domingo, 30 de mayo de 2010

40

El clarear de hoy significa que por fin puedo decir esta frase de Serrat que siempre me ha gustado: "hace veinte años que tengo veinte años": ¡hoy cumplo 40 años! El otro día, viendo mi DNI, que tiene una foto del 2002, mi amigo Paco Sayago insinuaba que la foto hay que actualizarla, ¿no? Vaya, qué graciosillo...
Me siento muy afortunado y muy agradecido por este cumpleaños. Doy por bueno todo cuanto he vivido, todos los avatares de mi camino, mis decisiones acertadas y equivocadas, mis caídas y mis éxitos... en todo momento me acompañó desde dentro el misterio de bondad que nos envuelve, que es Dios.
Ser cuarentón implica que la vida ha llegado a la mitad, y que probablemente queda menos tiempo que el que ya ha transcurrido; siento que la juventud vibrante y efervescente ya ha concluido; la cabeza se va despejando y la barriga asomando vertiginosamente, nuestro cuerpo evoluciona hacia la madurez. Soy cuarentón y se que se más que hace quince años pero me siento mucho menos seguro de todo y bastante más tranquilo.
¿Lo de dentro también va hacia la madurez? Estoy mucho más contento con mi vida que cuando tenía treinta años, y creo que soy mejor persona, un tipo más humilde y más consciente que entonces. Con las opciones de vida intactas, luchando para no acomodarme y para ser coherente con ellas, puesto que es verdad que hace veinte años que tengo veinte años.
La vida tiene un final... pero continúa imparable en su perfecta mezcla de alegría y de dolor, como una estruendosa pintura de la contradicción: ayer, la fiesta de las primeras comuniones, que disfruté hasta las tantas pasando de una a otra... pero amargada desde por la mañana por la muerte del tío de una de las niñas protagonistas, un casi coetáneo de 47 años. Y hoy el entierro y las velas de la tarta; las risas de ayer se convierten en lágrimas sin solución de continuidad. Es la vida, este carrusel.
Os quiero decir GRACIAS a todas las personas que he conocido, especialmente a mis amigos: vuestras manos me han modelado, lo que soy os lo debo en buena medida a vosotros, gracias por vuestra paciencia y por quererme a pesar de lo modorro y cansino que puedo llegar a ponerme.
Mientras escribo, oigo los ronquidos de mi padre en la habitación de enfrente, y dentro de un rato estarán aquí todos: mis hermanas, mis cuñados, ¡y mis sobrinos! Éste es el mejor regalo de cumpleaños, el mayor descubrimiento de los 40: ¡mi familia! Sois el pilar de mi vida; os necesitaré por lo menos hasta que haga cuarenta (..) años que tengo veinte (¿?) años... qué me estoy liando.

jueves, 27 de mayo de 2010

LIBROS USADOS


Estoy hoy en Mérida y aprovecho para hacer cosas varias, además de seguir una cura de engorde a cargo de mi madre, que cada día se parece más a mi abuela (...).
Tenía ganas de escribir sobre el hecho de haber sucumbido a la tentación permanente de... comprarme libros. Sí, lo confieso: me encanta tener libros. No cualquiera, adquiero mis libros favoritos, que generalmente elijo muy bien y experimento un gran placer cuando los consigo.
Últimamente he probado a comprar libros agotados y descatalogados a través de internet, en portales especializados que te derivan a las correspondientes librerías. Es estupendo tener libros que siempre quise tener cuando era un jovencito estudiante de teología. Libros míticos, de autores sospechosos de rojedad, algunos de ellos condenados o apartados de la enseñanza por presuntos ramalazos de heterodoxia o simplemente por ser de pensamiento muy avanzado.
Es curioso que, si te pones a buscar hoy, nadie escribirá sobre ciertos temas teológicos o pastorales como el celibato opcional, el sacerdocio de la mujer, la opción por los pobres, las comunidades de base... en este momento eclesial suenan casi a extraterrestre entre tanto clerigman y obsesión por la rúbrica. Para encontrar reflexiones críticas y valientes sobre estas cuestiones hay que irse a los libros-sandía (verdes por fuera y rojos por dentro) de los ochenta; los autores con posiciones intelectuales que cuestionan la línea oficial tienen en torno a los ¡80 años, ja, ja, ja...! Qué bárbaro, los incendiarios son los ancianos, los demás están producidos en serie por la factoría vaticana como Brunos Fortes del montón. Aquí se aprecia inequívocamente le frenazo y la involución a que están sometiendo las intuiciones del Concilio.
Además, estos libros que me llegan son usados. Eso les añade un plus de interés. No suelen tener el nombre del anterior propietario, pero... ¿a quién perteneció, por ejemplo, "Iglesia: carisma y poder"? ¿A algún cura, o estudiante...? A veces están subrayados, a veces con colores, a veces tienen anotaciones a lápiz. Me gusta sentir que recojo el testigo de una tradición de pensamiento y de inquietud. Textos que iluminaron mentes creyentes, que probablemente tomaron opciones auténticas, personas que intentaron vivir su seguimiento de Jesús con valentía quizá incendiaria... ahora están en mi estantería. Fiuuuuuuuuu.....!!!!


domingo, 23 de mayo de 2010

DÍA DE LA PARROQUIA


Estoy molido pero muy feliz. Hace 15 minutos que he entrado en casa, me he duchado y me he puesto a escribir con muchas ganas después de 12 horas ininterrumpidas de trote, cargar, montar, dos misas, saludar, charlar, ver si está todo bien, saludar, despachar bebidas, saludar, comer, más bien beber, reir, desmontar, descargar... El día de la parroquia de Santa Ana: Eucaristía en el Palancar, actuación del grupo de la jota, caldereta (preparada por Manolo el Cabreao y Ascensión la Reviva, ¡gracias!), comida compartida, encuentros, risas, estar juntos...
Me siento muy pleno y muy feliz por este día. He disfrutado a tope de la gente de mi parroquia; he comprobado cómo todo el mundo colabora cuando se trata de la iglesia, lo bien que se pasa estando simplemente tranquilos con la compañía de personas que ya están en mi vida, que ya he empezado a querer... ¡mi parroquia!
Ahora que no me oye nadie diré que, cuando los niños y niñas, chicos y chicas, con la música sonando desde el coche, interpretaban de manera preciosa la jota del Palancar, yo me emocioné y casi lloro (¡!)... "Señor, ¡cuánto bien me has hecho enviándome aquí!"- sentía. Se me amontonaron en un instante imágenes, experiencias y momentos del último año y medio... ¡qué afortunado me siento! ¡Cómo coincido con lo que Dios me ha dado! Estaba como si me hubiera tocado la lotería, pocos espectadores tan felices habrán tenido los chavales.
Me ha encantado este día. Ha superado todas nuestras previsiones: había mucha más gente de lo que suponíamos, la caldereta estaba más buena de lo que nadie podría sospechar, los trajes de extremeños precioooosos, los dulces para chuparse los dedos, las caras de la gente traslucían estar a gusto, el equipo de liturgia con todo a punto, las ofrendas de cada grupo de la parroquia muy significativas, Mugrosa y María Vellarino Méndez bailando a pesar de estar un poco malitas y el párroco con algún cubatilla extraoficial en el cuerpo marcándose hasta un pasodoble con alguna marchosa...
Ha venido gente que ¡me ha hecho ilusión ver allí! Por ejemplo Ceci (si lees esta entrada ya lo sabes) y otras personas sorprendentes por su capacidad de servicio, por su simpatía, por el hecho de acercarse y participar sencillamente; me han faltado algunas personas y ha habido algún fallo gracioso (el altavoz se changarretó en el crítico momento, por ejemplo...), pero estoy orgulloso y feliz de estar aquí, de ser el cura de los Valles y concretamente de Santa Ana.
GRACIAS a todos, a mi parroquia; sois fenomenales: intentaré estar a vuestra altura y serviros como merecéis. Gracias al Señor por este gran don, por esta nueva oportunidad tan hermosa... y por este peazo caldereta extremeña... ¡viva Santa Ana!

lunes, 17 de mayo de 2010

SACAR PETRÓLEO

Los curas no solemos estar muy cómodos en los eventos socio-religiosos, las fiestas y festejos culturalcatólicos... celebraciones donde suele haber mucha gente poco familiarizada con el lenguaje litúrgico, y por tanto mucho ruido, etc. Así que cuando llegan estos días y todo lo que llevan aparejados (ensayos, confesiones obligatorias, etc.) lo llevamos como una carga más de dos veces.
Pero siempre (siempre, siempre), hay detalles y pasan cosas que me hacen profundizar y aprender, siempre salgo más enriquecido que cuando llegué. Es curioso.
Ayer, sin ir más lejos, eran las primeras comuniones en el Valle (de Matamoros)... Bueno, pues no recuerdo haber presisido jamás una celebración de la primera comunión tan relajada, con tanto silencio... Allí había algo... el gentío respetuoso (¡a veces hasta rezando!), la actitud de los niños, las miradas de los padres, sus madres... Algo...
Aquí en Santa Ana serán el día 29. Varios padres ya han venido a confesarse el día de la primera reconciliación de los niños; padres y madres que hace años que no se acercan al sacramento, algunos de ellos "desentrenados" de ejercer de cristianos... ¡pero qué excelentes personas! ¡Cuánto bien se puede hacer acogiendo bien, escuchando, sanando! Cómo llegué a casa de satisfecho y de pensativo... por haber aprendido.
Lo mismo puedo decir de tantos entierros; gente que aparentemente no... pero es hermoso lo que uno ve alrededor de la muerte, cómo se materializa el cariño, de qué pasta es la fe de muchas personas, qué sencillez y qué autenticidad...
De toda situación humana se puede sacar petróleo. Porque a través de cada pequeña cosa, de cada persona, de cada hecho por insignificante que parezca... está Dios hablándome, encontrándose conmigo. Quisera ir aprendiendo a descubrirlo, como un zahorí... pero del petróleo de la presencia del Reino.

jueves, 13 de mayo de 2010

SOY DEL ATLÉTICO


Pero no porque ayer ganaráramos la final de la Europa League. Lo he sido siempre, durante los 15 años que llevamos sin levantar una copa, las dos temporadas que estuvimos en el infierno de segunda, o el tiempo que el club anduvo intervenido a causa de los trapicheos de unos y otros...
Ser del Atleti es algo mucho más auténtico y profundo que ser de otros, como el Madrid o el Barça (cosa que es fácil, ¿no?); es un sentimiento que se tiene o no, difícil de explicar.
Nosotros no somos los mejores, pero somos lo suficientemente buenos como para ganar a cualquiera; no somos los que más dinero tenemos, contamos con algunos gangsteres entre nuestros directivos y estamos a punto de vender nuestro estadio. Cachis qué crisis: estamos los rojiblancos siempre pegados a la realidad.
Sabemos que el deporte tiene una componente azarosa importante, y eso nos anima. No ganamos mucho, pero cuando llegamos a una final y damos la campanada... ¡cómo disfrutamos! No estamos obligados a ganar siempre, y eso nos ayuda a convivir con la presión... no somos "estrellas" de las que quitan el hipo, nos lo tenemos que currar, y de vez en cuando la mala suerte nos acecha...
Los del Atleti sabemos que en la vida hay muchas vidas, y aprendemos a tener paciencia. Cuando estamos en el pozo recordamos el doblete del 95, y cuando estamos bañándonos en Neptuno no olvidamos que somos el pupas al que Tamudo le quitó una copa o al que el renegado Raúl marca goles como churros y a veces en el minuto 1. Exactamente como recomiendan las reglas 7, 8 y 11 de discernimiento de primera semana de los Ejercicios Espirituales... los del Manzanares somos ignacianos.
Yo creo que por eso soy del Atleti, porque es como la vida misma... o porque me parezco a él. Me identifico con su carácter, con su personalidad un poco bipolar, idealista y quijote... Capaces de las proezas más increíbles y de los fracasos más estrepitosos.
¡ENHORABUENA COLCHONEROS! Especialmente mi padre y mi sobrino Luis. Ahora vamos a por la Copa del Rey... Como ganemos salgo al Abanico a pitar con el coche.

miércoles, 12 de mayo de 2010

HOY QUE SE QUE MI VIDA ES UN DESIERTO


Este himno de laudes siempre me ha hecho mucha gracia, sobre todo cuando uno lo reza en momentos buenos, alegres, en los que la vida está llena de flores y no se parece a un desierto. Momentos como hoy.


Hoy que sé que mi vida es un desierto,
en el que nunca nacerá una flor,
vengo a pedirte, Cristo jardinero,
por el desierto de mi corazón.

Para que nunca la amargura sea
en mi vida más fuerte que el amor,
pon, Señor, una fuente de alegría
en el desierto de mi corazón.

Para que nunca ahoguen los fracasos
mis ansias de seguir siempre tu voz,
pon, Señor, una fuente de esperanza
en el desierto de mi corazón.

Para nunca busque recompensa
al dar mi mano o al pedir perdón,
pon, Señor, una fuente de amor puro
en el desierto de mi corazón.

Para que no me busque a mí cuando te busco
y no sea egoísta mi oración,
pon tu cuerpo, Señor, y tu palabra
en el desierto de mi corazón. Amén

martes, 11 de mayo de 2010

MEMORIA HISTÓRICA


Hace algunos días que he visto la película "Las 13 rosas"... cómo se te encoge el corazón, qué lágrimas de cocodrilo a la hora de irme a la cama. Coincide con las peripecias mediáticas que casi cada día nos sirven sobre el juez Garzón, y, francamente, me da un poco de repugnancia cualquier actitud que se acerque a la utilización política o partidista de las cosas que pasaron... fueron tan terribles que es de descerebrados frivolizar con el asunto.
Lo digo no por los tertulianos, los blogs de tres al cuarto, los libros o el cine, sino por las conversaciones que tengo acerca del tema con personas que vieron cómo mataban a su padre o a su hermano junto al cementerio del pueblo. La última vez hoy, sin ir más lejos; una mujer mayor me cuenta cómo fusilaron a su hermano, infeliz que venía del campo al que cogieron por culpa mirusté de unos vecinos que le tenían inquina al zagal porque mi padre había votao a la república... Tremendo cómo le temblaba la voz, cómo se contrajo su cuerpecillo de más de ochenta años: juntaron a tres o cuatro desgraciaos en un carro y los aventaron a la tapia del cementario; y tó porque no había saludao "arriba España" por estar liándose un pitillo... Mi madre me agarraba y las dos vimos cómo caía, no se molvida el ruio de las balas. Tenía 22 años...
En el origen, el rencor; y ahora más rencor. Más memoria, más violencia. Porque son heridas tan horribles que ni 70 años después están curadas, es increíble. Basta de utilizar a la gente para atacar a los adversarios políticos, basta de desfachatez y de desvergüenza; basta de querer ganar guerras después de haberlas perdido, basta de canonizar a unos a costa de la bestialidad de otros... Más respeto para estas personas. El horror no tiene bandos.
Cómo lloraba hoy la señora... con razón, no como yo con la película. Lloraba con el eco de los disparos en sus oídos, la mano crispada de su madre aferrando su brazo y el sabor de la injusticia y la impotencia amargándole ¡todavía! el corazón.

jueves, 6 de mayo de 2010

10 AÑOS DE CURA

Efectivamente, fue el 6 de mayo de 2000 cuando Don Carlos Amigo, entonces arzobispo de Sevilla ordenó sacerdotes a un grupo de cinco salesianos, entre los que se encontraba un servidor. De la homilía recuerdo: "Y como premio... serviréis a vuestros hermanos". ¡Han pasado diez años!
Han ocurrido tantas cosas en este tiempo, ha sido tan lleno, tan denso, tan decisivo, que no, no "parece que fue ayer" aunque el discurrir de las fechas le de a uno un poco de vértigo.
Ha habido muchos cambios en mi vida; me quise ir a África, me fui y me volví. Saltaron por los aires mis certezas y mi proyecto de vida se puso patas arriba; me lié y necesité tiempo y ayuda para deshacer el entuerto; estuve prácticamente un par de años "entre paréntesis" como sacerdote, viviendo experiencias, conociendo gente, trabajando, creciendo y discirniendo. Pasé por muchos sitios: Badajoz, Senegal, Carmona, Sevilla, Puebla de la Calzada, Calamonte... En Valencia del Ventoso y Valverde de Burguillos descubrí lo que significa ser cura de pueblo, y eso me atrapó; luego vino el traslado a Zafra, Atalaya y La Lapa (cuánto sufrí con el cambio, cuánto disfruté luego...), y después el intento de Níger, el curso "escondido" en Monesterio y ahora la vida en Los Valles. Me he encontrado con personas excepcionales, amigos y hermanos que me quisieron y me han ayudado a caminar.
Pero siempre regresé a mi casa. Siempre encontré el amor, la acogida y la comprensión de mi padre, de mi madre y de mis hermanas. Nunca estuve solo, nadie me juzgó, en todo momento me alentaron, me aconsejaron y me respetaron. ¡Gracias!
Hasta hoy. Puedo decir que, sorprendentemente, mis opciones fundamentales permanecen desde los 18 años, la motivación que me impulsó a ser salesiano y cura. Pero es verdad que han cambiado el carácter de mis decisiones, la madurez de mis valores; ya no necesito cambiar el mundo para ser feliz... hoy soy feliz y por eso disfruto intentando que lo de mi alrededor sea más humano. Y no lo que yo he decidido, sino lo que Dios me ha dado, los pueblos donde Él me ha puesto, sitios pequeños y humildes, donde uno no es relevante ni "importante", donde hay que entregarse con sencillez y generosidad. En eso estamos.
Si tuviera que ordenarme de cura hoy, sabiendo todo esto... lo haría con más razón, con más sentido y con más realismo; más convencido y más feliz. Claro que hoy... caminando por la calle de mi pueblo me han regalado acelgas, espinacas, huevos, una tortilla, una bolsa de roscas... ¿cómo no voy a querer ser cura hoy con más motivo?

martes, 4 de mayo de 2010

LAS OREJAS DE REBOLLEDO


Quieras que no, hace ya varios años que estoy yendo al Día del Mundo Rural el 1 de mayo en Almoharín, el pueblo de los higos, cerca de Miajadas; conocer es querer, y por eso la experiencia de este año ha sido la más bonita. El tema era "Jóvenes y pueblos", y si alguien quiere saber qué cosas nos dijimos los mayores a los jóvenes y viceversa, que pinche http://www3.archimeridabadajoz.org/index.php?option=com_content&task=view&id=998&Itemid=2 y lea y/o descargue, que no tiene desperdicio.
Lo estupendo fue la alegría de ver a otros militantes del Movimiento Rural, gente que ya has tratado en otros encuentros, gente con la que te identificas y -pásmate- ¡gente que uno quiere! El fin de semana de Ávila estuvimos bromeando con Isabel de Miajadas a cuenta de las orejas: que si "mi marido las sabe hacer muy bien", "pues que me las lleve a Almoharín" -decía yo, "¡eso está hecho!"- ella no se creía que yo fuese cura y yo no pensaba que lo de las orejas iba en serio.
Llegamos a la ermita de Sopetrán (vaya nombrecito) y ya empiezo yo: "¿dónde están mis orejas?" - "debajo de la gorra"-decía algún gracioso. Apareció Isabel con su esposo Antonio Rebolledo y ¡coño!, vaya que si estaban las orejas. Y qué buenas; no tan picantes como otras que hay por ahí, pero exquisitas.
Pero es que resulta que este hombre sabe hacer otras mil cosas, entre otras licor de higos (para hacer juego con el lugar) que nos trincamos entre varios secuaces y que nos puso a tono... Nos reíamos pero no nos hacía falta "combustible" porque estábamos a gusto. Los de Mérida-Badajoz, que antes estábamos siempre juntitos, casi no nos vimos, todo el día hablando con todo el mundo.
Luego dicen que los de la acción católica somos muy intensos y estamos siempre trabajando; para refutarlo esta instantánea... El de la camiseta negra (con un poquito de tonsura) es un servidor metiendo mano al plato de orejas; a la izquierda, el de la camisa azul y la gorra azul es el cocinero. El sentimiento de "estar en mi sitio" no se puede fotografiar, el disfrute de estar juntos, de que te inviten a casa ("a ver si vienes por Miajadas") después de vernos dos veces... eso se aprecia cuando se vive. Como se aprende lo buenas que están las orejas de Rebolledo. ¿A qué esperáis?