lunes, 26 de septiembre de 2016

EL ALUMBRE QUITA EL SUSTO


Se ha hecho de noche en la quietud rumorosa de la selva. Hace frío a causa de la abundante lluvia de la tarde. En la cocina, junto al fuego, enseño a María (9 años) a dividir por dos cifras. Mientras, Joshé Villalobos frota con piedra de alumbre el torso desnudo de su hijo menor y yo lo observo fascinado.

Y es que el pequeño José (6 años) fue el otro día a buscar al caballo y lo encontró… muerto. Corrió llorando a su mamá, pero lleva desde entonces malito, afectado por la impresión, el susto. Para sacárselo, su papá ha comprado en Mendoza alumbre; cuando ya ha restregado el cuerpo del crío coloca la piedra en la candela. El alumbre empieza a moverse, hincharse y contraerse, como “respirando” de forma extraña durante mucho rato. Cuando se queda quieto, habrá tomado la forma de lo que causó el susto, y la persona estará curada (!!!!!).

Si mi mami me pasara el alumbre a mí después del último viaje por la montaña, ¿qué saldría?

UNA LLANTA: Al comenzar mi periplo por la zona de Zarumilla iba tan contento cuando… derrape, choque y reventón de llanta. Es cerquita de Totora y al toque encuentro ayuda para colocar la rueda de repuesto. Pero también está pinchada. Chau. En la adversidad se aprende lo buena que es la gente: se portan conmigo de maravilla, me ayudan a llevar las llantas a Mendoza, me dan cena y posada en el hotel de 5 estrellas de Nely y Manuel.

UNA BODA: Rosa (la enfermera) y Benigno por fin se han decidido a casarse, así que no podía yo faltar a este acontecimiento, y de hecho al llegar encuentro a casi todo el pueblo en plenos preparativos: el trapiche lleva moliendo caña desde el amanecer para hacer guarapo, se ha matado un toro y la carne se seca en la lumbre a salvo de las moscas antes de cocinarla, aparecen música y parlantes, se decoran las tortas…

Almuerzo dos veces: donde me acogen y en casa de los novios, y ahí me ponen cuy, como a todos: es la señal de que estamos de fiesta gorda. Por la noche, en la iglesita, no cabe un alfiler. El novio con terno y corbata; su mamá con un sombrero y pollera que la delatan que es de la sierra. Los padrinos muy serios (no suelen ser los padres por estos andurriales) y la novia con pantalón y chaqueta; bordea los 40 y tiene dos hijas, la mayor más alta ya que ella.

Casi desde que entramos en la capilla se pone a llover, un diluvio furioso que golpea el tejado y me hace dar gritos para hacerme oír. Y al momento, antes de las lecturas, se va la luz. Así que toca una eucaristía a oscuras y en medio de un ruido ensordecedor. Pero todo resulta bien. Con as linternas pasamos a la casa del flamante matrimonio a celebrarlo. Al toque se conectan unos cables a un motor, nos sentamos todos los que cabemos y hacemos el brindis con vasitos descartables de vino dulce. En la mesa, al frente, las tres tortas, los pancitos y las "tortillas"... Todo muy sencillo, muy entrañable y muy divertido.

El alumbre es un sulfato de aluminio y potasio conocido desde la antigüedad y usado para preparar tintes y como desodorante entre otras cosas. Cuando se calienta pierde su forma cristalina y se convierte en una sustancia amorfa. Lo miro detenidamente y... no acabo de ver el caballo; ni tampoco la rueda, ni el toro en salsa. Pero sí contemplo la acogida, la simpatía y la generosidad de esta gente. Claritas.

1 comentario:

Rosa dijo...

Enhorabuena a los novios.
Padre le sigo desde que publcaron un post suyo en Iglesia en Camino.