martes, 4 de mayo de 2010

LAS OREJAS DE REBOLLEDO


Quieras que no, hace ya varios años que estoy yendo al Día del Mundo Rural el 1 de mayo en Almoharín, el pueblo de los higos, cerca de Miajadas; conocer es querer, y por eso la experiencia de este año ha sido la más bonita. El tema era "Jóvenes y pueblos", y si alguien quiere saber qué cosas nos dijimos los mayores a los jóvenes y viceversa, que pinche http://www3.archimeridabadajoz.org/index.php?option=com_content&task=view&id=998&Itemid=2 y lea y/o descargue, que no tiene desperdicio.
Lo estupendo fue la alegría de ver a otros militantes del Movimiento Rural, gente que ya has tratado en otros encuentros, gente con la que te identificas y -pásmate- ¡gente que uno quiere! El fin de semana de Ávila estuvimos bromeando con Isabel de Miajadas a cuenta de las orejas: que si "mi marido las sabe hacer muy bien", "pues que me las lleve a Almoharín" -decía yo, "¡eso está hecho!"- ella no se creía que yo fuese cura y yo no pensaba que lo de las orejas iba en serio.
Llegamos a la ermita de Sopetrán (vaya nombrecito) y ya empiezo yo: "¿dónde están mis orejas?" - "debajo de la gorra"-decía algún gracioso. Apareció Isabel con su esposo Antonio Rebolledo y ¡coño!, vaya que si estaban las orejas. Y qué buenas; no tan picantes como otras que hay por ahí, pero exquisitas.
Pero es que resulta que este hombre sabe hacer otras mil cosas, entre otras licor de higos (para hacer juego con el lugar) que nos trincamos entre varios secuaces y que nos puso a tono... Nos reíamos pero no nos hacía falta "combustible" porque estábamos a gusto. Los de Mérida-Badajoz, que antes estábamos siempre juntitos, casi no nos vimos, todo el día hablando con todo el mundo.
Luego dicen que los de la acción católica somos muy intensos y estamos siempre trabajando; para refutarlo esta instantánea... El de la camiseta negra (con un poquito de tonsura) es un servidor metiendo mano al plato de orejas; a la izquierda, el de la camisa azul y la gorra azul es el cocinero. El sentimiento de "estar en mi sitio" no se puede fotografiar, el disfrute de estar juntos, de que te inviten a casa ("a ver si vienes por Miajadas") después de vernos dos veces... eso se aprecia cuando se vive. Como se aprende lo buenas que están las orejas de Rebolledo. ¿A qué esperáis?

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