sábado, 28 de noviembre de 2009

FACTURAS Y AYUDAS


Todos estos días los he pasado marcado por la muerte de Cristina, que es algo que echa sal en muchas heridas, que resucita dolores aparentemente olvidados y hace aflorar cicatrices que escuecen.

Varios días he salido por la mañana a ver a personas en mi pueblo, o me he encontrado con gente en la parroquia, en la calle, en la Eucaristía... y de nuevo ha vuelto a suceder que la gente sencilla, los mayores, los jóvenes, los padres y padrinos del encuentro prebautismal... me devuelven la sonrisa, me levantan el ánimo, activan los resortes de mi esperanza y mi humor.

Digo "de nuevo" porque es algo que he experimentado muchas veces: la gente te ayuda sin saberlo, te da esperanza y te empuja a caminar sin proponérselo... es algo muy hermoso. ¿Habré yo hecho lo mismo alguna vez con alguien? Quizá nunca lo sabré. Ayudas...

... y facturas. Porque estos disgustos no salen gratis, por lo menos a mi; desde el jueves estoy malo, tengo una especie de gastoenteritis, una inflamación en la boca del estómago, un dolor que no me deja dormir... ¿Será la factura de todas las lágrimas de estos días? Me temo que sí. Me conozco.

lunes, 23 de noviembre de 2009

VIVIR SIN CRISTINA

Desde hace varios días estoy impactado. Aterrorizado. Abrumado.
Por eso no escribo. No sé qué decir.
Debería quizá compartir lo grato de mi encuentro en Granada con Celia y Carlos (¡la amistad es la clave de la vida!)... pero no puedo.
Quisiera expresar lo importante que está siendo para mí la experiencia de los Ejercicios Ignacianos que Adolfo Chércoles, amablemente, me está dando... pero no acierto.
Me gustaría transmitir lo que sentí paseando por Granada, pateando los escenarios de mis primeros estudios como joven salesiano quince años atrás... pero no soy capaz.
Y mencionar la alegría del paseo con Alejandro... pero me parece hasta improcedente.

Porque el viernes, en Monesterio, perdimos a Cristina Naranjo, una chica de 16 años que murió después de tres súbitos, inesperados e injustos ataques cardíacos.
Conozco a Cristina del curso pasado, de colaborar en su preparación a la Confirmación, y de acompañarla junto con Tere en el grupo que iniciamos después, que quería (ójala siga queriendo) ser un grupo de la JEC.
No puedo comprender cómo esta joven inteligente, despierta y responsable ha desaparecido para siempre de nuestros ojos en un momento; no consigo encajar por qué esta persona valiosísima por dentro y por fuera ya no está con nosotros. Siempre me pareció "una pedazo de tía", una personalidad preciosa, con enormes cualidades y una peculiar capacidad para estar contenta en todo momento.
No logro borrar de mi retina la imagen de su madre, convulsionándose, pateando el suelo incapaz de soportar el dolor; no logro apartar de mis oídos los llantos, los gritos; sigo sintiendo el sabor amargo de las lágrimas de sus compañeros, de sus profesores, de mi hermana, de Tere, de sus amigas Bea, Irene...
A duras penas he pasado estos dos o tres días, intentando convivir con mi propio pesar, tratando de eludir esa pregunta... un poco devastado por la impunidad y la brutalidad de la muerte, desolado por no poder hacer mas que llorar yo también, sin palabras, sólo con silencio...
El mundo es hoy peor sin ti, Cristina; y vivir es más trabajoso y difícil sabiendo que te has ido sin poder despedirte.
Vivir sin Cristina. Vivir ha perdido parte de su significado sin ti. Vivir hoy no es igual que vivir antes del viernes. Y lo sabemos; lo sentimos y lo tememos.

domingo, 15 de noviembre de 2009

ESTRÉS


Qué semanita. Cuajada de trabajos, algunos de esos que te ponen en tensión, otros nuevos, de esos que no sabes cómo van a salir. Una semana marcada por la muerte de Sandra, una niña de diez años que yo conocía; días como velados por una cortina de pena y desolación.

Este cura de pueblo y cura de jóvenes tiene por momentos tantísimas cosas distintas en la cabeza, y todas a la vez, que me aturrullo, me atasco, me colapso... y me agoto. Sí, ya se que le pasa a mucha gente, pero hoy me ocurre a mi, y por eso lo escribo. No son problemas serios de salud, ni económicos... son mis avatares, el devenir de mis cosas, con su dificultad.

Acoge en tu amor a Sandra, Señor; cuida a sus padres. Y ayúdame, en estos dos días y medio de Ejercicios Espirituales, a descansar en ti y contigo.

viernes, 6 de noviembre de 2009

ROSI, HANS KÜNG Y LOS PASTORES DE BELÉN


Estoy impactado leyendo la segunda parte de las memorias de Hans Küng. Es increíble lo mal que lo pasó por investigar y ser crítico con algunos dogmas, sobre todo el de la infalibilidad, o simplemente poner en cuestión aspectos de la vida de la Iglesia: el celibato obligatorio, el método de elección de obispos, el "calibre" del primado del papa... Ayer estudiando moral para preparar la clase en la escuela de formación básica, lo mismo: a Marciano Vidal le obligaron a corregir su "Moral de actitudes", que es un libro que no se puede utilizar para enseñar desde 2001... Vaya tela. Cómo se emplea la "Iglesia oficial" o jerárquica...

Leer esto al mismo tiempo que en mi grupo estudiamos el Evangelio de Lucas a través de la clave de la alegría., y estos días con el episodio del nacimiento de Jesús. Una "buena noticia" que se da a unos pastores, pobres gentes que pasan la noche al raso, verdaderos "parias" del Israel de la época. ¡Que ha nacido nada menos que el Mesías! Y la señal es "uno niño envuelto en pañales y acostado en un pesebre" (o sea, donde comen las bestias)... ¡Pues vaya señal! Parece una broma. Pero es la realidad: ahí es donde encontramos a Dios: en lo alegremente sencillo, en lo pequeño y modesto.

El otro día fui a visitar a Rosi; es una mujer joven del Valle de Matamoros, que está luchando contra un tumor en una mama. Lo conocí en verano, antes de conocer su enfermedad, y me pareció una zagala muy alegre y bromista, con una sonrisa muy franca. Pues sigue siendo la misma joven sonriente, solo que ahora sin pelo, con un pañuelo, una "pirata" de la sencillez y la alegría: "¡Dios me está ayudando mucho!"- decía.

Así es como se encuentra a Dios. Los que viven poseídos de sí mismos (Hans Küng dice que jámás aceptó un cargo eclesiástico), los prepotentes, los que se creen "importantes", los que están como perdonando la vida ("menos mal que he llegao yo, qué suerte has tenido de dar conmigo"), esos están miopes para ver a Dios y son incapaces de transmitir una "buena noticia".

Hay que buscar a Dios en lo sencillo, en lo alegremente pobre; y, para encontrarlo, hay que MIRAR DESDE ABAJO, donde están Rosi y los pastores. No hay duda.

LA VIUDA DE LOS DOS REALES


HOMILÍA PARA ESTE DOMINGO 8 DE NOVIEMBRE


Religión falsa:
· largos rezos y asientos para que los vean
· sin compartir: dan lo que les sobra
· no hay compasión, como “no pasan necesidad”… dan con mando a distancia. ROPA…
· no les duele, “no saben ni lo que tienen”, no se entregan a sí mismos
· están lejos de Dios

Religión verdadera:
· discreción que no se entere nadie
· compartir: dar lo que necesito
· hay compasión, como “pasa necesidad” comprende el dolor ajeno
· le duele, “se lo quita de la boca”, lo que da es suyo y lo pierde, se entrega a sí misma
· está cerca de Dios

La comunidad se construye con actitudes de autenticidad en lo religioso; dar no lo que me sobra, sino lo que tengo, es una condición imprescindible para lograr ser una comunidad y una comunidad que construye en Reino. Cada cual echa dos reales, y esos dos reales son imprescindibles. Los dos reales de mi tiempo, de mi servicio, de mi dedicación... son vitales.

· Mis dos reales echando una mano, limpiando la iglesia, en el equipo de liturgia, mis dos reales como catequista, visitando a un enfermo, en Cáritas, contando la colecta, leyendo... los dos reales de cada uno, dados con generosidad a los demás, hacen posible que seamos una comunidad parroquial viva.

· Mis dos reales educando a mis hijos y ayudando a educar, mis dos reales implicándome en que el pueblo sea más humano, dos reales de tiempo, de esfuerzo, de no quedarme sentado en el brasero, dos reales atendiendo a un vecino ya mayor, dos reales entregados a los demás, especialmente a quienes sufren.

Esos dos reales mueven el mundo y generan el Reino. Nos hacen más humanos y encuentran la voluntad de Dios. Dos reales que mueven el mundo.

miércoles, 4 de noviembre de 2009

LA MESA ESTÁ VESTIDA


Por fin mi mesa-camilla ya tiene "enagua" o mejor, falda de camilla... Ya era hora de que desaparecieran esas mantas pestosas que tenía yo puestas de cuelquier manera.

En realidad esto de la camilla ha sido una excusa para que Tita viniera a ver dónde vivo, dónde trabajo y duermo, dónde como... y cago.

¿Y por qué esta estratagema? Porque ella es mi mejor amiga; así como suena. Me conoce como un calcetín vuelto del revés, y me hacía mucha ilusión que diera con sus huesos (...) por estas latitudes santaneras.

De vez en cuando la cancamurria nos acecha, y entonces necesitamos una inyección de "nene, tú vales mucho", y esta zagala lleva como cinco días en ello, erre que erre... como yoe staba tan mudito ha llegado a pensar que es que llevaba como una carga hablar con ella; ¿te pahe a ti?

Oyes, Tita, que sepas que te quiero mucho, ¿vale? Es así; y que nadie se ponga envidioso. O sí.

lunes, 2 de noviembre de 2009

UNA HOMILÍA PARA EL DÍA DE LOS DIFUNTOS


Nuestros seres queridos no están aquí en el cementerio. Están en Dios; están, de alguna manera, en nosotros.
Venimos a este lugar, serenamente bello, porque aquí dejamos sus restos, y así los recordamos con más intensidad; pero ellos no están aquí. Su vida, todo lo que ellos lucharon, lo que trabajaron, sufrieron y sonrieron, todo eso no puede terminar simplemente en la nada, no puede desaparecer sin más.
Estamos aquí porque queremos a nuestros difuntos; y por eso ellos siguen viviendo en nosotros. Porque vivir consiste en dar y recibir amor; la vida la origina el amor y la sostiene el amor. Sólo el amor da la felicidad, sólo el amor compartido nos hace vivir con plenitud, y sólo el amor resiste a la muerte, va más allá de sus fronteras. Seguimos queriendo a nuestros difuntos y ellos están vivos en nosotros, por nuestro cariño incondicional.
El Amor definitivo es Dios; es el misterio de toda vida, de Él procedemos, Él es nuestro destino. Es el Amor que nos hace vivir, es la Vida que nos sostiene de pie, que nos hace caminar y respirar, resistir y gozar, crecer y esperar.
El amor es el hilo conductor de nuestra existencia, es lo que da continuidad a una vida y a otra. Cuando leamos hoy los nombres de nuestros difuntos, reflexionemos un momento sobre la necesidad de vivir auténticamente, sobre la urgencia de no malgastar la vida; porque empezamos a morir ya aquí cuando dejamos de amar y servir a los demás. En cambio, cuando sabemos dar amor, estamos sembrando la semilla de la vida en Dios, como nuestros seres queridos hicieron con nosotros. Semillas que en este otoño de nuestra vida plantamos, y que florecen y dan frutos más allá de la muerte, en el verano de la eternidad.Digamos ahora las palabras que debamos decir; expresemos el cariño y regalemos ahora las flores que muestran amor a quienes nos importan. Vivamos hoy con calidad, amando y sirviendo; siembra que es promesa de buena cosecha.