viernes, 27 de diciembre de 2013

POESÍAS DE DICIEMBRE

Texto: Eugenio Campanario

Este mes es el de los niños por excelencia. Por eso hoy traigo a Gabriela. Gabriela es una mágica niña de 8 años que cultiva con esmero las semillas del embrujo (con unas sólidas raíces familiares) y del teatro. Como brujos del siglo XXI utilizamos la escoba actual (el whatsapp) para encontrarnos. Yo le propongo de vez en cuando un tema, unas palabras… y ella desarrolla en unos segundos una historieta maravillosa, llena de vida, de ritmo, de alegría y movimiento. A estas imágenes yo les pongo unos versos finales.

Al resultado le llamamos “suspiversos”. Suspiros de teatro y versos, unidos. Presento dos ejemplos: la Mariposa (Gabriela hizo una puesta en escena fantástica que acabó con la vida de unas cortinas de su casa, que fueron sus alas) y La lámpara enfadada, cuyo origen es exclusivamente suyo. Se presentó como una lámpara furiosa, indignada porque “nadie me enciende”. Es una fuerza creativa en formación que transforma todo a su alrededor.


LA LÁMPARA ENFADADA
 
En un rincón, polvorienta
porque nadie la limpiaba,
de rabia se consumía
una lámpara enfadada.
 
“¿Cómo es posible..?”, decía;
“¿Cómo es posible…?””, pensaba,
“¿ que con lo que valgo y luzco
no me enciendan en la casa?”
 
“Nadie me enciende”, decía;
“Nadie me enciende. ¡Qué rabia!
Lo menos hace mil años
que la luz por mí no pasa”.
 
Y así se pasan sus días,
aunque grita y aunque canta.
Nadie la enciende, ¡qué pena!
¡Ay, cuán triste y enfadada!



LA MARIPOSA

La mariposa volaba…
y era tan bella!
Era joven y alegre,
con alas negras.
Volando y volando
se siente reina.
¡Ay, si quien la envidia
pudiera verla!
De tanto distraerse…
va y se la pega.
Tras porrazo tan grande
da pena verla.
Terminamos con pupa,
sin moraleja.
Pero si tienes alas,
nunca las pierdas.

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