martes, 22 de noviembre de 2011

NADA DE NADA

¿No os ha pasado nunca que, después de una conversación (a veces al día siguiente o más) caéis en la cuenta de algo que os han dicho llamativo, ofensivo o destacable, que en el momento de escucharlo no os llamó la atención para nada? Pues eso me ocurre a mi pero con el encuentro diocesano de animadores de jóvenes del 22 de octubre (hace hoy un mes). Sí.

Fue un día bonito, con un contenido interesante y un ponente de la categoría de Pepe Hermoso, hombre curtido en mil batallas en la aventura de acompañar a jóvenes. Un día positivo, que salió bien... pero que me dejó pensativo... decepcionado... No me di cuenta in situ, pero al pasar los días pongo en pie por qué.

Ha habido en el encuentro menos gente que hace un año; y prácticamente casi nadie nuevo... La ilusión de entonces, las expectativas... han dejado un año después un regusto anodino. Hicimos tantos sobreesfuerzos el curso pasado ("la cruz de los jóvenes", las reuniones a tiempo y a destiempo, la peoná de la acogida de los extranjeros), que yo esperaba... "y ya ves; hace ya tres días que sucedió esto" (Lc 24, 21).

Fue la JMJ un momento singular, de una gran densidad creyente vivida por y para los jóvenes; basta leer con calma las intervenciones del Papa para reconocerlo. Pero si no nos espabilamos, temo que no nos sirva para reforzar "lo nuestro", el proyecto diocesano de pastoral juvenil, nuestras opciones, nuestro camino. Todo lo que generó, los DED en los pueblos, lo que vivieron los participantes, todo fue bueno; la gente concreta que se ha apuntado a raíz de aquello al trabajo por lo jóvenes es bienvenida. Por supuesto.

Pero en la última reunión de la Delegación comprobamos que numéricamente somos casi los mismos de siempre, los "susodichos" que nos lo creemos, nos lo curramos y nos partimos la cara en el trabajo con los jóvenes; removiendo Roma con Madrid, dando muchas patás y yendo a reunirnos a las 9 de la noche lloviendo en invierno en el quinto pimiento si hace falta. Porque acompañar jóvenes es cuestión de procesos, una tarea ardua, lenta y trabajosa; un sembrar pequeño y perseverante. Y cansino.

Lamentablemente observo que, tras el ruido, aquí estamos las habituales pocas nueces. Se pinchó la burbuja y simplemente ahora "tocan" otros asuntos. A rey muerto rey puesto, y pasamos a otra cosa mariposa. ¿Qué nos vamos a llevar al zurrón después de tanta movida? Esperemos que no haya que entonar "Nada de ti, nada de mi, una brisa sin aire... nada de nada", como dice la canción de Cecilia (preciosa, está en http://www.youtube.com/watch?v=kqsJlIFFy0Q. Por cierto, felicidades que hoy es su santo).

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Hay otra canción, de Café Quijano que dice así: "nada de nada, ni muhco ni poco, te quedas mirando la vida pasar...(como una vaca que ve pasar el tren, esto es cosecha propia).
Pero a pesar de todo...a seguir caminando, porque "si oís anuncios de revoluciones...no hagais caso".
Lo importante es que haya gente como tú que se crea la importancia y la efectividad del acompañamiento y el proceso, lo demás... lo demás son castillos en el aire 8que creo que también es una cancion)un saludo. Nacho.

Anónimo dijo...

Son los signos de los tiempos...Una pastoral fragmentada, cohetera, de salir en la foto para decir que somos muchos en un momento dado. Pero también hay gente acompañando cada semana a grupos, ojalá que podamos darle forma y sustancia algún día a tanta pastoral dispersa.ánimo hombre que es "Adviento,
otra vez Adviento,
sea siempre Adviento,
sea sólo Adviento
el Tiempo".
(Casaldáliga)...un poco de rojerío para estos tiempos en que nos van a hacer crujir!