viernes, 30 de agosto de 2013

JUAN ANDRÉS DE ESTRENO

A las 5 de la madrugá, Juan Andrés conducía con mucha precaución de Celendín a Leymebamba (primera vez en esta etapa...), y yo hacía esfuerzos para no dormirme a pesar del cague que te dan los abismos que ves por la ventanilla. El problema fundamental es cuando viene en dirección contraria un carro, una combi o un camión... hay que pararse para dejarse sitio. Y ahí Juanandriu reculó para cuadrar el carro a la derecha y... ¡catacrok! El bautismo: piloto caído en el Kaya-kaya. Jejeje:


Bienvenido a Leymebamba, bienvenido a la misión. Por la noche vamos a Yeso a la Eucaristía. El padre Diego está recién despedido, así que a cada momento lo recordamos, la gente lo quiere muchísimo. Y Juan Andrés poco a poco irá entrando en su corazón, es fácil. Hace mucho frío (debí sospecharlo cuando entré en la casa y vi los braseros de butano), la oscilación de temperatura es brutal acá, pero el calor que la gente nos da te entona el ánimo. Y un cafesito colabora.

Hoy viernes es Santa Rosa de Lima, fiesta gorda en Perú. Patrona de la policía y de los enfermeros. Nos hemos plantado en otro pueblo, Duraznopampa, para celebrar la misa con la poli. Antes de comenzar, izado de bandera en la plaza para entonar el himno nacional. El nuevo párroco ha estado a la altura, ahí, institucional. Veamos su estilo:

Juan Andrés era peruano hace años, y nosotros ni enterarnos
Después de la Eucaristía, la procesión y la comida. ¡Qué bien nos lo hemos pasado! Es impresionante cómo la gente te agradece, cómo vienen a besarte, a estrecharte las manos y te acogen. Venir acá debe de costar mucho, la misión es dura en estas parroquias rurales enormes, pero la gente sencilla del pueblo te reboza de cariños, es precioso, te conquista.

Jeje, el monaguillo era un punto
Peazo casulla, ¿eh? El padre César... hizo lo que pudo
Por la tarde tenemos fiesta patronal y bautizos en Aumuch, pueblito que Juan Andrés no conoce y adonde hay que ir caminando por una cuesta que te deja sin resuello. El sol de las tres de la tarde pica, pero agarramos la mochila-sacristía y palante. Siempre nos acompaña la hermana Gloria, una religiosa peruana de aquí de Leyme que es un encanto de persona. Ella nos toma esta foto:


Hoy sábado tocaba el museo. Excelente en todos los sentidos: didáctico, técnico, estético... Antropológicamente hablando, interesantísimo. Y las momias espectaculares por su rareza y estupendo estado de conservación. El museo, una joya.

Y por la tarde, Eucaristía en Yerbabuena a las 4. Con muchos niños que, obedientes cerraron los ojos después de la comunión para decirle a Diosito "algo personal", como hacemos en Santa Ana, jejeje. Luego, en Tacna a las 7:30. Como en todos sitios, cuando acaba la misa, la gente se vuelve a sentar, no se van, como si quisieran más. Y sin prisa vamos saludando y recibiendo cariños a raudales. Qué días más bonitos he pasado en Leymebamba. Ahora a las 12, de nuevo a la Virgen del Carmen y vuelta a Celendín.

Juan Andrés bautizando en Aumuch. La carne de chivo que nos pusieron después estaba...


Mamá, el museo precioso. Las momias ni te cuento...
 

martes, 27 de agosto de 2013

CON "EL RAYO QUE NO CESA" POR ESOS CERROS


Cuando llega Josely se origina un torbellino. Estábamos sentados desayunando tranquilamente en la cocina de Celendín cuando aparece, con su nervio y su simpatía, y todas las sonrisas giran en torno a él. Viene a la sesión de presentación del proyecto diocesano, que realizará hoy el equipo llegado de Cajamarca para la gente de este decanato (arciprestazgo). Nos juntamos unas 50 personas y trabajamos toda la mañana. Terminamos con el almuerzo y una chicha morada.

José Ardila Codosero maneja la Toyota con destreza, tomando las curvitas de esta pista que nos conducirá a sus dominios a veces con una mano, mientras conversamos y yo miro de reojo al abismo que queda a mi derecha y me cago de miedito. Sorochuco es un pueblo de 800 habitantes, y su párroco es aquí (y donde quiera que vaya) un factótum. Veo todo lo que ha levantado en los 15 años que lleva acá y me pasmo: el centro pastoral, el auditorio, comedor, habitaciones, casa parroquial... El otro día el padre Lázaro me decía riéndose que Josely es más peruano que los peruanos.

Acabamos de terminar la misa. Qué bonita la Eucaristía: poquita gente (acá les cuesta porque este padresito es el primero que reside en el pueblo), pero cantando mucho y hasta con violín, y todos recitan las oraciones con el cura porque tienen la hojilla dominical. ¿Se habrán enterado de algo de lo que este padre extranjero les quería contar sobre la puerta estrecha? No lo sé, pero al terminar Josely me dice: "baja que te saluden"... ¡y han venido todos a abrazarme y besarme, a agradecerme que esté aquí y hasta a pedirme bendiciones para los bebés! Qué bárbaro, qué emoción:

Cariños de todos los colores al final de la misa
Por la tarde me voy con "el rayo que no cesa" a Huasmín, otro distrito, otra parroquia extensísima. Acá, como en Sorochuco, se palpa más la pobreza que en la ciudad, donde todo "da más el pego". Josely duerme en la torre de la  iglesia, en un cuartito al que se acostumbró antes de que la casa parroquial estuviera hecha. Al día siguiente vamos a Jerez (jeje), otro pueblito, en el que limpiamos y preparamos la casa, con gente muy simpática, nos reímos... Josely te prepara un cocido delicioso, parece conocer a todo bicho viviente, y desde luego si estuviera en Zimbawe hablaría en ndebele. Es un experto en gestionar su inteligencia emocional.

Su genio le alcanza hasta para construir un seminario. Eso lo he visto en Cajamarca ayer y hoy, y también me ha dado tiempo para hacer un poco de turismo y ver cosas preciosas: la iglesia de San Francisco, la catedral, la Recoleta, el cuarto del rescate (donde Pizarro encerró al inca Atahualpa e hizo que lo cubriesen de oro para liberarlo, aunque al final lo ejecutó) y el barroco increíble de la capilla de Belén. Pero también he comido exquisito ceviche, pizza, cerveza de trigo, un helado delicioso y un café con todos mis compañeros de Perú excepto Ángel Maya. Y hasta aquí este capítulo de mi aventura peruana; "el rayo que no cesa" me ha traído esta noche hasta Celendín. ¡Gracias, Josely! Mañana a Leymebamba.

la fachada imponente de San Francisco
Aquí se tramó el engaño de Pizarro y comenzó la conquista del Perú. Papá, ¿te gusta?
Foto para el recuerdo en Cajamarca

miércoles, 21 de agosto de 2013

ADIÓS A CHACHAPOYAS

¡Mira que me gusta Chachapoyas! ¿Por qué será? Tiene como un encanto especial... la plaza... la catedral... los balcones de aspecto colonial... su gente... la monja con zapatillas de deporte... Que está aquí a mi lado escribiendo estas palabras.


He pasado dos días magníficos y bien cuidadito, engreidito, eh?? Jejeje! Katy dice que tengo que volver, jeje. Ya veremos. A mi profesora de etnografía Toñi Castro le encantará ver Kuelap, que no es una fortaleza, es una ciudad edificada sobre una plataforma de piedra construida a más de 3000 metros. Imponente. Los restos más relevantes de la civilización Chachapoyas, una cultura milenaria liquidada por el inca y la colonización a mediados del siglo XVI. Toñi, ve sacando los pasajes que esto merece la pena:


¿Y qué decir de la jornada de hoy? Dos horas de una caminata preciosa, en un paraje natural que te aturde por bello, hasta llegar a una caída de agua de más de 700 metros, la tercera mayor del mundo. Te quedas sin palabras ante tanta belleza. Es como si Dios soltase una carcajada, chasquease los dedos, hiciese un truco de magia o guiñase un ojo. Qué cosa más espectacular, qué belleza, el silencio que rodea al agua cayendo es algo magnífico, se me acaban los adjetivos.

Mamen, ¿te vale la foto o no? Katy dice que a ver si le dices algo, eehhh? "Las zapatillas todavía me duran" - dice.

Dentro de un rato agarro el "Virgen del Carmen" y me voy a Celendín. De hecho tendría que estar haciendo ya la maleta. Será que me resisto a marcharme de Chachpoyas... Seguro que sí.


martes, 20 de agosto de 2013

LA VIDA EN MENDOZA

Ángel Maya, Doña Trini y Nicko

El día comienza con un rato de oración, seguido de un desayuno "continental americano": juguito, tamales, sachainchi, guayaba, palta, umitas, mote, queso, miel... y por supuesto café. Café de la cooperativa de Rodríguez de Mendoza, exquisito y arrancado de la tierra con las manos y el sudor de los campesinos de esta región.

En cuanto nos despedimos de Doña Trini y de Luna, comienza el asalto a la casa parroquial: gente y más gente, una catarata que casi no deja ni moverse a Ángel y a Nico, personas que vienen a tratar distintos asuntos parroquiales y personales, partidas, matrimonios, problemas... Todo va a los padres, que hay momentos en los que no dan abasto. Porque esta parroquia es una provincia entera, con una extensión enorme y un número de pueblos y caseríos que ni mis compañeros saben precisarme cuando les pregunto.

Los chavales del hogar preparando las bolsitas para plantar café

Así que, aunque hay días, como hoy, en que están en casa, la verdad es que buena parte de su tarea exige moverse un montón; de hecho, uno de ellos, Toño Arana, está en la montaña desde hace días y no me va a dar tiempo ni a conocerlo. Agarran la mochila y se van donde les llaman o donde su programación los lleva. La visita del padrecito suele coincidir con las fiestas patronales, y consiste en la Eucaristía y, si pueden, alguna reunión más con la gente. Y por supuesto, "el cafesito", que puede ir desde una taza de café hasta el peazo de plato de comida que ya conocemos. Es una pastoral que gira en torno a los sacramentos y la piedad popular, y en ella los laicos tienen mucho que decir. También tiene una componente de presencia, de apoyo a los más débiles, de compromiso por la justicia. En los lugares más alejados, la gira dura días, hay que caminar, muchas veces con lluvia, con barrito, y es cansado y sacrificado. Forma parte del lote de la heredad de estos misioneros, y la gente lo comprende, y quizá por eso los esperan con tantos cariños, los quieren tantísimo. Es fenomenal, bacan, como dicen acá.

Como estoy de vacaciones y no conviene olvidarlo, he aprovechado los ratos en que ellos estaban liados para no estorbar mucho e irme a conocer cosas y empaparme de esto. He visitado la cooperativa de café, el hogar de los chavales de los pueblos que pasan el curso escolar acá, una casa de acogida de menores en dificultades, una cueva (la caverna de Leo) tan espectacular como la de Aracena... y muchas personas. Ir con Nicko es entrar en casas donde te acogen, te ponen el café, se charla, yo escucho... Es impresionante lo mucho que quieren y recuerdan a los padres Antonio León, Fede y Lolo. Como para estar orgulloso, compañeros. Lolo, te mando un abrazo fuerte de Wilder, Jiny y "tus engreídos", jejeje:


La misión en Mendoza significa también trabajar junto con las religiosas. Hay dos comunidades: en Huambo y en Limabamba, que son como "subsedes" parroquiales. El sábado me quedé a dormir en Huambo, cené y desayuné con ellas, atentas, delicadas... un encanto, con la parroquia bien linda y la misa tope preparada. Y por la tarde el domingo en Limabamba, donde las monjitas son más jóvenes, nos reímos mucho merendando y luego fuimos a Totora a celebrar. ¡Qué bien me sentí allá, como cura, predicando el Evangelio! La misión la realizamos todos, y el motor es el equipo de los padres y las religiosas. Un privilegio.

Marvilia, Nora y Rosa Amalia: las pasionistas de Limabamba
¡Vaya acólitas que hay en Huambo!

Así transcurre el día. Con un clima primaveral delicioso (apenas refresca por la mañana y por la noche), un paisaje bellísimo, un carro fuerte que surca los baches y las pistas, sabores a cuy, a locro y a cebiche, aromas cafeteros, miles de saludos y una sencillez que te desarma, y la presencia de la pobreza como compañera de una fe que te hace caminar con el corazón prendido. Adiós, Mendoza, hasta siempre.

La nueva máquina de selección por infrarrojos de los granos de café en la cooperativa


Reunión de la JEC, anoche 

miércoles, 14 de agosto de 2013

15 DE AGOSTO EN ZUBIATEPUQUIO


Así es como he celebrado hoy la Asunción de la Virgen: en un pequeño caserío llamado Zubiatepuquio, cercano a Mendoza, donde estoy desde anoche. La imagen de mi Señora de Valle de Matamoros se ha vuelto rosa, la banda de Santa Ana se ha convertido en una charanga que toca marineras, la cervecita con Lola la alcaldesa era un vasito de chicha y un plato de yuca, arroz y gallina, y la comunidad de repente se tornó chola y peruana.

Pero yo era el mismo y hablando de lo mismo, contando que María es como el prototipo de un carro nuevo, que Dios hizo como modelo para hacernos a todos. Las gansadas eran parecidas, pero... ¿se habrán enterao de algo? En el ofertorio preguntamos cuántos comulgan, levantan las manos y contamos las formas; el vino y el agua están en frascos de plástico que el sacerdote trae en su mochila. Lo mismo, la misma devoción, el mismo cariño sencillo a la Virgen, pero a miles de kilómetros de casa.

La procesión bajo la lluvia. Y luego la invitación y las despedidas agradecidas. Un ritual que se repite. Como el canto "Hoy he vuelto Madre a recordar", que esta mañana habrá adornado seguro las calles de mi Valle, donde habrá hecho calor, pero también se habrán empapado por la lluvia del cariño de Diosito, como acá.

¡Un beso a mis valleros y buena fiesta!


CON DIOSITO POR LA SELVA


Desde Soritor, desde donde escribo, hay que andar en carro como una hora por una pista terrible hasta un lugar llamado Aguas Calientes. Y allí es donde empieza la aventura: unas tres horas de caminata durísima, probando los distintos tipos de barro, que a veces se te mete hasta media pierna, con unas subidas terribles de piedra en piedra. Lo peor fue al principio: me resbalaba, me caí varias veces, empapado en sudor... Con la mochila tirando de mí, cargada con todo lo necesario para la misa, mientras me levantaba del suelo me sentía como el jesuita de la Misión y pensaba: "¿Querías misiones? Pues toma"Jamás en mi vida creo haber hecho un ejercicio más tremendo, menos mal que me entreno cuando voy del Arroyal al Valle...






Al llegar a El Dorado, el caserío más grande, nos esperan con los brazos abiertos. Es impresionante la alegría que se les ve cuando llega "el padrecito". Los animadores de la comunidad lo organizan todo: el alojamiento, la comida, las reuniones, la Eucaristía... Estos caseríos en medio de la selva son un mundo sin luz, sin teléfono, sin TV, sin coches, sin saneamientos. Qué placer la "ducha amazónica", un chorro de agua fresquita mientras te da el sol y ves el paisaje impresionante, árboles altísimos, vegetación de la selva. Son muy pobres pero se esfuerzan para que estemos bien; y la comida es un platao que siempre tiene arroz, papa o yuka, algo de verdura y algo de carne. Josefita, por favor, el arroz lo vamos a dejar una temporadita, eh?

Por la noche celebramos la Eucaristía, en su capilla sencillísima. Varios niños han hecho la primera comunión hace poco, pero no tuvieron tiempo de confesarse, así que celebran conmigo la primera reconciliación. Así de sencillo; para que relativicemos nuestras preparaciones de años. Cuando me veo delante de esta gente, tiemblo antes de ponerme a hablarles. Dios mío, si la mitad de las veces no me entienden en España, ¿cómo hago aquí? Ay madre.


Al día siguiente toca otro caserío, más pequeño, más aislado: Nuevo Vista Alegre. Se presenta Don Carmelo el catequista con... "unas acemilitas". Ay madre, que toca montarse en la burra. Intento resistirme "que no, no se moleste, que yo ando muchito", jaja, pero nada. Ya para subirme un show. Pero cuando la mula emprendía cuestas abajo que eran precipicios, yo cerraba los ojos, me agarraba a las cinchas delante y detrás y me encomendaba a todos los santos. Un par de horas y varios baldamientos después, llegamos al lugar. Lo mismo: ni el Papa que hubiera llegado. Aquí he dado la Primera Comunión a varios zagales y bautizado a una bebita que llamamos Yoselyn Tatiana. Cuando llega el momento de la luz, todos (padres y padrinos, el catequista) encienden una velita, y se canta un canto de Pascua muy bonito. Todo es muy sencillo, pero da una alegría muy profunda, me siento esperado para un servicio precioso, que la gente valora y agradece un montón.

Probablemente la satisfacción es proporcional al esfuerzo que cuesta llegar. Pero merece la pena: quizá ahora estarán un año sin la visita del sacerdote. Por eso regresamos felices, yo más entrenadito para la caminata por el barrizal, llegamos aquí y dentro de un rato pararemos en Moyobamba a darnos un baño en aguas termales; aunque el corazón yo lo tengo ardiendo. Esta noche, a Chachapoyas a recoger mis cosas, y al toque nos vamos a Mendoza.

miércoles, 7 de agosto de 2013

UN DÍA DE 31 HORAS

Don Carlos y su bólido

Así está siendo este primer día en Perú: muy largo, repleto y... algo cansado. Cuando debían ser las 12 del mediodía, de repente eran las 5 de la madrugada y una jornada a medio andar se convertía en una aventura por estrenar. Son ahora las 9:15 de la noche y dentro de una hora y media tomaré el bus-cama a Trujillo. ¿Cómo me siento?

Muy sereno, muy contento y sonriente, con ganas de broma. Muy afortunado por la acogida de las hermanas, la buena comida, la posibilidad de descansar y lo estimulante de conocer a nuevas personas: Isabel, Flor, Rocío y Lis. Se cumple lo del Evangelio: te vas encontrando hermanos por todas partes sin merecértelos.

Flor, Isabel, Gabriel Cruz, Rocío y Lis

Sorprendido por Lima, que me ha recordado por momentos a Dakar y al mismo tiempo a Bruselas. Impactado por el primer contacto con el Pacífico, la belleza del distrito de Barrancos, el lujo de Miraflores y el caos del tráfico, que se parece al de Ouagadougou...

Menos mal que Don Carlos es una hacha y ponía el carro en dos ruedas si hacía falta, jejeje. De momento, todo estupendo. Pero esto no ha hecho más que empezar. Mañana por la mañana estaré en Trujillo. Y pasado en Chachapoyas. Vamos paso a paso.

¡Mamá, estoy vivo!

lunes, 5 de agosto de 2013

CRUZAR EL CHARCO



Es por la mañana temprano. Escribo observado por las maletas y el pasaporte, porque mañana me voy a Perú. Hay mucho silencio en este amanecer, casi puedo escuchar el rumor de mi corazón expectante, serenamente impaciente.

Y es que me siento muy contento. Voy para allá "con grande ánimo y liberalidad" (Ej. 5), dispuesto a disfrutar de una experiencia especial y acaso única. "Cruzar el charco" tiene siempre esa connotación aventurera de adentrarse en lo lejano, de descubrir lo desconocido e inaugurar nuevos registros en la sinfonía de sentimientos que componen mi persona.

Es un viaje que quiere ser espiritual. Se trata, en lenguaje de los Ejercicios, de "ver las personas... oír lo que hablan... mirar lo que hacen... y reflectir para sacar algún provecho", es decir, de abrir todos mis sentidos y dejarme impactar por la realidad de ese país: sus gentes, su pobreza, su complejidad, su Iglesia, su genio, su fe... Exponerme, bajar las defensas para que me alcance la palabra que quiera Dios decirme en estos días.

Con mucha ilusión, pero con madurez y libertad. Sin el romanticismo de los viajes a África, sin hacerme planes, totalmente disponible y armado de una gran serenidad. Me siento muy distinto a entonces, conectado con el carácter misionero de mi vocación (que es una invitación del Señor desde siempre) pero sin urgencias, sin empecinamientos, con realismo, bebiendo de mis propios límites y tratando de no ser yo el protagonista.

Puedo hacerlo gracias a la generosidad de mis compañeros Pedro Alberto y Miguel Ángel, que se ocuparán de mis parroquias en este mes peruano. Puedo hacerlo porque estoy muy feliz en mi pellejo como cura diocesano, y mis amigos me han dicho que no estoy loco por intentarlo de nuevo (y ellos saben a qué me refiero). Aunque mis hermanas protesten, puedo hacerlo porque, a mi regreso, con la nariz llena de olores y los ojos de colores, tendré a quienes narrar, con alegría, este trozo de camino.

Bueno... incluso intentaré ir contando algo desde aquí.

jueves, 1 de agosto de 2013

EN VEZ DE POESÍA, PALABRAS DE DESPEDIDA DE EUGENIO

Eugenio Campanario envía por Email su "homilía de ayer en Villa García de la Torre, justo el día en que se cumplían 20 años de mi nombramiento como párroco de tan embrujadora comunidad. Puede ser de interés para algunos propensos al cambio y la mudanza, como nuestro Guadi...
César, este mes estamos sin poesía... no está el horno...si quieres pegar algún parrafito si es de tu agrado... que sí lo será..".

Pues nada, a mandaaaaaaaaaar!!!!!!

SEGUIR CAMINANDO, SEGUIR CONSTRUYENDO…

 
 
 
Somos peregrinos. Con estas palabras me despedí hace ya casi 20 años del pueblo de Alburquerque, y con estas palabras quiero despedirme de vosotros, hoy, que justamente se cumplen 20 años de mi nombramiento como párroco de Villagarcía. Poco después vine aquí, en septiembre del 93, con 29 años recién cumplidos…pronto cumpliré 49. Toda mi juventud se queda aquí, por tanto. Y con los años que pasan en el calendario... tantas ilusiones, proyectos, realidades, sueños… también fracasos, oscuridades, incumplimientos, pecados…
 
Somos peregrinos. Esto significa que no debemos  permanecer estancados ni en un lugar, ni en los afectos hacia las personas, ni en las actuaciones o la manera de hacer las cosas. Tenemos que caminar, es más: abrir caminos. La Iglesia es una comunidad amplia, que nos pide amplitud en el corazón. Y esa amplitud indica que debemos estar disponibles para el cambio, para iniciar constantemente nuevas etapas en nuestra vida (…).

Yo he recibido aquí mucho. Vivo con gratitud el testimonio de personas muy entregadas al cuidado de su familia, a la parroquia y al pueblo en general; soy testigo de lo que es una comunidad que sabe celebrar, transmitir el evangelio y vivir la caridad; he participado en unas estructuras que, con las imperfecciones que tiene la vida misma, han expresado la corresponsabilidad en la Iglesia, como el Consejo Pastoral; he apreciado cómo un pueblo, cuando quiere, que no siempre quiere, se agrupa para poner  en pie algo grande y hermoso: puede ser una obra de teatro, puede ser un referéndum contra la deuda externa de los países más empobrecidos del mundo, puede ser una demostración de solidaridad con el pueblo de Mozambique cuando fue preciso. Y he visto la fe sencilla, la fe que acoge la acción de Dios en la vida y que pone la vida en las manos de Dios. Y, por supuesto, he recibido el afecto y la amistad de muchos, de los que puedo decir lo que  Antonio Machado de las tierras que tanto quería de Soria: “conmigo vais, mi corazón os lleva”.

Veinte años es mucho tiempo, ya lo sabemos. Envejecemos, quizá nos cansamos, nacen proyectos y se mueren… así pasó con algunas cosas en la parroquia y en el pueblo… son leyes de la vida. Dejan huellas, alegres o decepcionantes. Creo que me llevo muchas de las alegres, espero haber sembrado pocas de las decepcionantes. Pero esas huellas del tiempo no deben ser ni una losa que mate la esperanza, ni una mochila insoportable que nos impida caminar alegres y ligeros. Somos peregrinos, hemos de caminar, hemos de construir. Todo lo bueno que hemos compartido estos años nos acompañará en nuestra peregrinación, será semilla de buenos frutos en nuestra vida particular y en la vida de las comunidades parroquiales, de ésta y de las que yo acompañaré. Lo malo, si lo enterramos bien hondo, también acabará floreciendo un día y dando sombra y cobijo a otros peregrinos. (...).
 
 
Hasta aquí. Y oyes, todos tranquilos, que es Eugenio el que se traslada.
Yo, de momento, ni hablar de la peluca.