martes, 31 de diciembre de 2013
FABULOSO 2013
A pesar de que este 31 de diciembre ha empezado torcido por un maldito virus que me hizo pasar una noche toledana, no pienso dejar que lo hecho polvo que me encuentro empañe mi visión de este año que termina. 2013 ha sido estupendo y uno de los más decisivos de mi vida, ha superado todas las expectativas.
"Somos el tiempo que nos queda", escribí hace más o menos un año. Así lo creo: somos futuro, esperanza que busca cuajar, camino que apenas se vislumbra. Pero somos también lo vivido, soy los abrazos compartidos, soy la dureza y la levedad de los días, la brillantez de la risa, la áspera soledad, el sabor de la melancolía, una colección de momentos recibidos y contemplados como un prodigio.
Y luego está la gente. Soy lo que en mí cría cada persona, soy lo que me regalan aquellos a quienes amo, su ser entregado que pronuncia mi nombre. Gratuitamente. Mi sobrina Pilar, a sus 6 años, me ha pintado sonriendo, y me ha clavado, porque así me siento: feliz y afortunado.
Gracias al Señor por este año magnífico, por tanto don. Gracias a quienes me queréis. Y gracias a quienes leéis estos trozos de mi vida que vuelan por el ciberespacio. Seguiremos conectados en 2014, que también promete... ¡FELIZ AÑO NUEVO!
Gracias por compartir y desgranar tus sentimientos, tus vivencias por dondequiera que estás, nos instruyes, amenizas y apreciamos todo el rico interior que te caracteriza. Sigue así en este año nuevo, que te llene de salud y esperanza. Un abrazo desde Monesterio.
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