domingo, 28 de noviembre de 2010

FÚTBOL REAL

En medio de esta "jartura" de Barça-Madrid, de este anestesiante éspectáculo-negocio que nos hipnotiza y nos distrae, sembrado de personajes grotescos como Mou o Ronaldo, en el que ganan y por goleada los que tienen más dinero y que no me atrevo a llamar deporte, resulta que me he hecho socio del C. D.Vadesa, el equipo de mi pueblo, Valle de Santa Ana (http://cdvadesa.wordpress.com/).

Ya ni me acuerdo de la última vez que fui al fútbol... quizá fue en Sevilla a ver a España en 1999... ¿contra Argentina?... no estoy seguro. Bueno, el caso es que el domingo pasado asistí al Vadesa-Bienvenida: ¡bienvenidos al fútbol real! Entras y no tienes que enseñar ni el carnet porque el de la puerta es Cefe; hay un coche de la Guardia Civil porque alguna vez ha habido bronca; la presencia de los picoletos impide a los del bar despachar bebidas "espirituosas", aunque a veces se enrollan (...). Rubio, el entrenador pega con cinta aislante un peto en un palo porque los árbitros han olvidado dos banderines de córner; Rubio es el hijo de Cefe. Nos sentamos sobre papel de periódicos que Mari (madre de Rubio, esposa de Cefe) previsora se ha llevado; hace un frío que pela, aplaudimos con los guantes puestos y el cuello del forro polar hasta las orejas.

Salen los jugadores a un campo medio embarrado y empieza el partido. Jugadores que no cobran ni 6 millones ni 6 céntimos... nada, más bien les cuesta las perras a ellos. Noto el esfuerzo, el aliento de los futbolistas, las patadas, la tensión de la competición, las camisetas mojadas; se oyen los gritos entre unos y otros, las instrucciones afónicas de los entrenadores, los tacos en la grada, los insultos al árbitro, a los contrarios... aunque con moderación esta tarde según me cuentan. Nos marcan un gol y hay comentarios derrotistas, "hacemos buenos a todos", "vamos de c."... porque por lo visto no somos de los mejores de la categoría, que es Primera Regional (ya no se puede descender porque no hay más).

Llega el descanso. La gente va a por pipas, un anís, un cacharro (ha habido suerte con los verdes) en vaso largo pero de plástico. Uno de los directivos vende tiras para una rifa de un chándal que se sortea allí mismo; a mi lado la alcaldesa y el juez de paz. Se reanuda el encuentro, los minutos pasan, no hay que perder la esperanza porque aquí no siempre ganan los mismos, hay incluso posibilidad de remontar, se aprecia la influencia del azar; y de hecho marcamos el 1-1 pero yo estaba mirando para otro lado y no lo veo, no hay repetición como en la tele, vayapordios.

Sube la emoción, se escuchan cosas más positivas, el público anima a los jugadores... son nuestros vecinos, mi primo, mi novio, el novio de mi mejor amiga, son héroes locales, gente de carne y hueso. Y en un contraataque el Vadesa marca el 2-1, la grada ruge con sus 100 personas o así, el árbitro (que de repente es un hacha) pita el final, empieza a caer una lluvia helada, salimos pitando también nosotros muy contentos por la victoria. No hay rueda de prensa, hay brasero el resto de la tarde, una tarde de fútbol de pueblo, fútbol de verdad. Y por aquí es por donde se empieza a ganar el Mundial, vaya que sí.

1 comentario:

Gabriel dijo...

He copiado esta entrada de tu blog en el del Vadesa y se ve que está gustando, porque suben las visitas y ¡hay un comentario y todo! Espero que te lo pases bien con el fútbol de nuestro pueblo. ¡Un abrazo!