viernes, 30 de mayo de 2014

FÓRMULA 44


Me figuro que Susana Fernández Pina me apuntará hoy al club de los 44 tacos, vaya tela... "Ya estoy en la mitad de esta carretera", canta Jorge Drexler (https://www.youtube.com/watch?v=RLQtSdpd2o8&feature=kp). Miro por la ventana, un trozo del cielo del amanecer se abre camino entre las hojas del limonero, los pájaros se desperezan y yo me siento tranquilo y feliz.
 
Dejo que regresen a mi memoria tantas cosas, tanta vida desde que Elena me dio a luz. Los altibajos de la marea, las encrucijadas, las oportunidades perdidas, los sarampiones pasados, los lugares, los triunfos, los trabajos, el amor, unos cuantos sofocones, muchas risas, la amistad, las personas. "Por la gracia de Dios soy lo que soy" (1 Cor 15, 10). Sí, me siento muy bien; me siento happy, como en la canción de Pharrel Williams, y seguro que dentro de un rato bailo como el Cholo Simeone el otro día (https://www.youtube.com/watch?v=y6Sxv-sUYtM).
 
Pero esta vez mi cumple me cae en época de cambios, justo antes de un gran salto. Con mi corazón agradecido me dispongo a lanzar una moneda, que ya está en el aire girando, "y que sea lo que sea". Bailo como un pato mareao, pero registro en mis tripas unas partes por millón de inquietud, de regustos amargos pasados... ¿Y si...?
 
Nada de Prozac. Desde hace varios días viene surfeando por mi mente una cita que me enciende las entretelas de la esperanza: "Vive como si ya estuvieras viviendo por segunda vez y como si la primera vez ya hubieras obrado tan desacertadamente como ahora estás apunto de obrar" (V. FRANKL, "El hombre en busca de sentido"). ¡Genial!

Gracias a todos los que me queréis y hoy me felicitáis. Gracias Dios mío por esta vida, tan tremenda, tan intensa, tan llena. Gracias por esta nueva oportunidad, gracias por contar conmigo allí donde ya me estrellé. Gracias por tu trabajo en mí. Gracias por haberme dado maestros para aprender a fracasar y a disfrutar. Y si toso, procuraré no tomármelo demasiado en serio.

lunes, 26 de mayo de 2014

SE HA IDO UN GRANDE: ALONSO VÁZQUEZ


Si lo hubiera podido programar, no habría encontrado un día mejor. El 24 de mayo sus pasos, que tantos años acompañaron la procesión de la Madre Auxiliadora, se encaminaron a la casa del Padre. Debe de haberse armado una buena allí, porque Alonso significa fiesta salesiana. Don Bosco ha conocido por fin a uno de sus mejores "dobles".

No es exageración: pocos salesianos se han parecido tan fielmente a Don Bosco como Alonso. Hemos perdido a uno de los grandes, en palabras de Luis Fernando Medina, a alguien que causó un profundo impacto a toda una generación de animadores, jóvenes y salesianos. No porque fuese un gran técnico de la pastoral o un "santo" al uso, sino porque todos nos sentimos irresistiblemente atraídos por su cariño simpático y su instinto salesiano.

Y es que Alonso sintió durante toda su vida una pasión por los jóvenes que literalmente lo consumió. A ellos entregó todas sus energías, sus cualidades, su trabajo, su amor. Paco Pepe Pérez Camacho y yo tuvimos el enorme privilegio de compartir dos años con él, cuando era párroco de las Tres Mil viviendas, en Sevilla. Estábamos deseando que llegara el viernes y allí nos plantábamos, dos jóvenes estudiantes de teología, dispuestos a todo. Y Alonso bien que nos puso las pilas, ¿eh? Jajaja, tendría entonces 30 años más que nosotros, pero nos llevaba la delantera en entusiasmo, en energía y en ilusión por servir a aquellos muchachos de aquel barrio peculiar.

Siempre tenía algo para decirle a cualquier persona. Vivía como si en todo momento estuviese en medio del patio, en una mañana de oratorio salesiano. Nos tronchábamos con las lindezas que le soltaba a las animadoras; una vez le dijo a una: "eres un canguro azul totalmente im..vcvkrchable". Y es que carraspeaba y no se le entendía ni jota, pero era muy divertido. Varias veces, sentados en su despacho charlando, de repente sonaba un golpe estruendoso: ¡¡¡BUUUUUM!!! Ponía cara de cansancio y decía: "Ya nos han robado otra vez estos hijos de p.". Íbamos a la sala del fondo y sí, nos encontrábamos reventao el armario.

Fumaba a escondidas. Pero yo le tenía cogido el momento, y a veces, en mitad de una reunión o de una actividad, entraba bruscamente en su despacho, lo cogía con el cigarrillo en la boca y le decía: ¡¡Te pillé!! "Niño, pero qué tonto estás, eres un bgrrrrghncmmmpppf". Ja, ja, ja. Pero cómo nos quería a los teólogos. Y cómo nos cuidaba. Una noche se empeñó en invitarnos a cenar en el "Lar Gallego", un restaurante muy pijo. Es la única vez en mi vida que he comido percebes. Cuando llegó la cuenta, se le cambió la cara, y Paco Pepe dijo: "Nos hemos pasado un poquillo, ¿no?". Y Alonso: "Un poquillo niño, un poquillo... ¡Pero un día es un día!". Y ¡paf!, te daba un cariño en la espalda que te dejaba descuajaringado.

Cada persona que conocemos y que nos llega, deja algo en nosotros. Somos modelados por quienes nos quieren. Me encanta pensar que hay algo de Alonso en mí. Cada día, desde hace años, cuando rezo el oficio, lo recuerdo, porque los tomos de la Liturgia de las Horas me los regaló él. Y me puso en su dedicatoria que me deseaba ser "el gigante evangelizador de África". Qué tío.

Los jóvenes han sido su vida. Y Candil, el oratorio-centro juvenil de la Trinidad, su creación, el fruto más hermoso de su inquietud, de su corazón rebosante del carisma de Don Bosco. Juancho Abascal dice que "acaba de apagarse un Candil en la tierra para encenderse en el cielo". Pero estoy seguro de que la luz de Alonso seguirá titilando mientras nosotros vivamos. ¡Gracias Alonso, padre y hermano! No dejes de ayudarme como tú sabes; oye: ¿te da igual África que el Perú?

viernes, 23 de mayo de 2014

SI SE CREE Y SE TRABAJA, SE PUEDE


Queda un día para el gran momento, aunque, pase lo que pase, el Atleti ya ha triunfado llegando hasta aquí. Nosotros, como no estamos obligados a ganar por ser "el mejor club del mundo", nos lo tomamos todo como un regalo. Es una filosofía de la vida basada en el día a día, en el esfuerzo, en la fe y en la humildad.

Porque en la vida todo cuesta mucho trabajo. Había que ganar al Levante y cascamos el poleo: 2-0. La vida es muy dura, y hay que currársela a golpe de riñón. Muchas veces te ves por tierra, en Segunda, vencido, pero sabes que eres capaz de levantarte, de seguir caminando con tu fracaso a cuestas, renqueando pero respirando. Partido a partido. Por eso, aunque el Málaga marcó primero, luchamos con los dientes apretados y empatamos de milagro. Eso es la vida: nadie te regala nada.

Las cosas más importantes no se pueden comprar con dinero. La ilusión por superarte y perseguir un sueño, la gracia para creer en ti mismo, el ingenio para improvisar y reinventarte, la tenacidad... ¿cómo se fichan? Pero sin ellas no hay camino ni felicidad. El Atleti campeón no se arrugó con el trallazo de Alexis, siguió construyendo su esperanza, hasta que Godín remató la hazaña de la Liga, ¡y vaya subidón! Torres, ¡el mejor, tú!

A todo el mundo le cae simpático el Atlético y celebra que haya ganado, porque de repente la gente "normal" se identifica con un éxito logrado a pulso. Los que no vamos de divos ni de multimillonarios, los que se levantan cada mañana a enfrentarse con la fiereza de vivir y vuelven reventaos, los que no nos atrevemos a ganar tripletes ni sextetes antes de jugar... esos nos reconocemos en el lema de Simeone: "Si se cree y se trabaja, se puede". La única manera es arremangarse, pero ¡qué orgullo cuando se llega a la meta! Latido a latido.

Así que no me importa mucho el resultado de mañana. Aunque Torres, compañero, te digo una cosa: ¡como ganemos la final de la Champions me baño yo también!

domingo, 18 de mayo de 2014

AMO A MI PUEBLO


Lo escribí el 19 de mayo de 2010. Hoy, cuatro años después, y al final de un día como este, que no olvidaré  jamás, es todavía más verdad.

¡Qué suerte tengo de estar en mi pueblo, Dios mío! ¡Qué bien me siento! Me gusta estar con "los que me diste" (Jn 17, 13), son gente que me cae bien...

Me gusta que mi pueblo sea extremeño y no "andaluz".
Me gusta ir por la calle y saludar, y sacar la mano por la ventanilla del coche cuando me cruzo con los niños por la tarde.
Me gusta la facilidad para resolver cosas, para encontrar botelleros que enfríen las bebidas del día de la parroquia.

Me gustan Los Barrios, pequeños, humildes... Me gusta tomar una cerveza a mediodía con el viejo Frasco mientras los hombres echan la partida.
Me gusta pasear por el mercadillo entre toda la gente, preguntar a las mujeres por su familia y saludar al fontanés que trae la fruta.

Me gusta la iglesia de mi pueblo, que es una minicatedral. Me gusta mi parroquia, con sus grupos, con su espadaña, el reloj que Tobías pone en hora y las misas pequeñas de diario. Me gusta la algarabía de los sábados mientras me revisto, y saludar a la gente al concluir la Eucaristía.

Me gustan el Pocito, la Regina con su único habitante, y pasear por las ruinas de la Concepción; me gusta imaginarme la alegría de zagales descalzos en los años 50, y cómo serían las casas cuando paso por los restos de los Puertos Marcos.

Me gusta el habla de la gente de aquí, con su "a" que parece una "e". Me gusta la Semana Santa, pobre y humilde, pero con lavatorio de los pies. Me gustan el olor de la panadería y el ruido quedo del chorrito en el pilar junto a la iglesia.

Me gustan el Abanico y el Paseo. Me gusta la solemnidad del púlpito, siempre vacío y siempre mudo contemplando los juegos de los niños en la plaza.

Me gusta entrar en el Ayuntamiento y estar en mi casa, y que se metan conmigo diciéndome que me van a "poner un jornal". Me gusta el grupo de la Jota, con sus castañuelas y sus trajes regionales. Me gusta el Palancar viejo, que conserva el sabor de antaño, y también me gusta subir a la Peña y contemplarlo todo, hasta la granja de caracoles de Antonio.

Y así podría seguir, Dios mío, añadiendo nombres y más nombres, sentimientos, pequeñas experiencias de pequeña felicidad encarnada en este pequeño pueblo, al que amo y al que sirvo. ¡Gracias, Señor!

miércoles, 14 de mayo de 2014

SUGERENCIA IGNACIANA CONTRA EL CIBEREXCESO


Leo alucinado varios tuits que un par de políticos "talentos" vomitaron tras el terrible asesinato (propio de la saga El Padrino...) de la presidenta de la diputación de León... ¡Qué pasada!

Así que, a los que se dedican a la contaminación digital a base de comentarios ofensivos, insultos en redes sociales, exabruptos muchas veces anónimos, mentiras y ultrajes gratuitos, improperios cobardes con forma de correo; a los que pretenden amenazar, ridiculizar, provocar o simplemente atraer el odio ciego hacia cualquier persona; a los que no encuentran otras maneras de lograr sus fines que la agresión verbal en internet; a los que lanzan plátanos... les daré un consejo gratis, hombre:

Que lean el número 362 de los Ejercicios Espirituales de San Ignacio de Loyola, que es la regla 10ª para sentir en la Iglesia. Dice así:

"Debemos ser más promptos para abonar y alabar assí constitutiones, comendaciones como costumbres de nuestros mayores; porque dado que algunas no sean o no fuesen tales, hablar contra ellas, quier predicando en público, quier platicando delante del pueblo menudo, engendrarían más murmuración y escándalo que provecho; y assí se indignarían el pueblo contra sus mayores, quier temporales, quier spirituales. De manera que así como hace daño el hablar mal en absencia de los mayores a la gente menuda, así puede hacer provecho hablar de las malas costumbres a las mismas personas que pueden remediarlas".

Es decir: si tienen ustedes algo contra alguien, o no están de acuerdo con alguna actuación de una persona (especialmente "mayor" que ustedes, o sea, alguien con poder, ascendencia o alguna responsabilidad...), vayan y díganselo directamente a él. "Predicar en público" maldades o errores engendra más problemas, no es constructivo y hace daño. Tampoco conducen a nada alusiones veladas o indirectas, de esas del tipo "el que se pica ajos come", dirigidas a un público que dispone de las claves para interpretarlas como crítica o ataque a quien se pretende reprobar. No valen, no son positivas.

Sean valientes. Tengan la elegancia y la capacidad de enfrentarse sana y pacíficamente a aquel con quien están en desacuerdo, porque quizá él tendrá en su mano soluciones o cambios.Y, si no logran lo que persiguen, al menos nos habrán ahorrado violencia cibernética y basura esparcida en la pantalla.

Solo la lealtad posibilita la autocrítica. Esto es lo que pienso. Puedo equivocarme y, naturalmente, estoy dispuesto a dialogarlo personalmente con quien lo desee.

domingo, 11 de mayo de 2014

PONDERACIÓN DEL ELOGIO


"El elogio debilita", se suele decir. Un adagio de éxito acuñado por deportistas supercampeones. ¿Seguro? ¿Siempre es así? Tengo mis reservas. Quizá para los que no formamos parte de la élite de nada (y lo sabemos), el reconocimiento reafirma, motiva y refresca.

Estoy adentrándome en época de despedidas. Y ocurre que muchas personas de mis pueblos, al conocer la noticia de que me marcho, se ven apremiadas a comentarme algo sobre el tema. Voy por la calle y casi a diario se reedita un diálogo así:
- "Me han dicho que se va usted, ¿no?"
- "Sí, es verdad. Pero todavía no me voy. Ya en verano"
- "Pues qué pena, porque..." y plaf, aquí va la alabanza.

Son carantoñas verbales de muchos estilos y grados, pero en general la gente me dice cosas muy bonitas, y tengo que exhibir reflejos para cambiar de tercio. Es precioso comprobar que muchos vecinos sienten al cura como algo suyo, y por tanto disfrutan del derecho y la confianza de pedirme una explicación o preguntarme algún detalle.

En reuniones, en la tienda, en el paseo, en misa... "Veremos a ver qué pasa ahora, cuando tú  te vayas"; "una vez que nos conocemos y hemos cogido confianza, coges y te vas"; "hay que ver que estás tonto, a quién se le ocurre"; "para algo bueno que viene a este pueblo", etc. Todo está exagerado por el  cariño, por supuesto, pero... ¿no sería desolador notar indiferencia o -peor aún- alivio porque por fin se han librado de semejante bicharraco?

A veces se desliza alguna zalamería barata. La escucho con una media  sonrisa, y a otra cosa. Hace mucho que no me creo halagos del calibre "eres el mejor". Adulaciones desorbitadas en plan pelota, que funcionan como infladores de la vanidad y sí que fragilizan a quienes se creen de categoría extra... Algunos hay. Ya me he pegado en mi vida suficientes batacazos como para saber de qué pasta soy, y soy uno de tantos. Dice el Cholo que a los del Atleti todo nos cuesta muchísimo trabajo, y "special one" solo es Jesús de Nazaret.

Prefiero verlo en clave de agradecimiento. En las parroquias hemos currado a tope, nos hemos comprometido y hemos conseguido mucho. Sí señor. Los elogios sencillos demuestran que lo hemos hecho bien, que este es el camino. Y también, a nivel personal, significan una ratificación a unas opciones, a una manera de ser cura. Respiro mucho aprecio por mi persona y por mi tarea, ¿cómo no voy a estar orgulloso?

Pero con los pies en el suelo, ¿eh?, que tampoco es para tanto. El mejor piropo fue un whatsapp, el otro día: "La vida es así! Unos van, otros vienen... pero lo bueno de todo es conocer a gente tan buena y humilde". Y ahora viene un emoticono de un tío colorao.

miércoles, 7 de mayo de 2014

APAGAR DESCARADAMENTE LA TELE


Me encantaba "Starsky y Hucth". No me acuerdo a qué hora lo echaban; debía de ser por la noche, porque lo asocio al pijama y al pelo mojado recién salido del baño (pelo había...). Toda la semana lo esperaba: el moreno con rebeca y el rubio, como Los Pecos pero en versión polis americanos, y ese coche... Qué peazo carro rojo con esa raya blanca.... Hasta que un día, a la hora acostumbrada, salió otro programa por la primera cadena; yo debí preguntar con cara de niño decepcionado: "¿Y Estarky y Hach?" Y mi padre sentenció: "lo han quitao".

Y me debí sentir indefenso ante esa Mano Todopoderosa, que allá, en la cúspide de la Programación, dotada de un poder omnímodo, decidía sin contemplaciones qué se ve y qué se quita, ahí, sin miramientos hacia los niños de 9 años pirados por los coches y los tiroteos. Como entonces solo había dos canales, uno de ellos lleno de bichos y de selvas, la capacidad de la Mano de condicionar nuestra vida televisiva era casi ilimitada. Y la ejercía sin piedad, no se salvó ni Mazinger.

Hoy ese Poder Absoluto en la sombra ha crecido y se ha ramificado. Las posibilidades de zapear son inmensas, pero hay que ver cómo se las ha arreglado la Mano para invadir exhaustivamente cadenas, productoras, parrillas, platós, grupos de comunicación, guiones... volviendo a la caja más tonta y con más armas para atontar. El enemigo está por todas partes (Ejercicios 141), como un virus que lo infecta todo sin que nada quede a salvo.

Por ejemplo: hace poco, tratando el tema de la sexualidad (jiji, jaja) en un grupo de Confirmación, me di cuenta pasmado de que el educador de esta dimensión en los adolescentes es, ni más ni menos, la serie "La que se avecina", donde lo normal es que haya tarifa plana de relaciones sexuales y todas según la única ley del "aquí te pillo aquí te mato". ¿O qué diría el célebre salesiano Don Juan Niebla, que detestaba la palabra culo por ordinaria, si viviera para conocer otra serie titulada "Con el c. al aire"?

No me apetece soportar una sarta de tacos, expresiones zafias o conductas maleducadas, y menos que me las hagan tragar como los usos culturales on fire en nuestro país. Existe humor con gusto, entretenimiento bien rimado con la elegancia. Uno ve "Ocho apellidos vascos" y las palabrotas no te escuecen, ocupan su lugar. Paso de que teledirijan mi mente y me conviertan en una máquina de ver anuncios. El problema es que cambio de canal y me encuentro con... fútbol, fútbol, debates sobre insustanciales realities, fútbol, sálvames y más fútbol. Así que he optado últimamente por apagar descaradamente la tele y encender un libro.

sábado, 3 de mayo de 2014

ALCALDES BAJO LA ENCINA


Cuánto nos duele en el Movimiento Rural Cristiano la pretensión de la nueva ley de reforma local de limitar competencias a los ayuntamientos, y especialmente a los de los pueblos pequeños. Llevamos todo este curso a vueltas con este problema, tan desconocido para la opinión pública y a la vez tan relevante para los vecinos de a pie. Y ese fue el tema que centró nuestro encuentro anual, el 1 de mayo, del Día del Mundo Rural de Extremadura en Almoharín.

Necesitábamos informarnos, comprender para concienciarnos, para poder tener una postura y explicarla; y por eso llamamos no a doctores ni a tertulianos, sino a un grupo de alcaldes de pueblos chicos y de Entidades Locales Menores, gente en su mayoría joven que, con generosidad, aceptó acompañarnos en una soleada mañana junto a la ermita de Sopetrán. Se dirigieron con frescura, buen humor, sencillez y claridad a un florido grupo de cristianos entre los que se encontraba el obispo de Coria-Cáceres, Don Francisco Cerro, que llegó, saludó sonriente, se sentó en su silla de playa y se puso a escuchar como uno más, con atención y agrado.

Fue un verdadero gustazo escuchar sus explicaciones y testimonios, pegados a la realidad de cada día. Sus temores de que esta "Ley de Racionalización y Sostenibilidad de la Administración Local" supone un notable recorte de la capacidad de gestión de los ayuntamientos más pequeños, la supresión de ciertos servicios, la privatización de muchos otros, y un retroceso de lo conseguido en derechos sociales y bienestar en las últimas décadas a través de la administración cercana.

Nos contaron multitud de anécdotas de la vida cotidiana, la aventura de cómo fueron capaces de organizarse desde el mismo momento de la publicación en el BOE del anteproyecto de ley, uniéndose hasta formar una federación, y superando colores e intereses partidistas cuando se trata de luchar por la gente de a pie y la democracia. Fue estimulante conocer a un grupo de hombres y mujeres que hacen pensar que la clase política no está perdida del todo, que hay políticos realmente comprometidos con sus pueblos, que buscan con sinceridad el bien común.

Además, nos agradecieron repetidamente que les hubiéramos invitado. Y vaya si les aplaudimos. Y tras sus intervenciones, allí mismo, las encinas hicieron de catedral, y las palabras derechos, organización, libertad, participación, servicio, resonaron con su registro evangélico, llenando una preciosa celebración de la Eucaristía. El obispo nos habló de encuentro con el Resucitado por los caminos de la vida, en medio de las frustraciones, sembrando esperanza, construyendo Reino. Fuimos formando una gran cadena multicolor, simbolizando que la unión hace la fuerza: militantes, vecinos, políticos, jerarquía... juntos para dar vida a nuestros pueblos.

La mesa del altar tuvo que alargarse para acoger tantísimos manjares, y al rato fuimos conquistados por el sabor de la tomatera y las carcajadas de las actuaciones que amenizaron una estupenda sobremesa. Así transcurrió un día magnífico, con naturalidad, alegría y un ambiente sano y optimista, la fiesta de este pedazo de Iglesia palpitante que es el Movimiento Rural. Tumbado una mijina en la siesta pensaba que Jesús el Señor hubiera disfrutado con nosotros; hasta que Ángela dijo: "¡César, que te duermes!".