viernes, 23 de septiembre de 2011

CON CARA DE VACA QUE VE PASAR UN TREN


Jejejejeje, la otra noche nos dimos las gordas de reír en la reunión de la comisión de acompañamiento de las zonas de Pastoral Juvenil: Nacho decía que hay veces que le explicas a alguien algo y te mira con cara de vaca que está viendo un tren, o sea, que no se está enterando de nada.

Como esa señora a la que en el despacho parroquial te esfuerzas en contarle que no, que su hijo no puede ser padrino de Bautismo porque no está confirmado, y después de toda una argumentación teológico-pastoral te observa un instante con gesto inexpresivo y, tras un tenso silencio, te pregunta: "pero entonces, ¿mi Juan puede ser padrino o no?", jajaja.

La vaca, al ver cómo pasa el tren a toda velocidad, mastica un poco de hierba; embargada por una perplejidad inmóvil o una plácida estupefacción. O una ignorancia entre indiferente y atónita.

Con jubilosa y progresiva sorpresa he leído el último cuaderno de "Cristianismo y Justicia" sobre los curas obreros: http://www.fespinal.com/espinal/llib/es175.pdf. Recomiendo echar un vistazo a un grupo de gente excepcionalmente original, a sus planteamientos, a sus experiencias y a su historia. Eligieron ser nadie, ser radicalmente "uno de tantos"... Intuir su valentía me ayuda a colocar mi sacerdocio en su justo punto, bajándome los humos, tratando de resistir a la inercia de ser protagonista o jefe de algo.

Menos mal que la Iglesia es muy grande y muy variada; es su inmensa diversidad la que muestra el verdadero rostro de Jesús. Necesitamos que nos recuerden cómo el Maestro vivió radicalmente a la intemperie y renunció a su poder de Dios, no vaya a ser que nos lo creamos por ser cola de ratón.

Yo lo flipo como la vaca de Nacho y mastico la tostada del desayuno.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Y lo malo es cuando se supone que el interlocutor habla tu mismo idioma... que hacemos en esa circunstancia?

Anónimo dijo...

Me quedao muerto, me pinchas y no me sale sangre.