jueves, 2 de diciembre de 2010

FATIGA EMOCIONAL

Ayer fue uno de esos días que, a la mitad, te gustaría detener y formatear. Porque tengo que reconocer que, cuando me enfrento con el lado oscuro de la vida, su crudeza me golpea. Me ha pasado muchas veces, y aunque he aprendido a darme cuenta de lo que estoy sintiendo, lo cierto es que hay cosas que me alcanzan y me hieren; problemas familiares, a veces muy graves, situaciones límite, dolorosos fracasos, traiciones, maltratos, enfermedades, engaños, crueldades, desgracias y maldades de todo género y pelaje en que me veo envuelto por ser cura de pueblo, porque pasaba por allí o porque directamente me piden ayuda.
Vaya si me afectan; se me caen encima y somatizo el disgusto de formas variadas. El peor efecto es dormir mal, pero ha habido otros: dolor y bloqueo en las piernas, cuello tenso, granos en la piel y recuerdo hasta vómitos. Y eso que se que no puedo ir por ahí solucionándole la vida a la gente, pero lo dice mi cabeza, no mis tripas... va a ser verdad que soy un 2 con alas de 1 en el eneagrama y no al revés, como dice Jose Rubio.
La vida es muy bonita, pero en el mundo hay mucha mierda (con perdón), que a menudo está oculta, pero que cuando se te presenta te abofetea. El ser humano es capaz al mismo tiempo de lo más sublime y de lo más rastrero, todo se puede pervertir en instantes, y la vida es muy dificultosa, durísima y con episodios terribles. Esta mañana me ha costado un triunfo levantarme, me sentía agotado, lento, lastrado... Leí la lectura del domingo próximo: habitará el lobo con el cordero... no apagar la llamita vacilante... siempre podemos, siempre hay esperanza, aunque sea pequeña, no hay que dar nada ni a nadie por perdido, hay que intentar una y otra vez, de mil maneras, con la creatividad valiente de la bondad, que es capaz de mantenerse de pie mientras el sufrimiento arrecia.
Cuánto cuesta creer esto en días que te muestran sin paliativos la fealdad de las cosas; qué duro es ser creyente con los ojos abiertos. Menos mal que mi sobrina Pilar me da dado un beso y me ha acariciado la barba con sus manitas. Eso lo cura todo, hasta los moratones interiores y la fatiga emocional.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

un mal día ¿no?, de los muchos que hay en la vida, pero para eso está El, que es quien nos da la fuerza, y hace que no se apague la llamita. Y estan tambien la sobrinas, hijas tias, abuelas, madres, todo el que en general te atuse la barba con todo el cariño que sean capaces de dar. Vaya tambien un "achuchon" a tu barba, aunque mi manita sea mas grande.

Anónimo dijo...

ANIMO,QUE DE ESOS DIAS HAY MUCHOS,PERO HAY QUE AFRONTARLOS Y TIRAR PARA ADELANTE.UN BESAZO