jueves, 14 de octubre de 2010

EL ZARPAZO DE LO INNOMBRABLE

Hay varios momentos de "El Señor de los Anillos" en los que los personajes no se atreven ni a nombrar al "malo", o a hablar en la lengua de Mordor. Y en vez de decir "Sauron" (que así se llama el sujeto en cuestión) emplean eufemismos como El Señor Oscuro, el Poder de las Tinieblas, la Sombra, el Enemigo...
A nosotros nos pasa con el cáncer. Llevo varios días recibiendo noticias terribles de personas a la que se le descubre esta enfermedad de manera sorprendente, la última vez ayer; hace poco falleció una catequista y animadora de pastoral juvenil de Fuente de Cantos, una mujer joven, alegre, con dos hijos y mucha vida... La gente, cuando habla de esto, lo nombra también con eufemismos como "una cosa mala", "una de esas cosas bonitas", "eso malo que empieza por c.", "algo malo" o simplemente "un tumor"... Todos lo hacemos, y modulando la voz, como con prevención, con temor, no vaya a ser que atraigamos las iras de "eso" que ataca indiscriminada y cruelmente, que cercena vidas y destruye familias con su zarpazo silencioso que deja helados los corazones.
El pudor y el secreto que acompaña el inicio de este mal supongo que acrecienta el sufrimiento; nos sentimos desamparados, desarmados ante un poder devastador y ciego, como un niño angustiado frente a un lobo que le enseña los dientes en la oscuridad, esperando un ataque sin piedad o un giro de la fortuna que ahuyente a la fiera.
En medio de tantas historietas de reuniones, trabajos, y a veces tantas cosas mundanas y vanas, siento un estremecimiento de respeto ante las noticias de cánceres cercanos, un punto de vergüenza pr las pérdidas de tiempo y una necesidad casi biológica de ayudar en algo a los que sufren este zarpazo.

2 comentarios:

moreno dijo...

Es verdad que da miedo pronunciar la palabra cáncer o tumor maligno, pero somos así de débiles ante esta enfermedad.
Peor aún si tienes un familiar cercano sufriéndola porque vas viendo
el deterioro que hace en la persona y sin saber cómo ayudarla. Pero Dios siempre está en medio para hacer más llevadero el final. Hay que agarrarse a su Mano muy fuerte.
Un abrazo para tí, César.

Nita dijo...

Es algo tan malo que, como dices, te hiela el corazón. Ya sabes que me encuentro en época de vacas gordas, pero he estado tnto tiempo con las flacas, que eso me hace valorar y sacar el jugo a cada momento. Y más cuando ese zarpazo araña con fuerza a personas que conoces y te dan ganas de tener una varita mágica para que desapareciera eso tan malo...