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Es un privilegio comenzar el día escuchando el canto de los pájaros, ante ti, Dios mío, señor de la belleza y de la luz. Y contigo "digerir" las cosas de mi vida, ir educando de tu mano mi sensibilidad para saberte encontrar por las calles de mi pueblo, en los pequeños y grandes dramas de cada casa, en las soledades, el dolor callado, la espera, la inquietud y la felicidad del niño.
Mi pueblo es como un bosque que al amanecer se despereza, despierta lentamente al son de los pájaros; y yo me siento como un centinela que vela el sueño de su casa, o como el niño que espera el despertar de una mañana de Reyes, o como quien vigila el latido quedo de un anciano al amanecer...
Es una suerte comenzar la jornada de forma tan hermosa, tan serena y tan llena. Aunque hoy tengo mucho sueño, con los ojos apenas entreabiertos y el olor del café, te digo GRACIAS, y te pido energía, habilidad, paciencia y amor para el camino de este día. Para que mis pies avancen y mis manos construyan. Para ser feliz y hacer feliz.
1 comentario:
César: Da gusto leer todo lo que escribes, que bien expones lo que vives y sientes.
Empiezas el día enfocado hacia Dios ,y por fuerza tienes que experimentar
su empuje para terminarlo bien.
Sigue adelante con tus altibajos pero siempre a flote.
Saludos.
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