martes, 8 de noviembre de 2011

UN HOMBRE BUENO


Este momentazo requería la presencia de las santaneras más salás
Cualquiera que conozca a Nemesio estará de acuerdo: pocas personas hay que merezcan tanto el calificativo de "bueno" como este hombre. Sencillo, accesible, sonriente... ¡bueno! Sin doblez, sin malicia alguna; bueno de verdad, una de esas personas que, cuando estás a su lado, te hacen sentirte a gusto de una forma muy especial.

Nemesio estaba en su salsa el sábado y el domingo, celebrando en sus Valles 25 años de servicio al pueblo de Dios y al Reino como cura metido en la entraña de la gente, cura que "se gatea el pueblo", que entra en las casas y acompaña a los enfermos, cura capaz de hacer teatro, bailar en la feria hasta las cinco de la mañana y levantarse para rezar el oficio, cura santo y entregado pero ante todo hombre bueno. Madre la cantidad de veces que dijo "gracias", madre el viaje de besos y abrazos que pegó...

Ceci Corbacho escribe de él en el "Hoy" algo hermosísimo: sacerdote de gran humanidad y valentía que ha dedicado estos 25 años a los más humildes y necesitados y sobre todo los 10 años que ha permanecido en Zimbabue. ¡Sí señor! ¡Ole nuestro Nemesio! porque es nuestro, de todos los santaneros y valleros, porque aquí "echó los dientes" y aprendió a ser cura... Si recién ordenado, en vez de enviarlo aquí lo hubieran mandado a otro sitio, a lo mejor no sería como es, así que los Valles que se apunten un tanto, ¡ole mis pueblos!

Comentaba con él algo curioso: cuando la gente nos recuerda no dice "qué bien decía misa, qué bien hablaba, y las catequesis que hacía...". Qué va, ¡si la gente que va a la parroquia es muy poca! El recuerdo de Nemesio es "qué buena gente es", "venía a ver a mi padre", "siempre saludaba", "con él se podía hablar de cualquier cosa", "qué cercano y amable...". Esas cosas sencillas y humanas son las que la gente agradece y lo que espera de nosotros, no que seamos "grandes profesionales".

Por último: ¡qué bonito para mí estar junto a Nemesio estos días! ¡Qué orgullo y qué privilegio! Y ¿sabéis? No he sentido ni una pizca así de celos. De verdad. Soy su compañero, y él es tan grande que su éxito es el mío. Ya me gustaría llegarle a la suela de los zapatos; pero al mismo tiempo estoy seguro de que yo también soy querido en mis pueblos, y la presencia de Nemesio no me quita nada.

Guardemos como un tesoro lo que Nemesio significa para nosotros y lo que su vida nos evoca: que Dios es bueno, buenísimo, y que necesita nuestra solidaridad para que el mundo sea mejor, para que los más pobres sonrían. Como él.

6 comentarios:

Anónimo dijo...

Nemesio es una gran persona claro que sí. también te digo una cosa, hay alguna persona que conozco que se las da de muy católica y dice que Nemesio de buen cura tiene poco, que el mejor es José Corrales. Deprimente vamos.

Anónimo dijo...

Además del cura del pueblo, amigo , te consideramos un santanero más. Unimos todos los brazos de Santana para que sientas el abrazo más grande de tu vida.Un beso Nemesio.

Anónimo dijo...

Se podría decir tantas cosas de este hombre, pero sobran la palabras.También me gustaría destacar a su familia, tanto sus padres como sus hermanas son bellísimas personas. Solo me queda decir que a este hombre es muy fácil quererlo y admirarlo.

C. Acedo. dijo...

Sin quitar mérito a las lecciones que recibió en los valles, el tronco y las raíces sonn hornachegas. Lo cortés no quita lo valiente. ¡Felicidades en sus 25 años de entrega!.

Anónimo dijo...

Estoy de acuerdo con mi paisano Casto, las raices son de Hornachos un pueblo muy solidario con el proyecto de Nemesio y de otros misioneros de nuestro pueblo. Los santanero ayudaron y recibieron al mismo tiempo la calidad humana de Neme, Felicidades Nemesio y nos vemos por Hornachos. Pero lo importante es la vivencia positiva de cada uno que este a su lado no la procedencia.Apolo

En el Hoy dijo...

http://www.hoy.es/v/20111108/prov-badajoz/bodas-plata-misionero-nemesio-20111108.html