sábado, 30 de junio de 2012

UNA IMAGEN QUE DEJA MUDO

Quizá conocemos los atentados contra iglesias del norte de Nigeria, zona de mayoría musulmana. O quizá no, puesto que es algo que no logra romper demasiado a menudo el "techo de cristal" de los medios. El grupo islamista Bokko Haram (ver en http://www.mundonegro.com/?q=content/continua-el-terror-de-bokko-haram) está desencadenando un auténtico conflicto religioso en aquel país. José Miguel Calatayud lo explica mejor que yo en http://internacional.elpais.com/internacional/2012/06/19/actualidad/1340132828_541374.html. Copio un par de párrafos (19 de junio):

"La violencia religiosa parece haberse adueñado definitivamente del norte de Nigeria. El pasado fin de semana fue el tercero consecutivo en el que la secta islamista Boko Haram atacó iglesias cristianas en esta parte del país. En esta ocasión, dos suicidas bomba hicieron explotar sus artefactos en dos iglesias en la ciudad de Zaria y un tercero lo hizo en Kaduna. Al menos 19 personas murieron en los ataques y decenas de ellas resultaron heridas.
En lo que llevamos de año, e incluyendo los del pasado fin de semana, Boko Haram ha perpetrado atentados suicidas en al menos 12 ocasiones, la mayoría de ellos contra iglesias u otros lugares donde se congregan los feligreses cristianos. En total, en 2012 se atribuye a esta secta los asesinatos de al menos 560 personas".

Mi compañero y amigo Antonio Herrera me envía desde Burkina una foto tremenda con un texto del claretiano Juan Carlos Martos, en el que denuncia que facebook le ha recriminado "por publicar este documento gráfico, como denuncia del holocausto que sufren los cristianos en Nigeria desde hace más de 10 años. Conforme a la política de seguridad de esta red "social", la fotografía se ha clasificado como material "pornográfico", "violento" o "inapropiado" y, por ello, me castiga prohibiéndome subir durante una semana cualquier otra fotografía. Y me amenaza con actuaciones "drásticas" si prosigo en mi intento de denunciar documentalmente la terrorífica conculcación de los derechos humanos en Nigeria".




La imagen es horrorosa. Te deja sin palabras; y por eso mismo es indignante que la quieran silenciar y censurar. Poco podemos hacer aquí, pero podemos hacer gritar a estos cuerpos calcinados; así que, por favor, aunque nos duela, difundámosla.

miércoles, 27 de junio de 2012

ARCHIVERO FELIZ

El curso casi ha terminado; lo sabemos por la desaparición paulatina de reuniones (¡por fin!) y la llegada inapelable de los calores. Aprovecho la primera hora de la mañana para sumergirme con la fresquita en el mar de papeles que es mi despacho. Al abrir cada carpeta vuelan regustos de momentos vividos, retazos de trabajo y afán en estos meses últimos, huellas de ilusiones, decepciones, procesos y logros en forma de anotaciones, plegarias, objetivos, caligrafía de los jóvenes en mi cuaderno de la JEC, órdenes del día, seguimiento del presupuesto, temas de formación... Memoria de mi parroquia que trato de guardar con respeto y cuidado.

A medida de que las letras me envuelven me siento serenamente satisfecho de todo lo que ha ocurrido. Salen también fotos que me hacen sonreír: las bodas de plata de Nemesio, la excursión con los niños y las madres de la catequesis, el coro navideño cantando villancicos por la calle, el taller en el instituto, la jota extremeña el día del Mundo Rural... Ha sido un curso estupendo. No todo ha salido como a mí me hubiera gustado, pero el resultado me parece hermoso. Pienso que Dios va escribiendo su historia en nosotros con trazos sencillos, a veces aparentemente erráticos, sorteando los borrones, con suavidad bondadosa, engatusándonos de amor cotidiano escondido, pequeño. Pero firme e irrevocable.

Estoy feliz de formar parte de esta vida; y orgulloso de ser aceptado y querido. Y con esta alegría me marcho a mi querido Calamonte al entierro de don Diego Barrena, sacerdote centenario, el más viejo de nuestra diócesis. Ayudo a cargar su féretro por el pasillo, revestido, con otros compañeros, y noto que la emoción me envuelve: aquel mismo lugar hace nueve años, apenas planteándome ser cura diocesano, y todo lo que ha pasado desde entonces. Cada paso, cada experiencia, y ahora el peso de este cuerpo. Llevamos y somos llevados, tenemos la suerte de pertenecer a algo, a alguien; a Alguien.

sábado, 23 de junio de 2012

UN PANDA MUY PECULIAR

Toallitas. Bote de lápices y bolis. Fonendoscopio. Una empanada en su caja de cartón. Varios bolsos. Crema de manos. Caramelos Halls. Un polo Tommy Hilfiger. Guantes de lana. Palos de trekking. Pinzas de la ropa. Un abanico. Pendientes peperos de una perla. Bandejas de catering. Un motón de Cds. Fundas de gafas. Cientos de papeles y agujas de jeringuillas. Una caja de productos de comercio justo... Todo eso y mucho más es lo que uno tiene que apartar cuando intenta montarse en el Panda de la ATS de mi pueblo.
"La  Mari" es también la coordinadora de Cáritas, gran persona, generosa, entregada a tope a todo el mundo, querida por el pueblo entero. Se dedica con abnegación a curar heridas, en una paradoja que la vida le hace llevar puesta: sus cicatrices aún sangran. Pero camina casi siempre con valentía, atreviéndose a reconstruirse mientras cambia vendas, pone inyecciones y mide la glucemia. No es fácil, y hay días en que la tristeza la arrincona, la dureza de sus cosas se le hace intragable.
Hay días en que aparca el Panda en mi puerta; y entonces la gente se hace preguntas. Si va con el cacharro de la tensión alguien suele traerme un queso, porque estoy malo (jejejeje...)

Cuando mi coche está en el taller me presta el Panda. Si voy por el pueblo la gente me saluda muy sonriente y efusivamente al ver llegar este  bólido amarillo (hasta que comprueban que Mari no puede estar calva y tener barba); os aseguro que me sube la autoestima. El efecto pasa al ver la factura del taller.

Los días que tengo el Panda lo aparco en mi puerta, y eso ya sí que confunde a la vecindad, ¡jajaja! Hay que decir que me ha llevado a Badajoz incluso; y tiene un botón muy chulo para que aparque solo. Mientras lo hace voy investigando entre las cosas que hay dentro, pero aún no he encontrado animales.

Mari jamía, echa parriba ese ánimo, que la vida es muy bonita y ya te está devolviendo lo que te ha quitado. Y aquí estamos nosotros por si la cuesta arriba se te vuelve insoportable, que te cogemos en trucha si es necesario. No se te olvide.

martes, 19 de junio de 2012

DECONSTRUYENDO EUFEMISMOS SOBRE LA ACCIÓN CATÓLICA

Me gustaría comentar un artículo de Lourdes Azorín aparecido (creo) en Ecclesia en el número del 26 de mayo pasado. Digo "creo" porque no he logrado encontrar este texto en la red (y por ello tampoco se cómo interactuar con la autora) y tampoco accedo de momento al original en papel. Se titula "Renovar la Acción Católica" y contiene, a mi modo de ver, varios excesos, algunos errores y desde luego una linda colección de eufemismos.

Empieza bien, diciendo que "la Acción Católica es la forma básica de ser cristiano laico asociado"; la Acción Católica, citando al Concilio en Apostolicam Actuositatem 20, "es un elemento estructural de la Iglesia, un elemento básico de articulación del apostolado seglar ascociado". Hasta aquí perfecto.

Un poco más abajo dice que "hay que actuar mucho más claramente respecto a la situación actual" que la AC tiene en España. Situación que califica de "un apaño": tras la crisis, "la reconstrucción de la Acción Católica se ha hecho desde el modelo de la especializada y con una atomización que subraya el carácter especializado de cada movimiento". Algo equivocado según la autora, porque puesto que "la Acción Católica tiene que ser una, es una cosa muy rara esto de ser ocho movimientos especializados distintos y otro más de la general"; de hecho, "no tiene sentido que haya movimientos especializados en su seno". Toma castaña. Exceso 1.
¿Por qué no tiene sentido? Porque ahora resulta que los adjetivos (obrero, cultural, estudiante, rural...) "son circunstancias más o menos coyunturales y apendiculares", "las modalidades o ramas son secundarias, son funcionales, no estructurales". Así por las buenas (exceso 2).

Pero nada de eso dice Apostolicam Actuositatem 20 (que más bien habla de "los diversos ambientes" en la primera nota). Ni el sentido común: ¿cómo es posible pensar que para un movimiento como la HOAC el ámbito del mundo obrero es algo accesorio? ¿Se trata de una broma? El mundo del trabajo, el mundo rural, el mundo estudiantil, no son solo el campo de acción de los movimientos especializados, sino que tiñen su espiritualidad, su estilo de organización, sus procesos formativos... todo está configurado por estos escenarios de la vida y la evangelización, que dan a cada movimiento su especificidad dentro del común espíritu de la AC. Los ambientes requieren esa especialización para poder llegar a ellos como levadura y sal en medio de la masa.... Los movimientos son instrumentos evangelizadores y misioneros de la Iglesia para entrar en todos los ámbitos desde el diálogo y la encarnación... Me pregunto por qué de repente eso no vale.

Seguimos. Un poco más adelante dice: "Si la Acción Católica es la forma básica de asociarse los laicos, es la forma básica y no es especializada", y por eso antes había dicho que para los militantes, aunque participen de mediaciones obreras o culturales, "su equipo de vida es el de su parroquia". Pero... ¿va contra algo el hecho de que la AC especializada es una forma de ser iglesia que no es necesariamente parroquial? La JEC, la HOAC, el MRC, son movimientos diocesanos, supra-parroquiales, que no dependen directamente de las parroquias y que a la vez viven y están perfectamente en las parroquias. De hecho hacen que la parroquia llegue donde por ella misma no puede llegar: instituto, mundo obrero, intelectual, universitario, etc... En una parroquia rural (como la mía) hay un movimiento especializado de jóvenes y otro de adultos (dirigidos por laicos, segunda nota), en total sintonía y coordinación con el resto de dimensiones y grupos de la comunidad. ¿Quién dice que solo la AC general tiene la exclusiva del carácter parroquial?

"La formación cristiana de las conciencias" (...) "se hace más y mejor desde la Acción Católica General que subraya la identidad cristiana básica y común a todos los fieles cristianos laicos". Tampoco estoy de acuerdo: ¿por qué descalificar a los que no son "los tuyos" insinuando que es que los demás hacen las cosas peor? Este exceso 3 me parece realmente intragable.

Y la última: "la Acción Católica no puede ser el polo crítico en la Iglesia, no debe serlo". Supongo que se refiere a los movimientos especializados, que por alguna extraña razón cargan con el sambenito de "disidentes", "críticos" y "progres". Lo curioso es que en ellos (cuarta nota) tienen entrada los obispos y pueden ejercer su función propia, puesto que son movimientos esencialmente diocesanos, mientras que no me imagino yo a un obispo nombrando a un coordinador (o su equivalente) de otros movimientos que hoy "pitan más" que la AC...

Resumiendo: es legítimo preferir la AC General y apostar por ella, pero ¿tiene que ser a costa de negar y excluir los demás movimientos? La realidad nos está llevando por otros caminos: necesitaremos gente capaz de iniciar cualquier movimiento de AC, según la necesidad u oportunidad, en una ciudad o zona. Personas (militantes y consiliarios) flexibles, que están por encima de las siglas, y apuestan por lo más conveniente en cada situación puesto que todo es igualmente iglesia.

Así que este artículo, en vez de "Renovar la Acción Católica", debería haberse titulado "Liquidar la Acción Católica especializada". Total, estamos atomizados (al menos es más fino que "despachurrados").

viernes, 15 de junio de 2012

GOLPES DE MIS SOBRINOS

Manuel y Guille son los hijos de mi hermana Susana y mi cuñado Nando, y viven en Badajoz. Y son los niños más salaos que te puedas echar a la cara, como todos los sobrinos para todos los titos del mundo. Os cuento las dos últimas anécdotas que mi madre me refirió ayer; no tienen desperdicio.

Es la fiesta de fin de curso del torneo de fútbol en el que participa el equipo donde juega Manuel. Entrega de trofeos; mi sobrino es el que más goles mete de su equipo, pero hay un niño de otro equipo que ha marcado uno más que él, así que ese chaval recibe la copa al máximo goleador. A Manuel, conocido por juegar muy bien, le llaman para darle el trofeo al "jugador más regular"; pero en vez de subir a recogerlo, frunce el ceño, saca el morro y dice que no, que no quiere esa copa, porque le han dicho que es regular, con lo bueno que es él. Jejejeje. Todos los entrenadores, árbitros, padres, etc., explicándole a Nieto (es su nombre en el fútbol) que no, que "regular" significa habilidoso, constante... el mejó en definitiva. Jajajaja... tiene 8 años.

Su hermano Guille tiene 6. Resulta que están la otra tarde en el parque con los colegas del barrio jugando al fútbol (de nuevo) y de repente llega una madre con tres o cuatro niños negros como el carbón. Ante tal incremento de participantes, alguien dice: "¡vamos a echar un partido!"; y otro: "¡sí, vamos a hacer dos equipos!"; y mi sobrino Gulle dice: "¡sí, dos equipos! Los negros y los humanos". Jajajajjajaja! Es que lo veo y me troncho... los negros y los humanos, jajajajajjaaaaaaaaaaaaaa!!!!!!!!! Ay.

Por lo visto aquella noche no hubo cuento. Mi hermana se dedicó a explicarle al Guille que los negros son humanos también, igual que nosotros... Lo que hubiera dado yo por escuchar esa conversación.

lunes, 11 de junio de 2012

COMPARTIR ES EL ESTILO DE DIOS


Homilía para el Corpus; un poco larga, pero con enjundia.

Llegó la hora de la escasez, de las vacas flacas; llegó por tanto la hora de compartir. Compartir es hacer concreto y visible el amor, es el mecanismo por el que la solidaridad deja de ser un sentimiento para convertirse en algo material y sólido.

“Cuando uno no tiene nada, lo comparte todo. Cuando tiene algo, ya comparte menos. Si tiene mucho, ya no puede compartir, tiene que defender lo que tiene”.

1. Para saber compartir, la primera condición es no tener. Compartir es algo propio de los pobres. En la posguerra, en los años del hambre, no había de , pero la gente mayor te cuenta que “estaban todas las casas abiertas”, y siempre había un cacho de pan para la vecina que ese día estaba escasa. Todos sufrían, todos necesitaban, y por tanto todos tenían afinado el sentido de la solidaridad y sabían multiplicar lo poco que encontraban.
Compartir no es “dar”, ese dar propio de quien tiene de sobra, como cuando damos a los que vienen recogiendo ropa en el cambio de estación, prendas que ya no queremos; o como cuando aprovechamos una campaña de recogida de juguetes para librarnos de tantos trastos inútiles que no sabemos dónde meter; o como cuando echamos un euro en el sobre de Manos Unidas. “Dar” de esa manera es algo más bien de ricos, un gesto indoloro que hace superior a quien da, y que, como mucho, tranquiliza la conciencia (“yo ya he colaborado”).

2. Además, compartir implica que, cuando doy, me quedo sin lo que doy. Una simpleza que Jesús explica con este ejemplo: “El que tenga dos túnicas, que le dé una al que no tiene ninguna, y el que tenga comida que haga lo mismo” (Jn 3, 11). Por eso, para poder compartir, no podemos acumular, hemos de vivir con austeridad, sencillamente, para permitir a otros que vivan y para dar de lo nuestro y perderlo, no dar de lo que nos sobra.

3. Compartir es responsabilizarme de lo común. El supuesto “estado del bienestar” nos ha educado en “ordeñar”, no en compartir. Éramos un país rico; teníamos tanto que nos creímos con derecho a todo, y nos dedicamos a aprovechar sin conocimiento esos recursos teóricamente inagotables. Todo el mundo a ordeñar la vaca, tanto que, cuando el animal empezó a flaquear, hubo que alimentarla artificialmente con préstamos… hasta que el sistema se desfonda, porque resulta que la gordura de la vaca era postiza.
La ayuda a domicilio tiene los días contados; el PER veremos a ver… Pero en mi pueblo estamos pensando crear un banco de tiempo. Se trata de compartir e intercambiar lo que cada uno puede hacer: yo te arreglo estos enchufes y tú te quedas con mi padre para que yo pueda salir una noche. En otro pueblo, un vecino está arreglando la acera de su casa, que estaba mal hecha y dejaba pasar la humedad; el ayuntamiento pone los materiales y él su trabajo. No cobra, comparte.
¿Por qué todo ha de solucionarse con dinero? ¿Cómo hemos llegado a ver tan normal que haya que pagar a los familiares para que cuiden de los ancianos? La espiral de tener más, sea como sea, nos ha llevado a la bancarrota en la que estamos. Es un desastre humano, que afecta a la esfera de los valores. La lógica del compartir puede ser buen tratamiento contra esta patología del corazón: en vez de arrebañar, aportar; en lugar de “¿cómo me puedo beneficiar?”, más bien “¿qué podría yo arrimar para que esto salga a flote?

4. Compartir es la lógica de Dios. En vez de salvarnos sentado en su celeste sillón con un rayo todopoderoso, ha venido a estar entre nosotros, a ser uno de nosotros, a ver si nos enteramos de cómo podemos ser auténticamente humanos. Dios habita en nuestra casa, no se pone por encima, sino a la misma altura, porque comparte nuestra pobreza, y con su manera de vivir nos enseña qué significa felicidad, qué es eso de “la salvación”: liberarnos del egoísmo que nos atrapa y nos aniquila, simplemente amando y compartiendo.
Y por si no quedase bastante claro con su vida y su muerte, Jesús se ha hecho pan. Dios es pan que se parte y se comparte. El pan es el símbolo de la necesidad humana, de la llamada urgente y permanente a compartir para poder vivir todos. El pan nos recuerda que todos somos hermanos, y por tanto todos iguales, y con el mismo derecho a las cosas básicas. No podemos por tanto despilfarrar.

Celebrar la Eucaristía significa compartir: todos comemos del mismo pan. Comulgar nos exige no tanto “estar en gracia, no tener pecados (…)”, sino “estar en solidaridad”. Sacar este pan a la calle nos compromete más; nuestra procesión es denuncia de las nuevas formas de injusticia: el paro, el desigual acceso a la educación, los desahucios, los atentados contra el derecho a la sanidad, la discriminación de los inmigrantes, la reducción en los fondos de ayuda a los países pobres…
Nuestra procesión es compromiso de compartir; así luchamos los cristianos contra la desigualdad: compartiendo. Como Jesús nos ponemos a favor de los débiles, compartimos con los más humildes como deber evangélico. Solo así nuestra fe es creíble. Solo el amor es digno de fe.

viernes, 8 de junio de 2012

¡OTRA TARTA!

Esta vez han sido los jóvenes del grupo de la JEC, que se han presentado con ¡otra tarta! para celebrar... ¿mi cumpleaños?, ¿el final de curso?, ¿que estamos juntos? No lo sé muy bien.

La frase: "Gracias César" (faltan un par de letras, ya comidas). Y con ella un montón de ideas para el verano: vamos a ir al Centro Hermano de Cáritas, al cine, a la playa, vamos a hacer actividades con los niños en el pueblo (gymkana, ruta en bici...), vamos a pensar qué podemos crear en el centro sociocultural, que está vacío y solo... El reverso de tardes de plantón, porque la vida está pintada de alegrías y oscuridades casi por igual.

Menos mal que la conversación sobre tantos planes disimuló un poco el nudo en la garganta que apenas me deja tragar la "R". ¿Se puede pedir más? Don Bosco tiene razón: "no basta amar a los jóvenes; es preciso lograr ser amado por ellos". Es lo más hermoso y gratificante para mi corazón. Y de postre el comentario: "César es un cura no tan joven pero bueno para los jóvenes". ¡Jejejejeje! Vaaaaaaaaaaaaaaaya.

martes, 5 de junio de 2012

RECIDIVAS DE NACIONALCATOLICISMO-ANTICLERICALISMO

Hay una variedad de paludismo, la producida por el Plasmodium Vivax, en que la que una de las formas de vida del parásito se aloja en las células hexagonales del hígado humano; y allí se va gestando, latente, durante meses, de manera que, cuando parece que uno lleva tiempo sano, el bichito reaparece y regresa la pesadilla del fiebrón, la cefalea insoportable, la descomposición intestinal... Lo digo por experiencia.

Febrero, mes de congresos de los dos grandes partidos, registró curiosas iniciativas y declaraciones. Primero, Rubalcaba con el dedo extendido, pidiendo la revisión inminente del concordato con la Santa Sede, como si eso importara a alguien o fuera a resolver algo en medio de la tempestad económico-financiera que soportamos. Dos semanas más tarde, en el mismo sitio, un grupo relevante de congresistas del PP (entre ellos la delegada del Gobierno en Madrid, Cristina Cifuentes, por ejemplo) pide la retirada del rótulo "cristiano" de la definición ideológica del partido; moción que, por supuesto, fue ampliamente derrotada.

De tarde en tarde, cuando parecían dormidos, vuelven el anticlericalismo barato, trasnochado e inútil de algunos, y el nacionalcatolicismo publicitario y ostentoso de otros. Para mí son tres cuartos de lo mismo: la vieja manía de intentar colonizar las conciencias y las ideas, la pretensión secular de apropiarse las esencias de lo católico como patrimonio exclusivo. Recidivas estridentes, virutas de una secularización inmadura y mal interpretada.

La malaria requiere una cura radical del hígado. ¿Cuándo nos van a dejar en paz? ¿Cuándo van a dejar de utilizar a la Iglesia para atacarla de manera ventajista y facilona o para apuntarse al caballo ganador por todo el morro? Quizá el día en que cada cual pueda pensar y creer lo que quiera, sin que le cuelguen sambenitos progresistoides o facistoides; o el día que la etiqueta de cristiano deje de usarla cualquiera arbitrariamente, para acusar con ella o para colgársela como una medalla.

Mientras tanto seguimos buscando la vacuna, igual que el infatigable Patarroyo. Pero da la impresión de que a las multinacionales del poder (IBIS aparte) no les interesa demasiado. Qué coincidencia: como le pasa a Patarroyo.