domingo, 12 de diciembre de 2010

FLOJO COMO PAJA AVENA

Así es como me encuentro desde hace varios días; cada mañana me levanto como si hubiera estado descargando sacos de cemento el día anterior: agotado, me pesan las piernas, me duele la espalda, me voy arrastrando por ahí con cara de sepia a la plancha.
El viernes era más preocupante, vino el médico, me tomó la tensión, la glucosa, ambas están bajas, me recetó vitamina B y descanso, "tómate las cosas con calma", la vecindad se alborotó, María Dolores me trajo un queso, Miguel fue raudo a la farmacia a por las pastillas y Josefita me ha puesto a dieta de cañonazos de patatas hervidas con bacalao. Auténtica vitamina B de bondad, cercanía y cariño.
Aquí en Los Valles también existe el estrés; es algo que depende más de uno mismo que del volumen de trabajo en realidad. Ir a tope y descuidar el equilibrio entre trabajo-descanso-ejercicio-alimentación-familia-lectura-amigos al final me pasa factura, no es nuevo; cuando fuerzo la máquina mi cuerpo no me sigue, salta de alguna manera y esta vez es un bajón físico. Menos mal que la cancamurria no ha pasado a mayores.
Y mira que lo veo venir hace semanas; y mira que el texto de Mc 4, 26-29 que Dolores Aleixandre nos comentó aquel día me tiene muy pensativo (el hombre siembra la semilla y luego duerme y se levanta, duerme-se levanta sin preocuparse más). Pero nada; no aprendo. Aquí estoy más flojo que la paja avena.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Me alegro de que tengas alrededor tan buena gente. Pero tu tambien tienes que hacer por cuidarte, aunque sólo sea por no preocuparlos a ellos. Un abrazo.

Anónimo dijo...

Lo cierto es que entiendo de lo que hablas, en estos menesteres somos iguales. Yo tomo una vitamina que me va muy bien. Ánimo y descansa. Besazos
MAMEN