lunes, 30 de mayo de 2016

"PARECES OTRA PERSONA"


Me lo dijo hace algunas semanas Ceci Corbacho por whatsapp: "Te he escuchado en la entrevista de los alumnos del IES San Fernando. Me ha gustado mucho, pareces otra persona". Otra persona???? Desde entonces no dejo de darle vueltas, y hoy, que cumplo 46 años, más todavía.

"Hablas como los de Fuente del Maestre", bromea Carmen. Jaja, es cierto, se me han pegado las eses, ya no se distinguen la c, la s y la z en mí, como le pasa a todo el mundo acá. Yo no quería, prometo que no quería, pero me sale, no puedo evitarlo, ya me empieza a costar decir la c con la que empieza mi nombre, me suena rara la z de Zaragoza, se me resbalan las sílabas, qué quieres que te diga.

Sí, es como si me hubiera cambiado de nombre: "¿Cómo te llamas, padre?". "Sésar". Así lo digo, y me acuerdo de Antonio Herrera, que cuando se fue a Togo se empezó a llamar Antoine, como si naciera de nuevo, como si fuera otra persona.

En los días teológicos de febrero me pusieron de apodo "el español", porque cuando me presenté dije: "Me llamo César y soy español", y eso les hizo gracia, y además lo unieron al poco pelo que tiene Sean Connery en Los Inmortales, cuando interpreta al español. A partir de ahí, cuando me presento digo: "Vengo de Mendoza, diócesis de Chachapoyas". O "Soy de Chachapoyas". Y es mágico: soy parte del Perú, acá está mi "fuego", diría San Juan de la Cruz. Mi referencia no es mi origen; es aquí, donde trabajo, donde vivo, de donde soy.

Porque yo soy de donde estoy. Igual que soy valenciano o santanero (eso se acumula y nunca se pierde), soy huayacho. Ser "otro" por amor a la gente a la que sirves, "ser pueblo" dice el Papa Francisco, "nuestra identidad no se entiende sin esta pertenencia" al pueblo. Nunca profundizaré suficientemente este número 268 de Evangelii Gaudium. Pertenecer a mi pueblo, identificarme con mi gente; aprender a ver, a sentir, a pensar, a amar como ellos, ser uno de ellos. Pareces otra persona.

Hasta el espejo canta, la cara se me ha alargado, mi cuerpo ha cambiado a los 46. A todas horas me jinco platos de arroz hasta con culantro, suelto un montón de quechuanismos, camino por barrizales, me gusta la cumbia de Corazón Serrano (aunque de bailar nada de nada, eso sigue igual), soy hincha de la U, que es como el Real Madrid de acá, duermo cada día en un sitio, me desparasito cada tres meses y el otro día batí mi propio récord de comer cuy, me ventilé uno enterito. Quién me ha visto y quién me ve. Con 46 tacos, soy el mismo "pero no es igual".

Busco y encuentro esa entrevista en internet, aquí: http://sanferadio.blogspot.pe/2016/02/entrevista-cesar-luis-caro-puertola.html. Me asombro de esta pregunta y mi respuesta:"Cuando vuelvas a España, ¿te gustaría regresar al Perú?". "No se si voy a volver alguna vez a España, ¿sabes? Ahora mismo no (...). Ahora mismo yo me veo aquí y no me veo en España". Pucha, ¡es mi voz, lo he dicho yo!

A pesar de todo,hay cosas que nunca cambian... el mismo tonto de siempre

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