sábado, 15 de agosto de 2015

MISIÓN NO TAN IMPOSIBLE


La misión tiene sus oasis y sus treguas, que todo es necesario. Y cuando los pasas con los compañeros de Mérida-Badajoz, pues chévere o bacan. Porque ellos, junto con "las paisanas" (Katy, Glafira, Isabel...) son lo más parecido a mi familia que hay por estos andurriales. Así que, ni corto ni perezoso, me encajé el otro día en Cajamarca.

Me acogió Manolo Vélez en su casa y parroquia de Llacanora, cerquita de la ciudad. Hemos tenido tiempitos para compartir cómo nos va, tomar un café delicioso y tranquilo, disfrutar de las vistas y la serenidad de aquel paraje y hasta ver el telediario de la primera cadena (Diosito, el tiempo que hacía que no ponía la tele). Manolo me ha atendido con todo esmero y generosidad; cuánta sabiduría de la vida late en este compañero, cómo ha aprendido a leer, en los renglones torcidos del deambular de las cosas, la voz de Dios.

Pero sobre todo se trataba de estar con Josely y con su hermano Eulogio, porque a la familia hay que cuidarla. Así que nos juntamos en la urbe y nos dio tiempo a todo: dar una vuelta por el cuarto del rescate, donde Pizarro tuvo preso al inca Atahualpa, visitar la iglesia de Belén repleta de original barroco, almorzar un ceviche de mero que estaba de muerte, saludar a Monseñor Carmelo, mi compañero de partidas de mus en Inquitos, celebrar la misa (incluso)...

Y por la noche... ¡al cine! Sí, habéis oído bien: a ver Misión Imposible 5, toma castaña. Ya ni me acuerdo la última vez que fui al cine, y ha tenido que ser acá en Perú, en un centro comercial grandazo, que bien podría estar en Sevilla sin desentonar. La gran ciudad es otra realidad, a veces olvidas dónde estás. Pero la desigualdad, que es el rasgo más notable de este país, te salta a los ojos a cada paso. Supermercados pitucos junto con gente descalza pidiendo en las veredas; los de los ternos con corbata junto a las de las polleras* y los sombreros.

Josely logró comprarse los zapatos que quería, y nos echamos unas buenas risas tomando pizza: pedimos cerveza helada, y como la chica solo tenía cuatro botellas del tiempo, ¡se fue a enfriarlas a la pizzería de enfrente, jaja! Hubo, por supuesto, momentos para lo más importante: dialogar, compartir, escucharnos, aconsejarnos, ayudarnos. Sentir un pedacito de "casa" en este nuestro otro hogar, que hace mucha falta casi siempre. Y encima las pizzas estaban ricas ricas. Si no fuera por estos ratos...

Poco más, esta es la crónica de unos días de desconexión, asueto, esparcimiento y "descanso del guerrero", como dice mi amiga Ana Muñoz. No todo van a ser aventuras de puentes, barros, caminatas y oroyas (perdón si alguien se decepciona). El agente Ethan Hunt-Tom Cruise volvió a salvar el mundo, como hace de vez en cuando, y por lo tanto no hay por qué preocuparse demasiado y disfrutar de los recreos que la misión te brinda. Y si no te los brinda, pues hay que inventarlos.


* Prenda de vestir, principalmente femenina, que consiste en una tela que se ajusta a la cintura y cubre las piernas o parte de ellas.

2 comentarios:

Unknown dijo...

Si no fuera por estos ratos...¡Cuántas veces hemos.dicho esto, y qué verdad es!. Aunque a tí no te cansa el trabajo, te deseo que tengas muchos momentos de relax con los amigos para cargar las pilas de nuevo. Un abrazo.

Unknown dijo...

Si no fuera por estos ratos...¡Cuántas veces hemos.dicho esto, y qué verdad es!. Aunque a tí no te cansa el trabajo, te deseo que tengas muchos momentos de relax con los amigos para cargar las pilas de nuevo. Un abrazo.