miércoles, 25 de enero de 2012

QUÉ DÍA

Suena el timbrazo a las 6:20 y comienza la lucha contra el frío; salgo de mi habitación, digo buenos días a un pingüino y enciendo una estufa, un brasero y el calefactor del cuarto de baño. Al salir de la ducha ya está silbando la cafetera y su agradable aroma se mezcla con el vaho.

El sabor del café acompaña mi oración matutina: me relajo, pido ayuda al Espíritu, leo el Evangelio, vuelco experiencias, inquietudes, problemas de mi pueblo, de mi gente, de mi vida... Luego viene un rato de estudio: ¿hubo hibridación entre neardentales y seres humanos? ¿Cómo influye el concepto de cultura en el concepto de hombre según C. Geertz?

Son las 9:30 y estoy en Jerez. He quedado con Álvaro, el educador del instituto donde estudian los jóvenes de mi pueblo. Cecilia me lo presenta, desayunamos en "El jamonero" y hablamos de los chavales, sobre todo de los que plantean dificultades y de cómo ayudarles... A las 10:30 vamos al instituto, el personal que está en el recreo me saluda con sorpresa, conozco al director, a los jefes de estudios, a la orientadora, seguimos charlando...

11:30, hora de llevar la comunión; paso por casa de María, Carmen, Julia y Manuela, mujeres mayores, clásicas, devotas... Con cada una un ratillo de conversación antes de hacer silencio, rezar un poco y recibir al Señor. A las 12:15 más o menos paso a ver a la madre de Pepi, pero resulta que su casa está en obras y hablo un rato con su hija, que está preocupada por María, la esposa de Pepe, el que falleció el otro día. Como es enfrente saludo un momento a María, que me habla en una versión abatida de su portugués. A la 1 me quedan Carmen y Pepa, la dueña de la antigua farmacia, que comulga y me encarga una misa.

A las 13:30 pillo a Eva, la trabajadora social, en su despacho. En media hora compartimos información sobre diversas situaciones del pueblo, y ella me cuenta cómo van las gestiones para ayudar a la familia de portugueses.

14:15: ¡vaya bacalao a la vizcaína que prepara mi madre! Un par de llamadas y a las 3 ya ni veo los titulares del telediario porque estoy roque.

15:45: rezo el oficio de lectura y me voy a la parroquia. Inscribo un bautizo; llamo al fontanero; llamo y pido presupuesto para tratar los bancos del Valle contra los xilófagos; llamo a mi amiga Inma. A las 16:30 llegan las catequistas, cambiamos impresiones, preparamos un poco lo de hoy hasta que aparecen los niños a las 5.

A las 17:30 estoy ante el Sagrario con 16 niños, los que van a hacer la comunión; han preparado unas oraciones; ponemos música, se calman, van saliendo y las leen. Y es precioso cómo son capaces de rezar con una sinceridad cristalina, con esa sencillez que sólo ellos poseen y que desarma. Qué maravilla.

Me queda una hora y la aprovecho estudiando otro rato. A las 19:30 tenemos oración eucarística, un buen grupito de 8 o 9 personas, y la disfruto, tranquilo, con unos bonitos textos... soy capaz de rezar de nuevo. Acaba y me voy de nuevo a Jerez a llevar el coche al taller para que le hagan la revisión y luego pase la ITV. Mari Carmen me trae de vuelta a casa y aún aprovecho otra hora y pico delante del ordenador: preparo varios órdenes del día, pongo un par de mensajes...

Josefita me ha traído una tortilla francesa y a las 10 me preparo un sandwich, veo un cacho de telediario repetido, leo varias cosas en internet (el blog de José Mª Castillo, el "Hoy"...) y me pongo a escribir esto con la cantinela de fondo del Barça-Madrid. Son las 12 menos cuarto, van 2-2 y me parece que me voy al catre después de un día excepcional. Reventao pero con la sensación de ganar vida, ¿qué he hecho para merecerme tanto y tan bueno?

2 comentarios:

Anónimo dijo...

si quieres te cuento el mio, guapo

Anónimo dijo...

que por cierto... no le tiene envidia al tuyo.