jueves, 28 de abril de 2011

MI CORO Y MI CASULLA

¡Qué gozada la semana santa! Es de lo que más me gusta de la vida, desde que era adolescente y me pasaba la semana en Puebla de la Calzada organizando el encuentro juvenil salesiano de Pascua. Cada año me siento especial y éste ha sido precioso.

La "banda sonora" ha sido magnífica, las canciones de "mis" vigilias juveniles, llenas de frescura y ritmo. El coro de mi parroquia ha estado colosal, los muchachos han hecho un esfuerzo inmenso, pero ha merecido la pena, ¡muchas gracias!

Me quedo con varios momentos que me han llegado singularmente. El viernes fue impresionante ver a las personas adorar la cruz; especialmente a quienes iban con tremendas heridas que yo conozco, dolores hondos y muchas lágrimas derramadas. La verdad de ese gesto, la valentía... me pusieron un nudo en la garganta. Cada vez más me doy cuenta de que para mi es fundamental el vínculo emocional con la comunidad con la que celebro la Pascua. No es sólo que soy su párroco, es que los conozco, me importan y los quiero. La unión que da la fe se enraíza en lo afectivo, se enriquece con el agradecimiento mutuo, el reconocimiento y el amor.

La Vigilia ha sido ocasión para estrenar mi nueva casulla; la primera, con la que me ordené de cura y celebré mi primera misa, se estropeó aunque luego se pudo arreglar. Pero ya no era un símbolo adecuado de mi servicio; necesitaba, en esta nueva etapa de mi vida, una representación mejor del sentido y del estilo de mi ser cura de pueblo y cura de jóvenes. Así que encargué una casulla nueva que ha superado todas mis expectativas. Mientras en la noche pascual sonaba "Aleluya" después del Evangelio, casi temblando de emoción, me la coloqué. A ver qué os parece:


¡Semana santa 2011, experiencia fenomenal! Hemos trabajado como máquinas en los dos pueblos, el equipo de liturgia se lo ha currado, y hemos disfrutado. No ha habido un enfado, una palabra más alta que otra... aunque hemos acabado agotados. Pero felices; tanto que hasta he bailado en la Vigilia. Sí, sí, como lo oís, ¡bailando en mitad de la misa! Menos mal que no hay pruebas gráficas (...); de lo que no hay duda es de que me siento feliz.

1 comentario:

guadi dijo...

pero si tú bailas muy mal...