sábado, 15 de junio de 2013

SIN TECHO

No, no es un barco, aunque da esa pinta... Es mi parroquia sin tejado, con los muros de carga a la vista, sin palos ni tablas, las tejas buenas apiladas sobre las bóvedas y el travesaño mayor al aire, como si fuera una pasarela de circo esperando a los acróbatas.

Ay, madre. Qué miedo, cómo tronaban los golpes de los maderos al caer a la cuba en pedazos, cortados por la motosierra. Qué montón de ripios hay por todos lados, qué obra más enorme. Como caiga una tromba de agua verás, estamos preparaos, se moja todo y creo que me echan del pueblo...

Para que luego digan que la iglesia tiene que estar más "a la intemperie", jejeje. Mi calva está desde luego cada vez más pelá y descubierta...

Lo más preocupante es que la única vez que cambié un tejado (bueno, yo no, los albañiles), nada más abrirlo me trasladaron. Esperemos que no sea eso un mecanismo universal. Mejor voy a poner las barbas a remojar, por si acaso.

Mejor voy a quitar este último párrafo, para no dar ideas.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Si te echan, llévate una teja de recuerdo

Anónimo dijo...

Despues de lo que hemos colaborado todo el pueblo comprando tejas me parece indignante que este dinero valla para los de fuera en vez de emplearlo y quedarse en le pueblo

Anónimo dijo...

En este pueblo hay mucha envidia y muy mala leche. Quien sabe, igual toda esa mala gente terminen en la cola del paro y se las devuelvan con la misma moneda