miércoles, 16 de enero de 2013

SOPLIDOS DE SOLIDARIDAD


A veces he intentado tocar una corneta, pero nada, no soy capaz. Se hace de pie, soplando fuerte, es un sonido rotundo. Como el del tambor, golpetazos decididos, sin arrugarse. Así suena la solidaridad de mi pueblo, que retumbó en nuestra parroquia hace unos días y cuyo eco aún permanece en mi corazón.

Se trataba de ayudar a Mary Paz, una niña de Jerez emparentada con vecinos de aquí y que sufre una enfermedad rara que le impide moverse. Hace tiempo que su familia trata de movilizar a amigos y conocidos para afrontar gastos médicos y necesarias reformas en su casa (pincha por ejemplo en http://www.facebook.com/TaponesParaMaPaz). Cuando hay que ponerse las pilas para ayudar a alguien, los de Santa Ana se las pintan como nadie; bueno, nos las pintamos (si ellos me permiten).

La Agrupación Musical "Nuestra Señora Santa Ana" interpretó varias piezas, todas religiosas (marchas de Semana Santa y villancicos, que no se inquieten los puristas) en nuestra iglesia repleta. En mitad de la actuación se pasó el cesto para que la gente colaborase; también había huchas en las puertas. No se oyó el tintinear de las monedas, pero no a causa del volumen de los trompetazos y bombazos, sino porque prácticamente todo eran billetes. Casi mil euros. Toma castaña.

Hace poco escribí que el dinero tiene la capacidad de estropearlo todo. Y lo mantengo. Pero añado que, cuando el dinero es instrumento del compartir, puede convertirse en una hermosa expresión de solidaridad. Compartir desde abajo, entre pobres, nos hace más personas, nos trae el sabor de lo sencillamente humano. Sin aparatos, sin compra-venta, solo "te doy lo que tengo" (Hch 3, 6), sin más historias ni cálculos, sin ponerme medallas, perdiendo intencionadamente para que tú puedas ganar un poco.

No cabe duda que el dinero que se entregó a la madre de Mary Paz será muy útil. Pero más valioso aún es el camino por el que ha venido, el discreto cariño que lleva pegado. Seguramente, si se lo acerca al oido, la niña escuchará un silencioso "¡ánimo, estamos contigo!". O lo recordará cuando abrace al oso gigante que la Banda le regaló. Y notará quizá un rumor de cornetas y tambores.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

QUE BONITO EL GESTO,QUE POR SOLO,ESCUCHAR UNAS CANCIONES SE SACARA ESE DINERO.YO YA HE ENTREGADO TAPONES PARA ELLA.

Anónimo dijo...

hola muy buenas tardes.
Era para decirte que me dolio mucho no poder ayer tarde escuchar a la banda de mi pueblo que llevo escuchando hace 2 años. Ahora todos juntos le deberiamos dar nuestro apoyo porque han pasado muy malas tardes de frio y a ellos nunca se le han quitado las ganas de segir tocando.

Ahora vamos con lo que paso el viernes:
Ese dia se esta de luto pero si se esta de luto ¿se canta?
Y yo voy a decir una cosa la gente dice que no comprara papeletas ¿pos yo se las compro todas?
Y si esto es pecado dios nos perdonara viva la semana santa.

Anónimo dijo...

Estimado sacerdote;

He recorrido más de mil kilómetros para poder disfrutar de la Semana Santa de mi pueblo, disfrutar de sus imágenes, sus pasos y su banda. Mi familia disfruto con mucho orgullo el jueves santo en Jerez al ver como la banda paseaba orgullosa el nombre de nuestro pueblo por Jerez y allá donde vaya.
Quería hacerle una reflexión por lo ocurrido el viernes santo, usted cree que hubo unión en el pueblo? Bajo mi humilde opinión y viendo el conflicto desde fuera no lo hubo, unos si y otros no. No és bonito ver como nuestro pueblo tiene rencillas por representar el nombre de Valle de Sta. Ana, la desilusión de todos los asistentes que deseábamos disfrutar de todo lo que nuestro pueblo nos ofrece, y creo humildemente que no se nos permitió.

Me he dirigido a usted por este motivo xq vivo en una ciudad y siempre he admirado la unión de este, mi pueblo.

Un cordial saludo