Los días 22 al 24 de octubre se ha desarrollado en Lima el IV Congreso Continental de Teología Latinoamericana y Caribeña, organizado por Amerindia junto con el Instituto Bartolomé de las Casas. Ha sido una cita claramente marcada por la celebración del primer aniversario de la pascua de Gustavo Gutiérrez, el 22 de octubre de 2024.
El objetivo general era “Animar el quehacer teológico
liberador en América Latina y el Caribe y en este tiempo, de modo que se torne
en un dinamizador que ayude a organizar la esperanza”, claramente en línea
con el jubileo que se está viviendo en la Iglesia universal.
Con casi 200 participantes llegados de todos los países de
América del sur y central, el clima creado desde el primer minuto en los ambientes
de la Pontificia Universidad Católica del Perú fue de gran cordialidad,
acogida mutua, humor y motivación de cara al futuro.
El primer día, los ponentes Alejandro Ortiz (México), Moema
Miranda (Brasil), Birgit Weiler (Perú) y Raúl Zibechi (Uruguay) situaron la coyuntura
geopolítica actual construyendo, con gran lucidez, un ver centrado
en el colapso socioambiental, el presente eclesial y con propuestas de
resistencias desde los movimientos populares. Se agradeció y ponderó el
reciente documento Dilexi te, en el que León XIV subraya la centralidad y
actualidad de la opción por los pobres; recordando que la Tierra es quizá la
más vulnerable hoy día.
La metodología del Congreso incluyó diferentes momentos y
formas de escucha que, mediante la analogía del tejido (preparar la
urdimbre, tensar los hilos, crear la trama, anudar la pasada…), trataba de
ir construyendo entre todos y todas ese bordado latinoamericano, que antes otros
empezaron a tejer, con diferentes colores y texturas. Cada jornada se iniciaba
y se terminaba manifestando cómo se iba avanzando en ese lienzo vital.
El juzgar contó con las intervenciones de Eduardo
Arens (Perú), Luiz Carlos Susin y Francisco Aquino Júnior (Brasil). Con un
experto enfoque bíblico y espiritual, colocando en el centro al Jesús
histórico, ayudaron a la asamblea a entrar en clave de discernir a la luz del
Evangelio y de la tradición teológica latinoamericana, abordando la
cuestión: ¿Qué es hacer teología de la liberación en el contexto actual?
Las llamadas a actuar trajeron propuestas concretas desde
abajo, a cargo de Cristina Bove (Brasil), Rolando Pérez (Perú), Adriana
Palacios (Chile), y Gabriel Herrera y Carmen Díaz (México). Experiencias protagonizadas
por movimientos populares, comunidades de base, grupos de resistencia y acción…
pequeños gestos que, con creatividad, abren rendijas de esperanza y cambio; y fortalecidos
con la reflexión potente de Theresa Denger (El Salvador) y Pedro Trigo (Venezuela).
Un momento central del Congreso fue el homenaje a Gustavo
Gutiérrez, personaje clave en el pensamiento latinoamericano del siglo XX y
fundador de la Teología de la Liberación. Consistió en una mesa de
intervenciones en la que diferentes personas fueron recordando y agradeciendo
los jalones de la vida y obra de este sabio y humilde seguidor de Jesús. Desde
Brasil Leonardo Boff, y Jon Sobrino desde El Salvador, deleitaron a los
participantes con anécdotas y valoraciones llenas de afecto y admiración, al
igual que el resto de panelistas. El auditorio rezumó emoción y reconocimiento
al maestro.
Cada día, el grupo Bendita mezcla facilitó los
espacios de espiritualidad con inspiración intercultural y sinodal. De igual
manera, ofreció la cosecha diaria con gran originalidad a través del
canto, la expresión corporal y el teatro. Las risas se entreveraron primorosamente
con la poesía y la contemplación de los mártires latinoamericanos.
A la hora final de las concreciones, Geraldina Céspedes (República
Dominicana) y Pablo Bonavía (Uruguay) animaron a mirar lejos, como decía
Gustavo, y, ante una coyuntura desafiante, tejer juntos con palabras,
experiencias, terquedad y memoria, la esperanza. Porque la teología ilumina
la posibilidad de crear una realidad mejor en este hoy de Dios.


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