lunes, 16 de marzo de 2015

25 AÑOS DE ACOGIDA, SENCILLEZ Y ALEGRÍA


Katy tenía la cara encendida de emoción, la veía abrumada por las muestras de cariño, los reconocimientos, las flores verbales y vegetales, las lágrimas queriendo asomar tras sus gafas y una avalancha de recuerdos, 25 años de sonrisas, cansancio, entrega, felicidad y dureza abarrotando su corazón. Y trabajo, mucho trabajo.

La Eucaristía en la catedral de Chachapoyas fue preciosa memoria y actualización. Mons. Emiliano y Merche, la superiora general de las Hijas de la Virgen para la Formación Cristiana, evocaron la gestación de la presencia de las paisanas en el Perú y sus primeros pasos de la mano de Mons. Montero y Mons. Hornedo y todo lo que vino después: el comedor, el dispensario, la catedral, la catequesis familiar, la atención a Huancas, el hospital... Gracias fue la palabra más repetida en todos los momentos del día, y Merche agradeció su cercanía a todos los misioneros de Mérida-Badajoz que han pasado por aquí... ¡incluso a mí! ¿De verdad también formo parte de esta historia?

Las psicólogas Judith y Flor llevaban las ofrendas, ellas con la doctora Temperance Brennan Rocío son el futuro, la promesa que Dios da a manos llenas en forma de pan y vino. Junto a ellas, Glafira vestida de hábito parecía disfrazada, Isabel con el pie sano, Dulce Nombre y Ángela como artífices de un cuarto de siglo de servicio. Cuando los mariachis comenzaron a funcionar en el patio de la parroquia, todas bailaron mientras Emilia hacía de las suyas. Se rompieron los diques de la alegría, se desataron las ganas de festejar porque ellas se lo merecen.

Los discursos en esta tierra son consustanciales a la celebración. El peruano es agradecido en su ADN, y lo expresa con ráfagas de palabras, educados tratamientos y reiteraciones que quisieran recargar la gratitud. Las palabras sobrevolaban la gran torta y adornaban las pastitas y los bocaditos con que nos obsequiaron antes del plato de carne de res con arroz, ¡qué banquetazo! La alcaldesa de Huancas, la catequista Filo, los regidores municipales...

Mientras nos peleábamos con el proyector, la expectación fue subiendo. Y cuando en pantalla aparecieron las hermanas Gracia y Amor, una silenciosa devoción se adueñó del comedor. Llevaban todo el día aquí, omnipresentes a pesar de los kilómetros de distancia. Gracia y Amor, su dedicación y amor a Chachapoyas, sus años de donación, de trabajo, de desvelos; Gracia y Amor llenándolo todo, hermosa metáfora de cómo Dios inunda todo de amor y de gracia, discreto pero eficaz. Katy ya no pudo más: Amor y Gracia son sus compañeras del alma durante años, y ella es el recuerdo viviente de una experiencia única, de lo vibrante de la fundación, de la lucha por encarnar carisma, vida y camino,

"Acogida, sencillez y alegría" es la divisa que está a la entrada de la casa de Chacha, y también en la capillita de las hermanas de Lima. No he encontrado otra cosa desde que llegué a Perú: acogida incondicional, estilo sencillo y familiar, y una alegría cocinada en el buen humor necesario cada día. Al manejar de vuelta a Mendoza, tras un día desbordante de emociones, pensaba que el carisma de las formacionistas sintoniza al pelo con el ser peruano, están hechas para esta tierra y esta gente.

Y hace un rato, sobre la mesilla veo el llavero que nos regalaron, con la divisa de Mª José: "Tú Señor, para mí, y yo para los demás". ¡25 años! Más de media vida... Diosito, para entonces, ¿dónde estaré?¿qué habrá sido de mí?

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