domingo, 24 de julio de 2016

ANA Y YO EN UN GRUPO DE WHATSAPP


A veces, en esos ratos perdidos que asoman en la lentitud de la montaña, me pongo a mirar fotos y mensajes en mi celular inerte sin señal. Hace meses vi un grupo de whatsapp que habían creado los de la última promoción de confirmación de Santa Ana para hacerme participar de su fiesta cuando yo ya me había venido al Perú. Los chicos - Esmeralda, Lidia, Juanfran, Torres -... y su catequista Ana Corbacho.

Esta imagen es del día de su confirmación, y la pusieron en el perfil del grupo, donde me enviaban comentarios y más fotos del acontecimiento. Pasadas algunas semanas, toditos fueron saliendo del grupo (lógico, porque su cometido había terminado) y solo quedamos Ana y yo. No me atrevo a quitarlo y cada vez que lo miro y veo el título ("confirmaciooooon. Ana, Tú") llueve sobre mí una pena invencible y tenaz. Ana, Tú.

Qué difícil es seguir desde la distancia un cáncer implacable. Se siente una impotencia devastadora, que te socava el corazón y el ánimo, amordazada tu capacidad de consolar, tus manos vacías de abrazos. Ana me escribió varias veces durante el proceso de su enfermedad, y también tiemblo cuando esos whatsapps aparecen...

26 de julio de 2015
CÉSAR: ¡FELICIDADES! Tarde, pero de corazón.
ANA: Recuerda siempre que no importa el cuándo, sino el momento.

10 de agosto de 2015
C: ¡Hola Ana! ¿Qué tal te encuentras? ¿Cómo va todo?
A: Hola! me encuentro físicamente más fuerte. Ya he empezado el siguiente ciclo.

Ella era enfermera y sabía perfectamente lo que le pasaba. Desde el principio se enfrentó con el tumor de cara, luchando contra el miedo.

11 de julio de 2015
C: ¿Cómo te encuentras anímicamente?
A: Bastante bien. Soy muy consciente de la gravedad, a veces es mejor no tener tanta información. Pero voy a luchar día a día y no estoy dispuesta a rendirme.
C: Me pones los pelos de punta. Eres valiente.
A: No lo soy. Tengo momentos de bajón en los que lloro, pero de pronto me vengo arriba y pienso que nadie sabe realmente su último día. Ah! y tengo el apoyo de todos vosotros. Sin él, esta lucha sí que sería difícil.

Su último whatsapp es del 1 de noviembre pasado, pero me da pudor transcribir más frases suyas. Ternura y orgullo también: en todo momento procuró responder a mis mensajes, mantenerme dentro de lo que estaba viviendo, con generosidad.

Sé que Vicente, Fran y Ana Piojosa deben estar sufriendo inmensamente. Y Ana y Francisquín no digamos... Siempre os tengo presentes, estáis en el centro del cariño a mi pueblo. Ella era la mujer capaz y responsable, la profesional eficaz, la catequista puntual... y también la mamá dedicada a sus hijos, la esposa modelo, la hija servicial y cercana. Mis vecinos santaneros, que la conocen, estarán de acuerdo en que no exagero: ella fue, a golpe de discretos y sencillos gestos del día a día, una persona excepcional.

Te echamos de menos, Ana. A ver con quién se toma ahora Reme los gusanitos los sábados por la noche. Y la romería... supongo que habrá sido dura... y ahorita viene la Patrona. Yo estaba ausente cuando tú te ibas, educada y prudente como la señora que eres. Pero nunca estarás lejos de mi vida, de la vida de los tuyos, que jamás dejaremos de quererte.

Ana, Yo. En un grupo. Siempre.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

QUE BONITO CESAR,Y ES VERDAD,DESEANDO HACER LA CONFIRMACION Y SALEN TODOS TIRADO Y PIENSAS AHORA QUE,PERO BUENO SIEMPRE QUEDA ALGUNAS,PORQUE ELLOS,CASI SI TE MIRAN,QUE VIENEN Y TE DAN UN ABRAZO,Y DICE ALGO HE HECHO POR ELLOS.Y TE SIENTE MAS FELIZ QUE UNA PERDIZ.UN ABRAZO MUY FUERTE.ERES AUTENTICO.

Anónimo dijo...

La sigo echando de menos, no hay día en que no me acuerde de ella