lunes, 5 de agosto de 2013

CRUZAR EL CHARCO



Es por la mañana temprano. Escribo observado por las maletas y el pasaporte, porque mañana me voy a Perú. Hay mucho silencio en este amanecer, casi puedo escuchar el rumor de mi corazón expectante, serenamente impaciente.

Y es que me siento muy contento. Voy para allá "con grande ánimo y liberalidad" (Ej. 5), dispuesto a disfrutar de una experiencia especial y acaso única. "Cruzar el charco" tiene siempre esa connotación aventurera de adentrarse en lo lejano, de descubrir lo desconocido e inaugurar nuevos registros en la sinfonía de sentimientos que componen mi persona.

Es un viaje que quiere ser espiritual. Se trata, en lenguaje de los Ejercicios, de "ver las personas... oír lo que hablan... mirar lo que hacen... y reflectir para sacar algún provecho", es decir, de abrir todos mis sentidos y dejarme impactar por la realidad de ese país: sus gentes, su pobreza, su complejidad, su Iglesia, su genio, su fe... Exponerme, bajar las defensas para que me alcance la palabra que quiera Dios decirme en estos días.

Con mucha ilusión, pero con madurez y libertad. Sin el romanticismo de los viajes a África, sin hacerme planes, totalmente disponible y armado de una gran serenidad. Me siento muy distinto a entonces, conectado con el carácter misionero de mi vocación (que es una invitación del Señor desde siempre) pero sin urgencias, sin empecinamientos, con realismo, bebiendo de mis propios límites y tratando de no ser yo el protagonista.

Puedo hacerlo gracias a la generosidad de mis compañeros Pedro Alberto y Miguel Ángel, que se ocuparán de mis parroquias en este mes peruano. Puedo hacerlo porque estoy muy feliz en mi pellejo como cura diocesano, y mis amigos me han dicho que no estoy loco por intentarlo de nuevo (y ellos saben a qué me refiero). Aunque mis hermanas protesten, puedo hacerlo porque, a mi regreso, con la nariz llena de olores y los ojos de colores, tendré a quienes narrar, con alegría, este trozo de camino.

Bueno... incluso intentaré ir contando algo desde aquí.

1 comentario:

Autóctono dijo...

Desde estos Valles te deseamos "lo mejor" en este viaje. ¡Suerte! ¡FELIZ VIAJE!