domingo, 27 de diciembre de 2009

PEQUEÑEZ


El pueblo en el que vivo, los pueblos que atiendo, son pueblos muy pequeños. Eso al principio puede resultar un poco pintoresco, pero a estas alturas, pasado el arreón inicial y con la soledad de las noches de invierno mordiendo, hay que aceptarlo.

En mi pueblo no se puede comprar el periódico, ni otras muchas cosas.

En mi pueblo hay 99 niños en el cole, al menos hay cole; en el Valle hay 15 niños.

En mi pueblo no hay dónde comer a mediodía; aunque hay 4 bares.

Sí se puede jugar a la Primitiva, pero las calles están a menudo desiertas y silenciosas.

Hay un policía municipal, un médico de 8 a 3 y una praticanta.

No se ven grandes casas con escudos; mi pueblo tiene el término municipal más pequeño de Extremadura... no hay grandes capitales, ni muchas cabezas de ganado.

El belén de la Iglesia es pequeñito, en el Valle están las figuritas rotas, son de escayola, antiguas, hechas a mano...

No tenemos casi tesoros de madera o metal, cálices, retablos, casullas o arcos.

Las fuentes tienen el letrero de "agua no potable".

En mi pueblo el reloj de la espadaña de la iglesia (no hay torre) va hoy tres minutos adelantado.

Pero la tienda de Teo tiene de todo, y huele a jamón; y por si acaso hay mercadillo los martes y los viernes.

En mis pequeños pueblos hay mucha gente mayor, mucho silencio y muchos días de niebla.

Hay pocos coches pero se llega a todos sitios andando en un momento... bueno, si es que no te para todo el mundo por la calle. ¡Hay mucho aparcamiento!

En mi pueblo no hace falta ponerle a las cartas la dirección porque Lolo, el cartero, conoce a todo el mundo; ni se llega a mi casa porque sabe que a las horas de reparto no estoy, así que le deja el correo a mi vecina Josefita.

En mi pueblo para localizar al herrero aviso a su vecina, que lo avisa y él me llama.

No he logrado todavía pagar una sola cerveza... ¡de momento siempre me invitan!

En mi pueblo hay un gran pino rodeado de azulejos, y si andas tres minutos te ves en medio del campo, disfrutando de unas vistas bellísimas y de un aire limpísimo.

En mi pueblo no se ve nunca bien la TDT, vamos a misa 8 personas los días de diario y, por no haber, no hay ni cobertura para el móvil.

Es una gozada ser cura de pueblos pequeños, y me tengo que adaptar.

sábado, 26 de diciembre de 2009

APRENDIENDO A FRACASAR


Se acabaron los grandes números, los resultados espectaculares o sobrecogedores, las multitudes, los baños de masas... Ya lo intuía, casi lo vislumbraba... pero ahora lo experimento de manera total en la pequeña realidad rural en la que vivo.

¿Pastoral Juvenil? Superhombre-Supermujer: ningun chaval de mi pueblo ha respondido. Cero.

¿Misa de Navidad? En Valuengo 16 personas... En el Valle 23 en Nochebuena, 29 en Navidad...

¿Eucaristía del domingo? En Santa Ana... ¿25 personas, 30...?

¿Convocatorias para "colaborar", para hacer cosas...? Viene una persona, dos...

¿Dónde colocar el criterio de "éxito"? ¿Cómo redefinir "lo que sale bien"? Está claro que ya nunca más en el número. Quizá habrá que tomarse más en serio lo de Jésus: "Donde dos o tres..". Literalmente dos o tres, muy pocos. Lo nuestro es, cada día más, la levadura que intenta fermentar, insignificante, escondida, pequeñita...

Misión desde la irrelevancia, la máxima debilidad... Así es ya y así será. Hemos de aprender a "fracasar" humanamente hablando, si no nos frustraremos... La iglesia tendrá que cambiar por falta de... ¿comunidades cristianas consistentes o sacerdotes? Me cuestiono qué ausencia se notará antes, porque, al menos en mi diócesis, curas de momento y mal que bien, hay... Pero ayer, ¿había comunidad? ¿O era un cura que vino a decir una misa...?

Vaaaya.

jueves, 24 de diciembre de 2009

ES NOCHEBUENA


Este es la homilía que he preparado para esta noche de Nochebuena o para mañana día de Navidad (tanto da).



DIOS ES DEPENDIENTE

Dios ha querido ser... niño. Para salvar, Dios ha querido ser pequeño, Dios ha querido no saber, ser débil y sencillo como un niño; Dios ha elegido necesitar de los demás.

Y eso nos confunde: Dios está justo donde no se esperaría encontrarle. Dios está allí donde se manifiesta “lo contrario de Dios”: un bebé que no tiene ni mantas, un pequeño cuerpecito que hay que achuchar.

“Lo contrario de Dios” es lo más pequeño, lo que más necesita ayuda, lo que está a punto de desmoronarse: DIOS NOS SALVA NECESITÁNDONOS, NECESITANDO NUESTRO AMOR, NOS SALVA RECIBIENDO NUESTRA SOLIDARIDAD, NUESTRO SERVICIO. Así nos salva Dios. El bebé de Belén, tan pequeño, tan pobre e insignificante, es la persona más importante de la historia, en Él encontramos a Dios.

Dios nos salva cuando lo vemos:
· ¿quiénes en nuestro mundo son los que “no son nadie”, los que no cuentan…?
· ¿quiénes en nuestro pueblo las están pasando canutas, quiénes están en paro, quiénes no llegan a fin de mes, quiénes están enfermos, quiénes están solos, quiénes lloran y no tienen a nadie para compartir las lágrimas, quiénes malviven, quiénes están heridos o marcados, quiénes se hunden en la depresión, quiénes odian o son despreciados, quiénes son unos desgraciados, quiénes son dependientes…?

Dios nos salva cuando, en estas personas, recibe nuestro amor, nuestra solidaridad, nuestro compromiso, nuestra cercanía. Dios dependiente nos salva cuando damos un paso hacia Él, o sea, hacia quien sufre; Dios nos salva cuando vendamos un corazón, cuando acercamos una cuchara a una boca, cuando cambiamos un pañal o arropamos una carne desnuda, cuando calmamos un llanto en medio de la noche. Eso es lo único, lo auténticamente “religioso”.

Entonces es Navidad; cuando Dios dependiente nos salva porque recibe nuestro amor. Entonces podemos mirar al cielo y ver la estrella.

domingo, 20 de diciembre de 2009

BÁLSAMO MUSICAL



¿Que qué pasó anoche? ¡Algo maravilloso! A las 7 de la tarde se presentaron aquí en Santa Ana, dándome un sorpresón, los treintaitantos componentes del coro de niños y jóvenes de Valencia del Ventoso... ¡vaya cara que debí poner! Primero aparecieron las "maestras" Sofía, Mari Cati (...), Valle y Mamen... ¡y luego toda la patulea de guitarras, gorros y guantes (hacía un frío...), las niñas dispuestas a cantar en la misa de la parroquia!

Las zagalas están ya mucho más creciditas... como nos vemos cada vez menos, pues se notan mucho los cambios, algunas son ya unas auténticas "mozas" e incluso ya medio "madres". Total, que disfrutamos un montón en la Eucaristía, la gente se quedó con la boca abierta y yo también ante la calidad de las canciones (han versionado "Jueves" de la Oreja y la han convertido en un precioso Padrenuestro), y vaya, más ancho que largo...

Ellos no saben el bien que me hicieron. No saben lo mal que me levanté ayer, como casi todos los días de esta semana; no saben que casi rompo a llorar cuando vi a tantas personas que venían a visitarme; no saben lo que significó para mi ese gesto, ese detalle de cariño.

Porque este cura de pueblo y de jóvenes es una persona muy débil; hay momentos en que me sostengo como por alfileres, en que la vida se me cae encima como una losa y me cuesta sonreír. Y ya tengo comprobado que el bálsamo mejor es el amor, la amistad, el cariño. Afortunadamente no me falta, y a veces lo disfruto cuando no lo pido y más lo necesito.

Madre mía... ¿qué hacer con tanto bien recibido? ¿Lo sabré convertir yo a mi vez en amor y servicio? En eso estamos...

sábado, 12 de diciembre de 2009

UN GRAN DÍA



Es ya de noche y hace un rato que he llegado a casa. Cansado, hecho polvo, me encuentro mi casa prácticamente sin puertas (ha habido que quitar cuatro para poner nuevos los bastidores, que estaban deformados) y pienso que este día ha sido un poco así: libre, con un precioso circular de la vida como pasa el aire de la noche entre las habitaciones de mi casa.

Resulta un gustazo echar el día con los muchachos de la JEC. En jornadas de convivencia como ésta, el cura de jóvenes se explaya, se deja llevar, sonríe, está como en su elemento... Claro, es mi sangre y mi "pedigrí", aquello para lo que me preparé más intensamente, lo que siempre el Señor me pidió: ¡los jóvenes! ¡Y qué esponténeamente salaos son estos días con la gente de la JEC! Qué fácil me resulta mezclarme, ocupar mi lugar y no sentirme ya ni descolocado, ni sin sitio ni extraño... En la JEC uno tiene el privilegio de no ser el protagonista, de que las cosas salgan con y por los jóvenes...

Y luego... Plácida. Plácida es una vecina de mi pueblo, vive una calle un poco más arriba de la mía. Es un luchadora: ha vencido varias veces al cáncer (esa "cosa mala" que empieza por "c"), ha movilizado al pueblo entero, que se vuelca en verano haciendo una velá donde se recaudan dinerales para yudar a los enfermos de esa "cosa mala"... A Plácida tenían que operarla porque tuvo tam´bién "eso" en la cabeza, y después de otra operación, tenía un problema en la vista y los ojos literalmente fuera de sus órbitas; ella estaba inquieta, presentía algo malo e insistió en hablar con el cura de su pueblo. Yo traté de animarla mucho diciéndole que si los médicos vieran el más mínimo riesgo para su vida no la operarían. Y entonces pasó lo peor: un derrame cerebral en el posoperatorio la ha tenido varias semanas en coma, al borde de la muerte...
Esta semana, Plácida se despertó; y esta tarde le he ido a visitar al hospital. Al principio le hablé mucho, le conté cosas del pueblo, de la parroquia... Ella asentía, yo veía que me entendía, que recibía con agrado la conversación (no puede hablar porque tiene puesta una traqueotomía, está intubada); todo el mundo trata de estimularla hablándole, ya desde que estaba en coma, hasta que se me acabaron las palabras. Entonces, con el único sonido del alimentador de oxígeno, le cogí la mano, la única mano que mueve, ella me apretaba, nos mirábamos y yo sonreía. Con un inmenso respeto, con la convicción poderosísima de estar estrechando la mano de Jesús, la miré largamente, le ofrecí una sonrisa entre emocionada y tímida, un poco abrumado por la grandeza de su debilidad. Vaya suertaza ser el cura de tu pueblo, Plácida; qué honor conocerte...

¿Cómo no iba a estar contento en la Eucaristía, un poco después? La Iglesia estaba un poco vacía (hoy había viajecito de la asociación de mujeres a Fregenal), pero yo estaba que me salía, sí señor. Me han pasado tantas cosas sencillas-buenas en este día, que creo que vale por muchas de las clases que recibí en la universidad. ¡Seguro!

domingo, 6 de diciembre de 2009

TAUTOLOGÍA

No me resulta fácil conducirme en la maraña de comentarios, entrevistas, cartas, respuestas y declaraciones a própósito del trámite parlametario del anteproyecto de la nueva ley que regulará el aborto en nuestro país. Difícil porque creo que desde diferentes instancias sociales simplemente se hablan lenguajes disintos, se esgrimen argumentos que para otros son sencllamente ininteigibles porque están formulados desde paradigmas mentales distintos, desde mundos aparentemente contrapuestos.

Como persona y como cura no voy a escribir hoy qué me parece el proyecto de ley porque no lo conozco suficientemente; no voy a caer en la tentación de opinar superficialmente sobre algo tan importante como una ley que trata de ordenar legislativamente algo tan serio como el aborto. Lo que está en juego es en el fondo la licitud del aborto como cuestión moral y social... pero en el fondo; lo concreto es una ley, es una forma puntual del ordenamiento jurídico, algo por lo tanto funcional, transitorio y fundamentalmente "laico", es decir, competencia de las instituciones de un país aconfesional como el nuestro. Conviene no olvidarlo.

En segundo lugar, me parece que este tema se ha convertido desde hace tiempo en un símbolo que utilizan los políticos y en general las personas "progresistas" para etiquetar y descalificar al catolicismo llamado "conservador". Pero también veo en este asunto un argumento recurrente de la Jerarquía para cargar periódicamente contra los gobiernos y sectores sociales que no son afines a las posturas de la Iglesia institución.

Este desenfoque, esta desinformación y este mutuo encasillamiento creo que lamentablemente impide cualquier debate sano, constructivo y democrático. No hay diálogo si "unos" recuerdan a "otros" que no están en su ámbito... cosa que no es cierta porque en la esfera pública cualquier persona puede legítimamete expresar su opinión sobre cualquier tema y no solamente los internautas (pobrecitos ellos hombre...) sino también los obispos. Pero tampoco hay diálogo si los "otros" se dedican a excluir a los "unos" que se atreven a disentir de la doctrina oficial, como si alguien pudiera jamás atribuirse la razón incontestable. Así no se puede.

Esta ley necesita mucho más consenso social, y para que haya algo parecido a un consenso tiene que haber un debate social suficientemente articulado, participativo, amplio y maduro; pero no me parece que las actitudes sea las más adecuadas. Cada cual debería revisar si sus cartucheras están libres de prejucios seculares y sus pistolas descargadas.

Por último... como católico, ¿cabe la posibilidad de disentir serena y lealmente de las posiciones oficialmente sostenidas por la autoridad? ¿Por qué se pide a los parlamentarios que disientan de las posiciones de su partido para ser coherentes con su conciencia o con su fe y no se admite que los creyentes puedan disentir de la doctrina oficial, no por frivolidad, sino también por coherencia consigo mismos, sin que nadie los excluya? ¿No es acaso esto una tautología?

Y sigo sin expresar qué me parece la ley y qué opino del aborto, que conste... Pero lo que más me preocupa es que se hable más de los derechos de autor que de la situación de los agricultores.

miércoles, 2 de diciembre de 2009

CUALQUIER DIOS NO VALE



En medio de la perplejidad por varias muertes de niños y jóvenes, por haber perdido a Cristina, llegó el otro día uno de esos encuentros de preparación al Bautismo con los padres y padrinos. Ya se sabe: la gente, más o menos, a aguantar "la charla" con buena cara, generalmente excusándose porque cree que el cura les va a decir que "hay que ir a misa" y ellos pues, como casi todo el mundo, no van... Yo notando ya en mi estómago el retortijón, el frío en el cuerpo por las décimas de fiebre y las ganas de irme a la cama cuanto antes. Pero mira por dónde, de todo pequeño encuentro o experiencia, de todo trabajo por rutinario que sea, de todo se saca petróleo o perlas finas cuando menos te lo esperas (y esto también es algo ya muy repetido).

Un padre y una madrina, cuando sale el tema de "tener fe" como condición para bautizar al niño, dicen que no creen en nada, que Dios para ellos no existe; el muchacho (es un padre joven , horror, ¡los padres ya empiezan a ser más jóvenes que yo!) precisa: "Dios no existe, o por lo menos no como nos lo han contado". Toma castaña.

¿Por qué esta postura radical? Es una reacción ante la muerte de otro niño, su hijo y hermano, de cinco añitos... una muerte dolorosa, lenta, que ellos pidieron con todas sus fuerzas a Dios que evitara. Por eso ahora, decepcionados, no creen.

Y es que no vale cualquier Dios. No nos vale un Dios que castiga, que envía el mal o que está siempre vigilando si cumplimos las normas; tampoco vale un Dios de un día al año o de una procesión... Es un Dios impostor, hecho a nuestra medida (de los curas y de la gente), que no puede ser fundamento de esperanza cuando llega un momento de éstos. Un Dios con el que nos enfadamos ante estas experiencias es un Dios que "cuando todo iba bien" ya era sólo humo.

¿Qué fe enseñamos? ¿Qué fe transmitimos? ¿Qué fe vivimos? Una fe a veces "de la señorita Pepis", como de juguete o de broma. La primera comunión... para los niños, míralos qué guapos. La confesión también es cosa ya de niños, con sus pecadillos... ¿Y la Confirmación? Barnices que no engendran creyentes en el Dios de Jesús. Si creer consiste en sacar al niño vestido de nazareno o en echar en el cepillo de la Virgen de los Dolores, entonces es una fe débil, inconsistente, que no nos servirá para resistir los golpes de la vida, elaborar y vivir las experiencias más duras de forma creyente. Una fe que no nos dé esperanza en estos momentos realmente no sirve para nada, "más que para que la pise la gente"...
Me gustaría crecer en una fe seria, coherente, no "de la señorita Pepis"; me gustaría creer en el Dios de Jesús, un Dios que quiere sólo nuestro bien, con quien estamos a salvo y seguros a pesar de todo; Dios Padre y Madre que no es todopoderoso, que no puede librarnos del sufrimiento o resolver nuestros problemas, pero que está incondicionalmente a nuestro lado; que nos quiere y nos querrá siempre, aunque nos alejemos de Él, incluso aunque lo rechacemos.

Ése es el Dios que me vale.

sábado, 28 de noviembre de 2009

FACTURAS Y AYUDAS


Todos estos días los he pasado marcado por la muerte de Cristina, que es algo que echa sal en muchas heridas, que resucita dolores aparentemente olvidados y hace aflorar cicatrices que escuecen.

Varios días he salido por la mañana a ver a personas en mi pueblo, o me he encontrado con gente en la parroquia, en la calle, en la Eucaristía... y de nuevo ha vuelto a suceder que la gente sencilla, los mayores, los jóvenes, los padres y padrinos del encuentro prebautismal... me devuelven la sonrisa, me levantan el ánimo, activan los resortes de mi esperanza y mi humor.

Digo "de nuevo" porque es algo que he experimentado muchas veces: la gente te ayuda sin saberlo, te da esperanza y te empuja a caminar sin proponérselo... es algo muy hermoso. ¿Habré yo hecho lo mismo alguna vez con alguien? Quizá nunca lo sabré. Ayudas...

... y facturas. Porque estos disgustos no salen gratis, por lo menos a mi; desde el jueves estoy malo, tengo una especie de gastoenteritis, una inflamación en la boca del estómago, un dolor que no me deja dormir... ¿Será la factura de todas las lágrimas de estos días? Me temo que sí. Me conozco.

lunes, 23 de noviembre de 2009

VIVIR SIN CRISTINA

Desde hace varios días estoy impactado. Aterrorizado. Abrumado.
Por eso no escribo. No sé qué decir.
Debería quizá compartir lo grato de mi encuentro en Granada con Celia y Carlos (¡la amistad es la clave de la vida!)... pero no puedo.
Quisiera expresar lo importante que está siendo para mí la experiencia de los Ejercicios Ignacianos que Adolfo Chércoles, amablemente, me está dando... pero no acierto.
Me gustaría transmitir lo que sentí paseando por Granada, pateando los escenarios de mis primeros estudios como joven salesiano quince años atrás... pero no soy capaz.
Y mencionar la alegría del paseo con Alejandro... pero me parece hasta improcedente.

Porque el viernes, en Monesterio, perdimos a Cristina Naranjo, una chica de 16 años que murió después de tres súbitos, inesperados e injustos ataques cardíacos.
Conozco a Cristina del curso pasado, de colaborar en su preparación a la Confirmación, y de acompañarla junto con Tere en el grupo que iniciamos después, que quería (ójala siga queriendo) ser un grupo de la JEC.
No puedo comprender cómo esta joven inteligente, despierta y responsable ha desaparecido para siempre de nuestros ojos en un momento; no consigo encajar por qué esta persona valiosísima por dentro y por fuera ya no está con nosotros. Siempre me pareció "una pedazo de tía", una personalidad preciosa, con enormes cualidades y una peculiar capacidad para estar contenta en todo momento.
No logro borrar de mi retina la imagen de su madre, convulsionándose, pateando el suelo incapaz de soportar el dolor; no logro apartar de mis oídos los llantos, los gritos; sigo sintiendo el sabor amargo de las lágrimas de sus compañeros, de sus profesores, de mi hermana, de Tere, de sus amigas Bea, Irene...
A duras penas he pasado estos dos o tres días, intentando convivir con mi propio pesar, tratando de eludir esa pregunta... un poco devastado por la impunidad y la brutalidad de la muerte, desolado por no poder hacer mas que llorar yo también, sin palabras, sólo con silencio...
El mundo es hoy peor sin ti, Cristina; y vivir es más trabajoso y difícil sabiendo que te has ido sin poder despedirte.
Vivir sin Cristina. Vivir ha perdido parte de su significado sin ti. Vivir hoy no es igual que vivir antes del viernes. Y lo sabemos; lo sentimos y lo tememos.

domingo, 15 de noviembre de 2009

ESTRÉS


Qué semanita. Cuajada de trabajos, algunos de esos que te ponen en tensión, otros nuevos, de esos que no sabes cómo van a salir. Una semana marcada por la muerte de Sandra, una niña de diez años que yo conocía; días como velados por una cortina de pena y desolación.

Este cura de pueblo y cura de jóvenes tiene por momentos tantísimas cosas distintas en la cabeza, y todas a la vez, que me aturrullo, me atasco, me colapso... y me agoto. Sí, ya se que le pasa a mucha gente, pero hoy me ocurre a mi, y por eso lo escribo. No son problemas serios de salud, ni económicos... son mis avatares, el devenir de mis cosas, con su dificultad.

Acoge en tu amor a Sandra, Señor; cuida a sus padres. Y ayúdame, en estos dos días y medio de Ejercicios Espirituales, a descansar en ti y contigo.

viernes, 6 de noviembre de 2009

ROSI, HANS KÜNG Y LOS PASTORES DE BELÉN


Estoy impactado leyendo la segunda parte de las memorias de Hans Küng. Es increíble lo mal que lo pasó por investigar y ser crítico con algunos dogmas, sobre todo el de la infalibilidad, o simplemente poner en cuestión aspectos de la vida de la Iglesia: el celibato obligatorio, el método de elección de obispos, el "calibre" del primado del papa... Ayer estudiando moral para preparar la clase en la escuela de formación básica, lo mismo: a Marciano Vidal le obligaron a corregir su "Moral de actitudes", que es un libro que no se puede utilizar para enseñar desde 2001... Vaya tela. Cómo se emplea la "Iglesia oficial" o jerárquica...

Leer esto al mismo tiempo que en mi grupo estudiamos el Evangelio de Lucas a través de la clave de la alegría., y estos días con el episodio del nacimiento de Jesús. Una "buena noticia" que se da a unos pastores, pobres gentes que pasan la noche al raso, verdaderos "parias" del Israel de la época. ¡Que ha nacido nada menos que el Mesías! Y la señal es "uno niño envuelto en pañales y acostado en un pesebre" (o sea, donde comen las bestias)... ¡Pues vaya señal! Parece una broma. Pero es la realidad: ahí es donde encontramos a Dios: en lo alegremente sencillo, en lo pequeño y modesto.

El otro día fui a visitar a Rosi; es una mujer joven del Valle de Matamoros, que está luchando contra un tumor en una mama. Lo conocí en verano, antes de conocer su enfermedad, y me pareció una zagala muy alegre y bromista, con una sonrisa muy franca. Pues sigue siendo la misma joven sonriente, solo que ahora sin pelo, con un pañuelo, una "pirata" de la sencillez y la alegría: "¡Dios me está ayudando mucho!"- decía.

Así es como se encuentra a Dios. Los que viven poseídos de sí mismos (Hans Küng dice que jámás aceptó un cargo eclesiástico), los prepotentes, los que se creen "importantes", los que están como perdonando la vida ("menos mal que he llegao yo, qué suerte has tenido de dar conmigo"), esos están miopes para ver a Dios y son incapaces de transmitir una "buena noticia".

Hay que buscar a Dios en lo sencillo, en lo alegremente pobre; y, para encontrarlo, hay que MIRAR DESDE ABAJO, donde están Rosi y los pastores. No hay duda.

LA VIUDA DE LOS DOS REALES


HOMILÍA PARA ESTE DOMINGO 8 DE NOVIEMBRE


Religión falsa:
· largos rezos y asientos para que los vean
· sin compartir: dan lo que les sobra
· no hay compasión, como “no pasan necesidad”… dan con mando a distancia. ROPA…
· no les duele, “no saben ni lo que tienen”, no se entregan a sí mismos
· están lejos de Dios

Religión verdadera:
· discreción que no se entere nadie
· compartir: dar lo que necesito
· hay compasión, como “pasa necesidad” comprende el dolor ajeno
· le duele, “se lo quita de la boca”, lo que da es suyo y lo pierde, se entrega a sí misma
· está cerca de Dios

La comunidad se construye con actitudes de autenticidad en lo religioso; dar no lo que me sobra, sino lo que tengo, es una condición imprescindible para lograr ser una comunidad y una comunidad que construye en Reino. Cada cual echa dos reales, y esos dos reales son imprescindibles. Los dos reales de mi tiempo, de mi servicio, de mi dedicación... son vitales.

· Mis dos reales echando una mano, limpiando la iglesia, en el equipo de liturgia, mis dos reales como catequista, visitando a un enfermo, en Cáritas, contando la colecta, leyendo... los dos reales de cada uno, dados con generosidad a los demás, hacen posible que seamos una comunidad parroquial viva.

· Mis dos reales educando a mis hijos y ayudando a educar, mis dos reales implicándome en que el pueblo sea más humano, dos reales de tiempo, de esfuerzo, de no quedarme sentado en el brasero, dos reales atendiendo a un vecino ya mayor, dos reales entregados a los demás, especialmente a quienes sufren.

Esos dos reales mueven el mundo y generan el Reino. Nos hacen más humanos y encuentran la voluntad de Dios. Dos reales que mueven el mundo.

miércoles, 4 de noviembre de 2009

LA MESA ESTÁ VESTIDA


Por fin mi mesa-camilla ya tiene "enagua" o mejor, falda de camilla... Ya era hora de que desaparecieran esas mantas pestosas que tenía yo puestas de cuelquier manera.

En realidad esto de la camilla ha sido una excusa para que Tita viniera a ver dónde vivo, dónde trabajo y duermo, dónde como... y cago.

¿Y por qué esta estratagema? Porque ella es mi mejor amiga; así como suena. Me conoce como un calcetín vuelto del revés, y me hacía mucha ilusión que diera con sus huesos (...) por estas latitudes santaneras.

De vez en cuando la cancamurria nos acecha, y entonces necesitamos una inyección de "nene, tú vales mucho", y esta zagala lleva como cinco días en ello, erre que erre... como yoe staba tan mudito ha llegado a pensar que es que llevaba como una carga hablar con ella; ¿te pahe a ti?

Oyes, Tita, que sepas que te quiero mucho, ¿vale? Es así; y que nadie se ponga envidioso. O sí.

lunes, 2 de noviembre de 2009

UNA HOMILÍA PARA EL DÍA DE LOS DIFUNTOS


Nuestros seres queridos no están aquí en el cementerio. Están en Dios; están, de alguna manera, en nosotros.
Venimos a este lugar, serenamente bello, porque aquí dejamos sus restos, y así los recordamos con más intensidad; pero ellos no están aquí. Su vida, todo lo que ellos lucharon, lo que trabajaron, sufrieron y sonrieron, todo eso no puede terminar simplemente en la nada, no puede desaparecer sin más.
Estamos aquí porque queremos a nuestros difuntos; y por eso ellos siguen viviendo en nosotros. Porque vivir consiste en dar y recibir amor; la vida la origina el amor y la sostiene el amor. Sólo el amor da la felicidad, sólo el amor compartido nos hace vivir con plenitud, y sólo el amor resiste a la muerte, va más allá de sus fronteras. Seguimos queriendo a nuestros difuntos y ellos están vivos en nosotros, por nuestro cariño incondicional.
El Amor definitivo es Dios; es el misterio de toda vida, de Él procedemos, Él es nuestro destino. Es el Amor que nos hace vivir, es la Vida que nos sostiene de pie, que nos hace caminar y respirar, resistir y gozar, crecer y esperar.
El amor es el hilo conductor de nuestra existencia, es lo que da continuidad a una vida y a otra. Cuando leamos hoy los nombres de nuestros difuntos, reflexionemos un momento sobre la necesidad de vivir auténticamente, sobre la urgencia de no malgastar la vida; porque empezamos a morir ya aquí cuando dejamos de amar y servir a los demás. En cambio, cuando sabemos dar amor, estamos sembrando la semilla de la vida en Dios, como nuestros seres queridos hicieron con nosotros. Semillas que en este otoño de nuestra vida plantamos, y que florecen y dan frutos más allá de la muerte, en el verano de la eternidad.Digamos ahora las palabras que debamos decir; expresemos el cariño y regalemos ahora las flores que muestran amor a quienes nos importan. Vivamos hoy con calidad, amando y sirviendo; siembra que es promesa de buena cosecha.

sábado, 31 de octubre de 2009

CANSADO PERO CONTENTO


Es sábado por la noche y, aunque soy cura de pueblo, tengo una cita con mis amigos de Zafra para salir a cenar y de copas. Pero no voy a ir; en lugar de estar peinándome (...) estoy aquí escribiendo estos mensajes en una botella que son las entradas de mi blog.

No voy porque estoy cansado; llevo varios días de mucho ajetreo, muchos kilómetros, mucho esfuerzo por concentrarme entre tanta dispersión y por llevar adelate tantos frentes a la vez.

Cansado pero contento. Muy contento. Porque encuentro pequeños signos del Reino, verdaderos brotes verdes, señales de bendición. Porque Ceci ha venido a la Eucaristía después de que hace varias semanas que acude su hijo; porque se vislumbra la posibilidad de crear un interesante equipo de pastoral familiar que se ocupe de trabajar por los jóvenes, por sus padres, un grupo generador de vida y de valores... Contento porque hay gente que apuesta por la gente joven, a pesar de que no son precisamente "el caballo ganador".

Contento porque es muy bello el otoño. Es la hora de sembrar. Ayer hablamos de eso en mi grupo de Estudio del Evangelio (¡qué maravilla!): ¿acaso no es tan bonito sembrar como cosechar? Para que pueda haber verano tiene antes que haber otoño; para poder recoger, antes tiene que llover... Aunque a ti no te toque más que sembrar.

Sembrar cansa... ¡pero pone muy contento!


jueves, 29 de octubre de 2009

RENACER


Nada sucede dos veces
Y es lo que determina
Que nazcamos sin destreza
Y muramos sin rutina.

Ningún día se repite,
Ni dos noches son iguales
Ni dos besos parecidos,
Ni dos citas similares.

Entre sonrisas y abrazos
Verás que la paz se fragua
Aunque seamos distintos
Como dos gotas de agua.


Wislawa Szymborska


Todo se transfoma... "Ahora es siempre todavía"... Así me siento yo.

miércoles, 28 de octubre de 2009

REFRANES


DIARIO DE UN CURA RURAL
Me lo estoy pasando pipa visitando gente mayor an los pueblos... Me sorprenden sus expresiones y las palabras que utilizan. Algunos ejemplos graciosos:


- SOSTRIBAR = "sostener"

- ACADEMIA DE GRIPE = "epidemia de gripe"

- PISOS TITULADOS = "pisos tutelados"


Y ayer me contaron un refrán que me encantó: "AL QUE QUIERA SABER, MENTIRAS A ÉL". ¡Qué bueno! Es un remedio contra los-as chismosos-as de los pueblos, esos que se meten en todo, que siempre estan excuseando, y que cuando te encuentran por la calle te hacen el tercer grado: "¿Y adónde va usted a estas horas? ¿Y de dónde viene? ¿Parece que no estuvo usted aquí ayer...". Unas buenas mentiras ingeniosas o imposibles vienen como anillo al dedo para decirle sin decírselo "no me hagas más preguntas" o "no te metas en lo que no te importa"...

Enseguida lo probé. A la consabida pregunta de una mujer "¿Dónde va usted?" respondí: "voy pallí abajo, que tengo unas ovejas y las voy a aparejar". Pues la mujer todavía miraba donde yo le señalaba (el estanco de pueblo, para ser precisos)... Su cara me hace pensar que el refrán funciona.

lunes, 26 de octubre de 2009

DIVINO BOTELLÓN


En el pueblo, a pesar de que es muy chico (o precisamente por eso) pasan a veces cosas esotéricas. El viernes pasado me llama la alcaldesa y me pregunta: "oyes, has organizado tú un botellón mañana por la noche?". "Que yo sepa no, respondí (...)". Resulta que en el tuenti había un clamor: EVENTO: botellón en Santa Ana organizado por el cura... ¡Ja, ja, ja! Por la tarde se presentan en la parroquia cinco o seis chavales y chavalas de estos que no pisan la Iglesia: "Queremos hablar con USTED" (ya en la forma de tratarme se nota que no me conocen). "Estamos organizando un botellón y queremos QUE TÚ NOS AYUDES" (se van pasando las finuras pero rápido). Pregunto que quién ha dicho en el tuenti que yo he organizado un botellón; me confiesan que "como tú has comentado que quieres organizar cosas para la gente joven... y como la alcaldesa dice que no se hace responsable", ja, ja, ja. "En resumidas cuentas, que QUERÉIS QUE YO VAYA". "Sí, eso". "Pues nada, ¿cuánto hay que dar, 5 Euros?".

Por supuesto que, desoyendo varias voces, fui al botellón. Y no me lo pasé mal; eché un rato con gente que habitualmente no veo, me bebí una fanta de naranja (el poder adquisitivo de varias pandillas de críos no daba para más), conocí al Piocho y me reí con la pareja de municipales (él y ella) cuyos hijos estaban allí junto a los coches abiertos con la música a tope. Las viejas comentan, pero yo he vislumbrado que hay algún joven que quiere hacer "algo"; hemos medio quedado para otro día, a ver si charlamos y pensamos en más cosas, a ver si pudiéramos montar algo diferente de un simple botellón...
Así que ya veis; los muchachos planean un botellón y piensan en este cura de pueblo para que los apoye. "Queremos que tú nos ayudes". ¿No es eso bonito?

lunes, 14 de septiembre de 2009

LOS VALLES


Mira que hace tiempo que no escribo en este blog, ¿no? Pues esta noche me apetece, eso es lo que hay. Hace más de un año... Y después de una peculiar "travesía del desierto", me he encontrado con el regalo de dos pequeñas parroquias: Valle de Santa Ana y Valle de Matamoros, pueblecitos rurales junto a Jerez.

Así que soy de nuevo un cura rural con todas las de la ley. Y me parece que no deseo ser otra cosa. Siento de vez en cuando la pequeñez de dónde me he metido, noto las pobrezas personales, la modestia de estos sitios... Como si fuera más sensible al paso del tiempo, me siento "mayor" pero en un sitio diminuto, una persona insignificante perdida en la ladera de un monte...

Pero también reconozco la maravilla y la suerte de estar en libertad, la libertad de tener a quién servir sin que te envidien ni te pisoteen, el privilegio de personas a quienes querer y de quienes aprender...

Por eso prevalecen el agradecimiento y la tranquilidad.