domingo, 26 de enero de 2014

ANTE EL BELÉN (poesía de enero)


Eugenio Campanario, el autor, subtitula este poema como "Balance de la Navidad". Pero en un whatsapp me ha dicho que "vale pa la vida, en cualquier momento". Ahí va, con esta sugerente imagen de Lolo Matos titulada "En camino".

Lo más importante es el camino:
a veces te guía una estrella,
en ocasiones te habla un ángel;
se dan casos en que un sueño te pone en marcha.
Pero lo importante es el camino.
Un pie tras otro pie y otro;
la pisada que marca
dónde estuviste
y cómo
(firme y honda: estuviste entero;
suave y ligera: sólo tu cuerpo).
Caminos de pastores,
de magos,
de mujeres que guardan con apego a sus niños,
de ángeles,
hasta de algún espía sórdido
que le va con el cuento a Herodes.
Lo importante es lo recorrido:
dejar atrás la oscuridad o el pasado,
las certezas o la comodidad.
Salir al camino,
entregarse con gozo al camino,
saberse, sentirse en el camino.
¡Ah, y lo más importante es el camino de por dentro!
El camino en que te sientas
y decides liberarte de la pesada mochila
que, descubres, aprisionaba tus alas.
Entonces…¡por eso te dolía tanto la espalda!
En ese camino ves con claridad los rostros,
descifras las sonrisas,
comprendes el silencio, la palabra
y hasta el beso bajo la lluvia, inesperado.
¡Ay, niño aún: aún quema la mejilla!
Lo importante es el camino
que sólo conoces tú
(y, bueno, quizá, no te esfuerces por ocultárselo,
alguien que sepa ver más allá de las palabras)
en que arrumbas las máscaras,
decides ponerte a la escucha de los ángeles
y seguir las rutas de las estrellas
y el rumor magnífico de los camellos
y el suave sonido del agua del río…
para descubrirte en todo
y descubrir todo en ti.
¡Magnífico camino en que la amistad te acuna,
el abrazo es más sencillo,
el verso brota como el canto fácil del jilguero,
descubres las conversaciones de los caminantes,
te dejas naufragar en unos ojos infantiles,
te enamoras (temporalmente) de una idea azul
y te transformas en millares de figuras distintas!
Es lo importante: el camino.
¿Quién llega a ver al Niño?
Quizás ya vive dentro…
quizás sólo pide no perder el ritmo:
un paso tras otro paso y otro:
sin miedo, sin límite: el camino.

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