A punta día ya está Fito trajinando por el pueblo, ya está batallando por esas calles, gorra y ademán inconfundibles, personaje que pertenece al tuétano de Santa Ana, a su paisaje y a su ternura. Tiene casi 80 años y su domicilio está en la calle La Parra, pero realmente vive en el Abanico, en el consultorio (de hecho antes lo abría él), en la puerta del ayuntamiento, en casa de María Luisa...
Camina con las manos atrás, menudo, el pelo cano y barba de dos días; al mirar, tuerce el cuello como enfocando con un ojo más que con otro, y su movimiento de medio lado me recuerda a las locomotoras de carbón de las películas del oeste, avanzando lentamente con su faro, con pinta de cíclope cansino.
Saluda con la mano cuando te ve (porque oír oye poco, la verdad), nombrándome en su idioma con un Fjjejahrr que voy aprendiendo a interpretar; pero si me dice algo no me entero de ná, su voz rugosa y metálica se me vuelve un galimatías en las orejas y solo me sale un "sí" y un "¿qué ha dicho?" a quien esté por allí al lado.
Fito tiene en el pueblo sus funciones. Durante años lo suyo fue dar los números del médico (me imagino los shows que se debían montar, jejeje), además de barrer las calles con un ramajo, una escoba -que evolucionó a cepillo- y carretón. Como necesitaba leña para calentar su casita de soltero, iba a buscar por esos campos y le traía a más gente.
Pero lo más característico es lo de los carteles: Fito es el encargado de ponerlos por el pueblo, y ese es el único trabajo que sigue realizando, además de ir a hacer algún recado que haga falta en el ayuntamiento. Cuando en la parroquia tenemos algún cartelillo que colocar en las tiendas, Mari Carmen lo fotocopia y se lo pasa a Fito, que empapela eficazmente el banco, el comercio de Primi, el estanco, la farmacia o lo que se ponga por delante. Hoy tiene entre manos uno que informa de la recaudación de la velá de la parroquia; seguramente, como tantas veces, me hará alguna broma cuando me vea: "Cfjesharr, los carteles que ma dao Mari Carmen... los he perdío" (pausa, me mira fijamente) "je-je-je, es broma".
En Semana Santa Fito prepara los ramos de olivo y la hoguera de la Vigilia Pascual; la enciende cuando le parece, pero este año le dije: “todavía no, espera a que yo te avise”. Al momento: “¿Ya?”. “No”. Vemos un powerpoint con una canción; su rostro expectante: “¿Ya?”. “No”. Hay unas oraciones (aumenta la tensión). “¿Ya?”. “¡Ahora!”. Y con gesto triunfal prende la candela y todos sonreimos.
¿Qué vamos a hacer cuando falte Fito? No nos lo imaginamos; con él sentimos que tenemos a alguien a quien cuidar, aunque sea con una leve palmada en la espalda. Fito es patrimonio de nuestra humanidad, del carácter humano de nuestro pueblo, símbolo de la bondadosa sencillez de los santaneros; él sabe que nunca le faltará de nada, porque el pueblo es su familia. Que lo siga apatrullando mucho tiempo.
3 comentarios:
Espero y deseo que esté mucho tiempo entre nosotros,es una persona muy especial y querida en nuestro pueblo.
Eso lo decis ahora porque cuando le haga falta seguro que vosotros no estais ahi para darle lo que necesite. La mayoria solo os reis de el.
Dudo que eso suceda, que cuando a este señor le haga falta la ayuda no la tenga........ !entonces no conoceis todavia a vuestro parroco! Dº CESAR. esta persona que ha escrito este comentario es de mente mal pensada y poco caritativa. no juzgemos sin que haya pasado la situacion que yo estoy segura que se le atendera debidamente. el propio sacerdote buscara las vueltas para hacerlo.
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