Mamá,
¿has visto
a tu hibisco de la playa
florecer de fuerza y hermosura?
Lo noto, en la mañana fresca
y salada,
desperezarse de pura y silenciosa alegría.
Es compañero
de la juventud adulta de tus hijos,
los sueños cristalizando,
compartidos en conversaciones nocturnas,
con el arrullo
del jazmín fragante alrededor.
Fiel,
el arbusto amigo,
contempla a tus nietos
en sus primeros pasos,
o por las tormentas de verano
de la adolescencia,
en los luminosos mediodías.
Esta flor rosada y blanca,
discreta pero poderosa
como la firma de un cuadro;
estas hojas lozanas,
esta vida siempre nueva y siempre nuestra,
el hibisco,
¿no es acaso Mamá tu sonrisa perpetua,
la huella de tu presencia
de amor y de luz para nosotros?
a tu hibisco de la playa
florecer de fuerza y hermosura?
y salada,
desperezarse de pura y silenciosa alegría.
de la juventud adulta de tus hijos,
los sueños cristalizando,
compartidos en conversaciones nocturnas,
con el arrullo
del jazmín fragante alrededor.
el arbusto amigo,
contempla a tus nietos
en sus primeros pasos,
o por las tormentas de verano
de la adolescencia,
en los luminosos mediodías.
discreta pero poderosa
como la firma de un cuadro;
estas hojas lozanas,
esta vida siempre nueva y siempre nuestra,
el hibisco,
¿no es acaso Mamá tu sonrisa perpetua,
la huella de tu presencia
de amor y de luz para nosotros?
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