lunes, 27 de mayo de 2013

DÍAS DE "POCA MISA"

Hay días en que la Eucaristía cae a contrapelo, no pega o es como sobrante. Ocurre cuando el domingo está dentro de un fin de semana de fiestas o acontecimientos civiles o militares en los que participa de una forma u otra la mayoría del pueblo. Como ayer, por ejemplo.

Ayer domingo fue el día después de la Primera Comunión, que ya conté que es un día de fiestorrón en el que se ve implicado más de medio Santa Ana y parte del extranjero. La iglesia estaba llena de gente acompañando a los niños, una multitud que un rato más tarde se aplicó a devorar los manjares propios del evento y que por la tarde aumentó a la hora de los prestinos, los cuellos largos, las pulguitas y el queso. Una marea itinerante de una comunión a otra, más de dos con los ojos chiquininos, lo propio de la ocasión...

Claro, entre lo chico que es mi pueblo y entre que mucha gente fue el sábado a misa y otra gente se levanta el domingo algo perjudicá por los excesos culinario-etílicos, la parroquia a las 12:30 aparece casi vacía. Luego, poco a poco, va acudiendo el resto fiel, y en estos "días de poca misa" nos juntamos un grupito sereno, practicante y asiduo llueva, truene o granice.

Se echa de menos a los niños, hay momentos incluso en que uno se pregunta "¿Qué hago aquí?", pero al mismo tiempo da gusto celebrar con tanto silencio y tranquilidad, sin tener que quebrarte la cabeza buscando genialidades o brillanteces o humoradas para conectar con los chavales (a veces la homilía parece un monólogo del club de la comedia) y sin preocuparse por el ruido, etc. etc.

Esto sucede de vez en cuando. El domingo del Palancar, por ejemplo. O el domingo de la Patrona, o el de los Carnavales, o cuando hay algo extraordinario como un certamen, un festival, etc. Son "días de poca misa" en que la Eucaristía se simplifica y cambia de carácter, se hace más orante y yo me siento menos protagonista y descanso.

Pues esto es lo que me ha salido hoy. Ya sé que no es gran cosa, pero es lo que hay. Y lo escribo en este 27 de mayo, aniversario precisamente de mi primera misa. Hace 13 años comencé a prestar este servicio, que es al mismo tiempo tarea, premio y fuente de felicidad. Sea la asamblea grande o pequeña.

3 comentarios:

Manuel Carlos dijo...

Queria ser el primero en Felicitarte.FELICIDADES!!!!!!

Antonio Guzmán dijo...

Pues te ha salido muy bien. Ayer en la comunión de mi sobrina, pensaba algo parecido, cuántos hoy pero qué pocos en el futuro, al estilo de muchos son los llamados... Felicidades por este aniversario y por el servicio cibernáutico que prestas.

pilar dijo...

Felicidades por tu aniversario y por el compartir. Un besoooooooooooooooooo