domingo, 16 de octubre de 2011

NIÑOS A MISA "CON MANDO A DISTANCIA"

A mi compañero Manolo Alegre, que es además mi vicario de zona, le hizo gracia esta expresión el otro día, y me dijo "a ver si escribes algo sobre eso". Era hablando de las reuniones con los padres y madres de los niños de catequesis, que casi constituyen un género aparte en las tareas propias del comienzo de curso en las parroquias.

Claro, a la gente hay que recordarle finamente algunos temas fundamentales: que los responsables de la educación en la fe de los hijos son los padres, que la parroquia ayuda, etc., vamos, las cosas de to la vida. Y siempre llega el espinoso asunto de la Eucaristía: "a los niños los esperamos el domingo en misa, preparada para ellos, es normal que acudan; no van a venir el día que hagan la primera comunión, ¿no?".

Jejeje... hay que decírselo con una sonrisa, sin cargar las tintas ni ponerse soviéticos ("¿pero es obligatorio?" - "Obligatorio es una palabra muy fea..."), exigiendo pero con suavidad, "sería muy importante, sería fenomenal...", mostrando con humor la incoherencia que supone que los padres embarquen a los hijos en algo que ellos ignoran o de lo que a veces pasan, "los niños aprenden lo que viven; de nada sirve que les digáis que tiren los papeles a la papelera si no os lo ven hacer a vosotros...".

- "Entonces mandamos a los niños a misa, ¿no?"
- "Hombre, lo suyo es que vengáis con ellos; y así aprenden, sin darse cuenta, que eso que a sus padres les interesa y en lo que echan tiempo y fuerzas, eso, la fe, es importante y no es cosa de un día".

Bla bla bla bla... Y entonces, la inevitable pregunta clave:

- "Pero si nosotros no podemos venir, no se preocupe que los levanto y se van a la iglesia con sus vecinos; por lo menos eso, ¿no?" (ay madre).
- "No hombre no... por favor, ¡no me mandéis a los niños a misa con mando a distancia!".

Un breve silencio... y una buena carcajada. ¡Jajajajaja! "Claro, es que si no, no los aparejamos, no podemos contra ellos ahí sueltos, sin sus madres... Venid a misa muhé, que no se aprende ná malo".

Más risas. Acaba la reunión con buen sabor de boca y los mensajes claramente lanzados. Veremos los resultados (si tampoco vienen, al menos habremos pasado un buen rato, que no es poco, ¿no?).

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