domingo, 28 de julio de 2019

YO ESTABA EN CADA UNA DE TUS CÉLULAS


Nunca había percibido el peligro acecharte tan de cerca.
Jamás había temido por tu vida.
Tú, la persona más mía sobre la faz de la tierra,
a quien pertenezco de la forma más íntima,
eterna
y total.

No sabía de qué modo mirar al cielo,
sobrecogido por la impotencia y abrumado por la lejanía.
Para templar esa angustia, alguien me dijo:
“Únete a ella, dale fuerza, está en cada una de tus células”.

Supe que era así.
Yo estoy siempre en cada una de tus células,
desde que me llevabas en tu vientre
y a través de todos los momentos y las edades de mi vida.
Prefería que, sea lo que fuere, me pasara a mí y no a ti,
aunque seguro que me reprenderías,
y esa sonrisa apenas apuntada ahuyentaba algo mi miedo.

Más tarde, convivir con tu debilidad…
Sentirte necesitada de mí,
de mi mera compañía y del poder sanador del amor en silencio.
Contemplar tus heridas,
poder tocarlas y limpiarlas como María las de Jesús…

Servir por amor no es una carga o una molestia;
es un privilegio.
Si nos lo impiden, algo se marchita en nuestra entraña.
Cuidarte precisamente a ti
es vivificante,
una categoría singular del gozo,
una suave exaltación.

Porque mientras tú vivas,
yo respiraré.
Contemplaremos juntos la inmensidad del Mar,
que en este día te ofrece
un tiempo nuevo,
una esperanza que se alza
con olor a sal y a promesa.

domingo, 21 de julio de 2019

"UN BAÑO EN 30 AÑOS Y 30 BAÑOS EN UN AÑO"



Fue el año pasado, justo cuando estábamos camino de Puerto Maldonado para el encuentro con el Papa. Gabriel Cruz me pasó unos whatsapps desde España preguntándome si tal vez tendría algún proyecto social para presentar en una convocatoria recién abierta. Precisamente la semana anterior, durante la visita a Buen Jardín, nos habían manifestado su necesidad imperiosa de ayuda para construir baños para la comunidad. Así que lo tuve clarísimo desde el primer momento.

Ya conté en otra entrada (ver 16 de febrero pasadoel por qué allí sufren particularmente a causa de esta carencia. De modo que rapidito les avisé, vinieron a Islandia y conversamos, prepararon un memorial firmado por los pobladores, pedimos un presupuesto inicial a un albañil para hacernos una idea de la cantidad, redacté, en Misión América de Madrid (¡gracias, Fernando!) armaron el proyecto adaptándolo a las bases del ayuntamiento en cuestión… y en una semana día y noche dejamos todo listo.

Luego la solicitud la denegaron por dos veces, pero entonces, durante las últimas vacaciones (ver 19 de octubre de 2018), surgió la posibilidad de que Mensajeros de la Paz financiase los sanitarios. El padre Ángel, con gran generosidad y pocas preguntas, concedió el apoyo. Ya había que esperar a que pasase la creciente del Amazonas para la construcción, así que primero la comunidad, en varias reuniones, decidió cómo iban a ser los baños (en vez de barracones de tres o cuatro, prefirieron un baño para cada casa); en enero hicimos el trato con el albañil, firmado por las autoridades de Buen Jardín y por él; en mayo se compraron los materiales en Iquitos, se enviaron por lancha y la Municipalidad los llevó a la comunidad; y entre el 4 de junio y el 10 de julio se realizó el trabajo.

La obra llevaba pocos días cuando pasamos por allí (ver 4 de julio pasado). Los vecinos estaban en la tarea de cavar los dos huecos necesarios para cada taza, que va colocada sobre una plataforma sostenida por una columna de dos metros y medio de altura para evitar la inundación anual. Me impresionó ver hasta a los niños colaborando. De hecho todo el mundo parecía muy ilusionado, como cumpliendo un sueño que no es más que una necesidad humana básica: disponer de un lugar adecuado donde desechar las deposiciones evitando enfermedades y preservando el pudor. Algo tan elemental para mí (que tengo baño en mi cuarto desde que era niño) es un auténtico lujo para esta gente.



Mis compañeras fueron a recibir la obra y a cosechar los correspondientes agradecimientos el otro día; enseguida me enviaron fotos y muchos abrazos de todos. Yo no pude estar y casi lo prefiero. Recuerdo que en la capacitación sobre el uso y limpieza de los baños, en la iglesia evangélica que nos prestan para las reuniones, el pastor dijo unas palabras como estas: “llevamos viviendo acá treinta años apenas con un baño en la escuela y gracias a este hombre en menos de un año vamos a tener treinta baños”. Bueno… no es exactamente así. Por supuesto que me siento muy satisfecho, hemos hecho una cosa muy buena, pero no la “he conseguido yo”, es un logro en colaboración desinteresada de un grupo de personas en el que yo tuve mi papel. Un rol bonito, como de nexo o puente, pero uno más.

Y sobre todo porque ellos se lo han currado. Han estado unidos, han discutido, han ido y venido, han llegado a acuerdos, se han movido, han pedido, han insistido… ¡Ole ahí! Así es como estos pueblos tan pobres van progresando en algo. Nosotros solamente les hemos puesto en contacto con quienes estaban en disposición de devolverles lo que en justicia desde siempre se les debía; ellos mismos han sabido solventar este derecho fundamental: manejar su 💩 de manera digna y saludable.


Encofrado


Fosa séptica







En algunas casas hay que caminar por una madera hasta llegar al wc

Así queda, y este hasta con el piso de mayólica
¡Gracias Mensajeros de la Paz! ¡Gracias padre Ángel! 

martes, 16 de julio de 2019

EL CARDENAL MÜLLER LADRA, LUEGO EL SÍNODO AMAZÓNICO CABALGA


Hace algunos días, el cardenal Gerhard Müller, ex prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe del Vaticano, en una entrevista a la revista italiana La Nuova Bussola Quotidiana calificó el documento de trabajo del Sínodo para la Amazonía como “una herejía” que “viene de una visión ideológica que no tiene nada que ver con el catolicismo”. Si alguien no se lo cree, puede mirar la reseña aquí o aquípor ejemplo.

Lo digo porque yo lo tuve que leer dos veces para encajar una torpeza de tal calibre. A quien ha sido uno de los máximos dirigentes de la Iglesia en materia de ortodoxia se le ha de pedir al menos prudencia y honestidad intelectual. ¿Cómo es posible que el cardenal, que no es precisamente famoso por su conocimiento de la Amazonía, se atreva a airear una opinión tan desafortunada? Tal vez no ha leído con detenimiento el instrumentum laboris, y entonces agradecerá algunas precisiones.

En primer lugar conviene recordar que los responsables de este documento oficial no son cuatro amigos, sino el Consejo Presinodal, asesorado por expertos y compuesto fundamentalmente por obispos. El cardenal Claudio Hummes, el cardenal Peter Turckson, monseñor Roque Paloschi o monseñor Divasón no parecen demasiado sospechosos de herejía, y el cardenal Baldisseri, secretario general del Sínodo de los Obispos, menos. Supongo que a "ellos" aludirá el cardenal Müller cuando dice que “el hereje conoce la doctrina católica y la contradice, pero aquí hay una gran confusión en la que el centro de todo no es Jesucristo sino ellos mismos, sus ideas humanas para salvar al mundo”.

Según el señor cardenal, “Debemos rechazar absolutamente expresiones como ´conversión ecológica´”, ya que “solo hay conversión al Señor, y como consecuencia también está el bien de la naturaleza”. El problema es que la noción de “conversión ecológica” es uno de los argumentos centrales de Laudato Si (cfr. LS 216-221); que es una encíclica, es decir, un documento del Magisterio ordinario de la Iglesia que los sacerdotes (y obispos) hemos prometido conocer, seguir y obedecer. Por otra parte, puedo recomendar, por ejemplo, el artículo de Emilio Chuvieco Salinero en la revista La Albolafia: “La conversión ecológica en `Laudato Si` y en la tradición cristiana”, que muestra con claridad que la conversión ecológica no se la ha sacado el Papa Francisco de la manga, sino que está muy arraigada en la historia de la espiritualidad (ver aquí). Yo tendría más cuidado en rechazarla “absolutamente”, no sea que me tilden de hereje.

Pero pasemos al documento. Por ejemplo: “127. La Iglesia se ha de encarnar en las culturas amazónicas que poseen un alto sentido de comunidad, igualdad y de solidaridad por lo que no se acepta el clericalismo en sus diversas formas de manifestarse. Los pueblos originarios poseen una rica tradición de organización social donde la autoridad es rotativa y con un profundo sentido de servicio. Desde esta experiencia de organización sería oportuno reconsiderar la idea de que el ejercicio de la jurisdicción (potestad de gobierno) ha de estar vinculado en todos los ámbitos (sacramental, judicial, administrativo) y de manera permanente al sacramento del orden”. ¿Se referirá a esto? Si es por lo del clericalismo, es una de las críticas recurrentes del Papa; si es por lo de la potestad de gobierno y el sacramento del orden, no se aprecian ataques frontales contra el núcleo de la fe, más bien hay la intención de abrir una reflexión con connotaciones sociológicas en línea de inculturación.

O quizás sea esto: “126.c) Las comunidades tienen dificultad para celebrar frecuentemente la Eucaristía por la falta de sacerdotes. “La Iglesia vive de la Eucaristía” y la Eucaristía edifica la Iglesia. Por ello se pide que, en vez de dejar a las comunidades sin Eucaristía, se cambien los criterios para seleccionar y preparar los ministros autorizados para celebrarla”. Claro que también: “129.2. Afirmando que el celibato es un don para la Iglesia, se pide que, para las zonas más remotas de la región, se estudie la posibilidad de la ordenación sacerdotal para personas ancianas, preferentemente indígenas, respetadas y aceptadas por su comunidad, aunque tengan ya una familia constituida y estable, con la finalidad de asegurar los Sacramentos que acompañen y sostengan la vida cristiana”. Incluso en ese mismo número 129, en el punto 3 se pide “Identificar el tipo de ministerio oficial que puede ser conferido a la mujer, tomando en cuenta el papel central que hoy desempeñan en la Iglesia amazónica”.

Me figuro que por ahí irán las supuestas “herejías”. Me extraña y me entristece viniendo de alguien que ciertamente en su día acreditó inteligencia y capacidad; y al mismo tiempo me hace sonreír porque se trata de un miembro destacado de la oposición interna al Papa, que cada vez es menos disimulada. Dijo también que “el Sínodo de la Amazonia es un pretexto para cambiar la Iglesia, y el hecho de que se haga en Roma quiere enfatizar el comienzo de una nueva Iglesia”. Además de recomendarle leer el instrumentum laboris con buenos ojos, me atrevería a recordarle al cardenal Müller que efectivamente la Iglesia es semper reformanda, siempre está necesitada de cambios y reformas, y en todo momento ha de estar buscando nuevos caminos. No hacen falta pretextos ni hay que tener miedo a eso.

Escribo esto como un humilde misionero que suda sentado bajo una palmera de wasaí, en el corazón de la selva peruana. Desde acá se ven las cosas muy distintas, señor cardenal. Tenemos puestas muchas esperanzas en este Sínodo, porque palpamos a diario que la Iglesia necesita evolucionar para ser más amazónica e indígena, como pidió el Papa en Puerto Maldonado. Por favor, procure no olvidar que gran parte de lo cristalizado en el instrumentum laboris procede de las aportaciones que hemos hecho desde abajo, con la gente de a pie de estas tierras. Le aconsejo con cariño que sea delicado y no lo desprecie tan alegremente; respételo, estúdielo y dialóguelo cuando llegue el momento, pero con discreción y altura evangélica de miras. Sus ladridos intempestivos e innecesarios, que pretenden ensuciar, por el contrario hacen pensar que el Sínodo va en buena dirección. Pero no necesitamos carnaza periodística, sino debates eclesiológicos abiertos y valientes, y gente fiel a la Iglesia que quiera sumar. Incluido usted.

El instrumentum laboris del Sínodo de la Amazonía se puede encontrar en http://www.sinodoamazonico.va/content/sinodoamazonico/es/documentos/instrumentum-laboris-del-sinodo-para-la-amazonia.html 

miércoles, 10 de julio de 2019

CEFAC


En el encuentro vicarial de formación de animadores pasé en un año de estar mudo para escuchar, aprender y absorber como una esponja, a asumir el rol de coordinador general. En el Vicariato somos tan pocos misioneros que esto es así. Y de hecho en 2018 pagué la novatada y ocurrió algún que otro desastre organizativo, pero salió razonablemente bien. Esta vez, con fecha nueva a finales de junio, ya venía yo más armado y previsor.


Todo resultó genial gracias a un equipo excelente de compañer@s misioner@s que se lo han currado con los temas y talleres, el acompañamiento de los grupos, la organización de la comida y la economía, el cuidado de la liturgia, la secretaría, los cantos y dinámicas… ¡todo! Además del equipo de Indiana, que cargó con todito lo referente a logística, ambientación, limpieza y preparación de la casa para acoger a más de 80 personas. Con ellos resulta sencillo sacar adelante el evento.

La relación sencilla y cercana con los animadores hacen que el CEFAC sea una experiencia linda. Los pequeños detalles, las bromas, las chapas y las anécdotas graciosas le dan un tono distendido y permiten afrontar a veces jornadas casi enteras de trabajo. Es un gusto formar parte de esta familia, donde ya soy conocido, y tener tanta confianza como para a veces enfadarme y luego pedir disculpas. Como veo que me es difícil concentrar estos días en palabras, elegiré algunas imágenes:

El núcleo del encuentro son los contenidos, que intentamos abordar sin "dar charlas", con metodologías activas y participativas. Este año hemos trabajado la interculturalidad, la iglesia sinodal y laical, los derechos humanos y los tiempos litúrgicos.

Las reuniones de grupo, los papelotes, los "dramas", las canciones... son los medios dinámicos para ir comprendiendo y aprendiendo juntos.

Este año queríamos darle calidad e identidad amazónica a las celebraciones y oraciones, y disfrutamos de significativos gestos, símbolos y decoración en línea con el proceso de ir siendo una iglesia cada vez más indígena.


Siempre hay un cronista, el p. Francisco Miranda de Santa Clotilde, que va dibujando en papelotes los sucesos chistosos, las bromas y los chascarrillos del encuentro. José Paredes, de Yanashi, se equivocó leyendo el lema del Vicariato, la carcajada fue general y el pitorreo se trasladó a la entrada de la maloka, como vemos.
A mí me retrata completamente pelacho siempre diciendo algo. Esta vez, cuando algún misionero chivaba alguna respuesta a un grupo, yo decía: "¡trampa!". Ya esa tontería se viralizó y a cada rato la gente estaba: "¡trampa!". En la Eucaristía final lo repetí en la homilía y el personal se escachurraba de risa.


Todos los años hay un día de retiro, para profundizar el tema de la vocación del animador. Mientras llegaban Manolo y Miguel Ángel, los encargados, yo ayudé al grupo a ponerse en sintonía y entrar en el silencio. El retiro acabó a las 2 de la tarde, hora en que empezaba el partido Perú-Uruguay, que vimos todos.


Los animadores, responsables de sus comunidades, son la clave de nuestra iglesia en formación, apenas naciente. A ellos hay que consagrar entusiasmo, proyectos, plata, ideas... y mucho cariño.

Este año cayó el 28 de junio, día del animador, dentro del encuentro. En la celebración, uno de ellos agradeció al p. Yvan porque "siempre ha estado con nosotros". Ojalá dentro de muchos años puedan decir lo mismo de mí. Nada me haría sentir más orgulloso.

jueves, 4 de julio de 2019

VOLANDO POR ENTRE LA SELVA


En la quebrada Callarú el agua es tan oscura y tan quieta que se comporta como un perfecto espejo natural. Al mirar al frente sentado en el bote tienes la sensación de estar volando, navegando por el aire en mitad de la selva porque los árboles se reflejan en la superficie del río, duplicándose como si estuviéramos dentro de un gigantesco caleidoscopio. Es un espectáculo.

Este reciente recorrido, breve pero completo, ha estado sembrado de sonrisas de niños, planes cambiados, conversaciones y presencia, quizá lo más valioso pero aparentemente “inútil”; un llegar, estar y compartir gratuito, que siempre me deja el regusto de ser insuficiente. Ponerse en camino cuesta y cansa, pero a la hora de despedirnos me hubiera encantado quedarme más tiempo…

En Buen Jardín están liados con la construcción de los baños que Mensajeros de la Paz les ha financiado, de modo que pateamos el pueblo entero mirando todos los huecos para las plataformas y las fosas sépticas que la gente está cavando como aportación de la comunidad. Hay hasta niños ayudando, metidos en el agujero y cubiertos con un plástico para que el sol no les sancoche. Por la noche nos prestan la iglesia evangélica (¡!) y tenemos una capacitación sobre el correcto uso, cuidado y mantenimiento de los baños, su limpieza, etc. Ya contaré la historia completa cuando se terminen.

Planeamos entre los shungos de wasaí y avanzamos hasta Erené. Nada más llegar nos enteramos de que la señora María ha fallecido repentinamente de un derrame cerebral. La llevaron a Tabatinga pero ya no se pudo hacer nada por ella. María y su esposo Nicolás, que ya tienen hijos mayores viviendo lejos, adoptaron a Milagros, una bebita que les dieron recién nacida porque nació malita y su mamá era una chivola que ni podía ni quería quedarse con ella. Milagros tendrá ahora 7 u 8 años, y secuelas de sufrimiento fetal que le duran toda la vida: no habla, se mueve con dificultad y hace poco aprendió a caminar. Una historia bien triste.

En Erené no hemos logrado todavía casi nada, y de hecho este probablemente será el último intento. Pero, para nuestra sorpresa, acude un buen número de personas al encuentro en el colegio. Lo que se ventila es la posibilidad de que la comunidad solicite un botiquín, de modo que, como en otros lugares, explicamos en qué consiste, cómo se debe manejar, etc. Cae una bruta lluvia durante la reunión, de modo que hay que regresar a la casa donde dormimos a pata cala, con los pies en el barro. Merece la pena mancharse un poco si es para que la gente viva mejor.

La siguiente etapa de la caleidoscópica travesía es la ribera del Amazonas, Puerto Alegría. Lo que estaba inundado el Jueves Santo ahora es una amplia y linda playa. Mientras me baño dando unas brazadas llega un bote y con él el jaleo: traen unos bakús, tremendos pescados de alrededor de 15 kilos. Se venden al toque por 15 reales, y nos los ponen para almorzar. ¡Rico! Luego aparecen más de 50 niños: los del grupo de primera comunión serios, con sus libros y cuadernos, tienen una sesión con su catequista Yanina y la hermana Ivanês; los otros, más jaraneros, colorean, cantan y aprenden el padrenuestro con la hermana Dorinha. Y al final, chupetes para todos. Y para mí también, eh.

El motor de luz concede la posibilidad de hacer cosas por la noche y retrasar la hora de dormir. Un joven lee, otro niño estudia, y algunos conversamos tranquilos. Me preguntan por España y les cuento que no es el paraíso, la plata no brota de los árboles y la vida es dura también. “¿Tú ves por allí a Messi?”. Me hace risa cuando la gasolina se gasta y me meto en mi carpa. Y todavía me río más al acordarme de que, en la tarde, una niña chica que caminaba cogida de mi mano, me dijo: “César, te estabas peyendo”. Jeje. Natural como la vida misma.