Chachapoyas.jpg" width="407" /></a></div><p class="MsoNormal"><o:p></o:p></p>
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</div></div>Kpayohttp://www.blogger.com/profile/02035284847884213871noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-2412114604033373707.post-77899759433169102872024-01-20T06:22:00.000-05:002024-01-20T06:22:03.602-05:00ESTAMOS EN PROBLEMAS CON LA EUCARISTÍA<p></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjpBtbKQDPhTfQ7hR34DUDSoV81P1wUXM-NsyArqMwzryWD0d7ro9BI-XJlXVvPZYzfCQYyOdS5fINsFdxWItMRgoV6so_hqOhrlPz0PP5YptLei3Kb5WCVo36Yw4pB4PqoeB1c4VI0E6HNxA8fAWOU1fT2wPim1M9IAHfAzT8eNj2WLjiA4-yhbpdbN2-o/s3622/San%20Felipe.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="1824" data-original-width="3622" height="274" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjpBtbKQDPhTfQ7hR34DUDSoV81P1wUXM-NsyArqMwzryWD0d7ro9BI-XJlXVvPZYzfCQYyOdS5fINsFdxWItMRgoV6so_hqOhrlPz0PP5YptLei3Kb5WCVo36Yw4pB4PqoeB1c4VI0E6HNxA8fAWOU1fT2wPim1M9IAHfAzT8eNj2WLjiA4-yhbpdbN2-o/w545-h274/San%20Felipe.jpg" width="545" /></a></div><div style="text-align: left;"><br /></div><div style="text-align: left;">Hace poco, la pasada nochebuena, nos desplazamos a una
comunidad llamada San Felipe, situada río arriba cerca de Tamshiyacu, a pocos
minutos en motocar por una bonita pista. La experiencia fue muy sencilla y muy próxima
a lo que estábamos celebrando: Dios se hace debilidad y pobreza para salvarnos.
Al regreso <b>me daba vueltas algo que había leído en <a href="https://www.religiondigital.org/vaticano/Victor-Manuel-Fernandez-bendiciones-homosexuales-irregulares-papa-francisco-vaticano-criticas-fiducia-supplicans_0_2626837307.html" target="_blank">una entrevista al cardenal Víctor Manuel Fernández</a> a propósito de la publicación del documento
'Fiducia supplicans'</b>.</div><p></p><p>Recordemos el revuelo que hubo a causa del permiso para dar
la <b>bendición pastoral a parejas en situaciones “irregulares”</b>, incluyendo
las uniones de personas del mismo sexo. El cardenal prefecto del Dicasterio
para la Doctrina de la Fe dijo esto:</p><div style="text-align: left;"><i>“El Papa entiende muy bien este tema de las
"bendiciones populares", no ritualizadas, que son un rico recurso de
la pastoral popular, un modo de estar <b>cerca de todas las situaciones, a
diferencia de los sacramentos que no siempre lo permiten</b>”.</i></div><div style="text-align: left;"><br /></div><div style="text-align: left;">La negrita es mía porque es eso lo que me sigue
cuestionando: ¿cómo es posible que los sacramentos no siempre permitan estar
cerca de todas las situaciones? Si damos por buena la lectura teológica del
clásico de Leonardo Boff “Los sacramentos de la vida”, que mucho estudiamos en
nuestros años mozos, <b>los sacramentos iluminan las circunstancias clave, los
ejes que vertebran toda la existencia humana</b>: el nacimiento, la madurez, la
vida en comunidad, el amor, el servicio, el perdón, la enfermedad y la muerte.
Entonces: <b>¿cómo es que los sacramentos no siempre permiten estar
pastoralmente cerca de todas las situaciones?</b></div><div style="text-align: left;"><br /></div><div style="text-align: left;">Lo que aquella noche celebramos fue la Eucaristía; era un
grupo de unas 25 personas, que participaron bien, sobre todo en los cantos. <b>Pero
cuando llegó el momento de la comunión, solo comulgamos los misioneros y el
agente de pastoral que nos acompañaba; cuatro personas de fuera</b>. Los de San
Felipe, vecinos muy humildes que no tienen electricidad y se bañan en una
quebrada aledaña, se limitaron a mirar cómo comíamos ese <i>pancito</i> tan
extraño y exótico.</div><div style="text-align: left;"><br /></div><div style="text-align: left;">Y es que la Eucaristía, al menos para muchos católicos de nuestro
territorio, <b>es una rareza; y comulgar, además, un tremendo privilegio
reservado a unos pocos elegidos</b>. Porque si hubiéramos preguntado por qué no
se acercaron a recibir al Señor, las respuestas hubieran sido: “porque no he
hecho la primera comunión” y “porque no estamos casados”.</div><div style="text-align: left;"><br /></div><div style="text-align: left;">El caso es que esta comunidad está muy cerca de la sede
parroquial, donde por muchos años ha habido sacerdote (aunque justo ahora no).
Eso me hace pensar que <b>tal vez allí no se visitó con asiduidad</b> -
seguramente porque no se pudo -, y por tanto no se fomentó suficientemente la
celebración eucarística y no hubo formación para la participación plena de
niños y adultos.</div><div style="text-align: left;"><br /></div><div style="text-align: left;">Además, <b>probablemente se enseñó a la gente el requisito
de estar “en gracia de Dios”</b> (pero sin tampoco lograr potenciar el
sacramento de la reconciliación en cualquiera de sus formas) <b>y por supuesto
“bien casados”</b>, justamente lo contrario de lo que el Papa pide en Querida
Amazonía 84: <i>“en las difíciles situaciones que viven las personas más
necesitadas, la Iglesia debe tener un especial cuidado para comprender,
consolar, integrar, evitando imponerles una serie de normas como si fueran una
roca”</i>.</div><div style="text-align: left;"><br /></div><div style="text-align: left;">De modo que: hemos ido poco a celebrar la Eucaristía, y
encima hemos cargado al pueblo pobre con una disciplina “que excluye y aleja,
convirtiendo la Iglesia en una aduana”, en expresión de Francisco. Me da mucha
pena, porque además justo en San Felipe son una comunidad unida, capaz de
organizarse para lograr cosas y vivir mejor. Es decir, que cuadra muy bien la
Eucaristía como icono de servicio al bien común, de amor mutuo, de compromiso
con el Reino, de caminar juntos. <b>Es lamentable que, para una vez que está el
sacerdote en ese lugar, los católicos no pueden recibir el Pan de Vida</b>.</div><div style="text-align: left;"><br /></div><div style="text-align: left;">La Eucaristía, que debería ser algo fácilmente accesible y
vivido como clara luz que inspira y fortalece el proceso de la vida
comunitaria, es percibida con perplejidad, casi como <b>una extravagancia
totalmente excepcional</b> a la que por descontado ni se plantean acercarse.</div><div style="text-align: left;"><br /></div><div style="text-align: left;">Evidentemente estamos en problemas, no solo porque <b>nuestra
Eucaristía no está cerca ni sintoniza con las situaciones humanas de todos los
días</b>, que ya es triste, sino porque <i>“no se edifica ninguna comunidad
cristiana si esta no tiene su raíz y centro en la celebración de la sagrada
Eucaristía”</i> (QA 89). Algo tendremos que hacer, ¿no?</div><div style="text-align: left;"><i><br /></i></div><div style="text-align: left;"><i>(Continúa en la siguiente entrada)</i></div>Kpayohttp://www.blogger.com/profile/02035284847884213871noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-2412114604033373707.post-55803515589037761332024-01-13T18:55:00.000-05:002024-01-13T18:55:18.545-05:00PAPA FRANCISCO: PAKRACHU, MAI MOÖ, DEOJI, MOENXI… ¡GRACIAS!<p></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEixmBQqFZpDDy1M70_hAgEi59HZKiPLIknU4TffA6w1LWYG0xsfuwUEVfjYnKI9WUvxtKVxzlNQhAQh4JmaHzISeTljlwhU6HDaZ7ev48tItKGHDAu2X9UkemZGB21_4db0gG9ZkZE8JMp05HhfacDlPU4pjc1U5tzK7lVsEf9sVvU12tZ928gDvH0x0DY8/s2500/Pakrachu%20Francisco.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="1231" data-original-width="2500" height="278" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEixmBQqFZpDDy1M70_hAgEi59HZKiPLIknU4TffA6w1LWYG0xsfuwUEVfjYnKI9WUvxtKVxzlNQhAQh4JmaHzISeTljlwhU6HDaZ7ev48tItKGHDAu2X9UkemZGB21_4db0gG9ZkZE8JMp05HhfacDlPU4pjc1U5tzK7lVsEf9sVvU12tZ928gDvH0x0DY8/w562-h278/Pakrachu%20Francisco.jpg" width="562" /></a></div><div style="text-align: left;"> <br />Querido Papa Francisco: un saludo cariñoso desde Indiana, a
orillas del río Amazonas, donde nos encontramos los participantes en la <b>Escuela
de Formación de agentes de pastoral “Lorenzo Guibord”</b>. Unas 90 personas,
entre misioneros y laicos, soñando juntos una Iglesia con rostro amazónico y
con rostro indígena; por esa ruta es por donde quiere navegar nuestro <b>Vicariato
San José del Amazonas, en Perú</b>.</div><div style="text-align: left;"><b><br /></b></div><div style="text-align: left;"><b>Tú eres nuestra gran inspiración, Papa Francisco. Sabemos
que formamos parte de tus sueños</b>, y estos días de estudio y capacitación
acudimos con mucha frecuencia a tus palabras y escritos. El Sínodo Amazónico,
que tú impulsaste, el documento <i>Querida Amazonía</i>, y todo este camino
sinodal en que estamos embarcados son una gran luz en nuestro discernimiento y a
la vez fuente de felicidad y energía.</div><div style="text-align: left;"><br /></div><div style="text-align: left;">Hace menos de un año terminamos nuestro Plan Pastoral. En él
decimos que queremos <span lang="ES-PE" style="mso-ansi-language: ES-PE;">ser “una
Iglesia con rostro amazónico, inculturada e intercultural, impulsada por el
Espíritu de Jesucristo en la defensa de la vida, la tierra y la cultura, con
las personas y los medios necesarios para testimoniarle”. Como ves, <b>en este
sueño hay palabras textuales tuyas, porque tus propuestas son para nosotros tesoro
y soplo del Espíritu</b>.</span></div><div style="text-align: left;"><span lang="ES-PE" style="mso-ansi-language: ES-PE;"><br /></span></div><div style="text-align: left;"><span lang="ES-PE" style="mso-ansi-language: ES-PE;">En esta
semana de formación, trabajamos en torno a la importancia capital de los laicos
en el futuro de nuestra Iglesia selvática, y concretamente en <b>el papel de la
mujer. ¿Sabes que, en nuestro grupo, quizá por primera vez, hay más mujeres que
varones?</b> Han venido mamás con sus niños, profesoras, amas de casa, estudiantes…
Todas ellas, junto con sus compañeros, han llegado con la ilusión de prepararse
para servir a nuestro pueblo como Iglesia samaritana y acogedora.</span></div><div style="text-align: left;"><span lang="ES-PE" style="mso-ansi-language: ES-PE;"><br /></span></div><div style="text-align: left;"><span lang="ES-PE" style="mso-ansi-language: ES-PE;">Están
también los indígenas, miembros de algunos de los nueve pueblos originarios que
hay en nuestro territorio. <b>Hablamos de defender las culturas, de dialogar
con los saberes ancestrales, de preservar las raíces, de promover el cuidado, especialmente
de los más vulnerables. Es así como nos has enseñado, querido Papa Francisco.
Gracias.</b></span></div><div style="text-align: left;"><span lang="ES-PE" style="mso-ansi-language: ES-PE;"><br /></span></div><div style="text-align: left;"><span lang="ES-PE" style="mso-ansi-language: ES-PE;">Nos
formamos especializándonos en <b>diferentes servicios y ministerios</b> que como
Iglesia entendemos que necesita hoy nuestro pueblo: ministerio para el cuidado
de la Casa Común, promotor de derechos humanos, acompañamiento de personas en
situación de vulnerabilidad, catequista, acompañante de jóvenes, animador, ministerio
de la comunión, de la Palabra, de música… Vamos vislumbrando la fisonomía de
nuestra Iglesia vicarial, que desea ser <b>cada vez más sinodal y ministerial, como
tú pides a los católicos del mundo entero</b>.</span></div><div style="text-align: left;"><b><span lang="ES-PE" style="mso-ansi-language: ES-PE;"><br /></span></b></div><div style="text-align: left;"><b><span lang="ES-PE" style="mso-ansi-language: ES-PE;">Tenemos
tanto que agradecerte… Te sentimos como uno de los nuestros, y sabemos que
contamos contigo</span></b><span lang="ES-PE" style="mso-ansi-language: ES-PE;">.
Por favor, envíanos tu bendición; y nosotros también te bendecimos desde este rincón
de la Amazonía peruana, porque bendecir es invocar la presencia bondadosa de
Dios y la protección de su amor. Por favor, no te desanimes ante las críticas,
no siempre leales; ya sabes que el Señor Jesús tuvo muchas, pero eso no le
detuvo en el cumplimiento de su misión. <b>Somos muchos más los que te admiramos
y agradecemos a Diosito el don que eres para la Iglesia y para el mundo</b>.</span></div><div style="text-align: left;"><b><span lang="ES-PE" style="mso-ansi-language: ES-PE;"><br /></span></b></div><div style="text-align: left;"><b><span lang="ES-PE" style="mso-ansi-language: ES-PE;">Ashka
pakrachu, mai moö, deoji, moenxi… ¡MUCHAS GRACIAS, PAPA FRANCISCO!</span></b></div><p></p><p></p><p class="MsoNormal"><o:p></o:p></p>
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<p></p>Kpayohttp://www.blogger.com/profile/02035284847884213871noreply@blogger.com4tag:blogger.com,1999:blog-2412114604033373707.post-39544566318008820622024-01-06T08:23:00.001-05:002024-01-06T08:23:34.758-05:00PROPÓSITOS DE 1 DE ENERO<p></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiGIaVHqhOhFyS8waSU9_tLB933kG3ZgWM_-WTqkvETXvAmxvJHTwY70vUBpBG3MBWscp9BUSHaVomaaXP7o5LoaP3oDY9ZtlKgz_eP64b6yFUs4fzuWghVAuiIhKWpTvWAvXIwhk95ZUgebtQtw5hEYHZD8_JjDtFG0v2BXKACOZ7jyUSr8Rpk3UkdWsJu/s3000/Prop%C3%B3sitos%20de%20a%C3%B1o%20nuevo.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="1341" data-original-width="3000" height="262" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiGIaVHqhOhFyS8waSU9_tLB933kG3ZgWM_-WTqkvETXvAmxvJHTwY70vUBpBG3MBWscp9BUSHaVomaaXP7o5LoaP3oDY9ZtlKgz_eP64b6yFUs4fzuWghVAuiIhKWpTvWAvXIwhk95ZUgebtQtw5hEYHZD8_JjDtFG0v2BXKACOZ7jyUSr8Rpk3UkdWsJu/w588-h262/Prop%C3%B3sitos%20de%20a%C3%B1o%20nuevo.jpg" width="588" /></a></div> <div><i>“Quiero ser una niña ejemplar”</i>, escribió Dariana, de
11 años, en <b>esta carta dirigida a Jesús el día de su primera comunión</b>.
¡Y me la dio a mí! Estábamos en Santa María de Breo, en pleno Amazonas, más
abajo de Pebas, rodeados por <i>ysangos</i> salvajes, pero yo era el encargado
de hacer llegar hasta Diosito su deseo infantil y creyente.<div><div style="text-align: left;"><br /></div><div style="text-align: left;">Y, sí. Me sacudió ese viejo candor, esa inocencia, esa
incondicionalidad del primer amor. No había traje de “pequeña novia”, solo unos
sencillos <i>leggins</i> y un polo blanco. Escribo durante la Navidad, reducida
a una caricatura comercial sin <i>punche</i> <b>en medio de</b> <b>un mundo
cada vez más violento</b>, que agrede a través de las pantallas con crueldad. Y
resuena en mí <b>la llamada apremiante a volver a la ingenuidad, a la pureza, a
la simplicidad</b>.</div><div style="text-align: left;"><br /></div><div style="text-align: left;">Unos días más tarde, en una de las celebraciones de la
Confirmación, percibí otro arrumaco de <b>esa autenticidad imprescindible </b>para
arrancar la salvación cada mañana, esta vez en Xielo (con x ponía su solapín,
pero se lee igual que con s). “Recibe por esta señal el don del Espíritu
Santo”, y casi no salió su voz de pura emoción, las lágrimas a punto, ella desbordante
de alegría. Qué encanto.</div><div style="text-align: left;"><br /></div><div style="text-align: left;">Ahí está la salvación pues. En ese bebé. Y hoy, en este día de
renacer o recomenzar, tengo ganas de escribirle igual que Dariana. <b>Buscando
al niño que hay en mí, y que tan desgastado está por los avatares de la vida <i>adulta</i>,
esas inevitables situaciones feas que rasguñan la candidez original y agravian
el corazón</b>. No sé si me saldrá tan bien, pero ahí va:</div><div style="text-align: left;"><br /></div><div style="text-align: left;">Señor Jesús: en este año 2024 <b>quiero ser un niño ejemplar</b>.
Al menos deseo ser fiel a mí mismo y a los compromisos que he asumido. Enséñame
a amarme, escuchar a mi cuerpo y a mi espíritu, y cuidarme; a trabajar y
entregarme sin romperme ni extralimitarme.</div><div style="text-align: left;"><b><br /></b></div><div style="text-align: left;"><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhlicLdrTC0xw8Vl_nVri5Ql18XpEsIOktpn7CqLzdDLb0wKs-9hzdi9W5evAC2GUU-V3XrmQvoHRdZ1OwSkR0nN1iG3G09MzZhOPEu9z3hTfz7a_OD8KNfjtQwoelyfEdnFcGJxdlxfSdDpoPLzkp-R4KiBIMPjBu27S6t0SM5wylA5HDBURM-OB8_KJyn/s548/Con%20Dariana.jpg" imageanchor="1" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" data-original-height="548" data-original-width="498" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhlicLdrTC0xw8Vl_nVri5Ql18XpEsIOktpn7CqLzdDLb0wKs-9hzdi9W5evAC2GUU-V3XrmQvoHRdZ1OwSkR0nN1iG3G09MzZhOPEu9z3hTfz7a_OD8KNfjtQwoelyfEdnFcGJxdlxfSdDpoPLzkp-R4KiBIMPjBu27S6t0SM5wylA5HDBURM-OB8_KJyn/s320/Con%20Dariana.jpg" width="291" /></a></div><b>Agradesco</b> (esta <i>huambra</i> escribe muy bien, casi
sin faltas de ortografía)<span style="mso-ansi-language: ES-MX;"> <span lang="ES-MX">“por los </span></span>animales, alimentos, el sol, el agua y por la
naturaleza”. <b>Todo lo que recibo cada día, desde que nací</b>, sin que haya
hecho nada para ganarlo o merecerlo; <b>y que me permite vivir</b>.</div><div style="text-align: left;"><br /></div><div style="text-align: left;">Tú me das tanto, que veo ahora una estupidez quejarme; pero
eso es lo que hago casi a diario: reclamar, en ocasiones despotricar, incluso
sentirme una víctima… A veces protesto ante una tarea, aunque dentro de mí sé
que la voy a realizar (vaya <i>zonzera</i>). ¿Podrías Jesús por favor <b>darme
inteligencia, o sea, habilidad para examinarlo todo y quedarme con lo bueno</b>
(1 Tes 5, 21)?</div><div style="text-align: left;"><br /></div><div style="text-align: left;">Valentía para navegar dando las gracias, con los ojos abiertos
y consciente de lo afortunado que soy. Y de eso, y únicamente de eso, hablar.
En los momentos en que el mal se materialice ante mí o dentro de mí, entonces
callar. <b>Resistir a la tentación de “esparcir la mierda”</b>, porque ¿para
qué manchar más de lo necesario?</div><div style="text-align: left;"><br /></div><div style="text-align: left;">En general, Jesús, concédeme en este año nuevo <b>la pericia
de escuchar más y hablar menos. </b>Cuando haya que abrir la boca, que diga <span style="mso-bidi-font-style: italic;">“sí” cuando sea sí y “no” cuando sea no (</span>Mt
5, 37) con asertividad, sin aspereza, pero con claridad. Y sobre todo, que sea
capaz de expresarme desde mis afectos más genuinos y pueda decir <span lang="ES-MX" style="mso-ansi-language: ES-MX;">“te quiero” y “te extraño”, palabras
que sanan y procuran felicidad al tiempo de salir al aire a volar.</span></div><div style="text-align: left;"><b><br /></b></div><div style="text-align: left;"><b>Que en 2024 me deje guiar por ti “en el camino correcto”</b>,
como dice la chiquilla. Que esté atento a los roces de tu Espíritu en el timón
de mi vida, a tu acción suave pero inequívoca en los demás y en todo lo que
ocurra, cerca y lejos. Ayúdame a “mejorar mi manera de ser”, bailando con los
deseos y la realidad, avanzando hacia el hombre que tú quieres que sea,
plenamente yo mismo.</div><div style="text-align: left;"><span lang="ES-MX" style="mso-ansi-language: ES-MX;"><br /></span></div><div style="text-align: left;"><span lang="ES-MX" style="mso-ansi-language: ES-MX;">Gracias por
adelantado.</span></div><p class="MsoNormal"><o:p></o:p></p>
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</div></div>Kpayohttp://www.blogger.com/profile/02035284847884213871noreply@blogger.com3tag:blogger.com,1999:blog-2412114604033373707.post-80346154764020984682023-12-30T10:19:00.003-05:002023-12-30T10:22:42.933-05:00UN AÑO SIN PARAR<p></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgICwr9Yb6wsOWmvnMy_-U6UYaHsAUAjqUiVSDmaYjsXF8D-BKfMYx5wALux0-RegbQ2JByMicWEWVe4ysxDP3Jzbou2ounuGyxUFmreetmNUkJg6Wl7nK4Bgx-_MD3OvEpWC4YZrfmazn_05pumEsb0GIOldCHaranEfzpRj0fOAze5s7c5iglYCMy31Ku/s3000/Un%20a%C3%B1o%20sin%20parar.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="1425" data-original-width="3000" height="235" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgICwr9Yb6wsOWmvnMy_-U6UYaHsAUAjqUiVSDmaYjsXF8D-BKfMYx5wALux0-RegbQ2JByMicWEWVe4ysxDP3Jzbou2ounuGyxUFmreetmNUkJg6Wl7nK4Bgx-_MD3OvEpWC4YZrfmazn_05pumEsb0GIOldCHaranEfzpRj0fOAze5s7c5iglYCMy31Ku/w494-h235/Un%20a%C3%B1o%20sin%20parar.jpg" width="494" /></a></div> <div>Hace poco el padre Javier González, de Pebas, conversando en
el muelle mientras esperábamos a que llegara el ferry, me dijo: <b><i>“seguro
que pasas más tiempo por ahí viajando que en Punchana”</i></b>. Me quedé
callado, le miré y le dije: <i>“no lo sé, pero lo puedo averiguar y ya te
contaré”</i>. Y como ya le queda poco a este 2023 y es época de balances, me he
puesto a echar cuentas.<div><div style="text-align: left;"><br /></div><div style="text-align: left;">El registro <i>canta</i> que <b>este año he llegado a todos
los puestos de misión (los 16) del Vicariato con la visita “oficial”</b>, es
decir: tres o cuatro días con programa de reuniones con los misioneros, el
consejo de pastoral, jóvenes, etc., conversaciones con personas, celebraciones…
En dos puestos (Angoteros y Orellana) esta visita fue la única del año, aunque
fue muy bonita.</div><div style="text-align: left;"><br /></div><div style="text-align: left;">Al resto de lugares (14) he ido y he regresado en estancias
más breves y para otras cuestiones: dos veces a Tacsha Curaray, Soplín Vargas,
Santa Rosa, Pebas y San Pablo (5 puestos); tres veces a Islandia, Aucayo,
Tamshiyacu, Mazan y Yanashi (5); cuatro veces a Caballo Cocha y Santa Clotilde
(2); cinco veces al Estrecho y más todavía a Indiana, sede del Vicariato. <b>He
atendido la Confirmación en siete puestos</b>, 12 celebraciones en total.</div><div style="text-align: left;"><br /></div><div style="text-align: left;">Estaba
encargado de asistir como presbítero a Estrecho, por eso he estado más allí y
reconozco que lo he disfrutado y los voy a extrañar. Veo también que debería haber
acompañado mejor a Yanashi y Orellana, y ya les pedí disculpas por ello; y algo
parecido pasó con Tacsha Curaray. <b>Siento que les debo dedicar más tiempo y
esfuerzo justamente a aquellos puntos donde no hay misioneros</b> y los laicos
locales son los responsables de todo.</div><div style="text-align: left;"><br /></div><div style="text-align: left;">Las
estadísticas arrojan que el 29% de los días de 2023 los pasé en Punchana, donde
resido, trabajando en la sede central del Vicariato en reuniones, tareas
administrativas, etc. En cambio, un 46% del tiempo estuve fuera: en las
diferentes visitas, viajes, recorridos, y en encuentros y actividades
vicariales. <b>Casi la mitad de mi vida se ha desarrollado en las cabeceras
parroquiales y las comunidades ribereñas e indígenas por todo nuestro
territorio</b>.</div><div style="text-align: left;"><br /></div><div style="text-align: left;">Si hacemos
un poco de <i>trampa</i> y el consideramos para el cálculo únicamente los meses
que he pasado en la selva, es decir, restando las vacaciones en España y los
tiempos en Lima, la proporción sube: <b>el 62% de los días anduve por esos ríos
y el 38% en la oficina. Casi nada</b>.</div><div style="text-align: left;"><br /></div><div style="text-align: left;">¿Cómo me
siento ante estas cifras? <b>Sorprendido</b>, aunque no tanto, porque me lo
barruntaba; <b>satisfecho</b>; <b>cansado</b>; convencido de que es una
barbaridad y a la vez es muy gratificante y necesario; más conocedor de la
realidad y con las ideas más claras acerca de dónde, cuándo y cuánto ir, y qué
hacer; un poco “pasado de rosca” y necesitado de reposo corporal y mental. Ha
sido <i>demasiado</i>; <a href="https://kpayo.blogspot.com/2023/05/como-el-enano-de-amelie-viajes-y-mas.html" target="_blank">ya conté acá</a> lo que supone ese trajín y toca hacerle la
raíz cuadrada.</div><div style="text-align: left;"><br /></div><div style="text-align: left;">En el
capítulo de momentos poco afortunados, hay varias entradas en la cuota de
coscorrones que te llevas por ser medio <i>jefe</i>. En algún caso lo encajé mejor,
otras veces peor y voy aprendiendo que lo más constructivo es no reaccionar
ante la irracionalidad y seguir siendo dueño de tus silencios. Pero ganó por
goleada <b>el diálogo franco y la acogida de los misioneros, que normalmente te
brindan lo mejor</b> y se desviven con detalles de fraternidad.</div><div style="text-align: left;"><b><span lang="ES-MX"><br /></span></b></div><div style="text-align: left;"><b><span lang="ES-MX">Y lo más
hermoso, de largo, ha sido el encuentro con la gente</span></b><span lang="ES-MX">, los laicos de las comunidades, los agentes de
pastoral, <i>el pueblo menudo</i>. Me encanta ser reconocido, poder llamar a unos
y a otros por su nombre, tener mis conexiones personales… Incluso en un par de
ocasiones yo mismo he presentado a alguien a algún misionero recién llegado. <b>Y
siempre siempre, su agradecimiento sincero y cristalino; eso compensa todas las fatigas y los
sobreesfuerzos</b>. Con eso me quedo.</span></div><div style="text-align: left;"><br /></div><div style="text-align: left;">Así termina
esta vuelta del río de la vida. He tratado de ofrecer mi servicio lo mejor que
he podido, con aciertos y errores, pero <i>misioneramente</i>. Gracias Señor
por tanto. Feliz año nuevo.</div></div></div>Kpayohttp://www.blogger.com/profile/02035284847884213871noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-2412114604033373707.post-65604262916591650752023-12-23T11:24:00.001-05:002023-12-23T11:24:19.221-05:00EL REVERSO DEL ESPEJO<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiOYjBTc75je75eUqyL0AmOPZbC0RX87gsgl-KN4Svga373bZqshnl6PFc5oZpmOAN3JJ_MN4HjePpuANA6l_hQLmr_QBUI-e1sSXBfJ1SuwFi8WKgnrJmDYhM5M5dQiKH0AHsjMWca8cnnY2hGrXDsrLNPalJ8_D9EVmykLDHdLedeLBhU5_YytpjGJOjF/s1600/El%20reverso%20del%20espejo%201.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="981" data-original-width="1600" height="308" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiOYjBTc75je75eUqyL0AmOPZbC0RX87gsgl-KN4Svga373bZqshnl6PFc5oZpmOAN3JJ_MN4HjePpuANA6l_hQLmr_QBUI-e1sSXBfJ1SuwFi8WKgnrJmDYhM5M5dQiKH0AHsjMWca8cnnY2hGrXDsrLNPalJ8_D9EVmykLDHdLedeLBhU5_YytpjGJOjF/w503-h308/El%20reverso%20del%20espejo%201.jpg" width="503" /></a></div><br /><div style="text-align: left;">He ido descubriendo estos años una verdad: <b>los
contrastes, a veces brutales, de este mismo mundo en que vivimos, están engastados
entre sí</b>. Y una parte esencial del trabajo de los misioneros es hacer de
puente para que esa conexión sea luminosa y haga felices, al menos, a algunas
personas de ambas caras de la moneda.</div><div style="text-align: left;"><br /></div><div style="text-align: left;">Esta tarde en Yanashi, este lugar donde parece que el tiempo
se detiene porque no hay electricidad, ni señal telefónica ni internet, me
viene a la memoria muy vívidamente el breve rato (disculpen por el apuro) que
pasé en septiembre en <b>Fuentes de León</b>, justo ahora hace tres meses. Su
párroco José Rubio, compañero de mil batallas en los pueblos que compartimos
(Atalaya, La Lapa, Zafra y su zona), me había invitado a celebrar la Eucaristía
y allí me planté.</div><div style="text-align: left;"><br /></div><div style="text-align: left;">Llegué sobre todo para dar las gracias. El año pasado,
después de leer una entrada de este blog (<a href="http://kpayo.blogspot.com/2022/07/internados-de-hambre.html" target="_blank">“Internados de hambre”</a>), <b>la gente
de la parroquia de Fuentes se sensibilizó, se sintió vinculada con esta
realidad concreta de nuestra selva,</b> donde la supervivencia diaria es una
batalla cotidiana, silenciosa y feroz. Si te asomas con el corazón abierto al
lienzo que es esta tierra, te expones a que esos tonos agridulces te canten la
verdad: que tú eres parte de la composición y no puedes dormirte (“¡despierta!”
es el grito del primer domingo de Adviento, el día en el que escribo).</div><div style="text-align: left;"><br /></div><div style="text-align: left;">Las voluntades se movilizaron, los esfuerzos se aunaron y
los sueños se compartieron. <b>Planearon armar una barra en la fiesta de la
Virgen de los Ángeles, y el beneficio que sacaran lo enviarían a un par de
residencias de estudiantes muy necesitados, en concreto para mejorar su
alimentación.</b> Quienes hayan montado un bar en una verbena o una velá de
verano en España sabe <i>la chamba</i> (el trabajazo) que supone eso: comprar,
acarrear esas planchas metálicas, congeladores, turnos de atención, parrillas,
hielo, tickets… Y por no hablar de los días que se realiza el evento: bregas
hasta la madrugada y de <i>yapa</i>, cuando estás reventao, a guardar; y el
último día el peor, recoger todo y llevar.</div><div style="text-align: left;"><br /></div><div style="text-align: left;">Es decir, que el pueblo lindo que conocí aquel domingo <i>se
sacó el ancho</i> para ayudar a jóvenes del río Yavarí y del río Putumayo a los
que jamás habían visto, y de cuya existencia recién habían tenido noticia
lejana por un <i>cacho</i> escrito en la red. Wow. <b>Esa generosidad solo
puede ofrecer suculentas ganancias en forma de sonrisas, ilusión, ánimos, tesón
y satisfacción para aquellos que se atreven a materializarla en gestos reales,
de los que hacen sudar</b>.</div><div style="text-align: left;"><br /></div><div style="text-align: left;">Les conté de primera mano lo que sufren los muchachos, la miseria
que les persigue implacable, cercenándoles oportunidades; y también les hablé
de <b>su alegría cuando supieron que alguien había pensado en ellos, y que
gracias a esa solidaridad podrían comer carne, verdura, pescado y fruta</b>.
Por supuesto que no se resuelve el problema, que es mucho más estructural y
complejo, pero se alivia <i>alguito</i> la escasez, y <b>los chicos se sienten
queridos y cuidados, aun en la distancia y por personas que nunca han visto y
probablemente nunca verán</b>. Quizás sea esto todavía más hermoso.</div><div style="text-align: left;"><br /></div><div style="text-align: left;">Los chavales de Islandia me agradecieron con pancarta y
chocolatada (foto abajo), y <b>me entregaron unos preciosos dibujos que habían hecho
sobre chambira tejida, para la comunidad de Fuentes, y que fueron ofrecidos en
aquella misa</b>. Es para ellos el reconocimiento, y no tanto para mí… ¿o sí?
Porque los misioneros tenemos el ministerio de bombear la corriente que une por
dentro los vasos comunicantes que son el norte y el sur, para que la vida fluya;
somos catalizadores de un encuentro que es siempre fecundo.</div><div style="text-align: left;"><br /></div><div style="text-align: left;">Cuando voy a España, rara vez pido dinero; solo en algunas
ocasiones, y para proyectos medio grandes, en lugares de mucha confianza. Pero
la gente da espontáneamente, comparte modestas sumas que servirán para paliar
pequeñas o grandes pobrezas. <b>Nos nombran así a los misioneros encargados de unir
vidas anónimas y sumar destinos; solo recibo (y escribo) para facilitar ese
nexo, para que cada cual -allá y acá- pueda mirarse al espejo y contemplar, en
su propia imagen, el rostro del otro diferente y hermano, que en realidad eres
tú mismo, al otro lado</b>.</div><div style="text-align: left;"><br /></div><div style="text-align: left;">¡Feliz Navidad! Y gracias a todos.</div><div style="text-align: left;"><br /></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhuQfoEwXhG9hOvZmHrE8trmGGhFpLRRrMzUThDFkXVJp6XqSEwoA2SSUMm-kS_ZETUVR2gouMbPphnAYi3_zzKah3ek8Lbb0mKIbkD6ND7S2ej6KgJQ0Dmf7gwK_4cK3FCTc2I9R6pyruecvSqBlC8VS-nTlyQwrn3E6HsXhCXqmu-EIqnSiffFJU6Yc68/s1170/El%20reverso%20del%20espejo%202.jpeg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="749" data-original-width="1170" height="303" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhuQfoEwXhG9hOvZmHrE8trmGGhFpLRRrMzUThDFkXVJp6XqSEwoA2SSUMm-kS_ZETUVR2gouMbPphnAYi3_zzKah3ek8Lbb0mKIbkD6ND7S2ej6KgJQ0Dmf7gwK_4cK3FCTc2I9R6pyruecvSqBlC8VS-nTlyQwrn3E6HsXhCXqmu-EIqnSiffFJU6Yc68/w472-h303/El%20reverso%20del%20espejo%202.jpeg" width="472" /></a></div><br /><div style="text-align: left;"><br /></div><p class="MsoNormal"><o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal"><o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal"><o:p></o:p></p>
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<p class="MsoNormal"><o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal"><o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal"><o:p></o:p></p>Kpayohttp://www.blogger.com/profile/02035284847884213871noreply@blogger.com5tag:blogger.com,1999:blog-2412114604033373707.post-68809206751360225572023-12-16T14:33:00.001-05:002023-12-16T14:33:42.842-05:00UNA MÍSTICA EN CABALLO COCHA<p></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgH7G-2uvC8j-iRNdaagtgfFaG6CMpuFvMMCKIIQPK4QvrwFlKSi5o4uoAYopsBS_HfjiSSRn8mN-Yetky59Q8KPrz0ZGl12VPj2tWGIIVaLj7ENZJfunNrs3CjVqX-8j3f6odDqtPTERQ_CSL2DvPy8nPEfrrpblhKcj9cgWMVewaRcWOUI9WuPZVatOSK/s1007/Una%20m%C3%ADstica%20en%20Caballo%20Cocha.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="572" data-original-width="1007" height="276" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgH7G-2uvC8j-iRNdaagtgfFaG6CMpuFvMMCKIIQPK4QvrwFlKSi5o4uoAYopsBS_HfjiSSRn8mN-Yetky59Q8KPrz0ZGl12VPj2tWGIIVaLj7ENZJfunNrs3CjVqX-8j3f6odDqtPTERQ_CSL2DvPy8nPEfrrpblhKcj9cgWMVewaRcWOUI9WuPZVatOSK/w486-h276/Una%20m%C3%ADstica%20en%20Caballo%20Cocha.jpg" width="486" /></a></div><div><div style="text-align: left;"><span style="font-family: inherit;"><b><br /></b></span></div><div style="text-align: left;"><span style="font-family: inherit;"><b>Raramente ocurre que una persona que veo por primera vez
y con quien paso apenas un rato me cause un impacto semejante</b>. Se llama
Amparo y es la señora que ocupa el centro de la foto. Fue el otro día en
Caballo Cocha, donde ella vive hace unos dieciocho años, según me contó. Desde
entonces me acompaña la exquisita melodía de su humildad robusta.</span></div><div style="text-align: left;"><span style="font-family: inherit;"><span lang="ES-MX"><br /></span></span></div><div style="text-align: left;"><span style="font-family: inherit;"><span lang="ES-MX">Ya me había
hablado Matías de ella, y seguro que eso me predispuso positivamente, pero
conocerla superó todas mis previsiones. Se trataba de conversar con el equipo
de Manos Unidas (Mariana y José, en los extremos de la imagen) <b>acerca de las
problemáticas sociales de Caballo Cocha, que es la única población del
Vicariato que puede considerarse una ciudad</b>, y con todos los aderezos de la
frontera: conflictividad, migración masiva, desempleo, violencia, trata,
abusos, narcotráfico y por supuesto consumo de drogas.</span></span></div><div style="text-align: left;"><span style="font-family: inherit;"><span lang="ES-MX"><br /></span></span></div><div style="text-align: left;"><span style="font-family: inherit;"><span lang="ES-MX">Muchas de
estas <i>lindezas</i> fueron desfilando por el diálogo, hasta que nos centramos
en la última, cuando Amparo nos fue narrando su experiencia. Ella tiene una
tiendita en una calle, y <b>veía casi a diario pasar a los <i>yonquis</i> hacia
una afuera o pedazo de monte que hay en ese barrio</b>; la gente lo llama “la
olla” o “el agujero”, y allí se van a refugiar los jóvenes que están atrapados
por ese veneno.</span></span></div><div style="text-align: left;"><span style="font-family: inherit;"><b><span lang="ES-MX"><br /></span></b></span></div><div style="text-align: left;"><span style="font-family: inherit;"><b><span lang="ES-MX">Amparo
se fue acercando a ellos</span></b><span lang="ES-MX">, me imagino que con esos modales considerados y ese hablar suave. Es
una mujer más bien menuda, de tez morena, bordeando los cincuenta; mamá de
cinco hijos y viuda desde la pandemia. <b>Con determinación, pero con paciencia
y delicadeza, se fue ganando su confianza, les hizo sentir que merecían
atención, les transmitió el cariño de una madre</b>.</span></span></div><div style="text-align: left;"><span lang="ES-MX" style="font-family: inherit;"><br /></span></div><div style="text-align: left;"><span lang="ES-MX" style="font-family: inherit;">Los
drogadictos son en esta sociedad rechazados y ocultados a partes iguales. Don
Héctor (segundo por la derecha) refirió que se les trata como a rateros,
maleantes, gente peligrosa y sin remedio; <b>los papás a menudo los botan de la
casa y van cargando con ese estigma al que se añaden el hambre, la soledad y la
necesidad apremiante de consumir</b>. Porque acá lo que se meten es PCB, pasta
básica de cocaína, es decir, la coca después del primer procesado, extraída
pero sin refinar, </span><span style="font-family: inherit;">altamente tóxica, con un efecto muy breve (unos 15
minutos) y extremadamente adictiva.</span></div><div style="text-align: left;"><span style="font-family: inherit;"><br /></span></div><div style="text-align: left;"><span style="font-family: inherit;">Cuando pasa el bienestar que proporciona esa cochinada, los
jóvenes caen en un terrible estado de excitación y ansiedad, buscan como sea
otra dosis, el síndrome de abstinencia es demoledor. <b>Amparo les calma, los
lleva a su casa, los baña, les ofrece una comida caliente</b> – jamás les da plata.
Dice que le han robado muchas veces, y otras tantas han regresado avergonzados
a por un poco de descanso y solidaridad.</span></div><div style="text-align: left;"><span style="font-family: inherit;"><i><br /></i></span></div><div style="text-align: left;"><span style="font-family: inherit;"><i>“Porque ellos son buenos, no son malos. Solo necesitan que
los acojan humanamente y los escuchen”</i>. Únicamente Amparo puede ingresar en
“la olla” con seguridad, porque la conocen. Saben que no van a recibir una
ración de palos, como es frecuente, sino unas gotas de comprensión. <b><i>“Poco
a poco los voy convenciendo para que se vayan a un centro de rehabilitación que
hay en Tabatinga”</i>. Y los lleva ella misma, pagando de su bolsillo los
pasajes.</b> Sueña con una casita donde puedan estar cuidados mientras hacen
este proceso.</span></div><div style="text-align: left;"><span style="font-family: inherit;"><b><br /></b></span></div><div style="text-align: left;"><span style="font-family: inherit;"><b>Amparo no es católica, es de una iglesia evangélica</b>.
Cree en la capacidad de los adictos para regenerarse y rehacer su vida, porque <i>“para
Dios todo es posible”</i>. Lo ha visto muchas veces y siente una satisfacción
enorme; aunque se acuerda de otros momentos en que ha encontrado los huesos
nomás… ha llegado tarde… (Ez 37). Al relatar todo esto, se emociona hasta las
lágrimas y una oleada de ternura llega hasta mí.</span></div><div style="text-align: left;"><span style="font-family: inherit;"><br /></span></div><div style="text-align: left;"><span style="font-family: inherit;">¿Y cómo es que está trabajando junto a la parroquia?
Conoció a la hermana Berta (religiosa franciscana, la que queda por señalar en
la foto) en las faenas callejeras del grupo de pastoral social. Y Berta pide a
Amparo que pronuncie una oración antes de despedirnos. <b>Cierra los ojos y
mientras habla puedo sentir esa fuerza, esa convicción, esa fe con piernas propia de los místicos; ruego que se me
contagie algo, y pienso que el amor creyente es el único antídoto contra el mal
que destruye lo humano. Así es como Dios salva.</b></span></div>
<p class="MsoNormal"><o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal"><o:p></o:p></p>
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</div>Kpayohttp://www.blogger.com/profile/02035284847884213871noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-2412114604033373707.post-83539641986799102822023-12-09T06:21:00.001-05:002023-12-09T06:21:50.187-05:00PASTOR BUENO<div style="text-align: left;"><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh-QMDVzR50hNH3Dou2oEqSrZcOz5apdUxldVsw7bfDOCQHijHMAVnyN6lmUVk-dvqURR4IzHo0y1LZj8UolxKnL8wejJFjxmn__mnjo2G4J0VG_3eOJ42-VILkXgJWLwQ5VLz_E6mBefSq6kcaNJAgDb7NFnFRwkU-YQXvr5pV-IwcPYa1VBoC7UpX4L5K/s4080/Pastor%20bueno%201.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="1824" data-original-width="4080" height="220" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh-QMDVzR50hNH3Dou2oEqSrZcOz5apdUxldVsw7bfDOCQHijHMAVnyN6lmUVk-dvqURR4IzHo0y1LZj8UolxKnL8wejJFjxmn__mnjo2G4J0VG_3eOJ42-VILkXgJWLwQ5VLz_E6mBefSq6kcaNJAgDb7NFnFRwkU-YQXvr5pV-IwcPYa1VBoC7UpX4L5K/w493-h220/Pastor%20bueno%201.jpg" width="493" /></a></div><br /></div><div style="text-align: left;"><span style="font-family: inherit;">El ruido que hacen árboles que caen, o que, sin caer,
expelen fealdad y concitan rechazo, puede ser modulado y compensado por <b>la
maravilla cotidiana de personas buenas, que, con discretas heroicidades de
andar por casa, hacen que la vida se alce bella</b>. En el caso del obispo
Joaquín Pinzón, la Iglesia muestra su rostro más amable en medio de tantas turbulencias.</span></div><div style="text-align: left;"><span style="font-family: inherit;"><br /></span></div><div style="text-align: left;"><span style="font-family: inherit;">Es Joaquín un hombre joven, aunque <b>lleva ya diez años
como el primer pastor del Vicariato Apostólico de Puerto Leguízamo-Solano, en
la Amazonía colombiana</b>. Forma parte de los misioneros de la Consolata, la
congregación que lleva desde la mitad del siglo pasado recorriendo esos
territorios bravos y apasionantes; y <b>no ha dejado de ser misionero no</b>.</span></div><div style="text-align: left;"><span style="font-family: inherit;"><br /></span></div><div style="text-align: left;"><span style="font-family: inherit;">Al llegar a Leguízamo me da un abrazo que transmite sinceridad
y jovialidad. Se preocupa de que estén listos todos los detalles del
alojamiento. Observo cómo acoge a quienes van llegando a la Minga Amazónica
Transfronteriza. <b>Con ese carácter simple, discreto y abierto, creo que cada
persona se siente considerada e importante junto a Joaquín</b>. Eso es lo que
logran con naturalidad quienes son humildes y atentos.</span></div><div style="text-align: left;"><span style="font-family: inherit;"><br /></span></div><div style="text-align: left;"><span style="font-family: inherit;">Estoy acá en representación de mi obispo; pero no soy
obispo. Y <b>Joaquín se esmera para que mi Vicariato tenga su lugar y yo pueda
intervenir cuando corresponde, superando con delicadeza esa diferencia</b> de
funciones o grados de autoridad. Lo logra con gestos concretos, y sobre todo
con el trato sencillo, llano, cordial y sin aparatos. Sobre su pecho, la cruz
de madera cae como un guante.</span></div><div style="text-align: left;"><span style="font-family: inherit;"><br /></span></div><div style="text-align: left;"><span style="font-family: inherit;">Nos vamos a Puerto Lupita a celebrar los sacramentos, entre
ellos la Confirmación. Joaquín se coloca un sombrero y unas zapatillas de
deporte, sube al bote y desde el primer momento <b>se nota que con la gente
está en su elemento. Conversa, ríe… no hay en él gravedad, ni menos solemnidad,
hay cercanía</b>, y eso <i>el pueblo menudo</i> lo detecta con su intuición infalible.</span></div><div style="text-align: left;"><span style="font-family: inherit;"><br /></span></div><div style="text-align: left;"><span style="font-family: inherit;">De hecho, a pesar de que hay mucho gentío y bastante
barullo, calor asfixiante, pocas sillas y niños por todas partes, a Joaquín no
se le ve un mal gesto, sonríe todo el rato, explica con calma. Al final de la
misa, <b>posa con infinita paciencia para las mil fotos que quieren hacerse con
el obispo</b>; y aunque intentamos escaparnos, nos obliga a que estemos ahí
también. Nadie puede sentirse desplazado cerca de él.</span></div><div style="text-align: left;"><span style="font-family: inherit;"><br /></span></div><div style="text-align: left;"><span style="font-family: inherit;">Quiere que sea yo quien bautice, y que conduzca la
celebración. <b>Al día siguiente, en Soplín, el día de la inauguración de la
nueva casa de los misioneros y de la ampliación de la capilla, me insiste para
que yo haga la homilía, porque estamos “en mi jurisdicción” aunque él es quien
preside, lógicamente</b>. Todo fluye, estamos orgullosos de estar juntos y de
ser iglesias gemelas, en las dos orillas del río que nos une.</span></div><div style="text-align: left;"><span style="font-family: inherit;"><br /></span></div><div style="text-align: left;"><span style="font-family: inherit;">En otra ocasión fuimos a celebrar la fiesta patronal de
Yarinal, verdadero santuario de la Consolata en el Putumayo. Joaquín encabezaba
un bote con más de treinta personas. En la Eucaristía, a pesar de que estamos
en el lado colombiano, me pidió que dijera unas palabras. <b>Después del
almuerzo, Joaquín propuso jugar un partido de baloncesto </b><b>😯,
y ahí armamos una insensata pachanga bajo el sol de las dos de la tarde;
transpiramos, pero reímos, bromeamos y nos divertimos, y el primero el obispo,
como uno más</b>.</span></div><div style="text-align: left;"><span style="font-family: inherit;"><br /></span></div><div style="text-align: left;"><span style="font-family: inherit;">Hay también estos días reuniones donde tratamos, sobre todo,
acerca de cómo asegurar que el equipo de Soplín siga siendo consistente el
próximo año. <b>Joaquín escucha con destreza</b> y, cuando le toca, ofrece un
hablar franco y claro, con una asertividad adornada de amabilidad que genera,
espontáneamente, confianza.</span></div><div style="text-align: left;"><span style="font-family: inherit;"><br /></span></div><div style="text-align: left;"><span style="font-family: inherit;">Es domingo en la noche y no hay cocinera. <b>Joaquín prepara
sándwiches tostaditos de jamón y queso porque en la mesa nos juntamos algunos
misioneros e invitados</b>. Pregunta por alguno que falta, ¿dónde va a cenar?
Hay varias tandas de bocatas, quiere que repitamos, me recuerda a mi abuela en
su pertinaz invitación, y me doy cuenta de que para mí ese es uno de los
mejores piropos.</span></div><div style="text-align: left;"><span style="font-family: inherit;"><br /></span></div><div style="text-align: left;"><span style="font-family: inherit;">Es una presidencia, en general una vida y una acción
la de Joaquín muy análoga a la de Jesús: <b>suave, sin alardes, lejos de la
ostentación y experta en servicio. Así son los pastores que necesitamos</b>,
los que empatan con una Iglesia sinodal, de abajo y misionera, y con esas
actitudes, la tejen.</span></div><div style="text-align: left;"><span style="font-family: inherit;"><br /></span></div><div style="text-align: left;"><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgiaB5SWb4XdjB9mFg8ADL-KNsG60Ga2AFk9u-Wx30U04lfUy_0Vg21o335VhAbFuhHdHxbaS_CICLNDF6OxyLoGhzZpnEfXqjY0svcTQaWGPATGdE6PqD0qf4CT9PjlrPrIT1V_PlYtQAlfU1oBDIt6MeavzIVQUfbwOMXHQfp-T5Z85FqUycQKWpZTE8u/s1600/Pastor%20bueno%202.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="1200" data-original-width="1600" height="358" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgiaB5SWb4XdjB9mFg8ADL-KNsG60Ga2AFk9u-Wx30U04lfUy_0Vg21o335VhAbFuhHdHxbaS_CICLNDF6OxyLoGhzZpnEfXqjY0svcTQaWGPATGdE6PqD0qf4CT9PjlrPrIT1V_PlYtQAlfU1oBDIt6MeavzIVQUfbwOMXHQfp-T5Z85FqUycQKWpZTE8u/w477-h358/Pastor%20bueno%202.jpg" width="477" /></a></div><br /><span style="font-family: inherit;"><br /></span></div><p class="MsoNormal"><o:p></o:p></p>
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Kpayohttp://www.blogger.com/profile/02035284847884213871noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-2412114604033373707.post-87889232606521099862023-12-02T01:00:00.001-05:002023-12-02T01:00:00.138-05:00UN KEKE HECHO CON SUS PROPIAS MANOS<div style="text-align: left;"><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiV5PwbK9VUogrXc0Y4sMNLN7tKDjonAB7WqPmoAwoDMzt3eopjXhjji2-naf_J7EQywSKSJyhZILz7Zp05osPETbvq7VEzkJMHOQ-N0gR5Ox-iovldjvPrIfIoT_u3ZzFkv1FdlcU_ba37EMVjXRU-Qj8ihnp9SWEOVzMNqsSGd447M4LoZQBrTK8XvS51/s3784/Un%20keke%20hecho%20con%20sus%20propias%20manos.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="1824" data-original-width="3784" height="228" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiV5PwbK9VUogrXc0Y4sMNLN7tKDjonAB7WqPmoAwoDMzt3eopjXhjji2-naf_J7EQywSKSJyhZILz7Zp05osPETbvq7VEzkJMHOQ-N0gR5Ox-iovldjvPrIfIoT_u3ZzFkv1FdlcU_ba37EMVjXRU-Qj8ihnp9SWEOVzMNqsSGd447M4LoZQBrTK8XvS51/w473-h228/Un%20keke%20hecho%20con%20sus%20propias%20manos.jpg" width="473" /></a></div><div style="text-align: left;"><br />Alau* Tacsha Curaray. <b>Este lugar y esta gente me provocan
una singular combinación de afecto, compasión, admiración e indignación</b>.
Es, de todo nuestro territorio vicarial, el puesto misionero que creo que no
logramos atender y acompañar como ellos se merecen. Pero, paradójicamente, son
los más agradecidos.</div><div style="text-align: left;"><b><br /></b></div><div style="text-align: left;"><b>Este año, las dos veces que los he visitado, me han
recibido a pie del puerto los jóvenes y algunos adultos, con pancarta</b>:
“GRACIAS PADRE CÉSAR VICARIO GENERAL”. El otro día tuvieron que caminar por una
inmensa playa a causa del nivel bajísimo de las aguas del Napo; era a mediodía,
la hora habitual de llegada del deslizador, y es increíble cómo la playa se
torna un inclemente desierto cuando ese sol alto golpea duro. La arena abrasa
los pies, no hay dónde refugiarse, se queman las nucas y las pantorrillas… pero
ahí estaban.</div><div style="text-align: left;"><br /></div><div style="text-align: left;">Toca la confirmación y, ahora que no nos oye <i>nadies</i>,
confieso que siempre estoy deseando que el obispo me pida que venga acá porque <b>me
encanta este lugar</b>, <a href="https://kpayo.blogspot.com/2022/07/tacsha-curaray-la-mision-esta-en-pie.html" target="_blank">como ya he contado</a> en otras ocasiones. Esta vez me
alojo en casa de doña Angélica, técnica de la posta de Santa María, porque la
casa misionera está ocupada por el personal sanitario a causa de las obras que
se están efectuando en el edificio. De modo que allá dejo la mochila y al toque
nos echamos a caminar por la pista bajo el solazo buscando el almuerzo.</div><div style="text-align: left;"><br /></div><div style="text-align: left;">En San Luis, la señora Roswita tiene una nueva casa, y ella
me va a invitar a las comidas en estos días. <b>Es una mujer joven y valiente que
saca adelante a sus cuatro hijos ella solita, como es desgraciadamente habitual
en este país</b>. En la tarde va a haber una reunión, de modo que me quedo
dormitando en la mecedora con el fondo sonoro de los pequeños Aitana y Matius, el
amable rumor de la vida.</div><div style="text-align: left;"><b><br /></b></div><div style="text-align: left;"><b>El equipo parroquial, bien capaz y responsable</b>, ha organizado
las cosas para que este rato haya ensayo, y así lo hacemos, dejándolo todo
preparado para mañana; solo falta el detalle de las hostias para la misa, que
no he traído, pero se va a resolver porque don Olmedo tiene. Nos queda un rato
para irnos a bañar a la playa; don Jesús me da un <i>cachuelo</i> rapidito a
Santa María en moto para que me cambie de ropa y listo.</div><div style="text-align: left;"><br /></div><div style="text-align: left;">Pasamos a la playa en dos <i>peque peques</i>; el mío con lo
justo de gasolina, el otro remando. Somos una mancha de 15 personas; <b>para
los chicos es una diversión completa y no muy frecuente ir a la playa a
divertirse y remojarse</b>. Jugamos a “1 X 2” un buen rato, nos perseguimos,
nos hacemos ahogadillas, se puede nadar porque hay poquito caudal y calmado.</div><div style="text-align: left;"><br /></div><div style="text-align: left;">En la noche regreso a donde Roswita y encuentro a casi todos
los muchachos allí. <b>Han colaborado de su bolsillo y han comprado los
implementos para hacer un keke con el que invitar a quienes acudan mañana a la
celebración de los sacramentos</b>. Todos ayudan a traer ingredientes, vasijas,
agua… Dos chicas van removiendo la masa con sus propias manos, entre risas. La
foto es de antes de que se fuese la luz, cenando.</div><div style="text-align: left;"><br /></div><div style="text-align: left;">Estoy escribiendo desde Santa Clotilde, adonde llegué
después de la ceremonia en Tacsha; participo en la Confirmación de acá, puesto
de misión grande y poderoso, con muchos misioneros, y siento el contraste. En
Santa se confirman 60, en Tacsha 8; <b>acá hay una torta inmensa pituca, para
más de 120 personas, allá ese kekecito cocido al fuego dentro de una olla</b>;
acá hay obispo, solapines, megafonía, danza, orquesta y multitud de padrinos y
madrinas… en Tacsha cantamos a palo seco, sin electricidad, y ninguno de los
misioneros acompañó a este pichiruchi, que además aceptó ser padrino de doña
Odis porque no tenía.</div><div style="text-align: left;"><br /></div><div style="text-align: left;">Quiero a Tacsha, quiero a este pueblo. <b>Porque me tratan maravillosamente
y porque son los que más necesitan una presencia animadora, y las manos
sacerdotales</b>. Les quiero, y por eso reconozco que cada vez que puedo les
ayudo; les envíe cristales o calaminas para cambiar lo que estaba roto en las
capillas; he pedido ayuda para que el grupo juvenil tenga sus polos; y el año
pasado les apoyé para Navidad con chocolatada y juguetes. Ahora que Dolo se ha
ido a la eternidad, confío en que lleguen de nuevo pequeños compartires para
que puedan festejar bonito.</div><div style="text-align: left;"><br />Les quiero porque se les rompe la boca de decir <i>gracias</i>
a toda hora. <b>Esa es la lógica de los más pobres: agradecer lo poco que
reciben más que exigir lo mucho que en justicia se les debe</b>. No olvidaré
ese keke, que me prende de ternura el corazón. Y todavía para mí hubo <i>repechaje</i>.</div><div style="text-align: left;"><br />* Alau es una expresión regional, un quechuanismo adaptado; significa
“qué lástima”, “pobrecitos”…</div><p class="MsoNormal"><o:p></o:p></p>
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<p class="MsoNormal"><o:p></o:p></p>Kpayohttp://www.blogger.com/profile/02035284847884213871noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-2412114604033373707.post-25383271816553731422023-11-25T04:44:00.001-05:002023-11-25T04:44:14.590-05:00PRODIGIOSA MAGGIE O´FARRELL<p></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj8_HBx3ajGdBZema0Sz60138AsRL7X5mKNOdyWY-cnfAG90qlCaX6IxbiR50Ru2ETPHB2LawSOLft6L19pNo2eFmTUYg7VQTuUDgrLBjeZuHtn-xHfqj67DRtIhQwsUDqKY-LA29a1wqHixa3ILy5PwlOGijoAtvCucrAHMD9yogZm3qIK5RMo7p84frdX/s1300/Maggie%20O%60Farrell.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="866" data-original-width="1300" height="292" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj8_HBx3ajGdBZema0Sz60138AsRL7X5mKNOdyWY-cnfAG90qlCaX6IxbiR50Ru2ETPHB2LawSOLft6L19pNo2eFmTUYg7VQTuUDgrLBjeZuHtn-xHfqj67DRtIhQwsUDqKY-LA29a1wqHixa3ILy5PwlOGijoAtvCucrAHMD9yogZm3qIK5RMo7p84frdX/w438-h292/Maggie%20O%60Farrell.jpg" width="438" /></a></div><div style="text-align: left;"><br />Cuando leí <i>Hamnet</i>, <b>nuevas regiones de mi
sensibilidad se conmocionaron y se iluminaron con un alborozo desconocido</b>.
Avisé a mis hermanas. Descargamos cuantas obras pudimos de esta escritora
irlandesa, hasta entonces casi desconocida para mí. Tomé otra novela, <i>Instrucciones
para una ola de calor</i>, que me dejó fascinado. No quería seguir leyendo por
temor a que se acabasen, hasta que escogí <i>La primera mano que sostuvo la mía</i>
y ha sido una experiencia maravillosa.</div><div style="text-align: left;"><b><i><br /></i></b></div><div style="text-align: left;"><b><i>La primera mano
que sostuvo la mía</i></b> trata sobre
la maternidad. Una de las protagonistas, Lexie Sinclair, sufre un accidente
dándose un baño en el mar. Cuando está luchando contra la corriente, en la angustiosa
certeza de que va a morir ahogada, solo piensa en su hijo Theo, de dos años,
que quedó en la orilla:</div><div style="text-align: left;"><i><span style="mso-bidi-font-weight: bold;"><br /></span></i></div><div style="text-align: left;"><i><span style="mso-bidi-font-weight: bold;">“Quería decir
“tengo un hijo, hay un niño, esto no puede suceder”. Porque sabes que nadie los
querrá nunca como tú. Porque sabes que nadie los cuidará nunca como tú (…).</span></i></div><div style="text-align: left;"><i><span style="mso-bidi-font-weight: bold;"><br /></span></i></div><div style="text-align: left;"><i><span style="mso-bidi-font-weight: bold;">Sin embargo, ella
sabía que no volvería a verlo. Esa noche no estaría allí para ayudarlo a cortar
la cena. No recogería la cometa ni airearía la ropa húmeda ni le prepararía el
baño a la hora de acostarse ni le sacaría el pijama de debajo de la almohada.
No rescataría su gato del suelo en plena noche. No podría esperarlo en la
puerta al final de su primer día de colegio. Ni llevarlo de la mano cuando
estuviera aprendiendo a dibujar las letras de su nombre, el nombre que le había
puesto ella. No lo cuidaría cuando tuviera la varicela o el sarampión; no sería
ella la que dosificara la medicina o sacudiera el termómetro para bajarlo. No
estaría con él para enseñarle a mirar a la izquierda y a la derecha, y a la
izquierda otra vez, ni a atarse los zapatos, ni a lavarse los dientes, ni a
subir y bajar la cremallera del impermeable, ni a emparejar los calcetines
después de lavarlos, ni a llamar por teléfono, ni a ponerse mantequilla en el
pan, ni lo que tenía que hacer si se perdía en una tienda, ni a ponerse leche
en una taza ni a coger el autobús para volver a casa. No lo vería crecer hasta
alcanzarla, y después superarla en altura. No estaría con él cuando le
rompieran el corazón por primera vez, ni la primera vez que condujera un coche,
ni cuando saliera solo al mundo, ni cuando viera por primera vez lo que iba a
hacer, cómo iba a vivir, con quién y dónde. No estaría con él para quitarle la
arena de los zapatos cuando saliera de la playa. No lo volvería a ver”.</span></i></div><div style="text-align: left;"><b><br /></b></div><div style="text-align: left;"><b>A medida que avanzaba por este pasaje, las lágrimas
afloraban serenas e incontenibles</b>. Realmente me deleité con esa manera tan delicada,
original y certera de expresar qué significa una madre. Magistral; no me atrevo
a buscar más calificativos porque no quiero desdibujar ni un átomo la destreza
inigualable de Maggie O´Farrell, excelentemente acompañada por la traducción de
Concha Cardeñoso.</div><div style="text-align: left;"><b><br /></b></div><div style="text-align: left;"><b>Los libros me rescatan de la tiranía de las pantallas; de
la pretensión <i>smartphónica</i> de domesticarnos la imaginación</b> y
convertirnos en adictos a cascadas frenéticas de imágenes y sonidos. El gusto por
leer me conecta con lo más genuino de mi humanidad, me regala lentitud, me descansa
de forma creativa de la <i>carrafilera</i> de tareas todas urgentes que
componen muchos de mis días.</div><div style="text-align: left;"><br /></div><div style="text-align: left;">Qué lástima que solo el 18% de los alumnos de Loreto lleguen
al nivel satisfactorio en comprensión lectora; <b>qué fracaso que un montón de
adolescentes acaben la secundaria y literalmente no sepan leer</b>; qué
desolación que el analfabetismo ronde el 15% en nuestra región. Cuántas
personas se ven privadas de la preciosa oportunidad y la inmensa suerte de
disfrutar de esa versión de la felicidad que es la lectura de obras maestras
como esta.</div><div style="text-align: left;"><br /></div><div style="text-align: left;">Gracias Maggie, gracias Concha.</div><div style="text-align: left;"><br /></div><div style="text-align: left;">Gracias Mamá.</div><p class="MsoNormal"><o:p></o:p></p>
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que me recordaba a mi amigo el zapador sevillano Juancho Abascal. Paramos en el
río grande a tomar desayuno por lo que pudiera pasar (la noche anterior
realmente no hubo cena) y vimos a unos hombres de allí mismo recogiendo los
bártulos de pescar. Nos explicaron que hay que caminar un rato por medio de la
selva hasta llegar a una quebrada y atravesarla, y ahí está la comunidad.</div><div style="text-align: left;"><br /></div><div style="text-align: left;">Todo esto sin que dejara de llover, ahora una <i>warmi</i>
lluvia, una “lluvia mujer”: suave pero persistente en su golpeo. El paseo
apenas dura 15 minutos y hay un <i>peque peque</i> dispuesto a vadearnos, <b>pero
el caño está tan bajo que no queda otra que meterse en el agua a pata cala para
poder subir al bote</b>. Después de todos estos avatares, nos presentamos en el
lugar antes de las 8 de la mañana… pero no llega <b>nadies</b>. Ahora hay una
tregua en el chaparrón.</div><div style="text-align: left;"><br /></div><div style="text-align: left;">Más un rato y algunas personas acuden. Vamos conversando y
nos damos cuenta de que acá no hay nada armado, no se reúnen los días domingo,
y hoy no cabe celebrar la misa. Va habiendo más gente, el diálogo discurre con
tonos más relajados tras el inicial recelo. Mariana les invita al encuentro
parroquial de formación, y detecto extrañeza y estupor… <i>“¿Encuentro? Pero si
no hay el padre…”</i> <b>Wow: ¡el <i>pueblo menudo</i> cree que, como no hay
misioneros canadienses o mejicanos, no hay misión!</b> Comprender que la tarea
la realiza el equipo parroquial compuesto por laicos locales requiere un
proceso… para los responsables y para todos.</div><div style="text-align: left;"><br /></div><div style="text-align: left;">Nos cuentan que son una comunidad titulada como indígena
kichwa; <i>“¿y saben hablar su idioma?”</i>- preguntamos; silencio… <i>“solamente
el viejito”</i> (uno de los vecinos que habíamos encontrado en el río hora y
media antes). El hombre nos saludó en un kiwcha que a mi oído le pareció <i>bola-bola</i>.
<i>“Les voy a enseñar la señal de la cruz: yayapa, churipa, sumak samaypa
shutipi, chasna cachun”</i>. Qué roche, este gringo viniendo a mostrar a estos
kiwchas cómo se reza en su propia lengua. <b>Qué pena que esta riqueza se
olvide, que lo genuino de estas culturas se pierda… Para mí es como el inicio
de la extinción del género humano</b>, ni hace falta una guerra nuclear.</div><div style="text-align: left;"><br /></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiZRrIznOZCXvEio14nw_B2W_xW_FaciAqMy1O-MvdPoEFL_pf7fvwMOG7ngN6juCcd_g95VAtW1AQo4g7DsKcjnhJRi2NlRi9HFrpv-U2RGizZn9prVi8qtWMU1kIVDI80-ri8reOR1c5zeU19lXQpPb7lRZSOOMN-WFcj855CBXLLBCZDqjGiUgVVA1pb/s1040/Por%20la%20vuelta%20del%20Napo%20Juancho%20Playa%202.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="492" data-original-width="1040" height="221" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiZRrIznOZCXvEio14nw_B2W_xW_FaciAqMy1O-MvdPoEFL_pf7fvwMOG7ngN6juCcd_g95VAtW1AQo4g7DsKcjnhJRi2NlRi9HFrpv-U2RGizZn9prVi8qtWMU1kIVDI80-ri8reOR1c5zeU19lXQpPb7lRZSOOMN-WFcj855CBXLLBCZDqjGiUgVVA1pb/w468-h221/Por%20la%20vuelta%20del%20Napo%20Juancho%20Playa%202.jpg" width="468" /></a></div><br /><div style="text-align: left;"><b>Por supuesto que nos plantaron un segundo desayuno</b>, y
bien contundente: pango hecho con el pescado que acarreaban aquellos dos de mañanita
(zúngaro, doncella) … con su yuca y su plátano. Y con un señor pate de masato
caliente, que, con esa humedad espesa y cargante, resucitaba a un muerto, o dos
o tres.</div><div style="text-align: left;"><br /></div><div style="text-align: left;">En el camino de vuelta a la ribera grande, la lluvia nos
respetó, como rearmándose; porque durante el breve trayecto hasta San Pedro de
Mangua, cayó con fiereza. <b>Cuando llueve de esa manera, todo se moja:
mochilas, colchonetas, bolsas de víveres… No hay manera de protegerse y el bote
se hace un puro barro</b>. Una greda realmente pegajosa, que todavía tengo
incrustada entre las uñas de los pies. Y así siguió la tromba durante casi dos
horas más, mientras esperábamos bajo la maloka de San Pedro sin poder conversar
por el ruido ensordecedor del diluvio sobre las calaminas.</div><div style="text-align: left;"><br /></div><div style="text-align: left;">En San Pedro tenemos a doña Estela y don Miguel, animadores
de la época dorada, con más de 80 años a sus espaldas. Intentan convocar,
organizar… pero ya no lo logran, pobrecitos. Y de eso tratamos con la gente,
que sí que se congregó cuando amainó el temporal. <b>Necesitamos nuevos <i>agentes
de pastoral</i>, algunas personas que formen un equipo y lleven adelante la
vida de la comunidad</b>; no tanto ya “animadores” clásicos, que eran como “los
representantes” del párroco y concentraban todas las funciones y
responsabilidades.</div><div style="text-align: left;"><span style="font-family: inherit;"><br /></span></div><div style="text-align: left;"><span style="font-family: inherit;">Queremos implantar pues un esquema más sinodal, donde
los laicos llevan el peso y nadie trabaja solo; las decisiones se toman juntos
y la misión no depende ni de los extranjeros ni de los sacerdotes o religiosas,
sino de la gente de acá. </span><b style="font-family: inherit;">Ellos están perfectamente capacitados</b><span style="font-family: inherit;">, de lo
cual doy fe; estos días solo les acompañé y les ayudé, pero todo lo hicieron
ellos, a su manera pero con competencia y amor.</span></div><p class="MsoNormal"><o:p></o:p></p>
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<p class="MsoNormal"><o:p></o:p></p>Kpayohttp://www.blogger.com/profile/02035284847884213871noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-2412114604033373707.post-78482423906540394262023-11-11T06:07:00.001-05:002023-11-11T06:07:52.077-05:00POR LA VUELTA DEL NAPO: PUINAHUA<p></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj3LKRq8vKrP31N_jAPKf-0q-X0j6Ie83tAO7-sv5MIh8Ru8yPogTVD4cZH0pTL6f_v3vv8cUyWGfirKR8tWUL6W4ciccOf4yeEXu5d3Ds2neJiYJUjtD1yZjG_yTLnANh8GFHz_LfW-8RjQGa6-vmk2ZRxxO9Ac6AhtXnSSuqMKd-k_b4FHRO3pNraMmTK/s1280/Por%20la%20vuelta%20del%20Napo%20Puinahua%201.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="735" data-original-width="1280" height="273" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj3LKRq8vKrP31N_jAPKf-0q-X0j6Ie83tAO7-sv5MIh8Ru8yPogTVD4cZH0pTL6f_v3vv8cUyWGfirKR8tWUL6W4ciccOf4yeEXu5d3Ds2neJiYJUjtD1yZjG_yTLnANh8GFHz_LfW-8RjQGa6-vmk2ZRxxO9Ac6AhtXnSSuqMKd-k_b4FHRO3pNraMmTK/w475-h273/Por%20la%20vuelta%20del%20Napo%20Puinahua%201.jpg" width="475" /></a></div><div style="text-align: left;"><br /></div><div style="text-align: left;">Si miran el mapa, el río Napo se acerca al Amazonas y parece
que le acaricia, justo donde está emplazado Mazan; pero se aleja de nuevo,
caprichoso, <b>trazando una inmensa vuelta</b> para irse aproximando, esta vez
de manera definitiva, hasta que desemboca en el Río Grande. Ahí, justo donde
Francisco de Orellana descubrió el
Amazonas en 1542 cuando bajaba por el Napo, está la población que lleva su
nombre.</div><div style="text-align: left;"><br /></div><div style="text-align: left;">Orellana es también uno de los 16 puestos de misión del
Vicariato, y allá fueron a parar mis huesos el fin de semana pasado. <a href="https://kpayo.blogspot.com/2022/06/amazonia-e-iglesia-son-femeninos.html" target="_blank">Ya conté tiempo atrás</a> que <b>acá no hay misioneros extranjeros, sino que la misión la
llevan adelante los laicos locales</b>; son la mayoría mujeres, pero se han incorporado
algunos varones. Y para mí <b>son verdaderos misioneros, porque hacen lo
mismito que los curas y las religiosas en otros lugares</b>.</div><div style="text-align: left;"><br /></div><div style="text-align: left;">Incluso visitan las comunidades de su jurisdicción, que son
más de 40. Y realizan esta tarea genuinamente misionera con inteligencia y
constancia, no episódicamente o improvisando. De hecho, lo pude comprobar en
primera persona, justo por este tirabuzón que cuento; u<span lang="ES-MX">n trecho del río poco transitado, porque la
inmensa mayoría de los pasajeros y la carga bajan en el varadero de Mazan, en
el Amazonas, pasan por tierra hasta la orilla del Napo cercana, y surcan <b>saltándose esta <i>vueltaza</i> de varias
horas de navegación</b>.</span></div><div style="text-align: left;"><span lang="ES-MX"><br /></span></div><div style="text-align: left;"><span lang="ES-MX">En Puinahua
nos espera un gentío porque hay programados bautismos. Pero Mariana, la
misionera laica responsable del puesto, y el equipo, no quieren que el
sacramento sea algo puntual, es decir, viene el padre, echa el agua y <i>chao</i>, nunca más se supo. No; <b>es la tercera vez en este año que llegan
hasta acá y han hecho un proceso de acompañamiento, les han animado para que se
reúnan los domingos, lean el Evangelio, se preparen</b>. Incluso Mariana les
exigió que les enviasen “evidencias”, por ejemplo fotos por <i>whatsapp</i> de
las celebraciones y encuentros, y lo han hecho.</span></div><div style="text-align: left;"><span lang="ES-MX"><br /></span></div><div style="text-align: left;"><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjzeC3JSCkSzn8yk5gvHZvRnnhvDXu8iKSMbxKDtMXk0DXTYcb0UASofn0smK6ND1wU4G70hnAaPzqXQCZMXFITZwiu1fiGas5Xj_QFID6lzh3kVmUhQ3w_NgBbIe5UGbbZ88nBAoXMYQm4RclICTI2sxHWffOVc-dHhaPw_VWt65DbyHRaNxf-UcJ1X_FJ/s966/Por%20la%20vuelta%20del%20Napo%20Puinahua%202.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="464" data-original-width="966" height="222" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjzeC3JSCkSzn8yk5gvHZvRnnhvDXu8iKSMbxKDtMXk0DXTYcb0UASofn0smK6ND1wU4G70hnAaPzqXQCZMXFITZwiu1fiGas5Xj_QFID6lzh3kVmUhQ3w_NgBbIe5UGbbZ88nBAoXMYQm4RclICTI2sxHWffOVc-dHhaPw_VWt65DbyHRaNxf-UcJ1X_FJ/w461-h222/Por%20la%20vuelta%20del%20Napo%20Puinahua%202.jpg" width="461" /></a></div><br /></div><div style="text-align: left;"><b><span lang="ES-MX">En el camino del bote a la escuela ya nos han
regalado piñas y un <i>viaje</i> de maní
sancochado, es su lenguaje de bienvenida y agradecimiento</span></b><span lang="ES-MX">. Han armado una hoja de cuatro
cantos que Mariana les ha enviado, y en el ensayo demuestran que se los saben
al dedillo, o sea que sí se han reunido. Mientras llegan los rezagados, hacemos
una catequesis recordatoria del significado del Bautismo y de la labor de los
papás y padrinos. El silencio es absoluto, todo el mundo escucha con atención.</span></div><div style="text-align: left;"><b><span lang="ES-MX"><br /></span></b></div><div style="text-align: left;"><b><span lang="ES-MX">La celebración es un disfrute de espontaneidad
y participación. Hay risas, diálogos y mucha sencillez con esta gente tan
humilde</span></b><span lang="ES-MX">. Lo único
que suena extraño es el momento de la Eucaristía, porque muy pocas veces han
visto ese <i>pancito</i> (en esta misión no
hay presbítero desde hace más de diez años), pero igual con mucho respeto y
silencio. De nuevo se requirieron explicaciones acerca de cómo prepararse a la
comunión.</span></div><div style="text-align: left;"><span lang="ES-MX"><br /></span></div><div style="text-align: left;"><span lang="ES-MX">Después de
un exquisito, abundante y esperado almuerzo, pasamos a la otra orilla a
bañarnos. <b>En esta época de vaciante tan
severa debido a la sequía, asoman tremendas playas, que permiten darse un
chapuzón ingresando en el río por tu propio pie y pudiendo nadar un poco en
tramos con menos corriente</b>. Es así por todas partes, pero el Napo es
particularmente <i>loco</i> e imprevisible
en esto. Apetecía meterse en el agua, que estaba como un caldo por el fuerte
calor de toda la jornada. Aunque cuando estábamos poniéndonos el <i>short</i> –toalla en la cintura-, alguien
advirtió: <i>“se viene la lluvia”</i>.</span></div><div style="text-align: left;"><span lang="ES-MX"><br /></span></div><div style="text-align: left;"><span lang="ES-MX">Y en
efecto, cuando en la noche ya estábamos todos ubicados en carpas y mosquiteros,
abigarrando de forma indecente la casa del animador de Puinahua (las personas
ni podían casi pasar hacia los cuartos del fondo), empezó la tormenta. ¡Por
fin! <b>Pero qué bruta lluvia, Dios mío.
Sentía como el agua me sobrevolaba y tuve que cerrar todas las cremalleras</b>.
Y así siguió toda la noche, y amaneció con el aguacero más aplacado pero
vigente.</span></div><div style="text-align: left;"><i><br /></i></div><div style="text-align: left;"><i>(Continúa en la siguiente entrada)</i></div><p></p><p class="MsoNormal"><o:p></o:p></p>
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Kpayohttp://www.blogger.com/profile/02035284847884213871noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-2412114604033373707.post-36404867275951142932023-11-05T15:19:00.000-05:002023-11-05T15:19:09.960-05:00QUÉ DÍA<p></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgqkdHaflzIpaIAtLV2Ah2qQvuMbXByKzHLF8-jP_cxVJOpxTibaXwiXj1NXYWUHJC7QFUznT8mhryfBuf9rdzjoHP0h21MpuDj0R0Bj-588oovjrCTDSn5K1E4QoLqx6oqZgq3R-V934MXQ4c9dcaEikrr7SxaO3i019f4R2_2a3E1RBTjV_je8uZZhDMi/s1280/Qu%C3%A9%20d%C3%ADa.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="858" data-original-width="1280" height="292" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgqkdHaflzIpaIAtLV2Ah2qQvuMbXByKzHLF8-jP_cxVJOpxTibaXwiXj1NXYWUHJC7QFUznT8mhryfBuf9rdzjoHP0h21MpuDj0R0Bj-588oovjrCTDSn5K1E4QoLqx6oqZgq3R-V934MXQ4c9dcaEikrr7SxaO3i019f4R2_2a3E1RBTjV_je8uZZhDMi/w435-h292/Qu%C3%A9%20d%C3%ADa.jpg" width="435" /></a></div><div style="text-align: left;"> <br />Tocaba ir a bendecir e inaugurar una nueva capilla en una
comunidad llamada Miraflores, en el Napo, no lejos de Mazan. Reconozco que no
me sentía yo muy motivado, acudía más bien por inercia, como autómata
propulsado por la obligación a modo de batería. <b>Pero Diosito me esperaba a
la vuelta del río para obsequiarme una felicidad inopinada</b>.</div><div style="text-align: left;"><br /></div><div style="text-align: left;">Navegamos junto con algunas autoridades en el bote de la
Municipalidad, que además se llama “España Perú”, y nada de eso me agradó
demasiado. Estaba poco <i>perrunillero</i> y menos hablador, como ya he dicho.
Al llegar hay que recorrer un puente de madera que, en estos meses de tanta
sequía, se alza sobre hierba y chacras de sandía y arroz; <b>cuando la comitiva
se acercaba a la cabecera y ya se veían las primeras casas, se oyó “Juntos como
hermanos”</b>.</div><div style="text-align: left;"><br /></div><div style="text-align: left;">Era una voz de mujer, rotunda y segura, a la que se fueron
uniendo otras mientras los visitantes íbamos estrechando las manos del nutrido
grupo que nos esperaba. A un costado, la capilla recién terminada<b>, y al
toque, allí de pie, las bienvenidas, las presentaciones y los primeros
agradecimientos</b>. Nuestra gente preciosa es experta en decir “gracias”, y
eso es signo de humildad, pero más aún de inteligencia.</div><div style="text-align: left;"><br /></div><div style="text-align: left;">Pasamos a la Eucaristía. La capilla estaba a rebosar. En el
desayuno los misioneros me habían contado que <b>es una comunidad cristiana
viva, se mueven, tienen interés, se organizan</b>; y de hecho por eso se les ha
buscado apoyo para financiar la capilla. <b>Primero son las piedras (en este
caso las maderas) vivas, la comunidad, y después es el edificio</b>. Cuando es
al contrario, las construcciones se quedan vacías y se acaban cayendo de no
usarlas.</div><div style="text-align: left;"><br /></div><div style="text-align: left;">Les felicité por ser capaces de estar unidos y lograr su
sueño. Y también les advertí que, <b>si ahora la comunidad no da un paso
adelante y se convierte en un pulmón de humanización de su pueblo, la capilla
no les servirá de nada</b>. Es un punto de arranque: los seguidores de Jesús se
han de comprometer más para que la vida sea más digna, para que haya menos
abusos y más justicia.</div><div style="text-align: left;"><br /></div><div style="text-align: left;">Varias personas tomaron la palabra, no pueden faltar los
discursos de rigor, que fueron básicamente reiteradas declaraciones de gratitud
y reconocimiento. Lo que se expresó ahí se tradujo enseguida al <b>lenguaje de
los gestos concretos y las sonrisas, que la gente sencilla domina con maestría</b>.
En el comedor de la escuela estaba listo, para toditos, un abundante almuerzo a
base de pescado agarrado esa misma noche, arroz, yuca, plátano. De entrante,
ceviche de gamitana, toma ya qué exquisitez.</div><div style="text-align: left;"><br /></div><div style="text-align: left;">Tras la comida, deporte, como no puede ser de otra manera en
cualquier fiesta que se precie. <b>Las apuestas dan emoción a los partidos,
juegan mujeres y varones, hay <i>barras</i>, polémicas arbitrales, lesiones y
litros de sudor, porque a esa hora ya el sol zurraba sin clemencia</b>. El masato
hizo su aparición en grandes baldes de pintura y empezó a fluir por manos y
gargantas, haciendo brillar ojillos.</div><div style="text-align: left;"><br /></div><div style="text-align: left;">Estábamos sentados a la sombrita conversando, abanicándonos y
mirando el fútbol cuando vinieron a buscarnos para ir al baile. La capilla
había sido despejada de bancas y ya hacía rato que sonaban la quena y el tambor.
<b>Nos sacaron a bailar al toque, ¿y cómo nos íbamos a negar? Yo hacía rato que
me sentía más relajado, y en la <i>pista</i> me solté del todo</b>. Sucesivos
cañonazos de masato ayudaron lo suyo, desde luego…</div><div style="text-align: left;"><br /></div><div style="text-align: left;">La cantora del puente es la señora Roxana, mamá de Ana
Dueñas, una de las chicas de las becas. Tiene una risa fuerte y explosiva, en
la que los dientes que hay encajan con los que faltan de manera muy chistosa. <b>Bailamos,
sudamos y bailamos</b>, con pausas en las que nos atacaban <i>pates</i> rebosantes
por todas partes; hasta que no pude más y fui declinando amablemente.</div><div style="text-align: left;"><br /></div><div style="text-align: left;">Le contaba a Gina (en la foto) que quería quedarme más rato, pero los <i>jefes</i>
anunciaron la hora de despedirse. No noté ni el más mínimo mareo<b>; sí me
sentí claramente dichoso y afortunado por ser misionero, estar acá y poder
compartir con esta gente linda, que me enseña y me salva. Como tantas otras
veces</b>.</div><p></p><p></p><p class="MsoNormal"><o:p></o:p></p>
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<p></p>Kpayohttp://www.blogger.com/profile/02035284847884213871noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-2412114604033373707.post-62884921730518473942023-10-28T06:09:00.000-05:002023-10-28T06:08:49.716-05:00CO-PRESBÍTEROS<p></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi1gmCKCp4hVVfwGWsuzjm_WnMyo2FsMMyAlVUowhGnOuLQo-_YudPRitcGmYIj22SRufddwmNMkz-8E4FrA5vgzHLxMF5_zvxGf5QHfRwHjh7zlECgtcbs8eUAiMqS5pr1jc_CHSXufTmOaITNYYVIrvBUpIkTRfIgmE1R8D4JGC3KiFS57mA_CM5rjSW2/s2500/Co-presb%C3%ADteros.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="1173" data-original-width="2500" height="238" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi1gmCKCp4hVVfwGWsuzjm_WnMyo2FsMMyAlVUowhGnOuLQo-_YudPRitcGmYIj22SRufddwmNMkz-8E4FrA5vgzHLxMF5_zvxGf5QHfRwHjh7zlECgtcbs8eUAiMqS5pr1jc_CHSXufTmOaITNYYVIrvBUpIkTRfIgmE1R8D4JGC3KiFS57mA_CM5rjSW2/w508-h238/Co-presb%C3%ADteros.jpg" width="508" /></a></div> <div>Reconozco que al escuchar este <i>palabro</i> fue como
cuando te cruzas con una cara y sientes que te suena levemente, crees que la
has visto en algún sitio, pero hace tiempo… ¿dónde? y ¿quién será?... hasta que
pasa un instante y ¡zas!, eso es, ya lo tengo, estoy seguro. <b>Qué chévere es
formar parte de un presbiterio</b>.</div><div><br /></div><div>Porque ahora, con las últimas incorporaciones del IEME y
según la web, <b>somos 17 sacerdotes en el Vicariato. Wow</b>. Claro que alguno
está más bien jubilado y un par de ellos paran estudiando fuera, pero sin duda hemos
crecido en los últimos 6 años. Si sumamos los dos seminaristas mayores que
están realizando su tiempo de preparación al diaconado y otros dos candidatos a
las órdenes, resulta que en el encuentro de formación de misioneros nos
juntamos una linda <i>mancha</i>.</div><div><br /></div><div>Se visualizó en la jornada que siempre tenemos por
vocaciones específicas, y ahí fue donde Jaume Benaloy, sacerdote misionero
español llegado desde Chimbote para acompañarnos, sacó ese término. Ser
co-presbítero, <b>miembro</b> <b>de un presbiterio, de un grupo de iguales</b>
junto con el obispo, que es el hermano mayor: “Ruego a los presbíteros que
están entre ustedes, yo, presbítero también con ellos…” (1 Pe 5, 1).</div><div><br /></div><div>Nadie es presbítero individualmente y de forma aislada, y
eso siempre es cierto, pero <b>resulta todo un reto vivirlo cuando el compañero
más próximo está a seis horas de navegación y una distancia equivalente a la
que hay entre Mérida y Sevilla</b>. Eso me ocurría cuando estaba en Islandia, y
recuerdo cuánto necesitaba irme a Tabatinga a solearme con Adolfo el obispo o
con los jesuitas.</div><div><br /></div><div>Sin querer te metes en lo tuyo, te desconectas de los otros
(literalmente y peor cuando no hay señal) y se va desdibujando tu carácter de
“co-“. Por eso, aunque se es siempre cuerpo ministerial, <b>este cuerpo debe
hacerse visible de vez en cuando, con la evidencia del encuentro</b>, el
abrazo, el diálogo directo, el afecto profesado y expresado.</div><div><b><br /></b></div><div><b>Se trata de saborear la fraternidad profunda en la
identidad presbiteral, que es capaz de disolver todas las diferencias</b>, y
entre nosotros las hay y bien notorias, empezando porque somos de 7 países
diferentes, de edades, formación, trayectorias y concepciones distintas de la
misión, la Iglesia, los equipos de fútbol y las clases de comida.</div><div><br /></div><div>Eso sí, en la cerveza hubo unanimidad en este momento
pizzero que recoge la imagen, y que fue como un afortunado epílogo a las horas
de reflexión, debate y compartir. <b>Conversaciones “de curas”, anécdotas y
demás peripecias, risas y chismorreos varios y casi obligatorios en ratos así…</b>
Pequeñas costumbres de cuando estaba en mi tierra extremeña, que me ayudaron
tanto, y que tantísimo echo de menos en la misión.</div><div><br /></div><div>Y, sí. <b>De vez en cuando me sorprende la nostalgia de los
tiempos pasados</b>, diez primorosos años en Mérida-Badajoz, mi querida
diócesis… Aquella forma de vivir menos vertiginosa, con más certezas, los tuyos
siempre a mano y las carreteras asfaltadas. Sacudo la cabeza y miro <i>palante</i>,
porque Diosito está siempre delante de nosotros y no detrás, recién lo he
escrito.</div><div><b><br /></b></div><div><b>Todos somos <i>co-</i>. Me gusta sentirme uno más, ni
vicario general ni pamplinas: solo un presbítero, igual que todos, parte de un grupo</b>,
viviendo esa hermandad paradójica, a la vez recia y delicada, con los
compañeros que Diosito te otorga. Necesaria como el aguacero nocturno, frágil
como un colibrí, laboriosa como una jornada en la <i>chacra</i>, y tan
escurridiza y exultante como el bufeo saltando sobre el río al atardecer.<p></p><p class="MsoNormal"><o:p></o:p></p>
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misionero en estos años en la Amazonía es el encuentro con los indígenas murui
del alto Putumayo, con Fernando Flórez como facilitador. <b>Cada visita a
Soplín disfruto de la oportunidad de ir a <i>mambear</i>, es decir, compartir
su espacio de encuentro comunitario, aprendizaje y contacto con el mundo
espiritual</b>. La última vez, las conversaciones en la comunidad de Puerto
Refugio me hicieron cuestionarme y profundizar los cimientos y los métodos de
la misión.</div><div style="text-align: left;"><br /></div><div style="text-align: left;">En el trasfondo de estos planteamientos hay muchos diálogos en
los que Fernando y yo diferimos en maneras de ver los paradigmas de la
inculturación y la interculturalidad, aunque siempre convergemos hacia la
pregunta fundamental: <b>¿para qué la misión? ¿qué hacemos acá? ¿por qué hemos
venido? No solo estar, sino <i>cómo estar</i></b>. Los murui me dieron luz.</div><div style="text-align: left;"><br /></div><div style="text-align: left;">Escuchándolos vi claro que <b>la recuperación de la cultura y
la espiritualidad propias es un motor que hace que estos pueblos vivan mejor</b>.
Tiempo atrás <i>la raspa</i> (cosechar hojas de coca para vender a los narcos)
solventaba al momento la economía. Dinero fácil y rápido que se iba también al
toque y que a cambio traía los problemas típicos: violencia, alcoholismo,
división, muerte… Me contaron que <b>desde hace unos años han dicho no a los
cultivos ilícitos y están implementando su plan de vida</b>.</div><div style="text-align: left;"><br /></div><div style="text-align: left;">Se trata de <b>un proyecto comunitario hecho por ellos
mismos, donde todos están implicados</b>. Sus pilares: desarrollo sostenible
(reutilización de chacras), generación de recursos propios, limpieza comunal,
manejo sostenible del bosque (caza, pesca…), apuesta por la educación
(internado, colegio bilingüe), atención a la salud (nueva posta),
gobernabilidad, reglamento, guardia indígena, papel de la mujer, cuidado de las
semillas, iniciación de los jóvenes, control de la violencia y el alcoholismo,
veneración a los abuelos, que son bibliotecas vivientes, <b>rescate y
potenciación de las expresiones culturales (danza, etc.) y por supuesto de su
lengua y su espiritualidad</b>.</div><div style="text-align: left;"><b><br /></b></div><div style="text-align: left;"><b>Recuerdo otras experiencias, como los yagua de Remanso en
el Amazonas, por ejemplo: el mundo al revés</b>. Están dedicándose a <i>la
raspa</i> y a la vez perdiendo su cultura y olvidando su idioma; resultado: la
comunidad está hecha un desastre, <a href="http://kpayo.blogspot.com/2022/11/un-dia-sin-hacer-nada.html" target="_blank">como ya conté acá</a>. El alcohol y sus
estragos, educación pésima, no hay atención sanitaria, los niños se ven
abandonados, mala alimentación, violencia, suciedad, desorganización…</div><div style="text-align: left;"><br /></div><div style="text-align: left;">En Refugio, con todas las debilidades porque no hay nada
perfecto, se puede palpar una cierta armonía fruto de saberse y sentirse unidos,
corresponsables, dueños de su destino. <b>Y el vórtice de este proceso es la
maloka, y en ella el mambeadero</b>. Allí es donde se aprenden y transmiten los
valores tradicionales y la cultura se in-corpora; donde amanece la Palabra y se
medita cómo seguir la senda del Bien y del respeto, guiados por el tabaco y la
coca, plantas sagradas.</div><div style="text-align: left;"><br /></div><div style="text-align: left;">Los murui tienen una espiritualidad sólida, y todo confluye
y tiene su fuente acá. Hay una correspondencia entre vivir plenamente la propia
identidad cultural y la espiritualidad, con el buen vivir. <b>Muy cerca de la
maloka, a un costadito nomás, está la capilla, como se aprecia en la imagen. ¿Tiene
sentido?</b> ¿Qué pasaría si no hubiera? ¿Hay que crear una “misa murui” que
“haga la competencia” a sus prácticas ancestrales de vínculo con la
trascendencia, a quien llaman Mó?</div><div style="text-align: left;"><br /></div><div style="text-align: left;">Me cuentan también que <b>en otra época los evangélicos
trataron de quitar el mambe, enseñaron que es cosa del diablo, había que
derrumbar la maloka. ¿La inculturación llevada al extremo no sería lo mismo en
el fondo?</b> Pero para ellos la hostia y el vino son su coca y el ambil. Así
disciernen, oran, se fortalecen para ser un pueblo. ¿El objetivo es sustituir
esos elementos? ¿O más bien bajamos la capilla? <i>“No padre, no. Ustedes
tienen que seguir con la misa, es algo bueno, hay gente que descubre a Dios ahí
y le ayuda”.</i></div><div style="text-align: left;"><b><br /></b></div><div style="text-align: left;"><b>La inculturación no es una estrategia para que ellos
cambien, seríamos como lobos con piel de cordero</b>. Encuentran en Fernando un
amigo, que forma parte de ellos, porque se va también a mambear: <b>la
inculturación es un proceso por el que los misioneros cambiamos</b>,
experimentamos <i>lo suyo</i> (que les ayuda a vivir mejor), aprendemos su
camino para llegar a Dios, hallamos al Verbo de Dios completo (no solo las
semillas), aceptamos su síntesis, su manera de situar la capilla junto a la
maloka y elaborar esa coexistencia. Así la Iglesia queda enriquecida, y ellos
también. No botan la capilla, valoran y agradecen su presencia, es siempre una
propuesta válida, algo complementario, positivo, que les aporta.</div><div style="text-align: left;"><br /></div><div style="text-align: left;">Por tanto, quizá ya no hay que inventar una Eucaristía murui
(¡qué peso me quita de encima!), o sí, siempre que los católicos murui lleguen
a esa claridad, y ellos la plasmen, con la compañía de los misioneros, con los
que han de “ser uno” en expresión del Papa. Y dependerá de cada caso, porque he
visto que incluso en dos comunidades igualmente murui hay diferencias en el devenir
de la Iglesia.</div><div style="text-align: left;"><b><br /></b></div><div style="text-align: left;"><b>¿Entonces qué hacemos? Escuchamos, estamos con ellos,
sumamos, nos apuntamos a <i>lo suyo</i>, lo valoramos…</b> Sin querer
introducir con fórceps algo extraño, como ortopédico; tan solo dejando mirar
<i>lo nuestro</i> como propuesta positiva, sin renunciar al anuncio pero sabiendo
que si la capilla se cae no va a pasar nada grave. <b>Venimos no para
cambiarles o para enseñarles; venimos para ser sus aliados en la navegación
hacia ser plenamente ellos mismos, con su cosmovisión y con su espiritualidad</b>.
Como la sal, que hace que cada alimento sepa como tiene que saber.</div><div style="text-align: left;"><br /></div><div style="text-align: left;">Estábamos sentados tranquilos un buen rato con el curaka
hablando de estas cosas, y le pregunté: <b>“¿Qué tenemos que hacer pues los
misioneros?”. </b>Contestó con una sonrisa pícara:<b> “Justo lo que estamos
haciendo ahora: conversar”</b>. Feliz fiesta del DOMUND. </div><p></p><div><p class="MsoNormal"><o:p></o:p></p>
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</div>Kpayohttp://www.blogger.com/profile/02035284847884213871noreply@blogger.com4tag:blogger.com,1999:blog-2412114604033373707.post-5215372973059425112023-10-14T10:29:00.000-05:002023-10-14T10:30:06.070-05:00POBREZA DULCE EN VILLA EL SALVADOR<p></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgPAT0tTEj0FYmtyf7yDIYrHCsIPd4508UJZ5nlXK6p0PgWeNtqK2doCQf_ydsK0oxsvbcdaDxpr-hp4McAyNY38xxGUB9OI_SsaTFLoptz12OX1mbhCqEyheOdtKoLxhLqMxKPytWTZVlvtFeQqTzmFDudl89Xcj-uYssLbGB2Pq_8DmnFwXjodLfteL-l/s2300/Hermanas%20del%20la%20caridad%20del%20sagrado%20coraz%C3%B3n%20de%20Jes%C3%BAs.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="1091" data-original-width="2300" height="226" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgPAT0tTEj0FYmtyf7yDIYrHCsIPd4508UJZ5nlXK6p0PgWeNtqK2doCQf_ydsK0oxsvbcdaDxpr-hp4McAyNY38xxGUB9OI_SsaTFLoptz12OX1mbhCqEyheOdtKoLxhLqMxKPytWTZVlvtFeQqTzmFDudl89Xcj-uYssLbGB2Pq_8DmnFwXjodLfteL-l/w475-h226/Hermanas%20del%20la%20caridad%20del%20sagrado%20coraz%C3%B3n%20de%20Jes%C3%BAs.jpg" width="475" /></a></div><div style="text-align: left;"><br /></div><div style="text-align: left;"><span style="font-family: inherit;">Juntar pobrezas es muy saludable: atrae a la Providencia, <b>el
cariño sube como un keke en el horno y las sonrisas se transfiguran en
radiaciones de felicidad</b>. No sabía lo que me iba a encontrar cuando acepté
la invitación de las Hermanas de la Caridad del Sagrado Corazón de Jesús, en
concreto de Evelyn y Yubet Rocío; lo que saboreé rompió mis esquemas para mucho
mejor.</span></div><div style="text-align: left;"><span style="font-family: inherit;"><br /></span></div><div style="text-align: left;"><span style="font-family: inherit;">Estaba en la puerta principal de la Casa Hogar “Corazón de
Jesús”, en una esquina de esas calles que trazan Villa el Salvador como <b>un
damero dudosamente adornado con infaltables montones de basura</b> multicolor y
supongo que <i>multiolor</i>. Pero no me parecía que esa entrada estuviese
operativa, ¿me habré equivocado? “Nooo” - me dice Evelyn al teléfono, “es en el
costado, a la vueltita”.</span></div><div style="text-align: left;"><span style="font-family: inherit;"><br /></span></div><div style="text-align: left;"><span style="font-family: inherit;">Y sí, se ingresa por una trasera, e inmediatamente te ves en
un espacio grande, un comedor-cocina con mesas, al fondo una pista de <i>gras</i>
coquetamente protegida por una malla a modo de toldo. Están las ollas en ebullición,
pero me reciben manos y abrazos de niños y niñas de edades variadas, mezclados
con los saludos y presentaciones de las religiosas. Porque así es en esta casa<b>,
donde todos - chicos y grandes, los ocho trabajadores y los voluntarios, los operarios
que reparan el tejado, visitantes, hermanas y profesionales - viven
entreverados</b>.</span></div><div style="text-align: left;"><span style="font-family: inherit;"><br /></span></div><div style="text-align: left;"><span style="font-family: inherit;">La comunidad me ha invitado a almorzar y “compartir
tranquilamente contigo”, <b>y claro, yo esperaba que vamos a ir a su
comedor; pero no hay otro comedor que este, y es el mismo para todos</b> (y la
misma comida, claro). De hecho, ahí nos servimos, y a la vez almuerzan los
trabajadores acá al costado y un grupo de críos en otra mesa, pero me parece
que al tiempo alguno hace tareas.</span></div><div style="text-align: left;"><span style="font-family: inherit;"><br /></span></div><div style="text-align: left;"><span style="font-family: inherit;">Con la ración de arroz, papas y carne res por delante, vamos
conversando. Mientras, unos llegan, otros pasan; un crío viene saltando, y nos
saludamos, una jovencita con sus audífonos, otra niña besa a una de las
hermanas. Son menores que el Estado envía a la Casa Hogar después de haber
retirado, al menos temporalmente, la custodia a sus papás. Por tanto, <b>pequeños
que escapan de situaciones familiares traumáticas, y sin duda atrapados por heridas
emocionales sangrantes</b>.</span></div><div style="text-align: left;"><span style="font-family: inherit;"><br /></span></div><div style="text-align: left;"><span style="font-family: inherit;">“Pero las autoridades no nos dan ninguna ayuda”. Y no se
explican cómo a veces pueden salir adelante. Sus relatos me recuerdan a vidas
de santos leídas hace décadas: <b>“justo el día antes que había que cancelar el
recibo, llegó un donativo… como un milagro”</b>. Y cuentan con amigos, personas
voluntarias que se dejan la piel por estos chicos; sin ellas no sería posible
este gran servicio… Gracias a gente así, el mundo sigue girando.</span></div><div style="text-align: left;"><span style="font-family: inherit;"><br /></span></div><div style="text-align: left;"><span style="font-family: inherit;">Al rato me enseñarán la casa. El cuarto de los varones
medianos… el cuarto de la hna. Evelyn… el dormitorio de las chicas grandes… el
cuarto de la hna. Rocío… los baños acá… los más grandecitos… la habitación de
la hna. Inés… las niñas pequeñas… acá la hna. Deysi… <b>Viven con los niños, injertadas
a su cotidianidad y a sus dramas, conectadas con sus emociones, juntos, como
una familia. Todo el día los tienen encima, son como sus mamás, derrochan
paciencia, ternura y suavidad</b>.</span></div><div style="text-align: left;"><span style="font-family: inherit;"><br /></span></div><div style="text-align: left;"><span style="font-family: inherit;">“Pero… tendrán ustedes alguna zona reservada para la
comunidad, ¿no?” – pregunto asombrado. Me muestran una especie de <i>mini-loft</i>,
una estancia con un office, mesa y sillas, sillones, una tele, cafetera y
estanterías con libros. <b>“Hay una hora en la noche en que nos juntamos; ellos
saben que es un momento que deben respetar y nadie llega. Ahí descansamos”. Me
admiro</b>.</span></div><div style="text-align: left;"><span style="font-family: inherit;"><br /></span></div><div style="text-align: left;"><span style="font-family: inherit;">También está la capilla, claro. La hna. María del Pilar, la
más mayorcita, española como Inés, está orando. Intercambia sonrisas con Evelyn
y Rocío, que son peruanas como Deysi… Descubro que <b>este 24-365 con los niños
no solo no desgasta su vida comunitaria, sino que hace que entre ellas haya una
preciosa conexión</b> que supera las naturales barreras generacionales y
culturales.</span></div><div style="text-align: left;"><span style="font-family: inherit;"><br /></span></div><div style="text-align: left;"><span style="font-family: inherit;">Pero volvamos a la mesa, la conversa sobrevolando los
platos ya vacíos. De pronto llegan una mamá y su hija, voluntarias, que traen
en su carro un montón de cosas de un supermercado cercano. “Nos avisan y nos
regalan alimentos próximos a caducar”. Y así tienen verduras, frutas, yogur… y
hoy varias tortas y pasteles. Inés corta entre risas y bromas un pedazo bien
generoso para cada uno. Muy rico realmente, pero no lo necesitaba para <b>llevarme
un gusto exquisito en el paladar de mi corazón</b>.</span></div><p></p><p class="MsoNormal"><o:p></o:p></p>
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Kpayohttp://www.blogger.com/profile/02035284847884213871noreply@blogger.com7tag:blogger.com,1999:blog-2412114604033373707.post-57397778189502739182023-10-07T06:39:00.001-05:002023-10-07T06:39:45.265-05:00DENTELLADAS DE LA CRISIS CLIMÁTICA<p></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEirzgwYzHZXEHklXYH2pBm_AowtHxmc1-SOVKGLzk9Kw-ca21dA5VA8ePhy_VmViz5ZMU3SLXrPsqGIhCAv7NwWOlaqdRQxYbgwa4ab_b_vUrh8T_yiJBDESQ3pR1DGmIvXw6w91rnEDJgeymePbNvsr92dbpoiPOtn1flsCgeKLR_1rxmyOhB8FSLkoLLJ/s2000/Cambio%20clim%C3%A1tico.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="984" data-original-width="2000" height="257" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEirzgwYzHZXEHklXYH2pBm_AowtHxmc1-SOVKGLzk9Kw-ca21dA5VA8ePhy_VmViz5ZMU3SLXrPsqGIhCAv7NwWOlaqdRQxYbgwa4ab_b_vUrh8T_yiJBDESQ3pR1DGmIvXw6w91rnEDJgeymePbNvsr92dbpoiPOtn1flsCgeKLR_1rxmyOhB8FSLkoLLJ/w525-h257/Cambio%20clim%C3%A1tico.jpg" width="525" /></a></div><div style="text-align: left;"><span style="font-family: inherit;"> <br />Son las 13:45 del martes 3 de octubre. Salimos hacia Indiana
el grupo que vamos a participar en el encuentro vicarial de pastoral social.
Buscamos motocarros bajo un tremendo sol, que abrasa la pista y nos ahoga, el
aire tórrido nos golpea cruelmente. “Por más que se pretendan negar, esconder,
disimular o relativizar, los signos del cambio climático están ahí, cada vez
más patentes”. Así comienza el documento Laudate Deum (nº 5), que sería publicado
al día siguiente.<b> ¡Y que lo digas, Francisco!</b></span></div><div style="text-align: left;"><span style="font-family: inherit;"><br /></span></div><div style="text-align: left;"><span style="font-family: inherit;">Había leído en rpp esa misma mañana que <b>Iquitos
llegó a registrar el día anterior 38.5°C, la temperatura más alta de todos los
tiempos</b> según el Servicio Nacional de Meteorología e Hidrología
del Perú (Senamhi). Si le aplicamos el cuadrito de la sensación térmica considerando
un 50% de humedad relativa (normalmente se acerca al 60% como mínimo), <b>nos
salen 49 grados. Doy fe</b>.</span></div><div style="text-align: left;"><span style="font-family: inherit;"><br /></span></div><div style="text-align: left;"><span style="font-family: inherit;">Hemos llegado al puerto de Productores y bajamos las gradas
empapados en sudor. La arena de la ribera está tan fina y seca que </span><b style="font-family: inherit;">podrías
pensar que estás caminando por el desierto si no fuera por todas esas embarcaciones
amontonadas y prácticamente varadas en el exiguo hilo de agua que es el Itaya</b><span style="font-family: inherit;">,
afluente directo del Amazonas. Me cuesta creerlo: </span><b style="font-family: inherit;">jamás he visto el río tan
bajo</b><span style="font-family: inherit;">.</span></div><div style="text-align: left;"><span style="font-family: inherit;"><br /></span></div><div style="text-align: left;"><span style="font-family: inherit;">La imagen es una agresión rotunda a la sensibilidad: <b>la
vaciante masiva deja al descubierto, como una alfombra que se retirara después
de años, lo que hay en la orilla</b>, entre los <i>shungos</i> de las balsas, debajo
de las escaleras… La cantidad de desperdicios, basura, desechos, especialmente
botellas, descartables, plásticos de todo tipo. Porquería que demora siglos en
degradarse y que contamina el agua sin piedad.</span></div><div style="text-align: left;"><span style="font-family: inherit;"><br /></span></div><div style="text-align: left;"><span style="font-family: inherit;">Cuántas veces me he preguntado <b>si es que no se puede
hacer nada para detener este asesinato lento pero inexorable del Amazonas</b>,
que revienta las costuras de la tristeza y de la rabia. Por qué las autoridades
permiten semejante atentado contra la vida, por qué miran para otro lado. ¡Por
qué nadie hace nada! Respuesta obvia: por dinero. “La lógica del máximo
beneficio con el menor costo, disfrazada de racionalidad, de progreso y de
promesas ilusorias, vuelve imposible cualquier sincera preocupación por la casa
común” (LD 31).</span></div><div style="text-align: left;"><span style="font-family: inherit;"><br /></span></div><div style="text-align: left;"><span style="font-family: inherit;">Toca esperar a que se llene el deslizador, esa chatarra con enormes
motores donde vamos embutidos como anchovetas en lata. Son más de dos horas bajo
las <b>planchas metálicas de calamina, utilizadas en los tejados de las
viviendas, que se comportan como una parrilla que nos achicharra. El calor es
sofocante, chorreones de sudor resbalan por mis piernas</b>, el pañuelo está
aguachinado y el abanico no da abasto.</span></div><div style="text-align: left;"><span style="font-family: inherit;"><br /></span></div><div style="text-align: left;"><span style="font-family: inherit;">Es difícil llegar hasta los botes, apelotonados en la <i>mijina</i>
de orilla de agua raquítica, hay que pasar haciendo equilibrio por tablones estrechos
para salvar <b>el barro nauseabundo impregnado de suciedad, sobrevolado por mil
moscas y escarbado sin pudor por los gallinazos, que vienen a completar el
cuadro</b>. Hay un <i>chauchero</i> (cargador) que se cae ahí con una enorme
piña de plátanos. “Los más graves efectos de todas las agresiones ambientales los
sufre la gente más pobre” (Laudato Si nº 48).</span></div><div style="text-align: left;"><span style="font-family: inherit;"><br /></span></div><div style="text-align: left;"><span style="font-family: inherit;">Por fin llega el momento del <i>zarpe</i>. Hay que ejecutar
varias maniobras porque un par de <i>chatas</i> (lanchas de carga que no
deberían estar acá pero cuyo embarcadero se ha agostado del todo) obstaculizan
la salida. Una señora agita un pañuelo para dar un poco de aire a su bebe. <b>Otra
saca un yogur para su hija; quita un plástico y sin mirar saca la mano por la
borda y lo bota al río; lo mismo con la tapa, maquinalmente al agua</b>. Así
nos va.</span></div><div style="text-align: left;"><span style="font-family: inherit;"><br /></span></div><div style="text-align: left;"><span style="font-family: inherit;">Llegaremos a mi querida Indiana, desde donde escribo,
y me volveré a asombrar por <b>la magnitud de la sequía, el nivel bajísimo del
Amazonas, el calor insoportable y desconocido -incluso por las noches-, la ausencia
casi total de lluvias durante semanas seguidas</b>. A los negacionistas del calentamiento
global y la crisis climática les digo que, quienes no podemos tener aire
acondicionado, padecemos los estertores un tanto vengativos de la Madre Tierra
(que en su agonía nos arrastrará a todos), bien reales y bravos</span><span face=""Calibri",sans-serif" style="font-size: 11pt; mso-ansi-language: ES; mso-ascii-theme-font: minor-latin; mso-bidi-font-family: "Times New Roman"; mso-bidi-language: AR-SA; mso-bidi-theme-font: minor-bidi; mso-fareast-font-family: Calibri; mso-fareast-language: EN-US; mso-fareast-theme-font: minor-latin; mso-hansi-theme-font: minor-latin;">.</span></div><p></p><p class="MsoNormal"><o:p></o:p></p><p class="MsoNormal"><o:p></o:p></p><p class="MsoNormal"><o:p></o:p></p><p class="MsoNormal"><o:p></o:p></p><p class="MsoNormal"><o:p></o:p></p><p class="MsoNormal"><o:p></o:p></p><p class="MsoNormal"><o:p></o:p></p>Kpayohttp://www.blogger.com/profile/02035284847884213871noreply@blogger.com0